Cinco razones por las que es fundamental proteger la red Wi-Fi de centros educativos

Proteger la red Wi-Fi de tu casa es importante, porque hacerlo pondrá las cosas mucho más difíciles a los intrusos y evitará que estos puedan colarse en nuestra red y darnos problemas. Si proteger tu red Wi-Fi es algo fundamental y básico, imagina lo necesaria e importante que es la seguridad y la protección de la red de un centro educativo.

Todos los centros educativos trabaja con información sensible de sus alumnos, y también de los familiares de estos. No hablamos solamente de datos personales como nombres y apellidos o domicilio, también es habitual encontrar otros datos importantes como documentos de identidad (DNI), datos bancarios, números de teléfono y otra información de carácter personal que puede incluir datos médicos especialmente sensibles.

Lamentablemente, todavía existe la falsa idea de que las redes Wi-Fi de los centros educativos no son un objetivo importante para los cibercriminales, y que por tanto no es necesario darles el mismo nivel de prioridad a la hora de establecer medidas de protección y de seguridad. Esto es un error muy grave, y en este artículo os vamos a contar por qué repasando cinco razones por las que es imprescindible proteger la red Wi-Fi de un centro educativo.

1.-La importancia de los datos

Los datos que se manejan en un centro educativo tienen una importancia muy grande, y como hemos dicho anteriormente son especialmente sensibles. Si a esto añadimos que, en muchos casos, los centros educativos trabajan con datos de menores creo que se entiende de una forma más clara por qué es importante proteger la red Wi-Fi de estos centros.

Un ataque bien organizado y dirigido podría comprometer las bases de datos del alumnado y de sus familiares, y permitiría el robo de información sensible que podría acabar exponiendo no solo los datos personales de los alumnos, sino también los datos bancarios utilizados para el pago de matrículas y otros servicios, posibles datos médicos de estos y de sus familiares, y también historiales personales que puedan comprometer o hacer daño a ciertos alumnos.

2.-La reputación e imagen del centro

Todo centro educativo tiene una imagen que mantener. Esa imagen se ve influida por muchos aspectos, como por ejemplo la calidad del personal docente, tanto a nivel educativo como humano, y también por sus instalaciones, sus servicios, su oferta tecnológica y por la protección que ofrece al alumnado.

Hoy en día es fundamental para cualquier centro educativo ofrecer una red Wi-Fi para que sus alumnos, y su personal docente, puedan utilizar Internet como herramienta para la educación y la colaboración, pero debemos tener en cuenta que esta debe estar debidamente protegida porque, en caso de que no lo esté y se produzca un ataque, la reputación y la imagen del centro se verán muy dañadas.

La entidad del ataque puede acabar siendo tan grande que al final el centro no llegue a recuperarse nunca, y si esto sucede la gestión del mismo y su futuro podrían acabar quedando en la cuerda floja. Por otro lado, un centro educativo que tenga una red debidamente protegida podrá mostrarse a padres y alumnos como una institución segura que vela por el bienestar de ambos.

3.-Los parones e interrupciones

Un ataque contra una red Wi-Fi que no esté debidamente protegida puede acabar afectando gravemente a la infraestructura del centro educativo, y si esto sucede es probable que el servicio se vea interrumpido durante un periodo de tiempo considerable, algo que al final impedirá a los docentes realizar su trabajo de forma normal e impondrá fuertes limitaciones y restricciones.

Dependiendo de la gravedad del ataque, también es posible que se vean afectados numerosos dispositivos y equipamiento del centro educativo, algo que, en casos extremos, podría acabar generando un enorme caos, sobre todo si el ataque afecta a bases de datos donde se recogen calificaciones, cuestionarios, exámenes y datos bancarios de alumnos, padres y del propio centro educativo. Estos podrían verse alterados de forma parcial o total, y sería necesario realizar un proceso de revisión y de corrección.

4.-El efecto dominó si no se aíslan y controlan adecuadamente las redes

Las redes de alumnos y profesores deben estar aisladas, y las razones son bastante obvias. Sin esa separación, sin ese aislamiento, un ataque o una vulneración que afecte a la red de los alumnos podría extenderse a la red del profesorado y del centro educativo, generando una especie de efecto dominó que, al final, podría tener consecuencias devastadoras.

Si se produce ese aislamiento de las redes de profesores y alumnos es posible cortar ese efecto dominó y frenar la caída en esas situaciones. Un ataque que tuviera éxito en la red de los alumnos no podría extenderse a la de los profesores ni a la del resto del personal del centro educativo, porque ambas estarían aisladas, y lo mismo ocurriría a la inversa.

Por otro lado, controlar de forma adecuada las aplicaciones y las páginas web que pueden funcionar en cada red es fundamental para reforzar la seguridad. De esta manera no solo evitaremos que los alumnos puedan acceder a contenidos inapropiados para su edad, e inadecuados para centros educativos, sino que además también bloquearemos páginas y aplicaciones que puedan poner en riesgo la seguridad de la red del centro.

5.-Coste económico: prevenir es mejor que curar

Pongamos en conjunto todo lo que hemos dicho hasta ahora, y pensemos por un momento en el enorme coste económico que podría tener para un centro educativo un ataque que comprometa datos sensibles del alumnado, de sus familiares y de sus profesiones, y que encima obligue a interrumpir el servicio y el correcto funcionamiento de sus dispositivos y redes Wi-Fi durante varios días.

Ahora añade los costes de recuperación, el daño a la imagen del centro y todos los costes que podrían derivar de ese efecto dominó que hemos indicado. No hace falta que nos pongamos a hacer número concretos para darnos cuenta de que el daño, y el coste económico de no proteger la red Wi-Fi de un centro educativo podría ser muy grande. ¿Vale la pena arriesgarse? Está claro que la respuesta es un no rotundo.

Cómo proteger la red de un centro educativo

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