Twitter, Elon Musk y la libertad de expre¿QUE?
Las mentiras son como los boomerangs, a más fuerza al arrojarlos, con más fuerza vuelven contra ti. Elon Musk se inició como propietario de Twitter afirmando que lo suyo era poco menos (o puede que incluso que algo más) que una cruzada por la libertad de expresión, que era un demócrata de pura cepa y que llegaba a la red social para que todas las voces, incluso las más críticas con él, tuvieran cabida, que Twitter alcanzar el estatus de la gran ágora digital. Incluso llegó a pedir que permanecieran como usuarios a sus mayores detractores, que ninguna voz (siempre que cumpliera las reglas de Twitter) sería expulsada.
Lo que no nos contó, claro, es que lo que tiene cabida y lo que no tiene cabida en la red social depende de sus reales… opiniones. Y esto lo demuestra que en el lapso de un mes defendió la presencia de una cuenta determinada, después cambió las normas para que ya no fuera así, eliminó la cuenta y, de rebote, también las de algunos periodistas (yo lo escribo sin comillas, no como él) que informaron puntualmente sobre lo sucedido. La libertad de expresión no protege los contenidos que no le gustan a Musk I el hipócrita.
También me parece que debemos dedicar un momento al hecho, que ya he mencionado anteriormente, de que al referirse a la expulsión de periodistas de la red social, haya decidido emplear las comillas para referirse a ellos. Es sutil, desde luego, pero no es lo mismo decir periodistas que «periodistas», y Musk sabe muy bien lo que se hace cuando decide emplear las comillas. Es muy sencillo de entender, no es lo mismo si alguien te dice que has hecho algo bien, a si te dice que has hecho algo «bien», ¿verdad? Creo que esto no requiere de más explicaciones, y que demuestra que el propietario de Twitter pretende escribir un discurso muy cuestionable y que pone atención a los detalles.
Así, en estos días en Twitter ya hemos visto como Musk ha planteado las dos primeras enmiendas a la libertad de expresión:
- 1ª Enmienda: si un tipo de contenido no me gusta, crearé nuevas normas o modificaré las normas para que deje de estar permitido y cerraré esas cuentas.
- 2ª Enmienda: si hay una red social que en algún momento podría llegar a amenazar la mía, cerraré su cuenta y banearé sus enlaces.
Y por cierto, quizá te estés preguntando por qué he empezado este artículo citando a Musk cuando decía aquello de «Voz Populi, Vox Dei» y recordando los porcentajes de la votación sobre la vuelta de Donald Trump a Twitter, ¿verdad? No te preocupes, no me he olvidado de ello. Si sigues a Musk o su actividad en la red social, ya habrás comprobado que es bastante aficionado a plantear encuestas y a, en aplicación de dicho principio, seguir a rajatabla los resultados de las mismas.
Elon el demócrata, el que ha venido a traer la libertad de expresión y la democracia a Twitter, el que dice que la voz del pueblo es la voz de Dios… excepto cuando no le gusta lo que dice la voz del pueblo, en tal caso el dicho parece cambiar a Vox Musk, Vox Dei, algo que encaja bastante màs con la personalidad que viene demostrando desde hace ya tiempo. ¿Por qué? Porque esta mañana publicó una primera encuesta, en la que preguntaba por el futuro de las cuentas de seguimiento que habían sido expulsadas. Preguntaba cuándo restaurarlas y ofrecía cuatro opciones: Ya, mañana, dentro de siete días o más adelante. Al cabo de una hora, los resultados eran los siguientes:
- Ya: 43,3%
- Mañana: 4,5%
- Dentro de siete días: 14,1%
- Más adelante: 38,1%
Así pues, Vox Populi dijo, por mayoría, que el desbloqueo de las cuentas se debía producir hoy mismo. ¿Y qué ha hecho el muy democrático Musk? ¿Ha liberado ya las cuentas? ¿Ya podemos volver a consultar en tiempo real los vuelos de su jet? Pues la verdad es que no. En realidad, ha publicado un mensaje en el que decía «Lo siento, demasiadas opciones. Reharé la encuesta«. La diferencia entre la opción más votada (Ya) y la segunda más votada (Más adelante) era de 4,9 puntos, más de los 3,6 puntos que separaron el Sí de el No a la vuelta de Trump. Pero claro, en este caso la respuesta no era la que él quería.