Elon Musk denuncia a los anunciantes de Twitter por no anunciarse
Que Elon Musk es un personaje de lo más peculiar es algo que, a estas alturas, no requiere de explicación alguna. Terriblemente impulsivo, aunque (generalmente, y especialmente en el pasado) con buen ojo para ver el potencial de determinados mercados en los que invertir, en sus primeros tiempos parecía saber mantener el control y actuar de una manera más lógica, más cerebral, mientras que de un tiempo a esta parte parece haber sucumbido por completo a la parte emocional, hasta el punto de haber sido ingerido por el personaje que ha construido alrededor de su persona.
Aunque sus «elonadas» no se han producido únicamente en la red social, es indudable que se concentran, alrededor de Twitter, algunas de sus decisiones impulsivas más sonadas, empezando por la misma operación de compra, de la que como recordarás quiso echarse atrás tras hacer números, algo que, quizá, debería haber hecho antes de firmar el acuerdo de compra. Así, su relación con Twitter, como propietario, empezó mal, y desde entonces hasta ahora no ha levantado cabeza.
No voy a hacer una enumeración detallada de las decisiones erróneas de Elon Musk al frente de Twitter, y ya he dicho en otras ocasiones que entiendo su afán por intentar mejorar la monetización de la red social. El problema es que no pocos de sus movimientos se han traducido en hacer que Twitter resulte una plataforma menos atractiva para los anunciantes que, entre otras razones, ven que el despido de los equipos de moderación se ha traducido en que sus anuncios se mostraban junto a contenidos de odio. El golpe, en este sentido, empezó a notarse desde el primer momento, y la tendencia se ha mantenido desde entonces.