Fiat 500e RED, remansos

The questions run too deep The Logical Song (Supertramp, 1979)

Manuel miraba. Se sentaba como cada mañana en el paseo marítimo con su bolsa de plástico, su gorra y su cantimplora llena de agua y un extraño bastón con empuñadura de cabeza de cuervo que sujetaba con la mano derecha apoyándose como si estuviera a punto de levantarse. Pero no se ponía frente al mar para admirar el fragor suicida de las olas contra el lomo de las rocas sino que buscaba un banco de espaldas a la costa para observar la avenida. Esperando. Llegaba al amanecer. Las primeras horas de luz del sol dejaban sobre la acera largas y escasas sombras de transeúntes, muchos de ellos trabajadores de bares, tiendas o puestos playeros o bien servidores públicos que reptaban somnolientos cabalgando sus pasos apresurados o tranquilos, según su carga de puntualidad, hacia el resto de su jornada. Todos desfilaban ante la mirada atenta de Manuel. Luego acudían soñadores de resacas tardías y desayunadores ansiosos y tempraneros, todos ellos con aspecto de necesitar uno o más cafés. Pero ninguno llamó la atención de Manuel, que les dedicó una mirada intensa que poco a poco parecía vaciarse de interés.

La acera se salpicó entonces de corredores supuestos deportistas, algunos con el torso desnudo para exhibir sin pudor michelines o músculos según su abnegación o mala suerte endocrínica con pieles más o menos bronceadas e incluso sonrosadas revelando distintas latitudes de origen y tolerancia a las radiaciones. Toda un escaparate de calzados pronadores o supinadores de materiales ideados por ingenieros dignos de mejor causa con colores y diseños destinados a no pasar desapercibidos. Una corredora embutida en un chandal de color rosa baliza a todas luces excesivo para la temperatura ambiente avanzaba con el pelo recogido en una cola de caballo que se agitaba a derecha e izquierda. De repente se detuvo ante Manuel respirando con dificultad. Y se desplomó. Manuel se acercó despacio e ignoró a la corredora y a las personas que empezaban a arremolinarse, más para sacar fotos que para ayudar. Manuel se colocó a su lado mirando al suelo junto a ella, golpeó el suelo con fuerza con el bastón sobre la sombra que yacía junto a la yaciente. «Suéltala vieja nauseabunda. Bien sabes que no le ha llegado la hora». La sombra pareció encogerse y agitarse hasta que Manuel levantó el bastón. Un gemido pareció salir de la mismísima sombra. La corredora se incorporó apretando la mano en el pecho. Manuel lentamente volvió a su sitio. A esperar de nuevo.

La democratización de la movilidad personal con los primeros automóviles utilitarios en los años 30 fue protagonizada por modelos como el Volkswagen tipo 1 (luego conocido como Escarabajo) y el Fiat 500 (conodido como Topolino). La siguiente democratización podría decirse que es la de la movilidad personal eléctrica y uno de los protagonistas está siendo precisamente un heredero del modelo italiano, el 500 actual que en su versión eléctrica pretende proponer un utilitario versátil, compacto, relativamente asequible y sobre todo con un estilo inconfundible heredado de la generación anterior con motores de combustión.

En lo que respecta al mercado de los utilitarios eléctricos se está viviendo una especie de impasse. Aunque son modelos que tienen todo el sentido del mundo, ya que la motorización eléctrica es especialmente eficaz en trayectos urbanos, no hay tanta oferta como se podría suponer e incluso algunos fabricantes como el grupo Volkswagen han abandonado modelos compactos que estaban a la venta. Los costes de producción unido a la necesidad de contener el precio para que sean atractivos para los compradores es una de las principales razones de este fenómeno. Para salvar este escollo es estratégico que en un futuro se llegue a un abaratamiento drástico de las baterías. Hay que decir que Fiat en cambio sigue apostando por su 500 y no le está dando malos resultados en ventas.

De nuevo

Ya tuvimos ocasión de probar este modelo del fabricante italiano en su versión quizás más desenfadada, el 500 cabrio. En este caso vamos a probar la versión más reivindicativa, el 500e RED. Esta versión responde a una colaboración del fabricante con la iniciativa RED, un movimiento global para combatir emergencias sanitarias como el COVID o el SIDA, por la cual Fiat conjuntamente con Jeep y RAM se ha comprometido a donar hasta este año un mínimo de cuatro millones de dólares para desarrollar iniciativas relacionadas con los objetivos de dicho movimiento.

Y aunque el modelo que hemos probado es de un rojo espectacular, la verdad es que esta versión especial no se limita a ese tono de carrocería sino que también se puede encargar en gris, blanco o negro. La silueta de este 500 es inconfundible y sigue fiel al diseño inspirado en el 500 fabricado en los años sesenta que ha marcado toda la familia 500 del fabricante italiano hasta la fecha. Las formas redondeadas y los característicos faros redondos, en este modelo divididos en dos elementos, dan ese sello de identidad visual que les caracteriza. También redondos son el resto de luces del frontal y los intermitentes son alargados y colocados en los laterales, nuevamente imitando al 500 lanzado en 1957.

En la parte frontal domina de forma muy vistosa el nombre / número del modelo en gran formato en el centro con números en color rojo sobre fondo rojo en este caso. La posibilidad de prescindir del radiador hace que esa parte del frontal quede limpio de entradas de aire por lo que el diseño se parece aún más al del 500 original. Un amplio parachoques preparado para los embates de la vida urbana da paso en la parte de abajo a la rejilla de ventilación destinada a refrigerar la batería.

Imitando al predecesor

Pasando al lateral y tal y como nos pasó la primera vez que vimos este modelo, el 500 guarda prácticamente las mismas proporciones que el utilitario de combustión que le precede pero cuando uno se acerca se aprecia que ha crecido en todas las dimensiones: 10 centímetros en longitud, algo menos en altura y 5 en anchura. En esta ocasión se han incorporado unas llantas de radios con aspecto vintage que subrayan la atractiva estética sesentera del coche y en cuyo centro se ha incorporado el logotipo del modelo.

La parte trasera es distinta, por razones obvias, a la de la versión cabrio pero principalmente cambia porque se sustituye el spoiler por otro más grande y que no incorpora las luces de freno. Al igual que pasa con el frontal el diseño vertical de los grupos ópticos de la parte trasera también están inspirados en el modelo de los sesenta y que heredó el 500 de motor de combustión de la generación anterior. Otra diferencia con la versión cabrio es que el portón del maletero ocupa buena parte de la zona posterior, no se trata ya de una portezuela.

El interior del 500 en cambio no varía. En lugar de guiños al pasado como en el exterior del coche encontramos muchos guiños al futuro. Es más grande y cómodo que el del utilitario de la generación anterior y hay multitud de detalles que se han mejorado, como lo ha hecho en general la calidad de los materiales y el tacto de los mismos. También se ha mejorado en la comodidad en general de los asientos delanteros e incluso en la visibilidad ya que la percepción es que la superficie acristalada es mayor. En general es más cómodo también para personas altas.

Mejoras

Las mejoras han llegado también al sistema de información y entretenimiento que ahora luce una pantalla de 10,25 pulgadas con muy buena visibilidad. En acabados más sencillos esta pantalla se hace más pequeña e incluso desaparece en los más básicos y se convierte en un soporte para el móvil. En cualquier caso un sistema muy eficaz que además es compatible con Android Auto y Apple Car Play. Debajo de la pantalla se han dispuesto una serie de botones físicos que permiten controlar el sistema de climatización.

En el sistema de información podemos acceder a un menú para obtener información del sistema del motor eléctrico y de la batería. Hay tres secciones en las que muestran información por un lado del flujo de energía y por el otro de las programaciones y del ajuste de carga para poder gestionar esta de forma que paguemos lo menos posible con la tarifa más favorable en caso de cargar en casa y otras funciones. Es información suficiente y muy clara, aunque menos completa que la que ofrecen algunos coches eléctricos de la competencia.

Justo debajo encontramos un espacio de generoso tamaño para colocar el teléfono móvil con el conector USB. En el modelo que probamos además contaba con sistema de carga inalámbrica. Detrás del volante la parte de indicadores también mira al futuro con una pantalla LCD de siete pulgadas que queda cubierta por un parasol de forma circular que recuerda al diseño redondeado de los inticadores de las versiones antiguas del 500. Esta pantalla permite mostrar abundante información sobre el coche incluyendo el sistema de propulsión eléctrica o las indicaciones del navegador.

Conducción cómoda

En esta segunda visita al 500 hemos tenido ocasión de experimentar durante más tiempo con el puesto de conducción y hemos de decir que nos ha dejado muy gratamente impresionados. Es compatible con conductores de buena estatura (por encima de 1,90 metros) sin quitar comodidad, capacidad de manejo y visibilidad, pero gracias a las amplias regulaciones que permiten incluso variar la posición del volante en profundidad también se adapta a las estaturas más breves.

La parte trasera del 500 sigue siendo sacrificada y es un coche homologado para cuatro pasajeros. El aumento de tamaño ha mejorado un poco las cosas pero siguen siendo plazas algo pequeñas para que viajen dos adultos, aunque lo harán algo más cómodos que en un 500 de la generación anterior (o eso nos han dicho los intrépidos probadores que lo han experimentado). Entrar y salir de las plazas traseras es algo incómodo por el tamaño del coche. Fiat propone un modelo con un sistema con una portezuela adicional para facilitar el acceso que aún no hemos podido probar.

Como hemos adelantado el maletero es distinto del del 500 cabrio porque no tiene la capota que cubre parte de la parte trasera. De esta forma el portón es clásico y más grande, aunque la capacidad del maletero es la misma y bastante reducida, acorde al tamaño y al uso del coche. Son 186 litros que curiosamente es la misma capacidad del maletero de la versión anterior del 500, por lo que la batería parece no perjudicar por su posicionamiento en la parte inferior del coche.

Siempre dispuesto

Para la prueba dinámica apuntar como siempre que el modelo probado es el que 118 caballos con una batería de 42 kWh que sobre el papel es capaz de acelerar e cero a 100 en 9 segundos y tiene una autonomía teórica de 326 kilómetros. Son unas prestaciones buenas para un utilitario urbano, sobre todo teniendo en cuenta que al tratarse de una mecánica con motor eléctrico la potencia máxima y el par máximo están disponibles en todo momento cuando pisemos el acelerador.

Como ya anticipamos con el modelo cabrio el tamaño compacto del coche y la brillantez de la respuesta hacen del 500 un coche muy divertido de conducir. Reacciona casi al instante al acelerador y aumenta de velocidad de forma constante sin problemas con lo que caracolear por el tráfico no solamente es sencillo sino todo un placer. Además es un coche bastante bien insonorizado para lo que se estila en modelos de este tamaño y categoría, lo que unido al propulsor eléctrico hace que sea un coche en cuyo interior impera la tranquilidad.

Divertido

Precisamente en ciudad es donde, como de costumbre, es posible quedarse cerca de los 300 kilómetros de autonomía. En carretera o autopista y sobre todo si pisamos con alegría el acelerador esta autonomía desciende drásticamente. A cambio el 500 da unas sensaciones excelentes, prácticamente de un deportivo, con una estabilidad digna de un coche más grande y con un gran aplomo en curva por lo que en carreteras viradas proporciona unas sensaciones prácticamente deportivas.

En este nuevo acercamiento hemos tenido la ocasión de probar el coche en más circunstancias de conducción y hay que decir que aunque por autonomía y concepción (sobre todo por el maletero) no es un coche pensado para viajar lo cierto es que el confort de marcha, la potencia y el comportamiento del coche invitan a hacer kilómetros. Y si le añadimos la buena respuesta en carreteras con curvas como hemos comentado, puede ser un buen coche también para viajes cortos con los sacrificios comentados.

Conclusiones

Nos reafirmamos en que el 500 eléctrico es un digno heredero tanto de los modelos originales como del exitoso compacto que fue lanzado antes que él. La estética sigue teniendo ese regusto vintage que tan bien ha funcionado con este modelo y por contra se ha aumentado el espacio interior sin tener que hacer crecer demasiado el coche con lo que sigue siendo prácticamente igual de ágil, fácil de aparcar y versátil en ciudad de lo que era su antecesor.

Nos sigue gustando mucho la respuesta del motor eléctrico que proporciona mucha diversión en carretera y la actualización de sus interiores, especialmente el display tras el volante y el del sistema de información y entretenimiento así como los detalles como el gran espacio para el móvil, la apertura eléctrica de las puertas y los detalles estéticos de los que está lleno el coche con guiños incluso a la ciudad donde nació Fiat. El precio, al igual que en muchos otros eléctricos, sigue siendo la barrera para que este coche tenga un éxito arrollador, un problema que se amortigua en parte por los planes de subvenciones para adquirir estos vehículos.