LUNA, una réplica de nuestro satélite en la Tierra

Desde que Estados Unidos y la Unión Soviética compitieran por ver quién era el primero en llegar a la Luna, allá por la década de los sesenta, el interés por nuestro satélite natural había decaído, durante décadas, a mínimos inimaginables y, para muchos (entre los que me incluyo) bastante tristes. Esto es fruto, claro, de que aquella carrera espacial perseguía el fin correcto, pero por las razones equivocadas, y que por lo tanto fue llegar a la Luna como podría haber sido talar árboles a mordiscos.

Por suerte, entre finales de la década pasada y lo que llevamos vivido de la actual, vivimos un importante resurgir en el interés por la Luna, un interés que ya se ha traducido en varios programas para llevar rovers y otros dispositivos a la misma, como en los ambiciosos planes del Programa Artemis, que tiene como primer gran hito pendiente que el ser humano vuelva a pisar su superficie, algo que no ha ocurrido desde hace más de cincuenta años, pese a que el nivel actual del ser humano en todas las disciplinas necesarias para llevar a cabo una misión de este tipo ha mejorado en gran medida desde entonces.

Ahora bien, aunque como digo ciencia e ingeniería han evolucionado mucho desde entonces, un vuelo tripulado a la Luna, con la posterior actividad extravehicular, poder despegar desde su superficie y volver sanos y salvos a casa no es una misión rutinaria. Requiere de mucho trabajo, mucho talento y mucha, muchísima preparación. Y es aquí dónde entra en juego una instalación desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR) que será excepcionalmente útil para este último punto.

Desplegada en la ciudad alemana de Colonia, LUNA es una instalación que reproduce gran parte de las condiciones de la superficie lunar, y que por lo tanto servirá como campo de entrenamiento de astronautas, y también de prueba de vehículos y otro tipo de objetos que esté previsto llevar a nuestro satélite. Todavía, claro, no es capaz de reproducir las condiciones de gravedad lunar, de alrededor de un sexto de la de nuestro planeta (1.62 m/s² frente a 9.81 m/s²), pero está prevista la puesta en marcha de un sistema de descarga gravitatoria, que mejorará sustancialmente la ejecución de pruebas realistas en esta instalación.

Aunque la principal referencia en este sentido, como mencionaba anteriormente, es el programa Artemis de la NASA, tanto la ESA como la DLR han diseñado y puesto en funcionamiento LUNA para cualquier tipo de entidad, tanto pública como privada, que tenga cualquier tipo de interés en la Luna y que, por lo tanto, desee poder llevar a cabo simulaciones que permitan comprobar si aquello en lo que están trabajando se ajusta, mejor o peor, a las condiciones reales del satélite.

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