Los buscapersonas explosivos o cómo Israel creó el caballo de troya moderno
Medios estadounidenses como The New York Times dan por hecho que Israel está detrás de los buscapersonas explosivos y otros dispositivos electrónicos que esta semana han reventado en manos de la milicia de Hezbolá y otras personas en el Líbano. NYT ha consultado funcionarios de defensa e inteligencia para concluir que se trata de la «construcción del caballo de troya moderno» en una operación compleja que describe como «una elaborada artimaña».
Oriente Medio es un polvorín desde hace décadas y poco podemos aportar desde aquí salvo lamentar las miles de víctimas, la mayoría de ellas civiles, y una escalada del conflicto que no parece tener fin. Sí queríamos comentar la capacidad de Israel para controlar tecnología y comunicaciones, absolutamente clave en cualquier conflicto moderno, si bien, realmente, a pocos expertos o conocedores de la situación puede sorprender a estas alturas.
No es la primera vez que Israel emplea tecnologías sofisticadas contra grupos de la zona o países que los apoyan. En 2020, por ejemplo, Israel asesinó al principal científico nuclear de Irán utilizando un robot asistido por inteligencia artificial, controlado de forma remota vía satélite. También es bien conocido el uso de piratería informática para obstaculizar el desarrollo nuclear iraní. Por no hablar de Pegasus, el software espía (conocido) más avanzado de la historia creado por la empresa israelita NSO Group, obviamente, controlada por el gobierno de Israel y su poderoso servicio de inteligencia.
¿De dónde salieron esos buscapersonas explosivos?
Cuando hace años Israel mató a comandos de alto rango de Hezbolá en el Libano mediante asesinatos selectivos, la milicia comprendió que habían utilizado las redes de telefonía móvil para localizar a sus agentes. También se descubrió que Israel contaba con medios técnicos para activar remotamente la cámara y micrófono de los dispositivos y con ello espiar a sus propietarios. Por ello, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, prohibió el uso de teléfonos móviles y presionó para que el grupo invirtiera en buscapersonas, que a pesar de sus capacidades limitadas podían recibir datos sin revelar la ubicación del usuario u otra información comprometedora.
Los funcionarios de inteligencia israelita vieron entonces una oportunidad y pusieron en marcha un plan para establecer una empresa fantasma que se haría pasar por un productor internacional de estos dispositivos. Las fuentes consultadas por NYT, dicen que BAC Consulting, una empresa con sede en Hungría contratada para producir los dispositivos en nombre de una empresa taiwanesa, Gold Apollo, formaba parte del plan o de esa elaborada artimaña. Al menos se crearon otras dos empresas fantasma para ocultar la verdadera identidad de los responsables de los dispositivos: oficiales de inteligencia de Israel.
BAC se ocupaba de otros clientes comunes, para los que fabricaba una gama de buscapersonas comunes y corrientes. Pero el único cliente que realmente importaba era Hezbolá. Los buscapersonas explosivos no eran nada comunes. Se fabricaban por separado y contenían baterías cargadas con el explosivo PETN, según los técnicos de inteligencia citados.
Los buscapersonas comenzaron a enviarse al Líbano en el verano de 2022 en pequeñas cantidades, pero la producción se incrementó rápidamente después de que Nasrallah denunciara la inseguridad de los móviles inteligentes y las redes celulares. Fue una medida defensiva. O eso parecía.
Mientras, en la sede del Mosad estaban tranquilos. Se referían a los buscapersonas como “botones” que podían presionarse cuando pareciera el momento oportuno. Ese momento, al parecer, llegó esta semana. Para provocar las explosiones, Israel hizo sonar los buscapersonas y les envió un mensaje en árabe que parecía provenir de los principales líderes de Hezbolá. De película… Si no fuera por el caos provocado y las víctimas, tanto milicianos como civiles ya que las explosiones se sucedieron en cualquier parte afectando a cualquier persona. A los buscapersonas explosivos del martes se añadieron también los walkie-talkie ayer, con al menos 20 muertos y 2.700 heridos más.
Israel no ha confirmado oficialmente (ni negado) su participación en estas operaciones, pero todos los funcionarios de defensa y de inteligencia consultados por The New York Times afirman que los israelíes estaban detrás de él y describen la operación como compleja y de larga preparación. No sabemos si hay más grupos de dispositivos electrónicos preparados para explotar… Seguramente nunca conoceremos toda la verdad.
Y las preguntas sin contestar que se quedan detrás, como si los servicios de inteligencia se infiltraron en la misma cadena de producción o la manipulación se produjo después, en la empresa fantasma. Eso sí; queda confirmado el inmenso dominio de Israel en tecnología y comunicaciones. Y la triste percepción de que los conflictos de Oriente Medio no tienen solución.