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WordArt vive, la lucha sigue

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WordArt vive, la lucha sigue

Aunque tiene un alcance multigeneracional, si hay un grupo de edad al que la palabra WordArt le provocará sensaciones encontradas es el situado alrededor de los 35 y los 60 años. Repito, me consta que hay bastantes personas fuera de ese rango de edad que también saben perfectamente de qué estoy hablando pero, por mis recuerdos de aquella época (los locos noventa) y conversaciones mantenidas en todo el tiempo transcurrido hasta la actualidad, es en dicho rango donde me he encontrado con las reacciones más hilarantes.

Aunque bastantes personas lo asocian a las primeras versiones de Word para Windows 95/98, lo cierto es que WordArt debutó en Microsoft Word 6.0, lanzado en 1993 tanto para MS-DOS como para Windows. No obstante, es normal que no muchas personas lo recuerden, puesto que la edad dorada de esta herramienta llegó, claro, con el advenimiento de Windows 95/98 y las primeras versiones de Word que ya le sacaban el partido a la enorme evolución que supuso la llegada de las mismas en lo referido al apartado gráfico.

WordArt vive, la lucha sigue

Elemento de texto creado con WordArt en Microsoft Word 6.0 para Windows.

Con las mismas, Microsoft optó por dotar a WordArt de algunos diseños, digamos que impactantes, y que no pasaban desapercibidos en ningún caso, pero especialmente cuando eran empleados en documentos en los que su uso no estaba justificado. Y quiso el azar que, además, la edad de oro de WordArt coincidiera en el tiempo con la de la tipografía Comic Sans (a la que un día dedicaremos también un merecido espacio). Así, entre finales de los 90 y principios de la primera década de este siglo, era relativamente común encontrarte con documentos escritos en Comic Sans con titulares compuestos por WordArt. Faltan estudios que relacionen aquella tendencia con no pocos defectos oculares experimentados a posteriori por sus usuarios.

Pero antes de seguir, un resumen rápido para quienes no sepan de qué estamos hablando. WordArt es una herramienta incluida en algunas de las aplicaciones de Microsoft Office/Microsoft 365, que permite la inclusión de elementos de texto pero con estilos gráficos variados. En la imagen sobre el párrafo anterior puedes ver cómo se empleaba en Word 6.0, pero el desembarco de los estilos más recordados de esta herramienta se produjo unos años después. Y ya que estamos recordando grandes glorias de aquellos tiempos, también coincidió en el tiempo con… efectivamente, ¡con Clippy!

WordArt vive, la lucha sigue

La combinación de los estilos gráficos de WordArt en Word 97, la tipografía Comic Sans y Clippy nos lleva, a muchos, a un pasado de experiencias lisérgicas inducidas digitalmente.

Durante unos años, la combinación de títulos creados en WordArt y textos formateados con Comic Sans fueron tendencia, inicialmente por lo novedoso y llamativo de sus aspectos, pero posteriormente y de manera creciente a modo de meme, toda vez que sus excesos visuales empezaron a convertirse en una broma compartida entre los usuarios. Y así, durante un tiempo, vivimos una convivencia de usuarios que los empleaban sin segundas intenciones, frente a otros que ya hacía un uso irónico de dichos elementos.

Para que esto se entienda un poco mejor, debemos recordar que los diseños de aquella generación de WordArt estaban claramente planteados para ser muy llamativos visualmente, pero en contra de lo que pueda pensar el lector que no vivió aquellos tiempos, ya eran un tanto excesivos en aquel momento, con un estilo que (desde mi reducido conocimiento en lo referido al diseño gráfico) se alineaban más con el colorismo extremo de la década de los ochenta que con las tendencias, algo más comedidas, de los noventa. Puedes verlos en la siguiente imagen:

WordArt vive, la lucha sigue

Aunque muchas personas piensan que WordArt terminó desapareciendo, lo cierto es que a día de hoy sigue formando parte de las aplicaciones de Microsoft Office/Microsoft 365, si bien los diseños que ofrece en la actualidad son, sin duda, mucho más sobrios que los que hicieron que la herramienta cobrara tanta popularidad en su momento. En la actualidad son los siguientes:

WordArt vive, la lucha sigue

Ahora bien, ¿significa esto que la época de esplendor de WordArt ya se ha olvidado? Pues lo cierto es que no del todo. Es cierto que ya no es común encontrar elementos diseñados con esa versión de la herramienta, pero eso no significa que sea imposible dar con ellos. Esta misma semana, lo recordarás, te contábamos el caso de una aerolínea estadounidense que logró eludir los problemas ocasionados por ClowdStrike Falcon debido a que sigue empleando Windows 3.1 y Windows 95. Y esto nos recuerda que aún a día de hoy podemos encontrar sistemas de producción que emplean sistemas operativos antiguos… y, por lo tanto, también las aplicaciones propias de los mismos.

Esto nos lleva a un tweet, publicado recientemente por la cuenta wikiCR Ciudad Real, un mensaje en el que podemos ver un cartel publicado por el Ayuntamiento de Ciudad Real (según indica esta cuenta), con la convocatoria al cuadragésimo-quinto Concurso de Limoná, que se encuadra en el programa de actividades de la Pandorga 2024, la festividad mayor de la localidad. ¿Y qué es lo que hace que dicha convocatoria sea algo tan especial? Puedes ver el tweet bajo este párrafo:

WordArt vive, la lucha sigue

Como puedes ver, en pleno julio de 2024 nos encontramos con un diseño absolutamente extemporáneo, excesivo y terrible o maravilloso, en función del gusto de cada cual. No tenemos la certeza, claro, de si las virtudes o defectos (pues esto depende de la cosmovisión de cada uno) son accidentales o intencionados, es decir, si la persona que lo diseñó lo hizo pensando, honestamente, que se trababa de un gran diseño, alegre y llamativo, o si tras el mismo se encuentra una persona que sabe perfectamente lo que ha hecho, y que por lo tanto todo es absolutamente intencional. No obstante, tiendo a pensar que se trata más de la primera opción.

Las reacciones al mismo, como ya podíamos imaginar, no se han hecho esperar, y tal y como planteaba en el párrafo anterior, las hay para todos los gustos. Algunas personas lo encuentran maravilloso (y yo me incluyo entre ellas), otras lo consideran inaceptable y, por supuesto, las bromas se han intercalado entre los comentarios de unos y otros.

Hablamos con Beatriz Albir, artista y diseñadora gráfica, sobre WordArt y el cartel de «La Limoná»
Beatriz Albir, artista y diseñadora gráfica

Beatriz Albir, artista y diseñadora gráfica.

Ya he aclarado, previamente, que no soy un experto en diseño, pero tengo la suerte de conocer a Beatriz Albir, una sensacional artista y diseñadora, cuyo trabajo tuve la suerte de conocer gracias a su colaboración con la renacentista (en la mejor de las acepciones del término) Elena Casado en el exitoso proyecto de su libro «Agosto es el mes más frío del año». Puedes conocer más sobre el trabajo de Beatriz en su cuenta de Instagram.

Beatriz representa además, y por eso me ha parecido tan interesante contar con su participación y criterio, a la parte más joven del espectro de edad que indicaba al principio del artículo, por lo que hablamos de una persona que llegó a vivir el boom de WordArt en su momento, a lo que debemos sumar su amplio conocimiento sobre las tendencias más actuales en lo referido al diseño gráfico. ¿Nos hablará desde el punto de vista de la nostalgia? ¿De la recuperación de estilos «antiguos»? ¿Del uso irónico de este tipo de recursos?

MuyComputer: como profesional del diseño, ¿qué opinión te merece el cartel del concurso de La Limoná? ¿Crees que el uso de los recursos gráficos del mismo es casual o intencional?

Beatriz Albir: Estoy completamente segura de que es casual. Si bien el uso del WordArt o de la Comic Sans de manera irónica se ha vuelto habitual, tiene que ser algo mucho más obvio para que entendamos la intencionalidad. Además, cuando un diseñador es conocedor del significado que tiene este tipo de elementos gráficos, también conoce mejores herramientas para poder enfatizar esa estética. De hecho, a día de hoy, hasta para el diseñador más novato hay aplicaciones como Canva que ya te muestran plantillas de estéticas retro donde queda patente la intencionalidad.

MuyComputer: y, de una manera más general, ¿crees que recurrir a elementos de este tipo, tan asociados a un momento concreto y que pueden despertar la nostalgia, pero también el rechazo? ¿Es un acierto o un error? ¿Quizá depende del contexto?

Beatriz Albir: Es un error absoluto. Si buscamos despertar la nostalgia, habría que ser más explícito y adaptar la estética pasada a una actual, como pasó en su día con el retro-wave o como pasa ya a día de hoy con el revival de los 90’ y de los 2000. Pero todo ello sin romper con las grandes normas del diseño. Cuantas menos tipografías mejor, evitar las predeterminadas del paquete de Office y ceñirse a una gama cromática de unos pocos tonos. Si hubiera cumplido esas normas, aún usando WordArt, me habría podido plantear la intencionalidad.

Aún así, el listón en cuanto a expectativas de diseño gráfico se refiere, está tan bajo, que con que no se haya utilizado Inteligencia Artificial o Comic Sans, ya nos conformamos. Por eso creo que a pesar de todo es posible que el cartel tenga buena acogida o que se tome de manera jocosa.

MuyComputer: ¿crees que, si el cartel alcanza más viralidad, veremos más diseños de este estilo a corto plazo?

Beatriz Albir: Podría ocurrir y de hecho, ya ocurre. Aunque no sea a causa de este cartel, ya he visto campañas parecidas en marcas como Natulim o Jumpers. Yo misma maqueté información para una agencia de viajes a Benidorm buscando esa estética noventera, pero esforzándome en que la intencionalidad fuera evidente.

WordArt vive, la lucha sigue

MuyComputer: ¿Qué opinión te merece, tanto personal como profesionalmente, WordArt?

Beatriz Albir: Mi primer contacto con las artes digitales fue con un ordenador de segunda mano que tenía instalado Windows 3.1. No daba para mucho, y aún así, ya me tiraba horas en Paint. No me escondo, es más el bote de pintura y el spray son un pasado del que me enorgullezco.

Más adelante, me pasé al Windows 95 y se sintió como cambiar de una bicicleta a un tren. No a un tren de alta velocidad, claro, a un regional de esos que para en 20 pueblos. Pero aún así el cambio era fuerte.

En lo que a la creación de textos, por supuesto, fui usuaria de WordArt para todos y cada uno de mis trabajos de la ESO. Como todo el mundo, eso sí, no solía usar a Clip, me gustaba más Catulina.

WordArt vive, la lucha sigue

En ese momento el uso del WordArt se sentía como el epítome de las competencias digitales. Pero no lo era, al menos no, a nivel profesional. Estaba bien para trabajos escolares y de instituto, por supuesto. Pero cuando se usaba desde empresas o instituciones ya daba repelús, o como dicen ahora los chavales, cringe.

Más adelante, en mi etapa formativa conocí algunos de los pilares del diseño gráfico, que como aquellos que he mencionado antes, dan vueltas al concepto de menos es más. Salvo la excepción de la ironía, en ese caso hay que encontrar un equilibrio en el que rompamos algunas normas, respetando otras y dejando claras nuestras intenciones y nuestra apelación a la nostalgia.
Si de estas tendencias, ya sean casuales y sinceras, o intencionadamente irónicas, se produce un revival del WordArt, espero que Office se ponga las pilas y actualice sus herramientas hacia las actuales tendencias del sueño gráfico.

Si me dieran una cana por cada contenido que he escrito relacionado con la tecnología... pues sí, tendría las canas que tengo. Por lo demás, música, fotografía, café, un eReader a reventar y una isla desierta. ¿Te vienes?

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