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Las alternativas a X ganan millones de usuarios que huyen de Musk… y de Trump
Las alternativas a X están ganando millones de usuarios que huyen de la red social en la búsqueda de una plataforma más neutral y limpia donde plasmar sus mensajes o simplemente buscando un descanso mental muy necesario tal y como está hoy Internet.
Los motivos de la espantada de X son variados: la victoria de Donald Trump en las presidenciales estadounidenses y la indudable incidencia que ha tenido la red social; los pensamientos y acciones de su dueño Elon Musk en el apoyo a Trump, a violentos y negacionistas; a las preocupaciones sobre el contenido de la plataforma; al uso de datos para entrenamiento de modelos de IA y a un cambio (no menor) en los términos de X que permitirá a la compañía dirimir sus cuantiosas disputas legales en tribunales de Texas donde «tendrá de su lado» a los jueces de allí, según estiman desde el Centro para Contrarrestar el Odio Digital de Estados Unidos (CCDH).
Las alternativas a X existen y hay que explorarlas
Hace tiempo advertíamos que a Twitter no la iba a conocer ni la madre que la parió. La red social especializada en microblogging y la que a pesar de no ser la de mayor tamaño sí ha sido la más influyente del planeta, murió tal y como veníamos conociéndola. Para ser precisos, hay que decir que Twitter ya tenía problemas graves antes de su compra por Elon Musk, si bien el multimillonario ha acentuado todos ellas y la sensación de que la red se ha convertido en un ‘estercolero’ de bulos, desinformación, violentos, negacionistas, extremistas y odiadores, es general.
El despido de la mitad de la plantilla implementado por Musk nada más aterrizar con la consiguiente pérdida de talento, no invitaba a pensar en nada positivo. La falta de personal ha derivado en una falta de moderación alarmante y por ahí han seguido parte de los males de la plataforma. La caída de usuarios ha sido brutal y con ello la cuenta de resultados. Pero hay espaldas para cubrirlo. Musk tiene dólares por castigo, sacó a X de la bolsa de valores y en principio puede hacer lo que le venga en gana ya que no tiene que responder ante inversores. Eso sí, no creemos que firmas como Morgan Stanley que financiaron 13.000 millones de dólares estén muy satisfechas.
En todo caso, Elon Musk ha hecho un gran negocio con el apoyo a Trump. Aunque pierda con Twitter, ha ganado miles de millones por la subida en bolsa de Space X o Tesla. Su presencia oficiosa en el gobierno estadounidense como responsable del «Departamento de Eficiencia Gubernamental» le garantiza la influencia política y lo que buscaba: más dólares gracias a los contratos y ayudas del gobierno federal. Solo SpaceX, firmó el año pasado casi 100 contratos diferentes con 17 agencias federales por valor de 3.000 millones de dólares. Y tendrá mando directo en el rumbo que pueda tomar la política comercial estadounidense, como los aranceles a los automóviles europeos y chinos donde Tesla será una gran beneficiada.
Queremos decir con todo lo anterior que no es esperable que X vaya a mejorar de ninguna de las maneras. Si crees que se ha convertido en «una plataforma de medios tóxica» solo depende de tí (y del resto de usuarios) explorar y usar alternativas. Destacamos las tres redes más competitivas y con potencial de (aunque no superen el número de usuarios de X) cambiar el entorno del microblogging.
Bluesky
Es la red social que más ha crecido en porcentaje entre las alternativas a X, con una cota cercana a los 20 millones de usuarios. Enfocada al microblogging, surgió inicialmente en el mismo seno de Twitter cuando su CEO, Jack Dorsey y otros ejecutivos exploraban «un protocolo de red social descentralizado», donde múltiples redes sociales interactuarían con otras mediante un estándar abierto. Incluso se creó un grupo de trabajo donde había representantes de otra de las redes sociales que hoy son alternativas a X, Mastodon.
Finalmente, Bluesky se independizó de Twitter en 2021 y desde 2023 opera su propia red llamada Bluesky Social. El servicio no es tan descentralizado como inicialmente se planteó, ya que se ejecuta en un software propietario para sus servidores y aplicaciones de clientes, mientras que solo una pequeña parte de la implementación del protocolo, la versión anterior de su protocolo de red social completamente descentralizado, se ha publicado bajo licencia MIT.
Su funcionamiento es similar al de Twitter y el resto de software especializado en microblogging. El logueo es muy sencillo y solo requiere una dirección de correo y contraseña. A partir de ahí, una vez que presiones el botón de nueva publicación verás que puedes agregar hasta 300 caracteres a una publicación y adjuntar fotos, videos y gifs.
Hay otro botón llamado ‘Cualquiera puede interactuar’ y debes seleccionarlo para elegir tu audiencia para las publicaciones. Esto te permite elegir si quieres permitir que las personas citen tu publicación y si quieres limitar las respuestas a tus seguidores, cuentas mencionadas o deshabilitar las respuestas por completo. El servicio pregunta qué temas te interesan y el feed que ves en la aplicación se basa en eso. Si quieres usar el feed algorítmico de Bluesky como tu opción principal, puedes darle a «Me gusta» en algunas publicaciones para entrenar el algoritmo.
Decir que sus responsables han prometido que nunca entrenarán IA generativa con contenido de usuarios y dicen apostar por la transparencia y el control del usuario de sus datos. A ello debe ayudar las listas de bloqueo masivo. Bluesky funciona directamente en cualquier navegador web y en plataformas móviles con la app correspondiente para iOS y Android.
Mastodon
Es otra de las redes que están ganando usuarios por el «éxodo» de X. Aunque no tantos como Bluesky, ni mucho menos como el Threads de Meta que veremos después. «Puede que aún no seamos los más grandes en números, pero Mastodon (y el fediverso) ha demostrado ser una plataforma de comunicaciones eficaz y confiable a lo largo de los últimos 8 años, y no depende del capital de riesgo para sobrevivir», ha escrito esta semana el fundador y CEO de Mastodon, Eugen Rochko, en un comentario sutil sobre una de las debilidades potenciales de Bluesky.
Si nos sigues, debes conocerla. Hace un par de años que nos adelantábamos a los manejos de Musk y te ofrecimos un especial con su presentación cuyo titular decía toso: ‘Mastodon o cómo escapar de Twitter… y de su nuevo dueño’. Y es que básicamente, es un clon de Twitter, con muchas de sus mismas funciones: publicar contenido que solo pueden ver los seguidores propios o el público en general; la capacidad de mencionar otras cuentas; compartición de contenido multimedia como imágenes, vídeos, avatares animados, emojis personalizados e incluso la creación de encuestas.
Sin embargo, cuenta con una diferencia (y ventaja) fundamental en su funcionamiento, al tratarse de una red descentralizada donde las comunidades tienen mucha más libertad para construir su propia red, grandes o pequeños rincones con moderación propia. Aunque estas comunidades existen en una amplia gama de servidores, Mastodon hace posible que los servidores coexistan en un entorno unificado, lo que significa que un usuario puede seguir y ver el contenido de otros que se encuentran distribuidos en varios servidores utilizando una sola cuenta. El fediverso (la red social abierta impulsada por el protocolo ActivityPub que sustenta Mastodon) es el «gran juego a largo plazo», explican desde la compañía.
Plataforma de acceso gratuito y de código abierto, con una API muy bien documentada que permite a terceros mejorar su código o modificarlo para crear apps propias con una variedad de funciones. Mastodon está disponible vía navegador web en cualquier sistema operativo de escritorio y cuenta con apps para móviles iOS, Android o SailfishOS.
Threads
Puede presumir de ser la red social con mayor número de usuarios entre las alternativas a X. Dicen que en las últimas dos semanas ha ganado la friolera de 15 millones para un total de 275 millones de usuarios activos mensuales. Por descontado, parte con ventaja en este apartado ya que tiene detrás a Meta y todas sus redes, Facebook e Instagram entre otras.
Por contra, esa integración (por decirlo suavemente), que incluso alcanza a que el jefe de Instagram es el mismo que el de Threads, puede echar para atrás a los usuarios que recuerdan los gravísimos manejos de Facebook y su implicación en el caso de Cambridge Analytica recolectó y utilizó sin autorización datos de 50 millones de sus usuarios con fines no sólo comerciales y de publicidad, sino políticos y de desinformación interviniendo en campañas electorales como en la consulta del Brexit o en las primeras presidenciales estadounidenses que ganó Trump.
Además, una parte de la problemática de X también alcanza a Threads, el cebo de participación, los problemas de moderación, la desinformación, el feed algorítmico y próximamente la publicidad que va a llegar a la red social y que como termine implementándose no va a ser bien recibido. Al menos, el CEO Adam Mosseri, dice tener la mente abierta y reconoce que «tienen mucho trabajo por hacer para darle a esta comunidad lo que necesita».
Creada para competir con Twitter, es una plataforma tipo para conversaciones públicas de texto y uso compartido en tiempo real, pero que está basada y estrechamente vinculada con su red social hermana, Instagram. Tiene desventajas frente a Bluesky en cuanto a que no dispone de sus mensajes directos, pero la naturaleza descentralizada del servicio y la compatibilidad con el protocolo ActivityPub, permite a los usuarios de otros servicios de redes sociales descentralizadas del Fediverso como Mastodon, encontrar y acceder a las cuentas de Threads si así lo consideran. Está disponible gratuitamente para navegadores web y aplicaciones móviles para las principales plataformas.
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