Instagram muestra contenido para adultos a menores
Instagram es, junto con Snapchat y sobre todo TikTok, una de las redes sociales predilectas para los más jóvenes. Esto no es casual, recuerdo haber leído un estudio que afirmaba que existe una relación directamente proporcional entre la relación imagen/vídeo-texto y el perfil de edad que atrae. De manera resumida, cuanto más contenido audiovisual y menos texto, audiencia más joven, algo que queda acreditado empíricamente si comparamos la media de edad de los usuarios de TikTok con respecto a la de los usuarios de Facebook.
La de los más jóvenes es una audiencia especialmente buscada por muchas empresas de todo tipo y, por lo tanto, las redes sociales se esfuerzan por atraerlos. Muy recordados son, todavía, los planes precisamente de Meta de crear un Instagram para niños, una idea profundamente despreciable que, afortunadamente, tardó poco tiempo en generar reacciones en contra, y que finalmente acabó guardado en un cajón cuando se reveló que Meta conocía perfectamente los nocivos efectos de su red social en los más jóvenes.
Desde entonces, ya sea porque han visto la luz o porque le han visto las orejas al lobo, lo cierto es que Meta ha anunciado varias mejoras en lo referido a la experiencia de uso de Instagram para menores. Avances, sin duda, en la buena dirección. Basta con leer las publicaciones oficiales de los responsables del servicio para experimentar, si eres padre, una gran tranquilidad aún sabiendo que tus peques son usuarios del servicio, ¿no?
Pues lo cierto es que no, en absoluto y es que, según leemos en The Wall Street Journal, Instagram permite el acceso e incluso sugiere contenido para adultos a menores. Y cuando hablo de menores no me refiero a jóvenes a unos meses de alcanzar la mayoría de edad, no, la investigación llevada a cabo por el diario y la profesora de la Universidad Northeastern, Laura Edelson, ha mostrado que la red no duda en recomendar contenido claramente sexual a cuentas de usuarios que emulan tener 13 años.
Esa es la edad que establecieron al crear las cuentas que emplearían para realizar las pruebas, que tuvieron lugar entre enero y abril de este año. Según afirman, cierto contenido subido de tono les fue sugerido desde el primer momento y, si procedían a consumir dicho contenido, el algoritmo de Instagram les iba mostrando contenido cada vez más explícito. Por ponerle números, cuentan que tardaron solo tres minutos en empezar a ver contenido para adultos, y que tras 2o minutos gran parte de su feed ya se componía de este tipo de publicaciones.
En estos casos podríamos pensar que es muy, muy difícil, establecer un sistema de filtrado efectivo, ¿verdad? Sin embargo, resulta que los investigadores (TWSJ y Edelson) realizaron pruebas similares en TikTok y en Snapchat, pero que en estos servicios nunca llegaron a recibir recomendaciones de contenido para adultos, ni siquiera pese a buscarlo de manera activa y de seguir a creadores de ese tipo de contenido.