Cómo salvar la información de tus unidades ópticas antes de que fallen
Best Buy dejará de vender DVDs en sus tiendas físicas y on-line a partir de 2024. El anuncio, calificado como «el fin de una era» teniendo en cuenta la relevancia del gran minorista estadounidense, sigue a uno similar respecto a los CDs de música, al cierre del servicio de alquiler de Netflix y en general, a otros movimientos de la industria que confirman el declive de las unidades ópticas tanto como medio de distribución como para almacenar información.
La decisión de Best Buy responde a motivos conocidos. El aumento de uso de las tecnologías de descargas digitales y/o streaming es imparable, lo que ha provocado grandes cambios en los formatos de distribución de contenido multimedia, especialmente en música y en vídeo. La entrega de programas de software en soportes físicos es ya inapreciable y en cuanto a juegos, la tendencia es que lo digital termine imponiéndose por completo a los medios.
El resultado ha sido que las ventas de unidades ópticas han sufrido una caída enorme. Y quizá pronto costará encontrar unidades vírgenes para grabar información. El anuncio de Best Buy nos ha dado pie para hablar de los medios ópticos y de su supervivencia futura, porque si llevas unos años en esto de la informática a buen seguro tienes una gran cantidad de CD/DVD que usas poco o nada. Y no almacenados en las mejores condiciones, porque no todos los guardamos convenientemente en su caja y abundaban las pilas de 50 o 100 unidades donde los discos iban uno encima de los otros.
¿Están muertas las unidades ópticas?
Ya ha llovido desde el uso masivo de disquetes en la década de los 80-90 como estándar de almacenamiento externo en ordenadores o como formato de distribución de software o videojuegos. La llegada del CD-ROM supuso un salto impresionante en la industria del almacenamiento y limitó el uso del disquete, hoy prácticamente desaparecido. El CD-ROM evolucionó hasta el CD grabable y regrabable (CD-R/CD-RW), y después al DVD. En su momento muy utilizados, su uso ha ido descendiendo en todos los sectores incluyendo el CD Audio para música.
En cuanto a los formatos ópticos de alta definición, Sony logró imponer el formato Blu-ray como estándar tras una batalla feroz entre Toshiba. Sony ganó la batalla, peroo perdió la guerra. A pesar de su alta capacidad y potencial el formato no ha sido utilizado como se esperaba y únicamente su inclusión en su momento en las consolas o para los pocos que compran pelis en este formato ha logrado mantenerlos. Pero ¿hasta cuando?
En ordenadores, el uso del CD/DVD está decayendo a pasos agigantados, mientras que el Blu-ray ha pasado sin pena ni gloria. El altísimo coste de los soportes BD, más moderado en el caso de los lectores, ha impedido su extensión junto a la tendencia imparable del almacenamiento en nube y la distribución digital de sistemas operativos, aplicaciones y juegos.
Con ello y el aumento de capacidad y velocidad de discos duros, unidades de estado sólido o pendrives USB, todo apunta al fin para las unidades ópticas al menos de forma masiva. Hoy en día, pocos, muy pocos son los PCs nuevos que incluyen lectores o grabadores para unidades ópticas.
El mundo del videojuego es especial y su funcionamiento ha escapado en algún grado a la tendencia por motivos de reventa, coleccionismo, compartición o el juego sin necesidad de descargas o Internet. Sin embargo, plataformas de distribución digital para PCs como Steam han sido un éxito total y no dejan de crecer, apuntando los cambios que se han producido en los otros tipos de contenido. Las descargas digitales son un fenómeno al alza y se están acentuando, junto al juego en la nube y streaming.
¿Cuánto duran estos medios ópticos?
No se conoce una cifra exacta de la longevidad que pueden alcanzar los discos ópticos. Hace unos años el gobierno canadiense publicó un estudio sobre el particular que aunque bastante completo técnicamente ayudaba poco a responder a la pregunta ya que concluía con un arco amplísimo: desde 2 a 200 años de vida.
Mucho de ello dependerá de la calidad de fabricación inicial. La producción en los años de uso máximo fue descomunal para atender la demanda y abaratar los precios y seguramente la mayoría de unidades que llegó al mercado no fue de la mejor calidad y la degradación química ha podido acelerarse entre las distintas capas que forman los discos ópticos. De hecho, en el estudio la vida útil varía mucho según la marca utilizada.
¿Cómo hacer copias de las unidades ópticas?
Si crees que tienes información relevante almacenada (nunca se sabe lo que puede salir de un disco grabado hace 20 años), colecciones de música u otros contenidos en discos compactos, quizá sea hora de ponerse a la tarea de salvación antes de que sea tarde.
Copia manual. La manera más simple de hacer una copia de seguridad de los datos antiguos de un disco es trasvasar el contenido en un disco duro, unidad de estado sólido, unidad flash, NAS o almacenamiento en nube, desde el mismo explorador de archivos. Esta copia manual se puede hacer desde cualquier sistema operativo creando carpetas separadas en la unidad de destino para mejor organización.
Imágenes de disco. Hay ocasiones que te encontrarás con un disco de estado correcto, pero que no puede leerse en el sistema operativo que utilices porque no tiene compatibilidad. Para estas ocasiones, son ideales las imágenes de disco, ya que pueden copiar la estructura de un disco óptico, incluidos todos los datos de archivo y el sistema de archivos (si lo hubiera), de manera que se pueda replicar más tarde en otro disco nuevo si alguna vez quieres utilizarlo. Hay buenas aplicaciones para hacerlo como vimos en este artículo práctico.
Capacidad. Las necesidades de capacidad para hacer las copias de seguridad variará enormemente según usuario y el número de unidades a manejar, teniendo en cuenta que un CD típico ocupa 700 MB y un DVD va de 4 a 17 GB. Dejaríamos a un lado los Blu-ray por su tremenda capacidad y -suponemos- que todavía deben estar en buen estado al ser más nuevos. Personalmente, hice limpieza hace tiempo y utilicé discos duros que había retirado de los PCs al reemplazarlos por SSD, clonaciones de discos de música de colección y subida a la nube de los ficheros profesionales que aparecieron.
Lectores. La caída en picado en el uso de CDs y DVDs en medio del declive general de los formatos físicos para distribución de contenidos, ha colocado a los reproductores de discos ópticos en fase de extinción y la mayoría de equipos nuevos ya no los incluyen. Afortunadamente, los reproductores/grabadores externos están tirados de precio, se pueden comprar por menos de 20 euros y funcionan en puertos USB de cualquier equipo.
¿Y si el disco tiene errores? Si tienes discos grabados hace 10, 15, 20 años, es probable que te encuentres con errores en algunas unidades. Dependiendo de su grado hay varias maneras de actuar. La primera es probar con otros lectores, porque no es infrecuente que uno sea capaz de leerlo y otros no. Después copiaríamos todos los datos que podamos salvar. Para el resto, podemos emplear software de recuperación de datos como IsoBuster. Funciona de la misma manera que vimos para recuperar ficheros de un PC.
Más allá de ahí no podemos llegar. Si los datos son increíblemente importantes e irremplazables, puedes contratar un servicio profesional de recuperación de datos forenses (muy caros) para que extraigan lo que quede de ellos. O lo que puedan, porque si tienen daños físicos en las capas inferiores puede ser que no haya nada que hacer. Ni siquiera usar el truco de la pasta de dientes que no va más allá de una limpieza a fondo, obligatoria en discos ópticos lo mismo que el cuidado en su manejo y almacenaje lo más protegido posible.
Al final, es un medio que terminará degradándose. Si tienes pilas de discos ópticos acumulados lo mejor es ponerse en la tarea de salvar los datos importantes antes de que sea demasiado tarde.