Ahora sí, por fin, Japón se despide de los disquetes
Es posible que la conversación sobre el uso de disquetes en Japón te resulte familiar, y es que es sabido que, durante muchos años, las administraciones públicas de uno de los países que han jugado un papel clave en la evolución de la tecnología, paradójicamente han permanecido ancladas a tecnologías ampliamente superadas, cuando no claramente obsoletas. Es cierto, sí, que Japón no es el único país en el que se vive esta situación, por ejemplo hace unos meses hablábamos de un caso igualmente sorprendente en Alemania, pero sí que es, muy probablemente, el más paradigmático.
La dependencia de soluciones tecnológicas obsoletas plantea una serie de problemas, que hacen recomendable la actualización. Sin embargo, es cierto que a mayor implantación de las mismas, más complejo es el proceso necesario para su sustitución. Pero, aún así, es algo que hay que acometer tarde o temprano y, dado este punto, lo más recomendable es optar por la máxima The sonner, the better, es decir, cuanto antes, mucho mejor.
Cuando fue nombrado ministro de Medios Digitales, en agosto de 2022, Taro Kono, asumió dicho reto y, en una de sus primeras medidas en el cargo, anunció que daba comienzo el proceso para eliminar las tecnologías obsoletas de las administraciones públicas japonesas y, como ya te contamos en aquel momento, los disquetes ocupaban una de las primeras posiciones, en una lista en la que también podíamos encontrar otros soportes de almacenamiento algo más «actuales», como el MiniDisk y los CD.
Cuando se produjo dicho anuncio,ya habían pasado 12 años desde que Sony dejara de producir disquetes y, aunque incluso a día de hoy todavía es posible comprarlos, su disponibilidad y su precio han menguado y crecido, respectivamente, de manera más que destacable. No obstante, era necesario un plan que contemplara tanto la modernización de las infraestructuras, como el establecimiento de regulaciones dirigidas a elevar, a rango de ley, la apuesta por la modernización.
Han pasado cerca de dos años desde entonces pero, según publica la Agencia Reuters, Japón finalmente le ha ganado la guerra a los disquetes, con la eliminación de todas las regulaciones (más de 1.000) que imponían su uso en las administraciones públicas del país. Ahora, claro, la gran pregunta es si, de la mano de los procesos legales, se ha acometido también la modernización de las infraestructuras para que, de este modo, ya no sea necesario emplear los disquetes para todo aquello para lo que han sido necesarios hasta ahora.
El primer soporte de almacenamiento extraíble que empleé en mi vida fue la cinta de casete, y de ahí di el salto a los disquetes de 5, 1/4, que siempre he recordado con especial cariño. Sin embargo, es indiscutible que el más exitoso de los formatos fue el de los disquetes de 3 1/2 pulgadas, no solo por su menor tamaño, también por su mayor resistencia y capacidad. Sin embargo, la llegada primero de los medios ópticos, y posteriormente de las memorias flash no volátiles, aceleraron rápidamente su decadencia con el cambio de siglo.