Análisis
Análisis Google Pixel 7a: mejorando lo que ya era muy bueno
Tal y como esperábamos, y de hecho adelantamos hace unos días, Google ha presentado el nuevo Google Pixel 7a durante el evento de inauguración-keynote principal del Google I/O 2023. No ha sido el único anuncio, ni mucho menos, de hecho ha sucedido tanto que este I/O ha sido el más interesante de los últimos años. Ahora bien, sí que podemos dar por seguro que, por su relación calidad-precio, que se mantiene en la mejor tradición de los Pixel Xa, y en la que entraremos en profundidad a lo largo de este análisis, sí que tiene el potencial para convertirse en el dispositivo más vendido de todos los que nos han presentado hoy.
La plétora de filtraciones que se han ido produciendo durante los últimos meses se han mostrado, por lo general, acertadas, de modo que no no hay sorpresa en lo referido a las especificaciones técnicas, al precio, etcétera. Ahora bien, una cosa es leer una lista de especificaciones (que son muy importantes, por supuesto), y otra muy distinta es poder valorar el rendimiento, el diseño, la usabilidad, autonomía, etcétera, sometiéndolo a un buen conjunto de pruebas, que nos permitan comprobar, de verdad, cómo responde este Pixel 7a al día a día.
Gracias a la colaboración de Google, que nos ha cedido un Pixel 7a antes de su lanzamiento para poder evaluarlo, aunque acaba de ser presentado ya estamos en disposición de contarte todo lo que necesitas saber sobre un dispositivo que destaca en muchos aspectos y que, personalmente, me ha dejado un muy buen sabor de boca, pues marca una interesante evolución con respecto a su predecesor, el también muy completo Pixel 6a.
Google Pixel 7a: especificaciones técnicas
Google Pixel 7a | |
Pantalla | 6,1 pulgadas OLED FullHD+ (2.400 x 1.080 20:9), 420 ppp, hasta 90 hercios, brillo adaptativo, NITS, ESP.COLOR, Corning Gorilla Glass 3, modo always on |
SoC | Google Tensor G2 |
Memoria RAM | 8 gigabytes LPDDR5 |
Almacenamiento | 128 gigabytes UFS 3.1 |
Conectividad | 5G, WiFi 6E, Bluetooth 5.3, geoposicionamiento, USB-C |
Batería | 4385 miliamperios con carga rápida de 18 vatios |
Cámara principal | Dos elementos: gran angular (82°) 64 megapíxeles; ultra gran angular (120°) 13 megapíxeles |
Cámara frontal | Gran angular (95°) 13 megapíxeles |
Sonido | Dos altavoces estéreo |
Seguridad y protección | Chip Titan M2, identificación biométrica (huella dactilar y reconocimiento facial), VPN, IP67, Gorilla Glass 3, 5 años de actualizaciones de seguridad |
Sistema operativo | Android 13 |
Dimensiones y peso | 72,9 x 152,4 x 9,0 milímetros, 193 gramos |
Como indicaba al principio, poca sorpresa en lo referido a las especificaciones técnicas, que ya habían sido adelantadas por las filtraciones. Para dar la cara, este Google Pixel 7a monta una pantalla OLED de 6,1 pulgadas con resolución FullHD+ (2.400 x 1.080 píxeles con proporción de aspecto 20:9 y una densidad de 420 puntos por pulgada). La primera diferencia con respecto a su predecesor, el 6a, la encontramos en su frecuencia de refresco, que escala hasta un máximo de 90 hercios. Otra novedad interesante es el ajuste de brillo adaptativo, que ajusta el brillo de la pantalla en función de la iluminación ambiental (tanto en interior como en exterior) y que además aprende de nuestras preferencias en este sentido. Tiene una relación de contraste de >1.000.000:1, color de 24 bits, es compatible con HDR y, para su protección, cuenta con un cristal Gorilla Glass 3.
Ya en su interior, y como esperábamos, nos encontramos con un SoC Tensor G2, el chip empleado por Google en los Pixel 7 y Pixel Pro. Como ya te contamos en su momento, hablamos de un integrado producido por Samsung en un nodo de 4 nanómetros con una GPU octa-core compuesta por dos núcleos Cortex-X1 a 2,85 gigahercios, dos Cortex-A78 a 2,35 gigahercios y cuatro Cortex-A55 a 1,8 gigahercios. Dentro del SoC también encontramos una GPU Mali G710 MP7 con 20 núcleos, un coprocesador de seguridad Titan M2 y un elemento clave en buena parte de las funciones de este smartphone, la TPU (Tensor Process Unit), es decir, la unidad de proceso dedicada, en exclusiva, a las funciones basadas en inteligencia artificial. Y no, no es casual que el nombre del integrado completo, Tensor, coincida con el de este elemento en particular, y también con algunos de los desarrollos y servicios de Google en el campo de machine learning.
El Google Pixel 7a se comercializa en una única configuración, en la que el SoC se acompaña de 8 gigabytes de memoria RAM LPDDR5 y 128 gigabytes de almacenamiento UFS 3.1. Y este es, en mi opinión, el único punto en el que este smartphone se puede quedar un poco corto. No en la memoria RAM, pues ha ganado dos gigas frente a los seis que encontrábamos en el 6a, pero sí en el almacenamiento, especialmente en un dispositivo en el que las funciones de toma de fotos y grabación de vídeo son una de sus principales virtudes. Es cierto que Google contempla sus servicios online, incluido el almacenamiento, como una extensión del sistema operativo, pero personalmente pienso que 256 gigabytes serían el punto dulce para este smartphone.
En lo referido a conectividad, tampoco hay sorpresas. En el apartado inalámbrico los tres aspectos clave son de última generación: 5G dual (nanoSIM+eSIM), WiFi 6E y Bluetooth 5.3, que se complementan con NFC y geoposicionamiento. Adicionalmente, en la parte inferior central encontramos un puerto USB-C para datos y carga. Lo que nos lleva a hablar de su batería, de 4.385 miliamperios con carga rápida de 18 vatios, carga inalámbrica de 7,5 vatios y que con el modo de ahorro de batería extremo, que ya vimos en los 6a, 7 y 7 Pro, puede llegar a ofrecernos hasta 72 horas de autonomía.
Decir que el Google Pixel 7a cuenta, para su cámara principal, con dos elementos, no es del todo cierto, ya que la combinación de software y las funciones de IA del SoC merece contar, como mínimo, como un elemento más de la misma. Pero bueno, esto lo veremos más detenidamente cuando veamos las funciones fotográficas. De momento nos quedamos con sus dos elementos, un gran angular (82°) de 64 megapíxeles con número F/1.89, y un ultra gran angular (120°) de 13 megapíxeles con número F/2.2. Aquí encontramos un enorme salto con respecto al 6a, que como sensor principal contaba con un gran angular de 12,2 megapíxeles. Para la cámara frontal, que se ubica en una perforación en la parte superior central de la pantalla, encontramos un gran angular (95°) con una resolución de 13 megapíxeles y un número F/2.2.
La seguridad y resistencia del dispositivo, tanto en el plano físico como en lo referido a la protección de los datos, es un elemento bastante importante en este Pixel 7a, al igual que en sus predecesores. Para protegerse de las inclemencias externas, su pantalla está protegida con Corning Gorilla Glass 3, y además cuenta con un nivel de protección IP67 en lo referido a polvo y líquidos. Y en lo referido a la protección de los datos y de la seguridad del propio dispositivo, son tres los pilares fundamentales sobre los que se sostiene:
- En primer lugar está su coprocesador Titan M2, un integrado que proporciona las condiciones de TEE (Trusted Execution Environment) necesarias para proteger la integridad del arranque del dispositivo, así como las claves de cifrado empleadas en el mismo.
- El segundo aspecto clave es que Google proporciona, con el Pixel 7a, acceso gratuito a la VPN de Google One.
- En tercer lugar, Google garantiza un mínimo de 3,5 años de actualizaciones de seguridad para el sistema operativo del Pixel 7a.
Además, para proteger el acceso al dispositivo, podemos emplear tanto los medios tradicionales, como la identificación biométrica, ya sea mediante reconocimiento facial, o con el sensor de huella dactilar que se ubica en la parte inferior central de la pantalla.
Experiencia de uso
Repasadas las especificaciones técnicas, que nos ponen sobre la pista de lo que podemos esperar pero no despejan la incógnita de la experiencia real de uso, llega el momento de ponerse manos a la obra para averiguar si está a la altura de lo esperado, si decepciona o si supera las expectativas. Esto es lo que voy a desarrollar a fondo a continuación, pero para el lector ávido por conocer lo antes posible dicha conclusión, adelantaré que la experiencia ha sido absolutamente satisfactoria. Pero, ¡eh!, no te marches ya, que hay mucho que contar.
En la tendencia habitual del mercado durante los últimos años, la caja del Google Pixel 7a es muy comedida en tamaño, diseño y contenido, algo que en general resulta de agradecer, pues los excesos ya no se valoran como antaño. Ya en su interior nos encontramos con lo siguiente:
- Terminal Google Pixel 7a.
- Cable USB-C a USB-C de datos y carga
- Adaptador USB-A a USB-C.
- Extractor de bandeja SIM.
- Documentación.
Nada más sacarlo de la caja, la sensación visual y táctil que provoca este 7a es la de que nos encontramos ante un dispositivo de nivel premium, algo que nos invitará (al menos a los no especialmente habilidosos) a querer protegerlo con una funda, complemento que también podemos encontrar ya en la tienda online de Google, y que con total seguridad proliferarán a corto plazo en las principales tiendas online. Es cierto, sí, que estos complementos deslucen el diseño del dispositivo, pero por contra lo protegen de las más que seguras caídas que experimentará a lo largo de su vida.
Su primera puesta en marcha es realmente sencilla, gracias al asistente que nos irá guiando a lo largo de todo el proceso. Lo primero, tras especificar el idioma, será establecer su cordón umbilical con Internet, ya sea mediante WiFi, por conectividad celular o, preferiblemente, mediante ambos modos. En mi caso llevé a cabo todo este proceso exclusivamente mediante WiFi y, en pocos minutos, el smartphone ya se encontraba plenamente operativo.
Quise, no obstante, realizar una segunda prueba, configurando la conectividad celular mediante una tarjeta eSIM durante este proceso inicial. En este caso, y como es común, fue necesario contar también con conectividad WiFi y con otro dispositivo con pantalla, que es en la que se debe mostrar el código Bidi de configuración que escanearemos en el nuevo teléfono. Para darle más emoción, decidí llevar a cabo este proceso en la calle, sin red WiFi, compartiendo la conexión de mi teléfono personal (un iPhone 11 del que ya he hablado en anteriores ocasiones). El resultado fue perfecto y totalmente fluido, mientras daba buena cuenta de un café con leche y una ración de churros en una terraza durante una agradable y soleada mañana, pude poner el Pixel 7a en funcionamiento en cuestión de minutos.
Para facilitar la transición desde un dispositivo anterior, la configuración del Google Pixel 7a nos ofrece realizar un proceso de importación de los diferentes elementos del mismo, ya sea un dispositivo con Android o un iPhone. Evidentemente, claro, en este último caso no podremos migrar las apps que hemos descargado de la App Store, pero aún así es una función que nos permitirá no tener que empezar de cero, algo que resulta muy de agradecer.
En mi caso, sin embargo, preferí hacer tabula rasa, por lo que opté por no realizar esta importación, pues mi intención es la de transmitir las sensaciones que proporciona un partir de cero (bueno, de cero menos todo lo que ya hayamos subido al ecosistema de Google, claro) y, además, con el extra de retomar Android, un sistema operativo que me gusta mucho pero con el que apenas tengo contacto en el día a día.
Es en este punto, sin duda, donde se comprueba la enorme evolución que ha experimentado Android, y el extra de bacon y queso aportado por Google para sus dispositivos. Siempre he afirmado que una de las grandes virtudes de Apple tiene que ver con lo amigables que son sus sistemas operativos desde el primer minuto con el nuevo usuario, y después de probar este Pixel 7a puedo afirmar, con enorme satisfacción, que Google también ha hecho los deberes en este sentido, proporcionando de este modo una experiencia cómoda y fluida desde el primer momento.
La parte del teléfono con la que interactuamos de manera continua es, claro, la pantalla, por lo que una buena elección a este respecto resulta un elemento clave. En este Pixel 7a encontramos un panel OLED ligeramente más pequeño que el equipado por el Pixel 7 (6,1 frente a 6,3 pulgadas), pero que no obstante mantiene gran parte de las propiedades de su predecesor, como la resolución y la tasa de refresco. Hablamos de una pantalla de 6,1 pulgadas con resolución FullHD+ (2.400 x 1.080 puntos en una proporción de aspecto 20:9), con una densidad de 420 puntos por pulgada y que es capaz de escalar su frecuencia de refresco hasta los 90 hercios.
Lo que más me ha gustado es, sin duda, la función de brillo adaptativo, que ajusta el nivel de brillo de la pantalla en función de las condiciones ambientales. Esto no es, en sí, una novedad, pues ya lo hemos visto anteriormente en otros smartphones, pero la implementación de la misma en este Pixel 7a es más que destacable. Para esto es necesario, claro, el trabajo en conjunto de pantalla, sensores y software, y resulta evidente que en Google se han preocupado por afinarlo a la micra. Además, el sistema aprende de las preferencias del usuario, haciendo que esta adaptación inteligente responda también a nuestras preferencias-necesidades. Lo he probado en todo tipo de escenarios, desde tremendamente luminosos hasta muy oscuros, y en todos ellos no he tenido problema alguno para ver claramente el contenido de la pantalla.
Una función que muchos usuarios (entre los que me incluyo) valoran muy positivamente es que la pantalla cuente con el modo always-on, es decir, que cuando el dispositivo está bloqueado, muestre determinada información de manera permanente, sin que sea necesario pulsar algún botón o interactuar con el móvil de alguna manera. A este respecto, podremos configurarla para que nos muestre la información que deseamos, algo que resulta de lo más práctico, aunque claro, pueda tener alguna incidencia en la autonomía.
Quienes me leen, saben que tengo preferencia por los auriculares con cable, y a ser posible con conector minijack (manías, lo sé), pero dado que esto ya prácticamente ha dejado de ser una opción, decidí hacer la prueba del móvil con unos JBL Tune 510BT, que utilicé para jugar, para reproducir contenido multimedia (música y vídeos), para escuchar algunos audios de WhatsApp y, aunque a veces se nos olvida, también para la que era, tradicionalmente, la principal función de los teléfonos: hablar con otras personas.
En todos los casos, el rendimiento de la conexión Bluetooth ha sido más que adecuado. Pese a estar empleando unos auriculares de la parte media de la gama de entrada, la reproducción de sonido se mostró fluida en todos los contextos, sin absolutamente nada de lag ni saltos (incluso en los momentos de mayor exigencia al sistema, como con los juegos). Y con respecto a la calidad de sonido, aunque en este punto actúan en tándem el smartphone y los auriculares, no puedo dudar en calificarla de excelente. También, para comprobar el funcionamiento de sus dos altavoces, situados en la parte inferior, reproduje tanto música como vídeos a través de los mismos, y debo reconocer que me ha sorprendido para bien la nitidez del sonido incluso a un volumen elevado, circunstancia en la que otros altavoces de este tipo tienden a saturar. Con el Google Pixel 7a no he distorsión, en todo caso quizá algo de estridencia (especialmente con las frecuencias más altas), pero es de bajo nivel y no llega a ser molesta en ningún momento. Obviamente, este no es el mejor sistema para disfrutar de la calidad de sonido, pero sí que mejora la experiencia con respecto a otros smartphones.
Con respecto a la autonomía, es cierto que el modo de ahorro de batería extremo nos puede proporcionar hasta 72 horas con una carga completa, pero claro, esto depende del uso que hagamos del Pixel 7a. En mi experiencia, y sin activar dicho modo, los días que apenas lo utilizaba el descenso de carga fue realmente bajo, al punto de que habría podido emplearlo durante dos días con una carga completa. Sin embargo, a poco que decidiera ser más exigente, me alejaba de ese escenario. Como contrapartida, lo cierto es que carga muy rápido, y que la indicación de estimación de duración es de gran ayuda para determinar en qué momentos nos encaja mejor enchufarlo al cargador (o ponerlo en la base de carga inalámbrica, claro).
La inteligencia artificial integrada en el software es, desde hace ya varias generaciones, uno de los puntos clave de los dispositivos Pixel frente a su competencia. Como indicaba al principio, que el SoC en el que se basan tenga el mismo nombre que la tecnología desarrollada por la compañía, hace ya años, en el campo de la IA, no es una coincidencia. Es más, tanto es así que casi deberíamos considerar que la inteligencia artificial debe formar parte de la lista de especificaciones técnicas del smartphone.
En el Google Pixel 7a encontramos algunas funciones nuevas apoyadas en IA, si bien es cierto que algunas de ellas solo están disponibles, al menos de momento, en inglés y/o en Estados Unidos. No obstante, también encontramos un buen conjunto de ellas que sí que podremos disfrutar a este lado del charco. Estas son las principales novedades, que se suman a la ya extensa lista de funciones que debutaron en dispositivos anteriores:
- Brillo adaptativo: ya hemos hablado de esta función al valorar la pantalla, pero un punto muy importante de la misma es que integra una función de aprendizaje que tomará buena nota de nuestras preferencias para distintos tipos de condiciones, con el fin de adaptarse al entorno automáticamente, teniendo en cuenta dichos gustos-necesidades personales.
- Clear Calling: algunas personas (aunque cada vez somos menos) todavía utilizamos los teléfonos móviles para mantener llamadas telefónicas, y es en aquí donde esta nueva función proporciona una gran mejora, ya que analiza en tiempo real la señal de audio para realzar la voz de nuestro interlocutor, al tiempo que filtra el ruido de fondo.
- Frases rápidas: disponible anteriormente solo en inglés, ahora ya podemos emplear frases rápidas para gestionar tanto las llamadas entrantes (responder, rechazar y silenciar) como las alarmas y los temporizadores (detener y posponer).
- Transcripción de mensajes de voz: son muchas las razones por las que un mensaje de voz puede no resultar la opción más conveniente. Para solucionar este problema, el Google Pixel 7a nos ofrece la función «voz a texto», con la que obtendremos una transcripción de dichas grabaciones.
- Photo Unblur y Night Sight: más adelante hablaremos de las funciones fotográficas de este Pixel 7a, pero de momento me parece interesante mencionar estas dos, que se apoyan en la inteligencia artificial. La primera nos permite recuperar, al menos parcialmente, el foco en aquellas tomas que nos han salido movidas, y la segunda optimiza sustancialmente el resultado de las capturas con poca iluminación.
Pruebas de rendimiento
Ya lo dijimos al valorar el SoC Tensor G2, hablamos de un integrado que es más cerebro que músculo o, dicho de otra manera, sus cifras en bruto quedan por debajo de las de los SoC tope de gama de otros fabricantes. Sin embargo, tal y como ya aclarábamos en dicha publicación, esto no debe hacernos pensar en un rendimiento mediocre, ni mucho menos, pues hablamos de un integrado diseñado a medida y al que, por tanto, el dispositivo y el sistema operativo pueden (y saben) sacarle el máximo partido, para proporcionar una experiencia de uso totalmente satisfactoria.
Así, el verdadero campo de batalla lo encontramos en las diversas pruebas a las que podemos someter los diferentes modelos para medir y comparar sus respectivos rendimientos. Y eso es lo que vamos a ver a continuación, tras haber sometido al Pixel 7a a un completo y variado banco de pruebas.
Empezamos, dado que Google pone el foco en las capacidades de su Tensor G2 en el campo de la IA, con el test sintético AI Benchmark que pone a prueba precisamente eso, el desempeño del dispositivo en tareas relacionadas con la inteligencia artificial. Desgraciadamente, los responsables de esta app hace bastante tiempo que no actualizan la clasificación general de smartphones, pero sí que podemos encontrar los resultados obtenidos por los Pixel 7, Pixel 7 Pro y la generación Pixel 6, lo que nos permite compararlo con sus precedentes.
Como puedes ver en la imagen, el Google Pixel 7a obtuvo una puntuación de 577,9, un resultado que lo sitúa muy por encima de los Pixel 6, 6 Pro y 6a, que obtuvieron respectivamente 383, 393 y 344 puntos, pero por debajo de los Pixel 7 y 7 Pro, con sus 720 y 711 puntos respectivamente.
El siguiente test que hemos empleado ha sido Basemark GPU, una prueba que como ya nos indica su propio nombre evalúa el rendimiento de la Mali G710 que encontramos en el interior del Google Tensor G2.
Los resultados de esta prueba nos muestran que esta GPU se encuentra en la parte alta de la tabla, en la que ocupa la cuarta posición, frente al top tres formado por las Adreno 740, Adreno 730 y Samsung Xclipse 920.
Seguimos poniendo a prueba el Pixel 7a, ahora con Passmark, un test de lo más completo y que nos ofrece métricas de la CPU, la memoria, el almacenamiento y gráficos en 2D y 3D
El resultado de esta prueba nos confirma que nos encontramos con un dispositivo que, sin estar en la parte más alta de la tabla, sí que cumple con las necesidades (y por tanto con las expectativas) de sus usuarios potenciales. Según el ranking general de este benchmark, ocupa la posición 99 de todos los smartphones probados.
Fotografía
A veces tengo la duda de si vivimos en un mundo de móviles con cámara o de cámaras de fotos con funciones de móvil. Mi primer teléfono con cámara fue un Nokia 7650, el primer móvil de la marca en incorporar este elemento. Su resolución era de 0,3 megapíxeles (640 x 480 puntos) y resultaba asombroso… En los poco más de 20 años que han pasado desde aquel sonado lanzamiento, la fotografía móvil (o movilgrafía, como he leído en alguna ocasión) ha experimentado una evolución espectacular, al punto de que prácticamente ha acabado con el mercado de las cámaras digitales de las gamas media y de entrada, así como con el de las cámaras de vídeo para particulares.
En los últimos años hemos visto como el tiempo dedicado a contar las novedades relacionadas con las funciones fotográficas de los smartphones ha ido creciendo sustancialmente en las presentaciones de estos dispositivos. No exagero al recordar que, en alguna ocasión, este apartado ha llegado a cobrarse prácticamente la mitad del tiempo dedicado al total de la presentación, algo que simboliza a la perfección la extrema importancia que le conceden los fabricantes, sí, pero también los usuarios.
A este respecto los smartphones de la familia Pixel juegan en la parte alta de la tabla. Y de nuevo no tanto por especificaciones, como por la excelente comunión entre hardware y software, con una buena ración de inteligencia artificial de por medio. Así, con cada nuevo modelo, llegan también nuevas y exclusivas funciones, y este Pixel 7a no es una excepción al respecto. Y, lo que es mejor aún, la inmensa mayoría de esas herramientas operan «en la sombra», de modo que el usuario tan solo debe escoger el tipo de imagen que quiere capturar, pulsar el botón y el teléfono se encargará de todo lo demás (que no es poco).
Google saca pecho al hablar de la función de fotografía nocturna de sus Pîxel, así que es la primera que quise poner a prueba, con un par de tomas nocturnas que repetí el día siguiente a plena luz del día. Este es el resultado:
Como puedes comprobar, este modo no es capaz de hacer milagros, pero sí que sabe exprimir al máximo hasta el último fotón presente en el entorno, permitiendo que las capturas en condiciones de muy baja luminosidad resulten bastante decentes y, algo muy importante, que tengan un foco defendible, aún cuando el tiempo de captura es bastante superior al necesario para las tomas homónimas pero con iluminación de día. Sí que aclaro, no obstante, que esta prueba la llevé a cabo en un entorno especialmente oscuro, y que el resultado en lugares con algo más de luz, aunque también sean tomadas por la noche, será mejor.
Otra función muy interesante de los Google Pixel más recientes es su zoom digital, capaz de alcanzar un nivel de aumento 8x, al tiempo que su super gran angular es capaz de «alejarnos» hasta un 0,5x, lo que nos ofrece un rango focal realmente amplio. Así pues, desde la misma posición, pude realizar estas dos tomas, la de la izquierda con el zoom mínimo, 0,5X y la de la derecha con el zoom máximo, 8x:
Reconozco que siempre he tenido bastantes prejuicios en lo referido al zoom digital, pero en esta ocasión debo reconocer que lo conseguido por Google es digno de mención en el mejor de los sentidos.
También se suele destacar, al probar la función de cámara de los Pixel, su gran velocidad a la hora de enfocar, ya sea de manera automática cuando modificamos el encuadre, de manera manual cuando elegimos un sujeto, y de manera continuada cuando seleccionamos un sujeto que no se encuentra totalmente estático. En concreto, para esta prueba dejé que la cámara enfocara la hoja que se muestra en primer plano, hice la primera foto, moví rápidamente el móvil para que el centro quedara ocupado por la rosa y volví a disparar de inmediato:
Estas dos imágenes nos muestran varios aspectos interesantes de la calidad fotográfica del Google Pixel 7a. El primero es, claro, precisamente lo que quiero mostrar con ambas juntas, y es que efectivamente, la velocidad con la que es capaz de enfocar es digna de mención.
El segundo aspecto que quiero mencionar lo podemos ver en el recorte de ambas que puedes ver sobre este párrafo, y que muestra en detalle el desenfoque de fondo que podemos conseguir sin tener que realizar ningún ajuste en los parámetros de captura. Este efecto destaca todavía más en los retratos, claro, pero en realidad podemos sacarle partido en cualquier toma en la que queramos centrar todo el foco en el sujeto principal, sea una persona, un flor o un objeto cualquiera
Por último, en este tercer recorte, puedes apreciar el nivel de detalle que es capaz de capturar, así como la precisión del enfoque automático.
Una última prueba a la que he querido someter la cámara del Pixel 7a es una circunstancia que, por desgracia, se da de manera habitual, ya sea por desconocimiento, por despiste o por imposibilidad de tomar la foto en otras circunstancias. Me refiero a emplear la cámara a contraluz, algo que vuelve locos a los fotómetros de una enorme cantidad de cámaras, dando como resultado habitual capturas subexpuestas y, además, generalmente bastante planas.
La imagen habla por sí misma. Pese a que el sol estaba de frente, el Pixel 7a fue capaz de ajustar los parámetros de la toma para que tanto el cielo como las hojas y la copas de los árboles se muestren perfectamente expuestos, y para que la fotografía transmita la profundidad adecuada. Otra prueba, también muy compleja, superada con nota.
Conclusiones
Hace ya algunas generaciones que Google consiguió tocar la tecla adecuada con sus Pixel, especialmente desde que dio el salto a su propia plataforma, los SoC Tensor. Este nuevo Pixel 7a vuelve a confirmar que Google ha sabido diferenciarse de gran parte de la oferta del mercado, gracias en gran medida a la inmejorable sinergia que se establece entre el dispositivo y el sistema operativo, en una mezcla en la que el uso inteligente (valga la redundancia) de la inteligencia artificial se convierte en la salsa secreta que hace que el sabor de este nuevo Pixel sea inconfundible.
Personalmente, como ya indiqué al principio, desde el primer momento y hasta el momento de terminar de escribir esta review, el Google Pixel 7a me ha dejado un excelente sabor de boca. Quizá, en todo caso, le pediría un poco más de autonomía, pero es el único aspecto en el que veo margen de mejora. Por lo demás, sin duda nos encontramos frente a un dispositivo que vale hasta el último euro de su precio, y que satisfará las necesidades de todos aquellos usuarios que, sin querer dar el salto a la gama alta, y menos al segmento premium de la misma, sí que quieren un dispositivo que ofrezca un rendimiento destacable junto con un gran conjunto de herramientas y funciones diseñadas para facilitarnos la vida.
El nuevo Google Pixel 7a ya está a la venta, con las opciones de color carbón, azul claro, nieve y coral (este último está disponible exclusivamente en la tienda online de Google), y su precio parte de los 509 euros.
Rendimiento
Diseño
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