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Intel deja atrás Hyper-Threading: el fin de una era. ¿Por qué?

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Intel deja atrás Hyper-Threading: el fin de una era. ¿Por qué?

El jueves pasado, con la presentación de los Intel Core Ultra 200S, llegó la confirmación de la despedida de Intel del Hyper-Threading. Esto no fue una sorpresa, en realidad ya te lo habíamos adelantado a principios de año, y desde entonces han sido varias las fuentes, algunas de ellas oficiales, que no solo nos han confirmado este fin de ciclo, sino también la razón por la que se ha tomado la decisión de acabar con una tecnología que ha estado presente en los chips de la marca desde hace decenios.

Esto, claro, ha suscitado muchas dudas y preguntas, que van desde en qué consiste esta tecnología hasta las razones por las que Intel ha decidido prescindir de ella, y en qué se traduce esto para esta decimoquinta generación y las que llegarán en próximos años. También nos preguntaremos si cabe vuelta atrás e intentaremos hacer una valoración sobre si la tecnológica ha acertado o ha cometido un error con este cambio de modelo.

Intel deja atrás Hyper-Threading: el fin de una era. ¿Por qué?

Imagen: Ebay

¿Qué es el Hyper-Threading?

Corría el año 2002. Todos estábamos pegados a MSN Messenger, chateando con amigos mientras Windows XP se convertía en el sistema operativo favorito en nuestros ordenadores. Los Nokia 3310 reinaban en el bolsillo de muchos, y Snake seguía siendo el juego estrella en los móviles. En ese escenario, Intel lanzaba una de sus tecnologías más revolucionarias: el Hyper-Threading, que debutó en los Pentium 4 con la promesa de mejorar el rendimiento de sus procesadores de manera significativa.

El Hyper-Threading rápidamente se convirtió en una tecnología clave en los procesadores de Intel. En su esencia, el Hyper-Threading permitía que un solo núcleo físico del procesador trabajara en dos tareas al mismo tiempo, manejando dos hilos de procesamiento simultáneos. Esto fue un avance significativo en una época en la que añadir más núcleos físicos a los procesadores no era factible desde el punto de vista del coste o del diseño.

El funcionamiento del Hyper-Threading se basaba en aprovechar los momentos en los que el núcleo del procesador estaba «ocioso», esperando a que llegaran nuevos datos o instrucciones. En lugar de perder tiempo en esos momentos de inactividad, el núcleo podía procesar otro hilo, utilizando recursos que de otro modo estarían sin aprovechar. Esta capacidad de ejecutar dos hilos en paralelo ofrecía un aumento de rendimiento, especialmente en aplicaciones que podían aprovechar el procesamiento multihilo.

A lo largo de los años, el Hyper-Threading fue evolucionando y mejorando, adaptándose a nuevas generaciones de procesadores. Aunque su rendimiento no duplicaba la potencia de los núcleos, sí representaba un avance significativo en la capacidad de manejar cargas de trabajo más exigentes. Esto permitió que los usuarios pudieran realizar múltiples tareas de forma eficiente, convirtiendo al Hyper-Threading en una herramienta imprescindible para quienes necesitaban exprimir al máximo sus equipos.

Intel deja atrás Hyper-Threading: el fin de una era. ¿Por qué?

Imagen: Ebay

2024, el adiós al Hyper-Threading

Corría el año 2024. Esta vez, todos estábamos atentos a las redes sociales y plataformas de streaming, mientras los smartphones dominaban nuestras vidas y la inteligencia artificial se integraba en todo tipo de dispositivos. Fue en este contexto cuando Intel decidió cerrar una etapa importante en su historia tecnológica: la eliminación de Hyper-Threading en sus nuevos procesadores de la serie Core Ultra 200.

Hoy en día, Intel ha concluido que los tiempos han cambiado. Con la evolución de las arquitecturas de procesamiento y el aumento de la eficiencia de los núcleos físicos, Hyper-Threading ya no es tan necesario como en el pasado. Los avances en las arquitecturas Skymont y Lion Cove permiten a los núcleos físicos ofrecer un mejor rendimiento por vatio, superando a los hilos adicionales proporcionados por el Hyper-Threading.

Robert Hallock, vicepresidente de marketing técnico de Intel, explicaba en agosto, en una entrevista a Notebookcheck, que en el momento de su introducción, el Hyper-Threading era una solución inteligente para aumentar el rendimiento sin tener que agregar más núcleos físicos. Sin embargo, la eficiencia energética es ahora la prioridad. Los nuevos diseños de Intel se centran en maximizar el rendimiento por vatio, lo que resulta fundamental en un mercado donde los dispositivos móviles y portátiles requieren cada vez más autonomía y menor consumo.

Además, Intel ha detectado que la gestión simultánea de dos hilos en un solo núcleo introduce ciertos cuellos de botella en aplicaciones modernas. Eliminar el Hyper-Threading ha permitido simplificar la arquitectura y reducir el consumo de energía en sus nuevos procesadores, lo que se traduce en una mejora significativa en la eficiencia. Los núcleos físicos ahora hacen mejor uso de sus recursos, ofreciendo un rendimiento superior sin la complejidad añadida de manejar múltiples hilos.

Intel deja atrás Hyper-Threading: el fin de una era. ¿Por qué?

La eliminación del Hyper-Threading ha traído consigo una serie de cambios que afectan tanto al rendimiento como a la eficiencia de los procesadores Intel. En entornos donde el rendimiento multihilo no era crítico, como en muchos videojuegos y tareas de productividad, los núcleos físicos mejorados de Skymont y Lion Cove permiten ofrecer una potencia más consistente y un uso más eficiente de los recursos. En estos casos, los usuarios probablemente verán una mejora en la estabilidad y el rendimiento de sus dispositivos.

En cuanto a aplicaciones que solían aprovechar múltiples hilos, como el renderizado 3D o el procesamiento intensivo de datos, el impacto dependerá de cómo los desarrolladores optimicen sus herramientas para los núcleos físicos. Aunque el Hyper-Threading podía ofrecer una mejora en el rendimiento multihilo, Intel asegura que los nuevos núcleos son lo suficientemente potentes para manejar estas cargas de trabajo sin problemas, compensando la falta de hilos adicionales con una mayor eficiencia en la arquitectura.

Para el mercado de servidores y estaciones de trabajo, la transición plantea desafíos y oportunidades. La simplificación de la gestión de hilos en un solo núcleo reduce el consumo energético, lo que es clave en centros de datos donde la eficiencia es fundamental. No obstante, la adaptación de software será crucial para aprovechar al máximo estos cambios. Las implicaciones a largo plazo dependerán de cómo se ajusten las aplicaciones para aprovechar las ventajas de los núcleos físicos más eficientes.

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¿Acierto o error?

La eliminación del Hyper-Threading ha generado opiniones divididas, aunque la mayoría apuntan a acierto. Desde un punto de vista técnico, Intel parece haber dado en el clavo, ya que las nuevas arquitecturas permiten un mejor rendimiento por vatio y una mayor eficiencia energética, algo crucial en el contexto actual. Sin embargo, algunos usuarios y expertos se preguntan si renunciar a esta tecnología, que ha sido un pilar durante dos décadas, es la mejor opción en todos los casos.

En sectores como el gaming, la mejora de los núcleos físicos es bienvenida, ya que muchas aplicaciones no requieren multihilo intensivo. Sin embargo, en entornos profesionales donde se ejecutan tareas pesadas de procesamiento o en servidores, la ausencia del Hyper-Threading podría ser vista como un retroceso, a menos que los desarrolladores optimicen sus herramientas para aprovechar al máximo los núcleos físicos.

El éxito de esta decisión dependerá en gran medida de cómo el ecosistema tecnológico se adapte a este cambio. Si los desarrolladores y empresas logran optimizar sus aplicaciones, Intel podría tener un acierto rotundo en sus manos. Si no, podría enfrentarse a una mayor resistencia en algunos nichos del mercado.

Intel deja atrás Hyper-Threading: el fin de una era. ¿Por qué?

Perspectivas futuras de Intel sin Hyper-Threading

Con la eliminación del Hyper-Threading, Intel se adentra en una nueva fase donde su enfoque estará completamente centrado en la optimización de los núcleos físicos. Las arquitecturas Skymont y Lion Cove son solo el inicio de una estrategia que busca maximizar el rendimiento por vatio, lo cual será esencial para competir en un mercado que valora cada vez más la eficiencia energética, especialmente en dispositivos móviles y portátiles, sí, pero también en otro tipo de sistema que van desde el sobremesa de casa hasta los racks de servidores en los centros de datos.

Así, podemos entender que a medio y largo plazo Intel continuará explorando nuevas formas de mejorar sus procesadores mediante innovaciones en la microarquitectura. La tendencia hacia la computación heterogénea, combinando núcleos de alto rendimiento con núcleos de bajo consumo, se perfila como una de las estrategias clave para ofrecer flexibilidad en diferentes escenarios de uso. Esta evolución promete hacer frente tanto a la competencia de AMD como a las arquitecturas ARM que dominan en dispositivos móviles y que ya han empezado su asalto al mundo del PC de manera más que decidida.

Finalmente, el futuro de Intel pasa también por su capacidad para integrar inteligencia artificial y procesamiento paralelo de manera más eficiente. Sin Hyper-Threading, la empresa necesitará asegurarse de que sus núcleos físicos puedan manejar de manera óptima las crecientes demandas de IA y aprendizaje automático, que requieren un procesamiento masivo de datos. El éxito de esta nueva etapa dependerá de cómo Intel siga adaptándose a un mercado en constante cambio.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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