Intel responde a los problemas de estabilidad de los Core i9 Gen 13 y Gen 14
En las últimas semanas se han venido registrado casos de usuarios que están teniendo problemas de estabilidad con sus procesadores Intel Core i9 Gen 13 y Gen 14. Es importante dejar claro que dichos problemas solo se han reportado con los modelos Core i9 de ambas generaciones, lo que significa que los modelos Core i7 no tienen ningún tipo de problema.
Por lo que he podido ver, los problemas de estabilidad se producían en juegos y en momentos concretos, como por ejemplo la precarga de shaders, que lleva a la CPU al 100% de uso. Todo apuntaba a que estaban provocados por perfiles de alimentación y frecuencias aplicados por la placa base que resultaban demasiado agresivos, y que llevaban a esos procesadores aun límite que no era sostenible en cargas de trabajo más intensivas.
Intel ha emitido por fin un comunicado sobre este tema, y básicamente ha dicho que el problema está en los perfiles de las placas base que se salen de los límites establecidos en las especificaciones recomendadas. Puede parecer que Intel está echando balones fuera, pero es cierto que los principales fabricantes de placas base están lanzando, o ya han lanzado, actualizaciones para sus placas base que añaden perfiles base acordes a las especificaciones de Intel.
La mayoría de los casos que se han reportado con problemas de estabilidad se han producido en placas base serie Z, que permiten hacer overclock y subir las frecuencias del procesador de una manera sencilla y automática, gracias a esos perfiles de rendimiento que permiten mayores consumos. Precisamente la gracia de los procesadores K y las placas base con chipset serie Z está en hacer overclock y salirse de las especificaciones base, pero parece que en este caso la situación ha ido más allá porque algunos perfiles resultaban demasiado agresivos.
Intel recomienda utilizar los procesadores Intel Core Gen 13 y Gen 14 dentro de sus límites y valores de uso recomendados, y esto implica utilizar la configuración por defecto a nivel de BIOS. Dicha configuración tiene que mantener activados los límites de potencia PL1 y PL2, así como los estados C, la tecnología Thermal Velocity Boost y CEP (Current Excursion Protection).
Las primeras pruebas de rendimiento que se han realizado con las BIOS configuradas en los valores recomendados por Intel indican que, de media, se produce una pérdida de rendimiento que va de un 10% a un 15%. Obvia decir que esta situación está haciendo que el Ryzen 9 7950X gane enteros y que posicione como una solución tope de gama mucho más interesante no solo por consumo, también por rendimiento.
Cuando analicé los Intel Core i9-13900K y Core i9-14900Kno tuve el más mínimo problema de estabilidad, y registré unos valores de consumo máximo de 309 y y 328 vatios en Cinebench R23, respectivamente, utilizando la prueba de estrés de 30 minutos. Las puntuaciones que obtuve fueron muy buenas, aunque ligeramente inferiores a las de otros análisis con los que pude contrastar, cosa que refuerza mi creencia de que al final el problema solo está en los perfiles excesivamente agresivos que apuran demasiado voltajes y alimentación.