Ssanyong Torres, recuerdo
Muy apropiado, tú peleas como una vaca Guybrush Threepwood (The Secret of Monkey Island, 1990)
Ha sido mala noche. Muy mala. Y ha dejado de ser noche apenas hace unos minutos. El sol me ha sorprendido en la carretera. Aparco el coche, me quito los zapatos y me pongo a andar. Me he sentado cerca del mar, no hay paseo marítimo por aquí, a ningún turista se le ocurre venir a esta parte de la costa. Alguna gaviota despistada que se queda colgada del viento corta el ruido de las olas con su graznido. Me he tenido que conformar con sentarme sobre un bloque de cemento al que le falta un buen trozo que ha caido justo al lado derrotado en la arena. No se bien a qué servía o a qué sirve este bloque, si era parte de una construcción frustrada, una protección contra el oleaje, algo que marcara una carretera o un camino que nunca fue… Pero ahí está la pieza que se ha desprendido, junto a mi pie derecho, con unos amagos de algún grafitero con poca inspiración y poca pintura en el bote. O quizás ha sido el sol el que ha apagado los colores de esos trazos indefinidos que no se sabe qué querían contar o reivindicar. Las olas se van amansando contra las rocas, el viento amaina y el mar se calma alisando sus aguas. El aire ya no llega a ráfagas y trae a mi olfato algas y peces. La gaviota se ha liberado de los vientos y se adentra en el mar batiendo las alas con parsimonia.
Una sombra emerge de las aguas con estruendo de espuma y levandando una cortina de agua que cae sobre ella. Nunca he visto un submarino pero reconozco esa silueta enseguida como lo que no tengo ninguna duda de que es. Nadie es testigo de que haya emergido, ni tan siquiera la gaviota que se ha perdido en el horizonte. Solamente estoy yo sentado en el trozo de cemento mirando cómo el submarino se acerca a la orilla. Observo mi móvil aunque ya se qué no tiene batería. Además, ¿a quién se llama cuando uno divisa un submarino cerca de la costa? Guardo el móvil y me quedo observando la silueta que al acercarse se ha convertido ya de forma incontestable en un submarino que corta el agua dirigiéndose a donde estoy. Hay una pequeña ensenada justo enfrente de mi trono partido y el submarino se detiene a unos cientos de metros de la arena. Miro a mi alrededor pero sigue sin haber nadie. No hay viviendas ni edificios y esta carretera está muy poco transitada, mucho menos a estas horas. Vuelvo al submarino y descubro un bote que se ha desprendido de él y lleva aun puñado de hombres hacia la orilla. Mi curiosidad silencia por completo mis precauciones y espero pacientemente. Un hombre de uniforme con aspecto de oficial se acerca a donde estoy sentado. Al llegar junto a mi se detiene y realiza un saludo militar. Con acento anglosajón me dice: «Tiene usted que venir con nosotros». Me lo temía.
El fabricante coreano Ssanyong tiene una larga experiencia de diseño y producción de vehículos profesionales y todoterreno, no es precisamente un recién llegado ya que sus orígenes datan de 1954. A pesar de no ser tan conocida como otras marcas es toda una veterana en el panorama de fabricantes especialmente en lo que respecta a los mencionados todoterreno. Por eso su acercamiento al mundo de los SUV es parecido al de otras marcas que aprovechan su experiencia en el diseño y fabricación de 4×4 «civilizando» conceptos de todoterreno en vez de, simplificando mucho, convertir plataformas destinadas a turismos en un SUV.
Modelo analizado | Ssanyong Torres |
Motor y acabado | G15T 4×4 Adventure AT |
Potencia | 163 CV |
Velocidad máxima | 191 Kmh |
Aceleración o-100 | 11 s |
Largo/ancho/alto | 4700/1890/1720 mm |
Potencia máxima RPM | 163 CV |
Par máximo Nm/RPM | 280 Nm |
Caja de cambios | Automática 5 relaciones |
Web | https://www.ssanyong.es/ |
Precio | 41.400 euros |
Uno de los últimos en llegar al catálogo de este fabricante es el Torres, un ambicioso modelo de gran tamaño que tiene como objetivo doble ofrecer un SUV de precio competitivo y que destaque por su practicidad. Sus 4,70 metros lo colocan en la liga de modelos de la competencia como el Skoda Kodiaq o el Ford Kuga aunque más pequeño que otros modelos como el Kia Sorento. Comparte estructura con el modelo Korando también de la marca coreana aunque éste tiene un tamaño mucho más pequeño y se trata de un modelo menos equipado que el Torres. Ya tuvimos ocasión de probar el Ssanyong Korando anteriormente.
Diseño nuevo
Uno de los aspectos en lo que destaca el Ssanyong Torres es el del diseño exterior, en el que se desmarca de forma importante del aspecto de otros modelos de la marca. En la parte frontal enseguida llama la atención una parrilla pequeña en la parte superior con seis elementos que separa los dos faros de forma alargada y peculiar. Más abajo la carrocería marca una protuberancia en la que se coloca una segunda parrilla de diseño más complejo y sobre la cual se coloca el nombre del modelo. En los laterales las luces de niebla se encuentran encajadas en molduras que se hunden en la mencionada protuberanciay más abajo un segundo elemento de color plateado acoge dos tomas de aire más.
El capó queda muy elevado sobre los faros y la primera parrilla que con el conjunto del frontal que hemos descrito proporciona al Torres un aspecto de todoterreno robusto y moderno, más que el de un SUV destinado a mascar kilómetros en autopista. El lateral del Torres también da imagen de robustez y orientación todoterreno con unos pasos de rueda menos redondeados con protecciones en plástico negro grandes que aumentan de tamaño entre la puerta delantera y trasera. El pilar C es de gran tamaño y de un color distinto al resto de la carrocería y también da un toque de robustez al conjunto del Torres para subrayar su personalidad más campera. La altura libre de 20 centímetros contribuye a esta imagen.
En la parte trasera el portón de generoso tamaño dispone de una peculiar moldura de plástico de gran tamaño que tapa en parte el parabrisas y que imita la presencia de una rueda de repuesto como en los todoterrenos más clásicos y donde se coloca el nombe del modelo. Sobre esta moldura se coloca además una manilla que sobresale también presente en este tipo de vehículos más aventureros. Las luces traseras están colocadas en los extremos y constan de varios elementos con relieve para contribuir a la personalidad del coche. El generoso parachoques y las defensas de plástico inferiores dan otro toque todoterreno a este modelo.
Espacio interior
En el interior nos encontramos mucho espacio y un diseño sobrio además de bastante luminoso. En el salpicadero destaca la presencia de tres pantallas de las que la de la instrumentación es de 12,5 pulgadas mientras que la del sistema de información y entretenimiento tiene un tamaño de 9 pulgadas y se encuentra en la parte superior despegada del resto de los elementos del mismo. Una tercera pantalla de 8 pulgadas muestra las funciones del climatizador y se coloca en la parte de abajo. Justo debajo de esta pantalla podemos encontrar los conectores USB para la carga y conexión de móviles y un doble espacio para colocarlos, uno de ellos con la posibilidad de carga inalámbrica.
El color del recubrimiento plástico de los elementos del interior quiere imitar un cuero de tonos claros para hacer juego con la tapicería de los asientos, y del volante y en algunas partes del salpicadero imita el efecto de unas costuras. No es una decisión estética demasiado convincente, sobre todo al tacto de algunas partes del interior del coche, pero el efecto no es desagradable y el color claro contribuye a la luminosidad del habitáculo. Los asientos nos han parecido cómodos y con una sujección suficiente para el desempeño que se le supone a este modelo. En la versión que hemos probado disponían de regulación eléctrica y eran calefactables, como también lo era el volante.
La colocación de la pantalla que hace las veces de instrumentación dificulta la lectura de parte de la información que es capaz de mostrar dependiendo de cómo esté colocado el asiento del conductor y la estatura del mismo. Por otro lado solamente podremos configurar y cambiar la información que se muestra en la parte central, la que corresponde al ordenador de viaje. La información de los laterales que muestra las revoluciones del motor y el numero de marcha en una parte y la velocidad y el nivel de combustible en la otra no pueden cambiarse como en otros modelos que utilizan pantallas para sustituir los indicadores.
Pasajeros cómodos
En la parte trasera también se nota el espacio extra, sobre todo en lo que respecta a las piernas de los ocupantes de la segunda fila de asientos. Además la banqueta está a una discreta altura con respecto al suelo y hay mucho espacio también para los pies debajo de los asientos delanteros. Del mismo modo la altura de la carrocería y el diseño algo menos aerodinámico y estilizado que la de algunas de sus alternativas juega a favor del espacio en altura por lo que resulta un modelo especialmente adecuado para pasajeros con una altura considerable. En anchura la cosa cambia y está más en línea con otros modelos de SUV de tamaño parecido: dos pasajeros viajan confortablemente pero el del centro algo menos.
En lo que respecta al maletero también el Torres destaca por sus grandes cotas. En total el espacio disponible alcanza los 463 litros en esta versión Adventure que dispone de tracción total, mientras que la versión de dos ruedas motrices alcanza los 599 litros. Si abatimos la fila de asientos trasera se superan los 1.400 litros de capacidad. Se trata de un maletero grande al que se accede por un portón que ocupa prácticamente toda la parte trasera por lo que la zona de carga es muy accesible. Aunque la manija lateral pueda indicar otra cosa, el portón se habre hacia arriba y con motor eléctrico en la versión Adventure que hemnos podido probar.
En lo que respecta a las prestaciones, este modelo presenta una mecánica idéntica al Korando que ya tuvimos ocasión de probar. Se trata de un propulsor de 1.5 litros con turbocompresor e Intercooler que es capaz de rendir 163 caballos de potencia y 280 Newton Metro de par. La caja de cambios es de convertidor de par y consta de seis relaciones. Aunque esta versión luce la etiqueta C de la DGT está disponible una versión Eco basada en el mismo motor pero modificado para su funcionamiento con Gas Liquado de Petróleo y en un futuro está prevista también una versión de este mismo modelo pero con propulsión 100% eléctrica.
Motor algo justo
Al afrontar las pruebas dinámicas nos hemos encontrado que el propulsor aunque sobre el papel pueda parecer demasiado débil para mover con soltura un coche de casi 1.700 kilogramos, se desenvuelve bastante bien, gracias también al buen funcionamiento de la caja de cambios automática. Así la respuesta, aunque algo perezosa, no nos ha parecido demasiado torpe, aunque a costa de revolucionar bastante el motor. En ciudad esta falta de chispa no se nota y puede moverse sin problemas por las calles, siempre que el tamaño nos permita hacerlo.
En carretera tiene una compostura aceptable en curva aunque el tamaño y el peso se dejan notar a la hora de enganchar virajes a buena velocidad. Sin embargo los sistemas de ayuda a la conducción compensan bastante el hándicap del tamaño, el peso y la altura para dar siempre una sensación si no de gran aplomo sí de suficiente seguridad. En autopista el coche es confortable aunque algo ruidoso, sobre todo si tenemos que acelerar con decisión porque como hemos apuntado la potencia se consigue revolucionando significativamente el motor.
Fuera del asfalto es donde el Torres compensa esa cierta torpeza en el asfalto, ya que la altura al suelo y la tracción integral permite superar obstáculos que no suelen ser fáciles de pasar con los SUV más civilizados. El sistema de mebrague multidisco permite además bloquear el acoplamiento central de forma manual para pasar por zonas de poca adherencia o para superar obstáculos en los que parte de las ruedas quedan con poca capacidad de rodar. Al accionarlo se reparte la tracción de la misma forma en los dos ejes.
Uno de los inconvenientes del planteamiento mecánico y del peso del Torres es el de los consumos ya que en carretera es difícil mantener los consumos por debajo de los 9 litros a los cien kilómetros y en ciudad el consumo es bastante superior a esa cifra. Solamente prestando mucha atención y conduciendo de manera muy eficiente se consigue mantener el consumo en el entorno de los 8 litros a los 100. Esto unido a los 50 litros de depósito hace que no sea de los SUV con más autonomía sin necesidad de repostar.
Conclusiones
El Ssanyong Torres nos ha gustado por su apuesta estética y por su practicidad ya que con este modelo el fabricante Coreano (que por cierto pronto cambiará de nombre) ha dado un paso valiente diseñando un coche que desde el punto de vista de la imagen nada tiene que ver con sus compañeros de marca. Tiene un aspecto moderno y atrevido por un lado mientras que por sus dimensiones y algunos detalles transmite más bien solidez a imagen de los todoterrenos más duros y eficaces. Una combinación estética curiosa y que no pasa para nada desapercibida. Estos detalles se perciben también en el interior que también es vistoso y práctico a partes iguales.
Hay mucho espacio en el Torres tanto para ocupantes como para carga y el refinamiento de marcha es bastante bueno e incluso la insonorización, si no estresamos el motor en exceso, está a la altura de los SUV de su categoría. Una lástima que se haya conservado una motorización ya veterana que no dispone de hibridación, aunque la caja de cambios es un aliado eficaz para sacar el mayor rendimiento a sus prestaciones. Se trata de un SUV equilibrado con ciertas ínfulas de todoterreno, pero lo que más sobresale del Torres es un precio muy atractivo para sus credenciales y todos los extras incluidos en sus versiones. Una compra, en este sentido, muy interesante.