Twitter falla en la entrevista de Elon Musk a Donald Trump
Twitter tiene bastantes problemas, como todos bien sabemos, y además de tipos de lo más variados, desde técnicos hasta económicos. Evidentemente, esto supone un enorme problema para su propietario, Elon Musk, que hizo una inversión desorbitada para hacerse con la propiedad y el control de la red social. Y, como el multimillonario es muy, muy consciente de dichos problemas, en los ya cerca de dos años desde que se hiciera con el control de la red, ha llevado a cabo medidas de lo más diversas para intentar cuadrar las cuentas.
Llevar la iniciativa en ese sentido es lógico, claro, como digo hizo una enorme inversión y, aunque presentó argumentos poco menos que filantrópicos para ello, hablamos de un hombre de negocios, por lo que resulta evidente que esperaba, tarde o temprano, un retorno económico que, tarde o temprano, terminara por hacer rentable la operación. Repito, nada que objetar a este punto, es lo más normal del mundo, y cualquier otra persona en su situación actuaría espoleado por los mismos objetivos.
El problema de Musk con Twitter no es el objetivo, sino los pasos dados para lograrlo. Los despidos masivos nada más hacerse con el control, desvirtuar por completo la función de cuentas verificadas, que hasta aquel momento era mejorable pero que con el modelo actual ya no sirve para nada, su total falta de capacidad para convertir la plataforma en un entorno adecuado para los criterios de los anunciantes, determinadas acciones en el plano técnico desastrosas… en fin, perseguir el objetivo correcto por todos los caminos equivocados, se podría decir.