Amazon admite estar guardando de forma indefinida todas las grabaciones de voz de Alexa

Hace unos meses os hablamos de la verdad detrás de los asistentes de voz inteligentes de Amazon, y de cómo una gran parte de sus sistemas de reconocimiento y aprendizaje se basaban en el respaldo de los trabajadores de la compañía, que escuchan y operan sobre las grabaciones de los usuarios.

Esta noticia supuso un duro golpe a la privacidad de los clientes, pero la cosa no acabó ahí. Desde Amazon no tardaron en avisar sobre la existencia de una opción para desactivar el almacenaje de las próximas grabaciones a través de Alexa.

Y es que además no se trata de conversaciones anónimas, sino que encima estarán ligadas al nombre y número de usuario asignado a nuestras cuentas de Amazon.

La reciente respuesta de Amazon a una carta del senador Chris Coons de Estados Unidos, ha sacado a la luz que aunque los usuarios podamos borrar nuestras grabaciones, la compañía todavía puede «retener otros registros de las interacciones de los clientes con Alexa, incluidos registros de acciones que Alexa tomó en respuesta a la solicitud del cliente«.

De esta manera, la información realmente se mantendría en su poder, lo que implica una capacidad casi nula de los usuarios para proteger sus datos. Además, en la misma carta se puede leer que están realizando un «esfuerzo continuo para garantizar que esas transcripciones no permanezcan en ninguno de los otros sistemas de almacenamiento de Alexa«.

Esto deja a entender que terceras partes, como las que intervienen en las Skills de Alexa, o incluso otras compañías que incorporan este asistente de voz en sus equipos, podrían también tener el acceso a nuestras grabaiones.

Ahora, de nuevo ha vuelto a salir nueva y preocupante información sobre el tema, habiendo admitido la propia Amazon que todas las conversaciones captadas por sus dispositivos se están guardando de forma indefinida, hasta que el usuario pida su eliminación.

Y es que normalmente este tipo de datos sensibles suelen tener una fecha de caducidad, siendo borrados tras pasar un cierto tiempo para mantener un cierto nivel de privacidad, y en el orden de asegurar su seguridad.