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Qué le pasa a Xbox Series X y por qué sigue bajando de precio a niveles de récord

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Xbox Series X

Parece que fue ayer cuando Microsoft decidió seguir los pasos de Sony y subió el precio de Xbox Series X en 50 euros. Fue una decisión que generó bastante polémica, ya que hizo que casi dos años después de su lanzamiento el precio de dicha consola pasara de los 499,99 euros a los 549,99 euros. Los motivos fueron, en teoría, la alta demanda y la inflación del momento.

Durante los últimos meses la situación ha cambiado por completo. El precio de Xbox Series X ha ido bajando en varias ofertas y promociones que, en teoría, eran temporales, pero desde hace semanas el precio de esta consola se ha mantenido casi en una oferta «permanente» que la ha dejado en solo 419 euros, y os puedo confirmar que la he visto por 390 euros en versiones reacondicionadas con la misma garantía que una consola nueva.

También podemos comprarla ahora mismo en oferta con Diablo IV por 439 euros, un precio que hasta no hace mucho nos habría parecido demasiado bueno para ser verdad. Por contra, el precio de PS5 se mantiene ahora mismo en 549 euros, solo estuvo de oferta durante un periodo muy limitado y las unidades disponibles se agotaron rápidamente, cosa que no sucedió con la consola de Microsoft.

Qué está pasando con Xbox Series X

Xbox Series X y PS5

Con toda esta información sobre la mesa, y trayendo a colación las ventas que han acumulado hasta el momento las consolas de la generación actual, podemos explicarlo de una manera sencilla, clara y bien fundamentada. Los números no mienten, Sony ha logrado doblar las ventas de Xbox Series X y Xbox Series S, lo que significa que si sacamos de la ecuación a Xbox Series S la diferencia es todavía mayor a favor de PS5.

Esto nos dice que las ventas de Xbox Series X han quedado muy por debajo de las expectativas de Microsoft, y que su precio se haya mantenido en mínimos históricos durante las últimas semanas confirma que el interés alrededor de dicha consola ha caído notablemente. Microsoft tiene stock de sobra de esta consola y no consigue colocarla, así que no tiene más remedio que bajar el precio para hacer que resulte más atractiva para el consumidor.

Bajar el precio como estrategia para despertar el interés sobre una consola que está fracasando, o que no está teniendo el éxito esperado, no es algo nuevo. Acordaos, por ejemplo, de lo que ocurrió con Saturn o con Dremcast, ambas de SEGA, que sufrieron reducciones de precio tan agresivas que este llegó a reducirse a la mitad en un periodo de tiempo relativamente corto. Si no recuerdo mal Dreamcast llegó a España con un precio de casi 40.000 pesetas, unos 240 euros, y yo la compré por 120 euros tras las rebajas de precio que recibió.

Eso es lo que está haciendo Microsoft, y parece evidente que la compañía está dispuesta a aceptar leves pérdidas por cada consola Xbox Series X vendida a cambio de mejorar la demanda porque al final puede compensarlo con la venta de juegos y servicios. Según los datos de consolas vendidas hasta el 25 de noviembre, PS5 está rozando los 49 millones de consolas vendidas, mientras que Xbox Series X y Series S han vendido 25,37 millones de unidades.

Cómo afecta esto al futuro de Xbox Series X, ¿cambio de generación anticipado?

Xbox Series X componentes

No hay duda de que Microsoft va a ser la gran derrotada de esta generación, y es una lástima porque Xbox Series X y Series S son dos buenas consolas que ofrecen un valor atractivo en relación precio-rendimiento, de hecho la primera puede presumir de ser la más potente a día de hoy. Esta derrota podría afectar a la vida útil de ambas consolas, aunque no de una manera drástica.

Microsoft ya no puede ganar la guerra de la generación actual, y es normal que esté pensando en un cambio anticipado de generación, algo que según los últimos rumores podría tener lugar en 2026 y no en 2028, como se esperaba en un principio. No son informaciones oficiales, pero tienen mucho sentido, porque al gigante de Redmond no le merecería la pena lanzar una renovación intergeneracional de Xbox Series X con el escenario actual, ya que no ha llegado a colocar ni siquiera 20 millones de unidades de dicha consola.

Lanzar a la sucesora de Xbox Series X en 2026 daría a Microsoft una importante ventaja temporal y le permitiría pasar página antes de que Sony lance PS6, una consola que se espera par 2027 o 2028. Como he dicho anteriormente, esto afectará al ciclo de vida de la generación actual, aunque no creo que la compañía de Redmond vaya a dejar abandonadas de forma inmediata a Xbox Series X y Series S porque esto, al final, podría considerarse como una «traición» por sus usuarios más fieles, y sería casi como dispararse en el pie.

En caso de que esa información se confirme, y de que Microsoft opte por lanzar a la sucesora de Xbox Series X en 2026, podemos esperar que ambas generaciones coexistan durante al menos uno o dos años para evitar ese malestar entre los usuarios de la generación actual por una jubilación «demasiado temprana». No obstante durante ese periodo de coexistencia los de Redmond deberían lanzar juegos exclusivos que demuestren cuanto antes el potencial de su nueva consola, ya que de lo contrario perderán esa ventaja temporal frente a PS6.

Qué podemos esperar de la Xbox de próxima generación

El salto generacional va a ser importante, eso está claro. Todavía no tenemos concretadas unas especificaciones definitivas que sean totalmente fiables, pero puedo compartir con vosotros una estimación aproximada partiendo de lo que estará disponible en el mercado para 2026, y de un razonamiento lógico teniendo en cuenta las especificaciones de la generación actual.

Los rumores dicen que la Xbox de nueva generación tendrá una CPU Zen 6, pero esa arquitectura no llegará hasta finales de 2026, así que me inclino más a pensar que podría llegar con un procesador basado en la arquitectura Zen 5. Recordad que Xbox Series X llegó al mercado en noviembre de 2020, el mismo mes que AMD lanzó la arquitectura Zen 3, y que dicha consola utiliza una CPU Zen 2.

El salto de Zen 2 a Zen 5 supondrá una mejora sustancial, aunque si Microsoft decide utilizar una APU volveremos a ver recortes y ajustes que reducirán su rendimiento real comparado con una CPU Zen 5 de PC, como ya ocurrió con la de Xbox Series X, que trae recortes en caché L3 y a nivel de FPU, así como bajas frecuencias de trabajo.

En cuanto a la GPU de esa Xbox de nueva generación yo apostaría por una Radeon basada en RDNA 5, o en su defecto por una solución basada en RDNA 4 con funciones de RDNA 5. Todo dependerá de los plazos de lanzamiento de AMD y de lo que está pueda o quiera ofrecer a Microsoft. En cualquier caso, lo importante es que se produciría también un salto generacional notable, tanto por rendimiento en rasterización como en trazado de rayos, y puede que se implementen versiones mejoradas de AMD FSR.

Las restantes especificaciones de esta consola no son difíciles de estimar. Por lógica lo más probable es que la memoria aumente de 16 GB a 32 GB, que vuelva a ser unificada y que se dé el salto al estándar GDDR7. En cuanto a la unidad de almacenamiento tendremos un SSD trabajando a mayor velocidad con una capacidad de 2 TB.

Se comenta que el precio de la Xbox de próxima generación será más bajo que el de PS6, algo que también tiene sentido y que tiene precedentes , siendo el más relevante Xbox 360, una consola que llegó antes que PS3 y con un precio de venta inferior, y que fue la consola de Microsoft de mayor éxito lanzada hasta el momento.

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