La Web cumple 35 años con los mismos desafíos

La red informática de ámbito mundial que conocemos como La Web cumple 35 años. Aunque hoy es absolutamente imprescindible para cualquier ámbito de nuestra sociedad y desarrollo humano al conectar a miles de millones de personas, el hombre que impulsó su creación no está satisfecho con la deriva que ha tomado los últimos años.

Tim Berners-Lee publicó el 12 de marzo de 1989 una propuesta que terminaría concretándose en la World Wide Web. Su objetivo inicial tenía poco que ver con la red mundial que usamos hoy y es que el físico únicamente tenía la intención de crear un mecanismo que le ahorrase tener que ir de un edificio a otro en la Universidad de Oxford, dando solución a la incompatibilidad presente en los ordenadores del centro educativo.

Un año después de la propuesta inicial que definía un sistema de distribución de documentos de hipertexto o hipermedios interconectados y accesibles vía Internet, Tim Berners-Lee trabajó como empleado del CERN con otros científicos en una revisión de la ideal original que se lanzó como propuesta formal en 1991.

A partir de ahí la historia es más conocida. Aprovechando el que por entonces era el nodo de Internet más grande de Europa, la investigación derivó en un montón de avances de los que disfrutamos hoy, ya que crearon el primer navegador, el primer directorio Web, el primer servidor Web mundial, y con ello realizaron la primera comunicación entre un cliente y un servidor usando el protocolo HTTP. En esencia, su grupo creó todas las herramientas necesarias para un sistema de gestión completo de la información que compartimos en Internet.

Aunque Internet, definida como las redes de comunicación interconectadas que utilizan la familia de protocolos TCP/IP, ya estaba creada y el hipertexto (en el que está basada la World Wide Web) se remonta a décadas anteriores, el gran mérito de Berners Lee se atribuye precisamente a la unión de ambas.  No era el objetivo inicial, pero su grupo de investigación definió un concepto que terminaría convirtiéndose en un sistema de distribución de información a través de Internet que hoy usamos miles de millones de personas.

La Web cumple 35 años, pero los desafíos son cada vez mayores

El titular que empleamos para celebrar el vigésimo quinto aniversario nos sirve para titular esta entrada diez años después. Lo mismo podemos decir de la carta abierta que ha publicado Tim Berners-Lee ya que los desafíos no solo se mantienen, sino que se han incrementado.

‘El padre de la Web’ no está satisfecho con la deriva de la Web y viene reclamando una Internet más segura, privada y neutral, que cumpla el principal objetivo desde su creación: una plataforma abierta que permita a todo el mundo y en todas partes compartir información, ofreciendo oportunidades de acceso y colaboración a través de fronteras geográficas y culturales. En el nuevo aniversario ha repetido la misma idea que viene expresando los últimos años.

«Hace tres décadas y media, cuando inventé la Web, su trayectoria era imposible de imaginar. No había una hoja de ruta que predijera el curso de su evolución, fue una odisea cautivadora llena de oportunidades y desafíos imprevistos», describe. «La primera década de La Web cumplió sus objetivos: se descentralizó con una larga lista de contenidos y opciones, creó comunidades pequeñas y más localizadas, proporcionó empoderamiento individual y fomentó un valor enorme».

«Sin embargo, en la última década, en lugar de encarnar estos valores, la web ha contribuido a erosionarlos«, asegura Tim Berners-Lee. «Las consecuencias son cada vez más trascendentales. Desde la centralización de plataformas hasta la revolución de la IA, la web sirve como capa fundamental de nuestro ecosistema en línea, un ecosistema que ahora está remodelando el panorama geopolítico, impulsando cambios económicos e influyendo en las vidas de personas en todo el mundo».

«Hace cinco años, cuando la web cumplió 30 años, delaté algunas de las disfunciones causadas por el hecho de que la web esté dominada por el interés propio de varias corporaciones que han erosionado los valores de la web y han provocado rupturas y daños», aclara. «Ahora, cinco años después, cuando llegamos al 35º aniversario de la Web, el rápido avance de la IA ha exacerbado estas preocupaciones, lo que demuestra que los problemas en la Web no están aislados sino más bien profundamente entrelazados con las tecnologías emergentes».

Compromiso para cambiar la Web

Tim Berners-Lee, junto a otros grandes informáticos e investigadores como el pionero de Internet, Vint Cerf, y el responsable de Internet Archive, Brewster Kahle, ha propuesto un “Contrato para la Web” destinado a reconstruir la confianza y aumentar el acceso a Internet en términos justos y asequibles al alentar a los gobiernos, las empresas y los individuos a trabajar juntos.

Para ello, ha estado trabajando con investigadores del MIT (la mejor universidad tecnológica del planeta con 80 premios Nobel) y de otros centros para desarrollar Solid, un proyecto de código abierto que pretende “restaurar el poder de los individuos en la web”, cambiando radicalmente la WWW al otorgar al ciudadano digital el control total sobre sus datos. «Las soluciones de mercado innovadoras también son esenciales para este proceso», destaca. «Una legislación con visión de futuro de los gobiernos de todo el mundo puede facilitar estas soluciones y ayudar a gestionar el sistema actual de manera más eficaz».

El padre de la Web también reclama compromiso y responsabilidad de los propios usuarios: «nosotros, como ciudadanos de todo el mundo, debemos comprometernos y exigir estándares más altos y una mayor responsabilidad por nuestras experiencias en línea. Ha llegado el momento de afrontar las deficiencias del sistema dominante y al mismo tiempo catalizar soluciones transformadoras que empoderen a los individuos».

«Este sistema emergente, lleno de potencial, está creciendo y las herramientas para controlarlo están a nuestro alcance». asegura Berners-Lee, pero «requiere apoyo a las personas que lideran la reforma, desde investigadores hasta inventores y defensores. Existe una necesidad, una necesidad urgente, de que otros hagan lo mismo, respalden el liderazgo moralmente valiente que está surgiendo, colectivicen sus soluciones y transformen el mundo en línea dictado por las ganancias en uno dictado por las necesidades. De la humanidad. Sólo entonces el ecosistema en línea en el que todos vivimos alcanzará su máximo potencial y sentará las bases para la creatividad, la colaboración y la compasión». Amén.