Las microtransacciones en videojuegos generan grandes ingresos

El uso de las microtransacciones en los videojuegos no es algo nuevo aunque su utilización había estado limitada en la mayoría de los casos a los títulos que recurren al modelo «free to play», es decir que se ofrecen de forma gratuita pero incluyen bienes virtuales y servicios que se pueden comprar con dinero real.

Esto facilita la monetización de un juego y acaba con la barrera que en muchos casos supone el precio de compra, pero al mismo tiempo tiene consecuencias negativas ya que en muchos casos es necesario hacer un gasto mayor del que supondría pagar un precio estándar por un juego para disfrutar de una experiencia completa u óptima.

Lo dicho se aplica sobre todo a los títulos de rol o de estrategia que adoptan modelos «premium» para acelerar la subida de nivel de los personajes, o que limitan la obtención de determinados recursos u objetos haciendo que sea muy compleja y ofreciéndolos de forma sencilla a cambio de dinero real.

El caso es que las microtransacciones se han extendido gradualmente al mundo de los videojuegos de pago, es decir aquellos que tienen un precio de venta concreto, una realidad que no ha gustado nada a muchos jugadores ya que puede convertir un título atractivo en un simple «pay to win» («paga para ganar»).

Firmas como Digital River tienen claro que las microtransacciones han llegado para quedarse y que se irán convirtiendo en algo cada vez más popular, una idea que justifica y construye sobre dos grandes argumentos:

• Los jugadores están cada vez menos dispuestos a pagar 60 euros por un juego. Con las microtransacciones sería posible bajar el precio de venta y mantener la rentabilidad del mismo.
• Las microtransacciones han triplicado el valor de la industria del videojuego, lo que significa que tienen un peso cada vez mayor en el sector.

Un modelo de micropagos bien implementado puede ser interesante si contribuye a la reducción de precio de un juego. En este sentido Guild Wars 2 es un buen ejemplo, pero por desgracia limitar las ventajas de los bienes al plano estético no es la tendencia actual.

Más información: Neowin.