HPE ProLiant Gen11 con AMD, clave para el éxito

Los servidores HPE ProLiant Gen11 con procesadores AMD EPYC de cuarta generación han vuelto a marcar, como ya es tradición en ambas marcas, nuevos hitos en rendimiento, fiabilidad y seguridad. No en vano, el prestigio ha acompañado tanto a los servidores ProLiant como a los procesadores AMD EPYC desde sus orígenes, y con cada generación han vuelto a demostrar que son capaces de superarse, dando así respuesta a las siempre complejas necesidades de capacidad de cómputo, que además tienden a crecer de manera prácticamente exponencial.

Por norma general, al hablar de servidores, se suele poner el foco en el rendimiento bruto. Este es un parámetro importante, claro, pero circunscribir la elección exclusivamente a este punto es un error que puede tener unas consecuencias nefastas. En AMD y HPE, como conocedores de primera mano de las necesidades actuales, son muy conscientes de esto y, en consecuencia, hacen que sus departamentos de ingeniería den lo mejor de lo mejor para responder a esas necesidades.

¿Y qué necesidades son esas? Pues entre ellas encontramos las siguientes:

• Especialización: la gestión de múltiples cargas de trabajo de manera simultánea es un factor clave para un centro de datos hoy en día. Así, desde los integrados de AMD hasta las interfaces de red de los servidores, todos los elementos han sido profundamente optimizados para agilizar al máximo todas las operaciones en entornos de estas características.
• Seguridad: las ciberdelincuencia es uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan las empresas en la actualidad, de modo que es imprescindible que la seguridad haya sido tenida en cuenta en todas las fases de diseño y producción tanto de los componentes físicos que forman el servidor como del software con el que lo gestionaremos.
• Escalabilidad: las necesidades son, por norma general, cambiantes, y la infraestructura de la que dependen las mismas debe ser capaz de adaptarse de una manera rápida y sencilla a estas circunstancias. Solo una solución escalable nos dará la tranquilidad de saber que nuestra infraestructura nos impulsa, en vez de lastrarnos.
• Control: un servidor no puede, en modo alguno, ser una caja negra. Los administradores necesitan tener conocimiento y control sobre todas las operaciones que se llevan a cabo en el mismo, ya sea por cuestiones de compliance o para poder realizar modificaciones en los ajustes para optimizar el rendimiento.

En el epicentro de los servidores HPE ProLiant Gen11 encontramos  procesadores AMD EPYC de cuarta generación, una plataforma dirigida a la computación de alto rendimiento y la necesidad de desplegar múltiples tareas de manera simultánea. Para ello, cada uno de estos chips puede llegar a integrar hasta 96 núcleos y 192 hilos por socket, y su rendimiento queda plenamente acreditado solo con mencionar que hablamos de procesadores basados en la arquitectura ZEN 4. Esto se refuerza con la posibilidad de emplear  hasta 6 terabytes de memoria RAM DDR5 (en configuraciones de 12 canales a 4.800 MHz) por socket y que son compatibles con PCIe Gen5 y CXL 1.1 y 2.0

Por lo tanto, como puedes comprobar, hablamos de una solución tecnológica que ofrece, al tiempo, un rendimiento excepcional y todos los elementos necesarios para adaptarse a las necesidades de las infraestructuras del presente. Pero lo mejor es que lo compruebes por ti mismo, pues nadie mejor que tú conoce las necesidades y el potencial de tu empresa y, por lo tanto, lo decisiva que puede llegar a ser la implantación de un servidor. Descarga nuestro documento técnico para ello, no te arrepentirás.