La UE ya tiene un borrador de la regulación de la inteligencia artificial

Cuando la Unión Europea dijo que era necesario establecer una regulación para la inteligencia artificial, y afirmó que su intención era actuar excepcionalmente rápido para dar respuesta a dicha necesidad, tuvimos una señal bastante clara de que, de ser posible, dicha norma vería la luz antes de que termine este mismo año.

Sé que en otros ámbitos, hablar de alrededor de un año puede parecer un plazo bastante extenso, pero debemos tener en cuenta que, a la hora de establecer regulaciones, la Unión Europea debe contar con la opinión de todos los países que la conforman, lo que supone un ejercicio de negociación y diplomacia de lo más complejo, ya que en muchas ocasiones los intereses de unos y otros estados se contraponen, por lo que resulta tremendamente complicado encontrar una posición que satisfaga razonablemente a la mayoría, para que de este modo sea posible aprobar un documento final. Dicho de otra manera: en este contexto lograr sacar adelante una regulación en menos de un año es un récord de velocidad.

El proceso regulador es, además, bastante complejo, pues consta de varias fases, todas ellas con sus plazos, de modo que la velocidad para ir cumpliendo cada uno de ellos rápidamente resulta clave si se pretende, como decía anteriormente, dar respuesta a esta nueva necesidad antes de que finalice el año. Y la buena noticia es que, contra muchos pronósticos y bastante escepticismo sobre dichas intenciones, hoy se ha dado un paso muy importante en este sentido.

Según podemos leer en su página web oficial, La Eurocámara ya está lista para negociar la primera ley sobre inteligencia artificial, tras la aprobación de un primer borrador que empieza a dar forma a dicha regulación. Este texto, sometido a votación en la institución europea, ha obtenido 499 votos a favor, frente a tan solo 28 en contra y un total de 93 abstenciones, lo que supone un nivel de refrendo destacable para un documento elaborado en un plazo tan corto, en comparación con la media.

El borrador contiene algunos usos de la inteligencia artificial que, de salir adelante este texto, quedarán prohibidos en la Unión Europea, muchos de ellos relacionados con la identificación biométrica de los ciudadanos, el establecimiento de una clasificación de usos de alto riesgo, pone en el punto de mira los sistemas de IA utilizados para influir en los votantes y el resultado de las elecciones, y también establece un conjunto de obligaciones para los sistemas de uso general.

En este sentido, se obliga a los responsables de dichos modelos que evalúen, y en su caso mitiguen, una plétora de riesgos (para la salud, la seguridad, los derechos fundamentales, el estado de derecho, etcétera). También tendrán la obligación de inscribirse en un registro que se habilitará para tal fin antes de empezar a operar en la Unión Europea, y un punto especialmente candente, obliga a que los modelos de inteligencia artificial generativa identifiquen los contenidos creados en este sentido.