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Diez consejos para mejorar la autonomía de un portátil

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La autonomía de un producto electrónico es un apartado muy valorado en una era de la movilidad donde usamos una gran cantidad de dispositivos en cualquier parte y no podemos permitirnos estar “atados a un enchufe», que, además, no siempre está disponible en todos los sitios de uso. La autonomía de los móviles inteligentes es una cuestión debatida desde hace tiempo y lo mismo podemos decir de los portátiles, los más vendidos entre el gran grupo de los PCs.

La situación ha mejorado (relativamente) los últimos años. La mejora de la capacidad y eficiencia de las baterías de las últimas generaciones de portátiles; el uso de procesadores de bajo voltaje; las unidades de estado sólido para almacenamiento; los nuevos estados de baja potencia o la mejora de la gestión energética de los últimos sistemas operativos, ha permitido alcanzar el sueño de obtener “autonomía para todo un día de trabajo” sin tener que usar baterías adicionales ni conectarlos a redes de energía.

Aunque han terminado imponiéndose las baterías integradas en todos los productos, complicando su reemplazo por el usuario, los fabricantes de PCs están prestando especial atención al apartado de la autonomía en sus equipos móviles conscientes de su importancia. Especialmente para profesionales de la movilidad, pero en general para cualquier usuario. Hay equipos especialmente preparados para ello como los ultraportátiles, los Chromebooks u otros que con base en los ARM de bajo consumo pueden llegar a ofrecer 12, 14 y hasta 16 horas de autonomía.

Cómo mejorar la autonomía de un portátil

Además del hardware especializado y el trabajo del software, también es importante que el propio usuario practique un mantenimiento mínimo de su equipo en unos sencillos pasos que pueden marcar la diferencia en la preservación y prolongación de la autonomía. Te los recordamos por si los necesitas, y seguro que así será porque aquí se suele cumplir la ‘Ley de Murphy’: cuánto más lo necesitas es cuando te quedas sin batería.

– Estado de la batería. La batería es obviamente el componente más importante en esta materia y antes de intentar maximizar su potencia lo primero es determinar su estado. Existen herramientas gratuitas que pueden verificarla, ofreciendo información de sus ciclos de carga y recarga, su capacidad, temperatura, antigüedad o voltaje.

– Mantenimiento de la batería. La batería es un material fungible que tendremos que sustituir en algún momento, pero un buen mantenimiento puede ayudar a mejorar su vida útil antes de que penalice nuestra autonomía. Uno de los pasos fundamentales es la calibración de la misma, una función que reinicia el indicador de carga para que muestre los valores correctamente.

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– Opciones de ahorro de energía. Tan importante como contar con un almacén de energía en buen estado, es controlar su consumo. Todos los sistemas operativos principales ofrecen ‘Opciones de Energía’ que permiten configurar una serie de parámetros para administrar la manera en que un portátil usa esta energía. Hay modos especiales de baja potencia que ahorran muchísimo consumo y permiten aumentar la autonomía cuando sea necesario.

– Pantalla. Al igual que sucede en otros dispositivo como los smartphones, este componente es -por mucho- el que más consume en un ordenador portátil. Disminuir su nivel de brillo y/o contraste mediante las opciones de ‘Pantalla’ de los paneles de control de los sistemas operativos o desde los botones físicos del teclado que incluyen muchos de ellos es una manera directa y contundente para aumentar la autonomía.

– Redes y conectividad. Los módulos de radio son uno de los componentes que consumen energía permanentemente. En un mundo tan conectado será difícil prescindir de estas opciones, pero si en un momento dado no necesitas conectarte a Internet, activar el «modo avión» puede sumarte energía adicional para completar un trabajo urgente.  Otro módulo que se puede desactivar para ahorrar batería es el de Bluetooth. Relacionado con el anterior, aunque realizado vía software, apagar puntualmente servicios como la detección de redes o el uso compartido de archivos e impresoras es otra medida para ahorrar energía.

– CPU y GPU. Hay equipos portátiles como los de juegos que están enfocados -por lo general- a reemplazar máquinas de escritorio y por ello a usarlos siempre enchufados. Pero muchos usuarios destinamos nuestros portátiles a varios usos y cuando no sea necesario y estemos trabajando en movilidad, podemos gestionar que el procesador funcione a la mínima frecuencia o que el subsistema gráfico use la integrada y no la dedicada. Un ejemplo de gestión la ofrece la función Optimus de NVIDIA que permite ejecutar una u otra GPU según la tarea a realizar.

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– Periféricos y discos. No dejes insertadas tarjetas de memorias SD o pendrives USB en sus localizaciones más allá de su uso. Incrementarán el consumo y reducirá la autonomía. Lo mismo para otros medios. Las unidades de red conectadas o discos en las unidades ópticas como DVD también consumen, por lo que no está de más retirarlas cuando no las utilicemos.

– “Apaga las luces”. Disminuir o apagar la retroiluminación del teclado es otro método para ahorro de energía. También conviene desactivar el protector de pantalla. Después de ajustar el ahorro de energía a la configuración predeterminada, la pantalla se apagará por lo que no hay necesidad de activar ese protector que sigue consumiendo energía.

– Otras conexiones. También es recomendable bloquear las conexiones entrantes para evitar que determinadas aplicaciones puedan ‘despertar’ el equipo y funcionar en segundo plano consumiendo batería. Pausar servicios de copia de seguridad y sincronización son tareas importantes y conviene pensar cuando podemos prescindir de ellas, pero temporalmente puede liberarnos de otra parte de energía.

– Supervisa tu portátil. Algunos procesos fuera de control pueden reducir drásticamente la vida de la batería. Podemos verlos en el administrador de tareas y en el monitor de recursos de las herramientas avanzadas del panel de control de sistemas como Windows. Detalles de uso como utilizar descargas previas en vez de streaming es clave. El consumo de contenido multimedia mediante streaming es brutal y agotará la batería rápidamente. Si planeas visualizar vídeos mejor descárgalos previamente si tienes ocasión.

Y disfruta de tu equipo… El mantenimiento y los cuidados anteriores mejorarán la autonomía y alargarán la vida útil de la batería, pero no harán “milagros”. La batería es un material fungible que no dura para siempre. Tiene un número limitado de cargas y recargas y llegará un momento que finalizará su vida útil o su eficiencia será tan baja que no habrá más remedio que cambiarla. Aprovecha las capacidades de tu portátil en movilidad y cuando llegue el día, tendrás que comprar una batería para garantizar la capacidad, eficiencia y seguridad de uso.

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