La sonda Voyager 2 da señales de vida
Como seguramente recordarás, hace solo dos días te contábamos que las comunicaciones de la NASA con la sonda Voyager 2 se han visto accidentalmente interrumpidas. La razón, como ya te explicamos en ese momento, es que un comando enviado desde la Tierra afectó a la orientación de la antena de la sonda, lo que impide la línea directa que se debe establecer entre la misma y la antena terrestre DSS 43, único componente de la Red de Espacio Profundo.
Para entender un poco mejor la complejidad de las comunicaciones con la Voyager 2 resulta clave saber a qué distancia se aleja de nuestro planeta, y actualmente esa velocidad es de 35,4 kilómetros por segundo. Sí, has leído bien, por segundo:
- 35,40 kilómetros por segundo
- 2.124 kilómetros por minuto
- 127.440 kilómetros por hora
- 3.058.560 kilómetros por día
¿Y cómo se traduce esto en lo referido a la distancia? Pues en este momento nos separan más de 19.938 millones de kilómetros, en una cuenta que no para de crecer. Si quieres permanecer actualizado al respecto, puedes consultar su ubicación, velocidad relativa en su alejamiento de la Tierra y el Sol, así como su distancia con ambos, en este enlace. Creo que merece la pena dedicar un momento a pensar en el logro que esto supone.
Como ya aclaraba también en la noticia sobre la desconexión, todo apunta a que ésta será temporal, ya que entre los protocolos que determinan las acciones que lleva a cabo la Voyager 2 de manera periódica, hay una comprobación de la orientación de su antena y, si la sonda detecta que la posición no es correcta para tal fin, procederá a corregirla automáticamente. La próxima fecha prevista para esta comprobación es el 5 de octubre, de modo que en poco más de dos meses podemos esperar que se restablezcan las comunicaciones aunque, claro, es imposible no preguntarse de vez en cuando si todo irá bien allá arriba.