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PC con procesador Ryzen 7000: cinco errores que no debes cometer al montarlo
Si estás pensando en dar el salto a los nuevos Ryzen 7000 y vas a montar un PC nuevo te recomiendo que antes de dar el paso eches un vistazo a esta guía, donde vamos a repasar cinco errores muy importantes que no debes cometer durante la elección de los componentes que vas a utilizar en dicho equipo.
Esos cinco errores se centran en diferentes aspectos que son clave no solo para el correcto funcionamiento del equipo, tanto en términos de estabilidad como de temperatura, sino también en lo que respecta al rendimiento y a la aparición de posibles cuellos de botella que nos impedirían sacarle el máximo partido a nuestro procesador Ryzen 7000.
Es importante dejar claras algunas cosas antes de empezar, ya que los Ryzen 7000 representan un cambio grande frente a la generación anterior que va más allá del uso de una nueva arquitectura, ya que estos procesadores utilizan además un nuevo socket y un nuevo estándar de memoria RAM. Estas consideraciones previas nos ayudarán a entender mejor todo lo que os vamos a contar en esos cinco errores.
Cosas que debes tener en cuenta al montar un Ryzen 7000
Los Ryzen 7000 se integran en un nuevo socket y en una nueva plataforma. Este cambio ha permitido a AMD incrementar los valores de consumo máximo en modo turbo, y esto ha hecho que esos nuevos procesadores puedan alcanzar unas frecuencias de trabajo más elevadas incluso con todos sus núcleos activos, y de forma bastante estable.
Por tanto, tenemos un mayor consumo pero también un mayor calor generado, y a esto debemos unir el salto al nodo de 5 nm, que ha reducido el tamaño de los chiplets y el área de disipación del encapsulado, haciendo que la concentración del calor se produzca en una superficie más pequeña y que, por tanto, sea más complicado disiparlo.
Estos nuevos procesadores solo soportan memoria DDR5, y como ocurrió con las generaciones anteriores tienen una importante dependencia de la velocidad y la latencia de esta. Sin embargo, también están sujetos a las limitaciones que impone este nuevo estándar, y a aquellas que son inherentes a la arquitectura MCM que ha utilizado AMD. Este tema es tan importante que la propia AMD confirmó en su momento cuál era la mejor DDR5 para los Ryzen 7000.
Finalmente hay otra clave que debemos tener presente, y es que con la plataforma AM5 hemos visto una mejora enorme en términos de calidad de construcción y prestaciones. Tanto es así que incluso las placas base B650 más económicas vienen con sistemas VRM potentes y fiables, y vienen con sistemas de refrigeración pasiva en zonas clave para evitar problemas de sobrecalentamiento.
Cinco errores que no debes cometer
1.-Obsesionarte con el overclock y las frecuencias de trabajo
Cuando analicé los Ryzen 7000 ya os dije que AMD había exprimido al máximo sus frecuencias de trabajo, y que todos los procesadores de la serie «X» vienen de casa con un modo turbo tan agresivo y tan bien ajustado que no vale la pena hacerles overclock. Por otro lado, tampoco es que tengamos un margen real en condiciones normales, ya que la mayoría alcanza los 95 grados cuando trabaja a plena carga.
Si no trabajan a plena carga las temperaturas se mueven en valores más bajos dependiendo del sistema de refrigeración que utilicemos, y el modo turbo eleva las frecuencias a niveles muy buenos. Haciendo overclock podríamos mejorar el rendimiento en casos concretos, pero no vale la pena porque estaríamos haciendo sacrificios importantes:
- Mayor consumo.
- Temperaturas de trabajo más altas.
- Podemos perder rendimiento en muchos escenarios donde el modo turbo trabaja de una manera más acertada y eficiente.
Con todo esto claro es fácil entender por qué te decimos que no debes obsesionarte con el overclock ni con las frecuencias de trabajo. No obstante, es cierto que en el caso de los Ryzen 7000 no X, que vienen a unas frecuencias de trabajo más bajas que los modelos X, sí que mejoran ligeramente el rendimiento si hacemos overclock, pero incluso en este caso lo más inteligente y seguro es configurar el PBO (Precision Boost Overdrive) al máximo.
2.-Comprar un Ryzen 7000 que realmente no necesitas
Este es un error muy frecuente porque tendemos a invertir más dinero de lo necesario creyendo que, al final, esto hará que el equipo nos dure más tiempo y que envejezca mejor. Esa forma de pensar tiene un problema importante, y es que al final estaremos gastando mucho dinero en algo que puede que nunca lleguemos a utilizar.
Os lo explico con un ejemplo sencillo. Imagina que quieres montar un PC para jugar, y que no vas a salir te de ahí, es decir, no vas a utilizarlo para trabajar ni para ninguna tarea que vaya más allá de mover juegos exigentes. En ese caso comprar un Ryzen 5 7600X sería, sin duda, lo más acertado en relación precio-rendimiento. No necesitarías un Ryzen 7 7700X, y comprar un Ryzen 9 7900X o un Ryzen 9 7950X sería tirar el dinero.
El motivo es muy sencillo, los juegos se desarrollan partiendo de las bases de las consolas a nivel de hardware. En la generación actual la base mínima la pone Xbox Series S, que tiene una CPU Zen 2 recortada con 8 núcleos y 16 hilos a un máximo de 3,4 GHz. Su IPC está más cerca de Zen+ que de Zen 2, tiene una FPU muy recortada, trabaja a frecuencias muy bajas y solo tiene libres para juegos 6,5 núcleos.
El Ryzen 5 7600X tiene 6 núcleos y 12 hilos con un IPC que está a años luz de la CPU de Xbox Series S, y encima trabaja a 5,3 GHz con todos sus núcleos activos de forma estable, así que hay una diferencia de potencia sustancial. Con esto no quiero decir que Xbox Series S sea una mala consola, todo lo contrario, simplemente os quiero explicar por qué este procesador ya cumpliríais el nivel recomendado para juegos, y sería una inversión que estaríais rentabilizando desde el primer momento.
Ahora imagina que compras un Ryzen 9 7950X para jugar. Este chip cuesta casi el triple que un Ryzen 5 7600X, y tiene 16 núcleos y 32 hilos. Cualquier juego presente es incapaz de ofrecer una diferencia de rendimiento importante funcionando en un Ryzen 7 7700X, que tiene 8 núcleos y 16 hilos, así que imagina lo que pasaría con un procesador de 16 núcleos y 32 hilos.
Los juegos no se desarrollan para paralelizar bien en tantos núcleos e hilos y no llegan a saturarlos a un nivel que pueda marcar una diferencia de rendimiento. Con ese Ryzen 9 7950X no notarás una diferencia de rendimiento en juegos frente al Ryzen 5 7600X, y esa situación no va a cambiar ni a medio ni a largo plazo, así que habrás gastado el triple en un procesador que probablemente nunca llegarás a aprovechar.
Obviamente, si vas a utilizar el PC para jugar y trabajar, o solo para trabajar, sí que tiene sentido montar un procesador como el Ryzen 9 7900X o como el Ryzen 9 7950X, siempre que vayamos a utilizar aplicaciones o herramientas que puedan aprovechar su alto conteo de núcleos. Si quieres jugar y hacer streaming con todas las garantías un Ryzen 7 7700X será tu mejor elección dentro de la serie Ryzen 7000.
3.-Descuidar el sistema de refrigeración
Los Ryzen 7000 han recibido una importante mejora en términos de IPC, y también un aumento de frecuencias que al final ha contribuido a mejorar considerablemente el rendimiento. Sin embargo, como ya os he dicho anteriormente esto ha tenido dos contrapartidas, una subida del consumo y un incremento de las temperaturas de trabajo.
La diferencia si comparamos directamente con los Ryzen 5000 ha sido notable. Un Ryzen 5 7600X puede alcanzar los 68 grados en juegos con un sistema de refrigeración líquida AIO de 360 mm, y llega a los 89 grados cuando trabaja a plena carga. A partir de un Ryzen 7 7700X ya nos movemos en picos estables de 95 grados con ese mismo sistema de refrigeración cuando el procesador trabaja a plena carga, y superamos los 70 grados en juegos.
No debemos, por tanto, infravalorar la importancia del sistema de refrigeración, y si compramos un Ryzen 5 7600 no X debemos tener en cuenta que el ventilador que trae de casa no es suficiente para mantener sus temperaturas de trabajo bajo control. En el caso del resto de modelos no X, que incluyen un ventilador AMD Wraith Prism, este cumple pero está lejos de ser una solución óptima.
Dado que el rendimiento de estos procesadores puede escalar con la tecnología PBO, y que esta depende de aspectos como el consumo y la temperatura, está claro que utilizar un buen sistema de refrigeración permitirá a los Ryzen 7000 desarrollar todo su potencial. Por otro lado, tened presente también lo que ya hemos comentado, que estos procesadores consumen más y que tienen una menor superficie de disipación por chiplet que la generación anterior, lo que incrementa sus necesidades de refrigeración.
AMD ha confirmado que es normal que los Ryzen 7000 se muevan en valores de hasta 95 grados de temperatura cuando trabajan a plena carga, es decir, con todos sus núcleos e hilos activos, y os puedo confirmar que esto sucede incluso con una refrigeración líquida AIO de 360 mm, así que no os preocupéis si registráis esos valores tras montar vuestro nuevo PC. Lo que no sería normal es tener esas temperaturas con el procesador en un bajo nivel de carga.
4.-RAM lenta, con altas latencias y uso de 4 módulos
La arquitectura Zen ha mostrado, desde el principio, una alta dependencia de la velocidad de la memoria RAM y de su latencia, y Zen 4 no es una excepción. Utilizar memoria DDR5 lenta afectará negativamente al rendimiento de los procesadores Ryzen 7000, pero esto no quiere decir que debamos utilizar módulos a una velocidad extrema, y tampoco que no debamos prestar atención a las latencias.
En pruebas de rendimiento sintéticas, y en muchas herramientas y aplicaciones profesionales, el impacto de la velocidad de la memoria en el rendimiento de un Ryzen 7000 es mínimo, y con alto tan sencillo y económico como un kit de 32 GB (2 x 16 GB) de DDR5 a 5.200 MHz y latencias CL36 ya tendremos una experiencia óptima. Si nuestro objetivo es jugar a partir de una configuración de DDR5 a 5.600 MHz con latencias CL36 ya nos moveremos en un nivel óptimo.
La configuración ideal para los Ryzen 7000, si nuestro objetivo principal es jugar, serían dos módulos de DDR5 a 6 GHz con latencias CL30, pero como os he dicho en el párrafo anterior no es imprescindible para conseguir un excelente nivel de rendimiento. Debemos tener en cuenta además que conforme aumenta la resolución disminuye el impacto de la RAM en el rendimiento, y obviamente no vamos a montar un PC con un Ryzen 7000 y DDR5 para limitarnos a jugar en 1080p.
Es importante evitar kits de memoria DDR5 con velocidades altas y latencias muy altas, ya que al final se produce una descompensación importante del ancho de banda por los altos tiempos de acceso (latencia). Tampoco debemos pasar de los 6.000 MHz porque la controladora de memoria de los Ryzen 7000 dejará de trabajar en modo 1:1 y pasará a hacerlo en modo 1:2. No vale la pena invertir más dinero en una memoria que funcione a más de 6.000 MHz si vamos a montar un Ryzen 7000.
Por último, aunque no por ello menos importante, debemos evitar ocupar las cuatro ranuras de memoria de nuestra placa base, ya que cuando utilizamos una configuración de dos módulos por canal, cuatro módulos de DDR5 en total, la velocidad máxima de trabajo de esta se reduce considerablemente. AMD confirmó que con configuraciones single rank y dual rank en las que tenemos un módulo por cala la velocidad soportada, sin perfiles EXPO, era de 5.200 MHz, mientras que con dos módulos por canal esa velocidad se reducía a 3.600 MHz.
Sé que a muchos os gusta ocupar las cuatro ranuras de memoria de la placa base por una cuestión de estética, y que al final también puede ser más económico comprar un kit con más módulos y menor densidad por módulo para llegar a una alta capacidad de memoria RAM, pero si vamos a montar un PC con un Ryzen 7000 es una mala idea porque vamos a perder rendimiento, y puede que también acabemos teniendo problemas de estabilidad. Montar cuatro módulos no es una buena idea.
5.-Invertir demasiado en una placa base para tu Ryzen 7000
Este punto tenéis que interpretarlo correctamente, y es que la placa base es un componente muy importante a la hora de montar un nuevo PC, pero también es uno de los que debemos elegir con más cuidado, ya que actualmente hay modelos de gama alta que tienen precios muy elevados y que en realidad se dirigen a perfiles de usuario muy concretos.
Obviamente una placa base de 500 euros ofrecerá un acabado premium, un diseño muy cuidado y un nivel de prestaciones que no tendremos en una placa base de 250 euros, ¿pero realmente vamos a necesitar todo eso o tendremos suficiente con el modelo más económico? Para la mayoría de los usuarios una placa base como la GIGABYTE B650 GAMING X AX, que tiene un precio de 222,99 euros, es más que suficiente tanto por calidad de construcción como por prestaciones, y además tiene una estética bastante atractiva.
Comprar una placa base que ofrece un nivel de prestaciones que no necesitamos y que nunca vamos a llegar a utilizar no tiene ningún sentido, ya que será una inversión que nunca llegaremos a amortizar. Con todo, esto es un tema que al final depende de nuestras necesidades y del resto de componentes que queramos montar, además de las aspiraciones que tengamos y de nuestros objetivos a medio, corto y largo plazo.
Así, si vamos a querer montar unidades SSD PCIe Gen5 tendremos que invertir más dinero y comprar una placa base con soporte de dicho estándar. También tenemos que valorar otros aspectos, como por ejemplo posibles actualizaciones y si la placa base que teníamos pensado elegir será capaz de soportarla. Como es un tema complicado te recomiendo que consultes nuestra guía de placas base.
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