Análisis
Review Atlas Fallen: tormenta de arena
Como ya te adelantamos en la guía de lanzamientos de este mes, ya se ha producido el esperado debut de Atlas Fallen, el título más ambicioso hasta el momento de Deck 13 Interactive, creadores de los excelentes The Surge 1 y 2, títulos con los que el estudio logró hacerse con una excelente reputación que aspira a revalidar con este nuevo lanzamiento. Si lo ha conseguido o no es una valoración un tanto subjetiva, al punto de que en el momento de publicación de esta review nos encontramos con un buen puñado de opiniones en ambos sentidos.
Así pues, y aunque lógicamente esto se desarrollará en la review, empezaré diciendo que las horas que le he dedicado a probar Atlas Fallen me han dejado muy buen sabor de boca. No es el lanzamiento del año, y hay algunos aspectos del mismo que resultan mejorables, pero en su conjunto, nos encontramos frente a un juego que cumple con lo prometido, que llega a su lanzamiento con los deberes hechos (lo que, por sí mismo, ya resulta destacable en un año como este) y que, sin ser un decálogo de originalidad, sí que nos propone una historia interesante que nos proporciona una experiencia satisfactoria si decidimos entrar en ella.
Otro punto importante, y que gustará a unos y disgustará a otros, es que no estamos hablando de un soulslike. Deck 13 ha optado por hacer de Atlas Fallen una propuesta más asequible en lo referido a su nivel de dificultad. Así, aquellos que ya estén buscando un nuevo Elden Ring probablemente quedarán decepcionados. No así, todos aquellos a los que les gusten las premisas de la familia Dark Souls, pero que busquen un juego menos hardcore, es decir, que no parezca por momentos un Getting Over It en modo RPG de acción. Dicho de otra manera, Atlas Fallen resulta asequible para una mayor cantidad de jugadores.
Para probar Atlas Fallen hemos empleado un MSI Katana, un equipo casi idéntico al que probamos en esta review, pero con alguna diferencia, éstas son sus especificaciones técnicas:
- 15.6 pulgadas IPS FullHD (1.920 x 1.080 puntos, 16:9), 144 hercios.
- Procesador Intel Core i7-12650H
- GeForce RTX 4060 mobile
- 16 Gigabytes DDR5-4800
- 2TB+512GB SSD NVMe PCIe Gen4
Si quieres más información sobre el mismo, lo puedes encontrar en PcComponentes. Y en cuanto a los controles, lo he probado con los siguientes:
- Xbox Controller
- Teclado Newskill Chronos TKL
- Ratón ROCCAT Kone XP
A este respecto, aunque cabía esperarlo, hablamos de un juego que se disfruta más con un mando que con el conjunto de teclado y ratón, aunque la experiencia con estos últimos también resulta muy satisfactoria, además de que puede llegar a resultar más sencilla para aquellos usuarios que no tienen demasiada pericia en el uso del mando y en la identificación rápida de los elementos de señalética que hacen referencia a los múltiples controles de este tipo de dispositivos.
Atlas Fallen y la insidiosa arena
Una de las primeras sensaciones que tienes, al empezar a jugarlo, es que la arena cuenta con bastante protagonismo en Atlas Fallen. No es un error, pues estará muy presente durante todo el tiempo y, aunque por momentos su presencia puede llegar a resultar angustiosa, en otras ocasiones descubrirás que resulta bastante útil para desplazarse rápidamente. Y es que esto me lleva, precisamente, a una de las mecánicas del juego que más entretenidas me han resultado, el deslizamiento. Un poco más adelante hablaré sobre el mismo.
Pero empecemos por el principio. Formas parte de una expedición de desharrapados dirigidos por el capitán Morrath, un malnacido que no desaprovecha las oportunidades de recordarle a los tuyos, a los sin nombre, su total sometimiento a la Reina Milenaria y al Dios Thelos, principales responsables de la penuria que asola estas tierras. La caravana se dirige a la capital, para llevar a la reina un nuevo cargamento de esencia, un bien escaso y preciado, con mucho más valor que tu propia vida o la de los tuyos, según el criterio de los poderosos.
Este tipo de expediciones son comunes pero, por alguna razón, el itinerario de ésta, de la que formas parte, se ha visto desviado por orden de la Reina que, por supuesto, no ha dado explicación alguna sobre este cambio de planes. Lo que no varía es la constante amenaza, tanto de las bestias que jalonan el camino, como de las tormentas de arena que se forman rápidamente y que obligan a establecer un campamento para guarecerse de ellas. Ambos, bestias y tormentas, suelen cobrarse la vida de algún sin nombre pero, en fin, si ni siquiera merecen un nombre, ¿quién habría de preocuparse por ellos?
Esas son las circunstancias actuales, una tormenta de arena, un campamento establecido a toda prisa, varios sin nombre caídos y los guardias de Morrath dispuestos a no conceder ni un segundo de descanso a los expedicionarios, a sus esclavos. Pero en esta ocasión, además se está produciendo un eclipse, lo que muy probablemente está relacionado con la aparición de Nyaal, un dios que pondrá en tu mano (nunca mejor dicho) un guantelete que te convertirá, seguro que ya lo has imaginado, en la única esperanza para tu pueblo. Claro que, para ello, tendrás que enfrentarte al poder omnímodo de Thelos y de todos sus secuaces, incluidas las más temibles criaturas.
Argumentalmente hablando, es decir, en lo referido a su historia, Atlas Fallen no es especialmente original y, de hecho, durante su desarrollo nos encontraremos con puntos que nos recordarán a otros títulos, así como a otro tipo de producciones audiovisuales. Ahora bien, como indicaba al principio, sí que cumple bien su papel de hilo conductor en un juego orientado, principalmente, a la exploración y al combate, que son los dos puntos fuertes del mismo. ¿Podría mejorar con una narrativa más elaborada y/o original? Seguramente sí, pero si no nos mostramos especialmente exigentes al respecto, la premisa de la historia y su desarrollo nos permitirán zambullirnos en la aventura y disfrutar de sus puntos fuertes.
Mecanicas
Deck 13 Interactive ha procurado dotar a Atlas Fallen de algunas mecánicas características. De nuevo, no nos encontramos ante planteamientos especialmente novedosos, pero aún así sí que resultan interesantes y, además, se integran muy bien en el contexto del juego.
El aspecto más destacable a este respecto es, sin duda, el de las gemas, unas piedras que iremos encontrando a lo largo del camino y que podremos emplear para reforzar armas y equipamento, haciendo que sean más poderosos/resistentes, añadiendo nuevas técnicas de ataque, etcétera. Aquí el estudio ha hecho un gran trabajo, y es que gracias a las interesantes diferencias que se producen entre el uso de unas y otras, Atlas Fallen gana mucho en rejugabilidad, ya que, además, en función de cómo se desarrollen nuestros combates con los grandes monstruos, obtendremos unas u otras cosas de los mismos.
Otra mecánica que me ha gustado mucho es la que ya he mencionado anteriormente, la posibilidad de deslizarte por la arena, lo que te convertirá en una especie de surfero del desierto que, eso sí, deberá tener bastante cuidado a la hora de evitar obstáculos y de definir la trazada de su itinerario, pues de lo contrario te encontrarás fuera del camino (y puede que incluso en una caída sin fin) antes de darte cuenta. Personalmente, durante la prueba he aprovechado absolutamente todas las oportunidades que se me han presentado para disfrutar de la misma.
También podremos controlar determinados objetos con la mente para desenterrarlos, ya estén totalmente ocultos por la arena, o solo parcialmente. Esta mecánica nos servirá desde para hacer que se eleven para salvar alturas que, de otra manera, resultarían inalcanzables hasta para para poder ponerle cara a Nyaal. Esto, en combinación con el ya clásico doble salto, forma un conjunto que nos resultará imprescindible para poder explorar el mapa en su totalidad y llevar a cabo los distintos tipos de misiones (principales, secundarias y encargos) que nos propone Atlas Fallen. Misiones que, en su conjunto, proporcionan una experiencia de juego bastante rica.
En lo referido al combate, sin duda aquí es dónde Atlas Fallen da el do de pecho. Contaremos con hasta tres armas, de las cuales podremos emplear dos de manera simultánea y, para cada una de ellas, tendremos un ataque principal y uno secundario. Pero, además, las gemas desbloquearán nuevos tipos de ataques asociados a las mismas, y también contaremos con técnicas defensivas que van desde el básico esquivar, hasta otras más complejas y que nos darán ventaja en el contraataque. Así, y aunque inicialmente resultar algo complejo y confuso, un poco de práctica nos permitirá identificar tanto los elementos visuales como los patrones de ataque, facilitando que seamos capaces de responder rápida y efectivamente frente a los mismos.
Acabado técnico
Por desgracia, en estos últimos tiempos nos hemos tenido que acostumbrar (a la fuerza, claro) a que muchos estudios y distribuidoras lleven sus juegos a la venta cuando todavía queda mucho trabajo por hacer, es decir, cuando en el mejor de los casos merecerían el estado de beta. En algunos casos, como en el de Cyberpunk 2077, el tiempo ha permitido que se redimieran, pero en otros, como seguramente acabará ocurriendo con Lord of the Rings: Gollum, mucho me temo que los usuarios que lo compraron tendrán que conformarse con algunas leves mejoras sobre su estado actual.
Afortunadamente, este no es el caso de Atlas Fallen que, incluso en su versión previa a la de lanzamiento, es decir, antes de recibir la ya tradicional actualización del día de lanzamiento, su comportamiento en todos los aspectos ha sido totalmente correcto. He leído referencias de algún usuario que afirma haber sufrido algún problema técnico, pero parece que esto no se ha reproducido en la mayoría de los casos, y desde luego no lo ha hecho en el mío, de modo que he podido disfrutar del juego sin experimentar problema alguno. Y sí, sé que esto no debería ser algo destacable pero, desgraciadamente, dadas las actuales condiciones del mercado, sí que lo es, y Atlas Fallen destaca positivamente en este sentido.
No hablamos, además, de un título especialmente exigente y, en el equipo de pruebas, he podido disfrutar a muy alta calidad sin experimentar tirones, caídas de frames ni nada por el estilo. Estos son sus requisitos técnicos:
Básicos
- Procesador: Intel Core i5-6600K/AMD Ryzen 3 1200
- Tarjeta gráfica: 4 GB VRAM, GTX 1050 Ti/RX 470
- Memoria RAM: 8 gigabytes
- Almacenamiento: 35 gigabytes
- Sistema operativo: Windows 10 64 bits
Recomendados
- Procesador: Intel Core i7-9800X/AMD Ryzen 5 3600
- Tarjeta gráfica: 8 GB VRAM, GTX 1070 Ti/RX 5700
- Memoria RAM: 16 gigabytes
- Almacenamiento: 35 gigabytes
- Sistema operativo: Windows 10 64 bits
Como puedes comprobar por ti mismo, Atlas Fallen es un juego asequible para prácticamente cualquier PC, tanto si es reciente como si ya tiene algún que otro año (recordemos que el Intel Core i5-6600K es un procesador de la generación Skylake lanzado en 2015). Por lo tanto, nos encontramos ante lo que parece ser un gran trabajo de optimización (otra de las asignaturas pendientes para muchos en estos tiempos).
Por lo tanto, ya sea que cuentas con un equipo de última generación y quieras exprimir al máximo la propuesta de Desk 13, o que tengas un PC con unos años pero quieras disfrutar de un título que gráficamente es bastante “pintón”, a ese respecto Atlas Fallen es, sin duda, una opción estupenda.
Conclusiones
Atlas Fallen me ha gustado, me ha gustado bastante, al punto de que no solo quiero terminarlo, también, pasado algún tiempo, me apetece rejugarlo para comprobar los efectos y cambios en los combates en función del uso de las gemas y armas. Además, visualmente, y dado que hablamos de un juego que procura ser accesible para sistemas con unos cuantos años, creo que el estudio ha hecho un buen trabajo. El mapa genera las sensaciones que pretende transmitir y se convierte en un personaje más de la trama, y el uso de diversos efectos visuales proporciona una experiencia bastante interesante.
No estamos hablando de un título llamado a ser una gran referencia en el género pero, con franqueza, tampoco parece que esa sea su intención y, en estos tiempos, en los que excederse en las pretensiones da lugar a enormes decepciones (perdón por el pareado involuntario), encontrarse con un título que antepone “hacerlo bien” a “hacerlo grande”, me parece que es algo destacable.
Por lo demás, y como ya indicaba al principio, Atlas Fallen no es un juego exclusivo para tryharders, no es un soulslike y, de hecho, por planteamiento recuerda más a una mezcla entre la saga Monster Hunter (aunque con evidentes diferencias) y a Forspoken que a la familia Souls. Así, si estás buscando un RPG que ponga el foco en la exploración y el combate, con mecánicas propias que resulten asequibles para el común de los mortales, que ofrezca unos gráficos visualmente atractivos y que se adapte a una gran variedad de sistemas, entonces Atlas Fallen posiblemente sea lo que estabas buscando.
Atlas Fallen ya está a la venta en Steam y su precio es de 49,99 euros.
Mapa y ambientación
Bien optimizado
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