Starlink prueba su servicio de roaming global
El principal objetivo de Starlink es, tal y como ya indicó Space X desde sus orígenes, desplegar una red de satélites capaz de proporcionar acceso de banda ancha a Internet desde cualquier lugar del mundo. Esta es, sin duda, una misión loable, pues todavía son muchos los lugares de nuestro planeta en los que apenas es posible conectarse a la red, menos aún a una velocidad que permita un uso intensivo de la conexión, y generalmente a unos precios fuera del alcance de la mayoría de los bolsillos.
Aunque el servicio de Starlink es más caro que una conexión por cable de banda ancha en las regiones más desarrolladas del planeta, el acceso a Internet vía satélite tiene unos costes terriblemente elevados, como ya habrás comprobado si te has conectado en alguna ocasión a Internet desde un avión o durante una travesía marítima en un crucero. Ahora bien, y aunque muchas personas se sorprenden al saberlo, Starlink no es un servicio ofrecido para ser utilizado, por una misma cuenta, desde distintas ubicaciones.
Sí, has leído bien, lo que plantea Space X a sus clientes es que deben adquirir el kit de acceso al servicio, instalarlo en un lugar con cobertura y, a partir de ese punto, su funcionamiento y sus limitaciones serán similares a las de una conexión por cable, ya que el equipo no debería trasladarse a otras ubicaciones para emplear la conexión de un modo, digamos móvil. Entiendo que pueda tener que ver con mantener una distribución uniforme de las conexiones, que irá en relación con la cobertura de la red de satélites que hay en cada región. Pero, incluso así, siempre me ha parecido que se acerca a ponerle puertas al campo.