¿Tiene futuro un Twitter de pago?

Antes de responder a la pregunta formulada en el título, creo necesario ampliar la pregunta, puesto que hablar de un Twitter de pago se puede interpretar de muchas maneras, que van desde algún servicio similar pero de pago hasta la transición hacia un modelo exclusivo de pago por parte de el juguete favorito (y el que más dolores de cabeza le debe ocasionar) de Elon Musk. Así, aunque con matices, lo primero es aclarar que me refiero al segundo punto.

No, Twitter no va a pasar a ser un servicio exclusivamente de pago, no al menos de momento. Crear una cuenta y emplear las funciones básicas de la red social es gratuito, y dudo mucho que Musk decida revertir eso, pues uno de los números más importantes del servicio, el que cuantifica la cantidad de usuarios del mismo, caería a plomo, lo que a su vez se traduciría en que el ya por sí deslucido interés de los anunciantes por esta red social descendería hasta traspasar el nivel del suelo.

Twitter es y seguirá siendo gratuita, al igual que Facebook, Instagram (aunque precisamente estas dos han puesto en marcha un servicio de verificación de pago, al igual que Twitter), TikTok… La naturaleza de las redes sociales hace que su utilidad (y por lo tanto su valor) tengan una relación directamente proporcional con su volumen de usuarios. Cualquier directivo de una red social con dos dedos de frente debería tener muy claro este punto, pues en caso contrario el futuro puede depararle cosas muy desagradables.

Elon Musk ha querido convertirse en un paladín de la libertad de expresión, aunque luego se dedique a expulsar a periodistas (spoiler: en realidad la libertad de expresión le importa más bien poquito), pero desde el primer momento al mando de la red social ha dejado claro que su interés en Twitter es económico y de imagen personal. De imagen porque  ya se supo en su momento que había dado orden para que sus tweets obtuvieran más visibilidad de la que le concedería el algoritmo en condiciones normales.

La motivación económica tiene que ver, claro, con los 44.000 millones de dólares que Musk ha tenido que pagar para hacerse con Twitter. Bueno, los 44.000 millones más los elevados intereses que está obligado a pagar a las entidades financieras de las que salió parte del dinero necesario para completar la compra. Un dinero que, esto es comprensible, al multimillonario le gustaría poder llegar a recuperar en algún momento y de algún modo.

El problema es que los números no cuadran. Actualmente, Twitter tiene menos de 500.00 suscriptores de pago, lo que supone menos del 0,12% de la base total de usuarios de Twitter. Para alcanzar el objetivo de Musk del 50% de los ingresos de la red social, se necesitarían 24 millones de miembros de Twitter Blue. Así, parece que el plan es dar cada vez más voz y voto a los usuarios de Blue, condenando de este modo al ostracismo a todos aquellos que no estén dispuestos a pasar por caja.

Obtener el verificado, editar tweets ya publicados, votar en las encuestas sobre el futuro de la red social, aparecer en la pestaña «Para ti» de otros usuarios, que tus respuestas se muestren entre las primeras… la lista es enorme y podemos tener claro que seguirá creciendo. Sin duda el enfoque de Musk es que la clave es hacer Twitter Blue más atractivo, pero lo cierto es que el resultado final puede ser hacer que Twitter sea menos atractiva, y las consecuencias de esto pueden ser nefastas tanto para la red social como para la cartera de Musk.