86-DOS, sale a la luz el precursor de MS-DOS y Windows

86-DOS fue el sistema operativo que Microsoft licenció (y después compró) para crear MS-DOS y Windows y terminar controlando por completo la computación mundial de consumo. La primera versión conocida de este desarrollo ha sido localizada y subida a Internet Archive donde se puede descargar y usar.

Todo gran final tiene inicios pequeños o una mente privilegiada detrás como Bill Gates (mejor negociante que programador, dicen las malas lenguas…) que vio futuro a un sistema operativo original de Tim Paterson,  lo reconvirtió a MS-DOS y logró colocarlo en el IBM PC con un lanzamiento en 1982. El resto es bien conocido, pero así comenzó a formarse un gigante que hoy domina el escritorio informático con Windows.

La versión más antigua de 86-DOS

La historia comienza con el sistema operativo QDOS creado por Paterson en Seattle Computer Products (SCP).  Posteriormente, pasó a llamarse 86-DOS, cuando la compañía desarrolló sus kits de computadora S-100 basados ​​en el procesador Intel 8086. Realmente, esta versión fue la que primero licenció, después compró y por último renombró Microsoft a MS-DOS.

Hace unos días, un usuario de Internet Archive descubrió y subió una nueva versión de 86-DOS a Internet Archive y resulta que es la más antigua de las disponibles públicamente: la versión 0.1-C de 86-DOS. Su imagen ISO está disponible para descargar y se puede ejecutar utilizando el emulador SIMH.

Esta versión de 86-DOS es rudimentaria incluso para los estándares de las compilaciones de DOS de principios de los 80 e incluye solo un puñado de utilidades, un juego de ajedrez basado en texto y documentación para el mismo. Pero sigue siendo esencialmente reconocible como el DOS que se haría cargo de todo el negocio de las PC antes de Windows y una versión histórica. 

Por supuesto, todavía está disponible el MS-DOS comercial que puedes usar, por ejemplo, para disfrutar de los juegos míticos que se desarrollaron para la plataforma. Aunque los apartados de gráficos y sonido son incomparables con los actuales, hoy como ayer ofrecen una gran diversión, pueden jugarse con total fluidez en las máquinas actuales y cuentan con características de la que adolecen muchos de los títulos actuales: una gran jugabilidad.