Windows 11, ¿realmente es un fracaso y tan malo como lo pintan?
Windows 11 generó una fuerte controversia desde el momento de su lanzamiento por dos grandes razones, los cambios que incorporó a nivel de interfaz y sus altos requisitos mínimos, que hacían que muchos equipos que todavía ofrecen un buen nivel de rendimiento y que son capaces de mover Windows 10 de forma óptima pasaran a quedar «obsoletos».
La tasa de adopción de Windows 11 ha sido muy lenta, solo tenemos que ver los datos de adopción que ha ido registrando desde su lanzamiento en octubre de 2021 para darnos cuenta de esta realidad. Os pongo un ejemplo, Windows 10 tardó menos de un año en superar a Windows 7 en Steam, y en casi tres años Windows 11 todavía no ha logrado vencer a Windows 10 en dicha plataforma.
Si hacemos números esto quiere decir que la tasa de adopción de Windows 11 está siendo el triple de lenta que la de Windows 10. A nivel general la situación tampoco pinta mucho mejor, ya que según los últimos datos que ha compartido StatCounter la cuota de mercado del último sistema operativo de Microsoft todavía no llega al 30%.
Windows 11 ha sido un fracaso
Los números no mienten. Microsoft repitió el enfoque de ofrecer este sistema operativo como una actualización gratuita no solo desde Windows 10, sino también desde Windows 7. Este fue un movimiento perfectamente calculado por el gigante de Redmond, que sabía lo bien que le salió esta jugada para acelerar la transición de Windows 7 a Windows 10.
Sin embargo la cosa no le ha funcionado igual de bien con Windows 11, y el gran culpable han sido los altos requisitos de este sistema operativo. Pensad que muchos equipos que mueven Windows 10 y Windows 7 de forma óptima no cumplen con los requisitos de Windows 11, y por tanto no es posible instalar dicho sistema operativo sin recurrir a métodos que permiten superar el bloqueo automático que se aplica cuando el sistema detecta que no cumplimos los requisitos.
En caso de que queramos recurrir a esos métodos que nos permiten superar el bloqueo en caso de no cumplir los requisitos estaremos corriendo un riesgo, ya que estaremos utilizando Windows 11 en un sistema operativo que podría empezar a dar problemas en cualquier momento, y que incluso podría quedarse sin soporte.
Microsoft nunca aclaró qué podía pasar si instalábamos dicho sistema operativo en un equipo que no cumpliera con los requisitos mínimos, así que esto no hizo más que generar una mayor sensación de inseguridad entre aquellos que estaban considerando pasar de Windows 10 a Windows 11, y que al final no lo hicieron por miedo a tener problemas porque su equipo no cumplía los requisitos.
Que casi tres años después de su lanzamiento este sistema operativo no haya superado a Windows 10 en Steam, y que tampoco haya superado el 30% de cuota global dicen mucho del batacazo que se ha dado Microsoft con Windows 11. Tengo claro que el principal responsable de ese fracaso no han sido ni los cambios a nivel de interfaz ni los ajustes a nivel de funciones y características, sino sus requisitos a nivel de hardware.
Si Microsoft no hubiese establecido como requisitos mínimos el chip de seguridad TPM y contar, como mínimo, con un procesador Intel Coffee Lake o Ryzen 2000 creo que la historia habría sido muy distinta, porque al final esto ha actuado como un gran freno para una enorme base de usuarios que, como dije anteriormente, tienen equipos perfectamente funcionales y capaces.
Windows 11 no ha logrado diferenciarse bien de Windows 10
Y esto también le ha pasado factura. Cuando hablo de diferenciar no me refiero a mostrarse como un sistema operativo nuevo, sino a dejar claro que ofrece un valor superior a través de cambios interesantes, como una nueva interfaz y nuevas funciones que realmente marcan la diferencia y mejoran la experiencia de uso.
Microsoft no ha sido capaz de atraer el interés de los usuarios a gran escala con Windows 11, hasta tal punto que a poco más de un año del final del ciclo de vida de Windows 10 la diferencia en cuota de mercado entre ambos es mucho más grande que la que había entre Windows 10 y Windows 7 en la misma etapa del final del ciclo de vida de este último.
Pero esto no es todo, Windows 11 también sigue generando un gran rechazo. Muchos usuarios creen incluso que es un sistema operativo inferior a Windows 10, menos maduro y mucho más exigente en consumo de recursos. En parte tienen razón, la madurez de Windows 10 es superior y también tiene unas exigencias de hardware mucho más bajas, lo que le permite ofrecer una experiencia aceptable incluso en PCs con solo 4 GB de RAM y un buen rendimiento con 8 GB de RAM.
El gigante de Redmond ha sido incapaz de lavar la imagen de Windows 11, y ha seguido lanzando actualizaciones que llegaban en mal estado y con cosas sin pulir, lo que acababa provocando errores y fallos de cierta gravedad que al final no hacían más que seguir empañando la reputación de dicho sistema operativo.
Esa mala fama está lastrando la tasa de adopción de este nuevo sistema operativo, y ni siquiera el anuncio de la IA de segunda generación, capitaneada por Microsoft Copilot+, está cambiando la postura de muchos usuarios, que piensan que es un sistema operativo a evitar, y que tienen claro que van a seguir con Windows 10 hasta que este se quede sin soporte.
Ni siquiera funciones aparentemente revolucionarias, como «Recuerdos», han logrado mejorar la imagen de este sistema operativo, de hecho esta ha tenido el efecto contario, ya que ha sido percibida por el gran público como un peligro para la seguridad y la privacidad del usuario. El rechazo general fue tan grande que de hecho Microsoft decidió posponer su lanzamiento.
Windows 10 quedará sin soporte oficial a partir de octubre de 2025, pero incluso después de esa fecha muchas personas seguirán utilizando ese sistema operativo, algo que ya ocurrió con Windows 7 y Windows XP. Podemos esperar que la tasa de adopción de Windows 11 siga siendo lenta durante los próximos meses, y dudo que sea capaz de superar a Windows 10 en cuota de mercado antes de que este entre en la recta final de su ciclo de vida.
¿Es tan malo como lo pintan o son exageraciones?
Tengo que reconocer que a mí mismo me costó dar el salto a Windows 11, de hecho esperé a montar mi nuevo PC para dar actualizar a dicho sistema operativo. Llevó con él unos cuantos meses, y la verdad es que de momento la experiencia está siendo buena y no he tenido el más mínimo problema. Actualicé gratis a dicho sistema operativo desde Windows 10 Pro, así que no tuve que gastar dinero en comprar una nueva licencia.
Es importante que tengáis en cuenta que el PC sobre el que he instalado Windows 11 es muy potente y cuenta con componentes de última generación, así que lo lógico es que dicho sistema operativo funcione sin problemas. En equipos con componentes más antiguos tampoco debería haber problemas, siempre que cumpla con los requisitos mínimos y que lo tengamos todo debidamente actualizado.
Mi experiencia con Windows 11 en un portátil más modesto configurado con un Intel Core i7-11370H, 16 GB de RAM, SSD de 512 GB y una GeForce RTX 3060 Mobile también ha sido positiva. No he tenido problemas de estabilidad ni con las actualizaciones, y todas las aplicaciones y juegos que utilizo funcionan a la perfección.
Para prevenir problemas con las actualizaciones siempre espero a que pasen unas semanas desde su lanzamiento para instalarlas. De esta manera me aseguro de que no sufriré posibles errores o fallos que hayan pasado inadvertidos durante la fase de pruebas previa al lanzamiento. Si vais a dar el salto a Windows 11, o si ya lo habéis hecho, os recomiendo que hagáis lo mismo.
Mi única queja está en la interfaz de Windows 11, que en algunos aspectos me parece un paso atrás con respecto a Windows 10 y tiene cosas mejorables. Esos cambios hicieron que me costase un poco adaptarme al cambio de sistema operativo y afectaron a mi productividad en los primeros días, pero al final me acabé acostumbrado y hace tiempo que dejaron de ser una molestia.
También me tomé unos minutos par personalizar Windows 11 y acabar con todas aquellas cosas que me resultaban molestas, como por ejemplo la publicidad que integra este sistema operativo y que es cada vez mayor. Si no sabes cómo hacerlo no te preocupes, echa un vistazo a este artículo donde encontrarás toda la información que necesitas.
Respondiendo a la pregunta anterior creo que no, que Windows 11 no es tan malo como lo pintan algunos, pero esto no quiere decir que no tenga carencias ni cosas mejorables. La interfaz es una de ellas, las actualizaciones siguen llegando con problemas en más de una ocasión, sus requisitos son ridículamente altos y el rendimiento que ofrece comparado con Windows 10 es inferior en equipos más modestos.
¿Debería cambiarme a Windows 11 o esperar a Windows 12?
Es una decisión que depende de muchas cosas. Si tienes un PC que solo cumple con los requisitos mínimos de dicho sistema operativo yo me quedaría en Windows 10, porque vas a tener serios problemas de rendimiento y la experiencia con Windows 11 no va a ser nada buena, sobre todo si solo tienes 4 GB de RAM.
Si superas holgadamente los requisitos mínimos sí que podrías empezar a considerar el cambio de sistema operativo. A partir de 8 GB de RAM el rendimiento es bueno, pero el nivel óptimo está en 16 GB. La configuración que tengas a nivel de hardware definirá en gran medida la experiencia de uso que vas a disfrutar, así que tenlo muy en cuenta. No te olvides de que la nueva interfaz requiere de un periodo de adaptación.
Para la mayoría de los usuarios ahora mismo no es necesario pasarse a Windows 11, porque como dije este sistema operativo no tiene funciones diferenciadoras que realmente representen una gran evolución, así que si tienes dudas tranquilo, que no te pierdes nada importante y tienes tiempo para seguir meditando tu decisión, porque Windows 10 tendrá soporte hasta octubre de 2025.
La llegada de la IA de segunda generación está empezando a cambiar la situación, pero ahora mismo solo está disponible en equipos con SoC Snapdragon Elite, y cuando llegue a PCs x86-x64 puede que sus requisitos acaben dejando fuera a muchas configuraciones que no cumplan con los requisitos mínimos establecidos.
Yo no me arrepiento de haber dado el salto a Windows 11, pero no debo ser yo quien te diga que tienes que actualizar a Windows 11, es una decisión que tienes que tomar tú. Con todo, puedes partir de lo que te he contado en este artículo para resolver dudas y formar una elección mejor ajustada y adaptada a tus necesidades y a la realidad de tu PC.
Con respecto a Windows 12, la verdad es que todavía no sabemos realmente cuáles son los planes de Microsoft con ese hipotético nuevo sistema operativo, así que es complicado lanzar una predicción de si será mejor o peor. Personalmente creo que Microsoft lo acabará lanzando porque es consciente de que la imagen de Windows 11 ya no se puede blanquear, y porque sabe que un cambio de sistema operativo es como empezar con un «lienzo en blanco».
Quiero pensar que aprenderá de los errores cometidos con Windows 11 y que con Windows 12 hará mejor las cosas, pero ya sabemos cómo es Microsoft, es capaz de hacer maravillas como Windows 7 y desastres como Windows 8, así que podemos esperarnos cualquier cosa de su próximo sistema operativo.
Imagen de portada generada con IA.