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Ford Kuga 2024 PHEV, respuesta

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“Cuando se mata a un rey, no se le mata en la oscuridad.» Amsterdam Vallon (Gangs of New York, 2002)

Ya no veo la carretera como lo que es, una tira de asfalto que se encarama a las colinas de Toscana escondiéndose tras una mancha de encinas, emergiendo flanqueada de viñedos y olivos gratinados por el sol del atardecer que se resiste a abandonarlos. Veo la carretera como una historia, un relato que no termina, que se complica y se enreda aturdido por el zumbido del motor. Los brazos demasiado rectos sujetando las manos que sujetan el volante, tensos para no perder la concentración tras muchas horas al volante buscando el final de este capítulo. El destino está lejos, o quizás esté cerca,  pero lo que es seguro es que no está claro. Puede que acabe por pedir trabajo en los viñedos de ese viejo del que me hablaron en la última gasolinera donde paré a repostar. Por si acaso repaso mentalmente la conversación con el viejo para tenerlo todo preparado, en parte porque mi italiano no es suficiente para improvisar y en parte porque tengo que tener cuidado con lo que le vaya a contar al pobre anciano. Espero que no haga muchas preguntas porque no puedo darle casi nignua respuesta. He tenido que deshacerme de muchas cosas pero sobre todo he tenido que olvidar a muchas personas a las que nunca voy a volver a ver. Personas que pensaba que todas juntas eran parte fundamental de mi vida. Pero ahora mi vida. lo que sea que vaya a ser de mi vida, tiene que seguir sin todas ellas.

Una paradoja interesante si no me removiera por dentro con tanta amargura. Dejo de verles, dejo de llamarles, dejo de pensar en ellos precisamente por protegerles, porque les aprecio. Pero tengo que olvidarles. Y no se si seré capaz, no se si el aprecio que les tengo es más fuerte que las ganas que tengo de tenerles cerca. Es algo que en novelas de espías o en historias románticas de fugitivos se solucionan con una despedida en un andén o en un aeródromo junto a un capitán de la policía francesa en 1941. Gestos nobles que parecen totalmente lógicos en una pantalla o en las páginas de un libro, pero que cuando toca vivirlos no parecen tan fáciles ni evidentes. Mientras la carretera va desapareciendo bajo la proa del descapotable rojo pienso en rostros, recuerdo voces, el tacto de unas manos, de unas mejillas, el calor de unas miradas que tengo que abandonar aunque se que son fantasmas que me van a visitar el resto de mi vida. Cuando me quiero dar cuenta me he topado con el camino que me había descrito el de la gasolinera y he girado para meterme sin pensar. Llego a una casa vieja y destartalada rodeada de plantas que han ido adueñándose de los jardines descuidados y han trepado por las piedras de las vallas llenas de musgo. Un viejo está sentado debajo de una pérgola que se sostiene a duras penas. Delante de él una mesa con un vaso de vino cuya sombra el atardecer estira sobre la madera. Me bajo deprisa y me acerco a él. Cuando le reconozco ya es demasiado tarde: «Acércate» dice despacio «Tenemos mucho de lo que hablar…»

El Ford Kuga es todo un veterano en la cruenta batalla del mercado de los SUV. Lanzado en 2007 ha ido cosechando buenos éxitos en ventas gracias a una filosofía sencilla, sin grandes alardes de diseño pero con una acertada elección mecánica y sobre todo con una agresiva política de precios. Pero ha habido una versión en particular de este modelo que ha dado importantes alegrías a la marca americana. Sin grandes alardes el Kuga PHEV es simplemente el híbrido enchufable más vendido en Europa desde 2021.

Modelo analizado Ford Kuga
Motor y acabado ST-Line X 2.5 PHEV 243 CV
Potencia 243 CV
Velocidad máxima 200 Kmh
Aceleración o-100 7,3 s
Largo/ancho/alto 4615/1882/1673 mm
Potencia máxima RPM  243 CV 6.000 rpm (155 CV motor gasolina, 132 CV motor eléctrico)
Par máximo Nm/RPM 200 Nm
Caja de cambios Automático
Web https://www.ford.es/
Precio 43.129 euros

Y es que esta versión es la verdadera estrella de la gama Kuga. En 2023, se matricularon 123.268 unidades del Ford Kuga en Europa, de las cuales 54.018, más del 40%, correspondían precisamente a la versión PHEV (datos de la consultora Jato Dynamics). Y en España también es una versión de éxito ya que también ha sido el híbrido enchufable más vendido con 4.088 unidades matriculadas entre enero y diciembre de ese mismo año, un 76% más que el año anterior, un crecimiento muy notable que refleja el interés por ese tipo de motorizaciones.

Un modelo sobresaliente

Pero esto no es lo único en lo que sobresale este modelo, ya que rebuscando en la red encuentra uno información interesante sobre la transmisión y el motor de esta variente. En lo que respecta a la transmisión esta proviene de los desarrollos que se realizaron en colaboración con Toyota que finalmente se quedaría con las patentes aunque Ford tiene licencia para utilizarlas. En el apartado del motor también hay otra curiosidad y es que el propulsor de gasolina de 2.5 litros y ciclo Atkinson también proviene del desarrollo conjunto con otro fabricante japonés, nada menos que Mazda que los comercializa bajo el nombre de L mientras que Ford utiliza la denominación Duratec.

La colaboración con Mazda se remonta a 2001, cuando Ford tenía participaciones en ese fabricante. Todo esto no quiere decir que con este Kuga consigamos a precio Ford un híbrido entre un Toyota Rav 4 y un Mazda CX 5 pero sí que es interesante saber que se trata de tecnología probada y desarrollada conjuntamente con los fabricantes más punteros. En cualquier caso la colaboración entre fabricantes está a la orden del día, sobre todo si se tiene en cuenta la enorme cantidad de dinero que cuesta desarrollar un motor o una transmisión.

Pero después de este repaso a las «tripas» del Kuga PHEV vamos a ver en qué aspectos se ha cambiado el diseño exterior con respecto al modelo anterior que por cierto tuvimos la ocasión de probar. Como en la mayoría de renovaciones a «mitad de vida» de ciertos modelos los retoques estéticos son mínimos, pero en este caso dirigidos a modernizar el aspecto de un SUV que algunos consideran conservador en su diseño con respecto a otros modelos de la competencia más futuristas.

Los retoques están dirigidos también a unificar el aspecto del Kuga con el lenguaje de diseño actual de la gama de Ford. A primera vista los cambios realizados se concentran en el frontal donde encontramos una parrilla con elementos exagonales más estrecha y deportiva con el logotipo de Ford integrado en el centro en vez de colocarlo en el capó como en la versión anterior. Los faros LED también han sido rediseñados con un dibujo más estilizado y conectan en el centro mediante una tira luminosa por encima de la rejilla.

Nuevo parachoques

También se ha cambiado el diseño de los parachoques delanteros que en esta versión ST line disponen de acabados en molduras cromadas. En el lateral del coche el diseño aerodinámico no ha cambiado pero sí se han incorporado llantas de aleación de nuevo diseño que pueden tener un tamaño de hasta 20 pulgadas. Sigue destacando el diseño del lateral con relieve en la parte de las puertas y los cristales tintados traseros que añaden un toque deportivo.

En la parte trasera se han rediseñado los pilotos traseros para que sean más compactos y estilizados. También se ha limpiado el diseño del portón eliminando el tirador para ocultarlo junto a la cámara de marcha atrás, aunque por lo demás es idéntico al de la versión anterior. También conserva el discreto spoiler colocado en el techo sobre la luna trasera y el nombre del modelo ocupando la parte central del portón debajo del escudo de la marca.

Al acceder al interior hay pocos detalles que resaltan ya que nos encontramos con un diseño muy parecido al de su antecesor. Sin embargo se han realizado una serie de cambios tanto en los acabados y materiales como en el equipamiento tecnológico del modelo. La pantalla del sistema de infoentretenimiento es ahora de 13,2 pulgadas, casi una pulgada más grande que la de su antecesor. Esta pantalla cuenta con el nuevo sistema SYNC 4 de Ford al que se ha optimizado para que tenga un funcionamiento más rápido que el anterior SYNC 3.

También se han eliminado algunos mandos físicos para que se puedan controlar a través de la pantalla táctil, como los de la climatización, una decisión que no nos acaba de convencer. En cualquier caso entre las nuevas características del sistema están las actualizaciones OTA (automáticas de forma inalámbrica), sistema de reconocimiento de voz mediante lenguaje natural y la incorporación al sistema del coche de Alexa de Amazon.También es compatible de forma inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto.

Pantalla de indicadores

Para la zona de indicadores tras el volante se ha incorporado una pantalla de 12,3 pulgadas con una gráfica actualizada más atractiva y moderna que en el modelo anterior. Tiene muchas posibilidades de personalización con tres tipos de visualización diferente. Muestra información completa como la autonomía del motor de combustión, la autonomía en modo 100% eléctrico, consumo medio, velocidad, asistentes de conducción activados y otros datos.

En cuanto a los asientos siguen siendo unos de los puntos fuertes con una amplia gama de regulaciones en los delanteros (hasta 12 posiciones) y la certificación AGR. Son asientos calefactados y ventilados con un tacto muy agradable gracias a la textura de cuero y detalles elegantes con las costuras en color rojo. En la parte trasera el acceso es bueno y disponen también de regulación ya que pueden inclinarse en dos partes y se pueden desplazar de forma longitudinal, un acierto para este tipo de SUV para encontra más espacio para las piernas o aumentar el espacio de carga.

En cuanto al maletero y como es habitual con motorizaciones híbridas enchufables, la capacidad se ve reducida con respecto a otras versiones por la presencia de la batería bajo el suelo del mismo. En el caso del Kuga la capacidad del maletero es de 395 litros aunque puede aumentarse hasta los 536 litros adelantando la fila trasera de asientos o hasta los 1.517 si abatimos los mismos. Hay que tener en cuenta que al adelantar los asientos el espacio para los pasajeros queda demasiado angosto.

Ágil y silencioso

Llega el momento de la prueba de conducción. Lo primero la mecánica: El Kuga PHEV 2024 está equipado con un sistema de propulsión híbrido enchufable que combina un motor de gasolina de 2.5 litros y 155 CV con un motor eléctrico de 132 CV. La potencia conjunta que se logra es de 243 CV, 19 CV más que el modelo anterior. Esta mejora se debe en parte a la nueva caja de cambios epicicloidal que optimiza la transmisión de potencia entre el motor de combustión y el motor eléctrico. La batería tiene una capacidad de 14,4 kWh, lo que permite una autonomía eléctrica homologada de 69 km, aunque la real se acerca más a los 45.

Una vez al volante, En ciudad el Kuga se porta bien, como todos los PHEV cuando nos desplazamos en modo eléctrico lo hace de forma silenciosa y con una respuesta inmediata. A pesar de no contar con toda la potencia cuando escogemos el modo eléctrico tiene la suficiente como para moverse con agilidad. La caja de cambios epicicloidal, que como vimos proviene de la colaboración con Toyota de hace años, se luce especialmente a baja velocidad con una transición muy suave entre marchas.

En cuanto a las maniobras la presencia de pilares anchos tanto en la parte delantera como la trasera dificulta un poco la visibilidad, aunque la cámara en estos casos es lo que más utilizaremos y funciona sin problemas. En carretera los 243 caballos se hacen sentir y permiten mantener unas medias bastante altas. La agilidad en curva para ser un SUV es notable y la dirección lo suficientemente directa y responsiva como para una conducción casi deportiva.

Solamente arruina un poco ese tacto dinámico el funcionamiento del cambio CVT que cuando se requiere una aceleración intensa revoluciona mucho el motor, como ocurre precisamente con los modelos de Toyota. La buena insonorización amortigua en parte esta sensación y en trayectos más tranquilos como viajes por autopista el confort es muy alto. Como suele ocurrir con los PHEV los consumos y la capacidad de aceleración con la batería cargada no son los mismos que cuando se agota. En cualquier caso son bastante buenos, oscilando entre los 5 y los 7 litros en autopista.

Conclusiones

La actualización del Ford Kuga PHEV ha mantenido la estética de un SUV que está teniendo un momento dulce en el mercado gracias a sus soluciones tecnológicas y a su precio. En Ford no han querido hacer grandes cambios estéticos, pero sí que han incorporado cambios tencológicos sobre todo en lo que respecta a las pantallas que han crecido de tamaño y en las funcionalidades del nuevo sistema Sync 4 con mucho mejor aspecto y prestaciones que el anterior.

También se ha retocado el conjunto de motor y transmisión que ha ganado en potencia frente al de la versión anterior. En cualquier es sin duda uno de los SUV más equilibrados, uno de los aspectos más difíciles de lograr en su categoría y que explican en parte el éxito que están teniendo. Una renovación estética más profunda no estaría de más y el tacto del conjunto freno / freno regenerativo podría ser algo mejor para una conducción dinámica, pero por lo demás pocas pegas podemos poner a este excelente Kuga.

Valoración Final
8.4 NOTA
NOS GUSTA
Confort de marcha
Prestaciones
A MEJORAR
Tacto del freno
RESUMEN
Un SUV equilibrado que en esta versión PHEV alcanza una versatilidad máxima con buen compromiso entre conducción más parsimoniosa y más dinámica.
Prestaciones9
Diseño8
Consumo8.5
Confort8.5
Sistema de infoentretenimiento8

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