Análisis
Automatic Coffeemaker, para amantes del buen café
Tradicionalmente, siempre se ha establecido una relación directa entre informática y café, al punto de que muchas personas (entre las que me incluyo) consideran que la cafetera es un periférico más del PC. Y aunque a continuación, evidentemente, lo desarrollaré, empezaré diciendo que la Automatic Coffeemaker de Solac, que he podido probar durante más de un mes, ya forma parte indisoluble de mi setup, y es uno de los elementos del mismo que más satisfacciones me proporcionan.
Pero antes de empezar a hablar sobre la Automatic Coffeemaker de Solac, considero importante desarrollar un concepto que va ganando peso día a día, pero que por su nombre todavía no resulta demasiado familiar a la gran mayoría, y es el de cafetera superautomática, un tipo de dispositivo diseñado para que, cuando queremos tomar un café, no nos tengamos que preocupar de nada. Tan solo tendremos que pulsar un botón (o un par de ellos) y, en unos segundos, ya tendremos el café recién hecho y listo para degustar.
Para tal fin, las cafeteras superautomáticas, como la Automatic Coffeemaker, cuentan con varios depósitos: uno para el café en grano, otro para el agua, y un tercero para los residuos (los posos del café). De esta manera, cuando queramos preparar un café, la máquina cuenta con todos los elementos necesarios para prepararlo de manera instantánea y, salvo que uno de los dos primeros esté vació o que el tercero esté lleno, no tendremos que preocuparnos por nada.
Evidentemente, las cafeteras superautomáticas no son la única opción que permite disfrutar de un café recién hecho de manera prácticamente instantánea y sin complicaciones, pues en ese mismo segmento encontramos también las cafeteras de cápsulas, principalmente Nespresso y Dolce Gusto. La única diferencia entre éstas y las superautomáticas es que cada vez que queramos un café tendremos que introducir la cápsula, pero es un trámite bastante rápido y cómodo.
Cafeteras superautomáticas vs todo lo demás
Sin embargo, y como persona a la que le encanta el café (solo y sin azúcar, salvo en el desayuno) y que ha probado varias máquinas de ambas familias, alguna de ellas durante varios años en una oficina en la que trabajé, me decanto sin duda alguna por las superautomáticas frente a las de cápsulas, y ha sido esta Solac Automatic Coffeemaker la responsable de terminar de convencerme. Y son varias las razones para ello:
- Libertad de elección: es cierto que la oferta de cápsulas es muy amplia. Entre las propias de las marcas responsables de las mismas, y las de terceros que se han sumado a dicho mercado, podemos encontrar una buena selección de tipos de café en cápsula. Sin embargo, las cafeteras como esta Automatic Coffeemaker emplean café en grano, del que podemos encontrar infinidad de variedades en función de su origen, intensidad de aroma, nivel de tostado, etcétera.
Si que hay un matiz, en este punto, que es común a todas las superautomáticas, y es que solo permiten el uso de café en grano natural, no torrefacto ni mezcla, pero incluso teniendo en cuenta esta limitación, la diferencia de variedad es más que destacable. - Ajustes disponibles: las cafeteras de cápsulas han sido diseñadas para funcionar con la pulsación de un único botón y con una cápsula, lo que limita sustancialmente la posibilidades de salida. Las superautomáticas, por su parte, también buscan un manejo muy sencillo, pero sí que permiten realizar determinados ajustes que nos permiten afinar el resultado final a nuestro gusto particular.
- Calidad: de nuevo no planteo esto como un ataque a las cápsulas, pero es indudable que un buen café natural en grano, molido en el momento, nos proporciona un café de una calidad difícilmente superable. A este respecto, cafeteras como la Automatic Coffeemaker rivalizan en la parte alta del podio con la clásica cafetera italiana y, para quienes gusten es esta particular preparación, con el café de puchero.
- Precio por café: otro punto indiscutible y en el que la superautomáticas ganan de calle a las de cápsulas. Y es que mientras que el precio de las cápsulas oscila entre los 30 y los 45 céntimos de euro por unidad, la cantidad de grano de café que necesitamos para un café con la Automatic Coffeemaker oscila entre los 6 y los 10 céntimos de euro. 15, si nos vamos a un café tope de gama, de importación exclusiva y de venta solo en boutiques de café. La diferencia, como puedes comprobar, es espectacular.
- Sostenibilidad: es cierto que Nespresso puesto en marcha programas de recogida y reciclado de las cápsulas (solo de las suyas, no de las compatibles con sus máquinas), Dolce Gusto, al menos hasta donde yo tengo constancia, no. En el caso de las máquinas como la Automatic Coffeemaker no tendremos ese problema, ya que los únicos residuos que genera son los posos de los cafés preparados, algo que podemos desechar con normalidad y que no es contaminante.
Y aclaro, una vez más, que no tengo nada en contra de las máquinas de cápsulas, ojo, entiendo que en determinados entornos son una opción muy adecuada. Sin embargo, tras mi experiencia con ambos tipos de máquinas, y teniendo en casa tanto una Nespresso como una Dolce Gusto (ya dije antes que soy muy cafetero y me encanta probar), desde que entró la Solac Automatic Coffeemaker en casa, las otras dos máquinas han quedado fuera de servicio. Solo sigo empleando, de manera combinada, una cafetera italiana, por una razón que explicaré más adelante.
Así pues, y antes de entrar a hablar ya específicamente sobre la Automatic Coffeemaker de Solac, creo que es importante recapitular sobre los tipos de cafeteras y de métodos de elaboración de café. Voy a plantearlos en mi orden de preferencia, aunque te recomiendo que, si eres cafetero, establezcas tu propio orden de preferencia.
- Cafetera italiana: mezcla de la calidad del café y de la propia experiencia de prepararlo y del aroma que impregna la cocina, uno de los métodos de elaboración más veteranos sigue siendo el rey del sabor. Su único problema es que la preparación de cada café es más trabajosa y lleva más tiempo.
- Cafetera superautomática: calidad tope de gama, equiparable a la de la cafetera italiana y a la de expreso, pero menos exigente en tiempo y en labores que ambas. Para mi gusto, el punto óptimo de calidad, comodidad y velocidad.
- Cafetera de expreso: las cafeteras domésticas que replican el sistema de funcionamiento de las máquinas profesionales que podemos encontrar en las cafeterías. La calidad también es excepcional, pero al igual que ocurre con la cafetera italiana, es bastante más manual y, por ende, menos inmediata.
- Café de puchero: elaboración veterana donde las haya, el café se infusiona en el agua que acaba de ser retirada de ebullición. Permite el uso de aromatizantes y otros elementos para dar sabor, por lo que es un método ideal para las mentes más creativas. Su gran problema es que la elaboración es trabajosa y lleva un tiempo, además de obligarnos a preparar grandes cantidades (normalmente entre medio y un litro).
- Cafetera de cápsulas: opción muy rápida y muy cómoda, como ya he planteado anteriormente, y con cafés bastante rico que, eso sí, termina siendo la más cara, con diferencia, y la menos sostenible.
- Cafetera de émbolo: un formato poco extendido, visualmente divertido, pero que proporciona un sabor menos intenso y que resulta poco práctico en el día a día.
- Cafetera de goteo: esta opción solo es aceptable si el único tipo de café que te gusta es el café americano (muy poco intenso, apto para beber grandes cantidades a diario) o el café con leche o la leche manchada. Es decir, si solo te gustan las versiones más suaves del sabor del café, pero no los sabores intensos.
Solac Automatic Coffeemaker: experiencia de uso
Pero bueno, ya he teorizado bastante sobre el café, las cafeteras, etcétera, así que llega el momento de dar el salto a lo concreto, es decir, a lo que nos ofrece esta Solac Automatic Coffeemaker: cómo es, cómo funciona, virtudes y defectos y, en resumen, si es un producto recomendable o no. Este último punto depende, claro, de tu propia relación con el café o, para ser más exactos, con el café en casa. Y es que no es lo mismo si se limita a tomar uno muy de vez en cuando frente a si se consume como si fuera pan caliente. En el primer caso, lo cierto es que no, en el segundo, la respuesta es un sí absoluto y en el enorme rango intermedio, yo te daré los números, y tú haces las cuentas.
La primera impresión, tras sacar esta Solac Automatic Coffeemaker de su caja, es que la marca se ha esforzado en lograr un diseño realmente compacto, con un grosor inferior no ya al de otras muchas superautomáticas del mercado, sino incluso al de algunas máquinas de cápsulas. Si tienes una cocina amplia esto es un aspecto secundario, pero si cuentas con limitaciones de espacio, ya sea por el tamaño de la cocina o por la cantidad de enseres que ya tienes en la misma, este punto puede marcar una gran diferencia a favor de esta máquina.
Su instalación y puesta en marcha es de lo más sencilla, en menos de cinco minutos desde que te pongas manos a la obra la cafetera ya estará operativa y, por lo tanto, ya podrás disfrutar del primero (de muchos) cafés recién hechos. Tendrás, lógicamente, que conectarla a la red eléctrica y, a continuación, abastecerla de agua (para lo que emplearás el depósito extraíble que se encuentra en la parte posterior de la máquina) y de café, retirando para ello la tapa que se encuentra en la parte superior central de la cafetera, en el que también se encuentra el selector de nivel de molienda del café (OJO: éste solo se puede ajustar cuando la máquina está moliendo café, de lo contrario puedes ocasionarle daños):
Con la Solac Automatic Coffeemaker ya montada y abastecida, seguro que estás deseando probar el primer café. Para ello pulsa el botón físico que se encuentra en el lateral izquierdo y verás como se enciende inmediatamente. Ten en cuenta, eso sí, que la máquina lleva a cabo dos operaciones al encenderse, y que ambas llevan unos segundos. Por una parte empieza a calentar el agua en la que posterioremente infusionará el café, y por otra parte, lleva a cabo la limpieza de los conductos. Por lo tanto, siempre que la enciendas verás que se muestra activo solo el control táctil de agua caliente
Pasados unos segundos, la cafetera expulsará algo de agua caliente por la salida del café. Terminado ese proceso, se activará ya la botonera táctil y ya podrás marchar ese primer café.
A este respecto, la cafetera cuenta con un depósito para líquidos, que puedes ver en esta imagen:
Así, si lo deseas, puedes dejar que el agua del proceso de limpieza caiga en el mismo y, posteriormente, vaciarlo y limpiarlo con normalidad. Sin embargo, y dado que el proceso de autolimpieza también se efectúa al apagar la máquina, yo prefiero tener un vaso específico para tal fin. De hecho, dejo puesto ese vaso tras concluir la autolimpieza del apagado por si queda alguna gota «rebelde» que decide caer un poco más tarde:
Concluido el proceso de encendido, que puede tomarse unos 30 segundos (quizá un poco más o un poco menos), la Solac Automatic Coffeemaker ya estará lista para lo que desees: preparar café, agua caliente (para infusiones) o vapor, para calentar y espumar leche. Cada una de dichas funciones está representada gráficamente en la botonera táctil que se iluminará en la parte superior frontal de la máquina. Como verás, las imágenes escogidas son bastante representativas:
- La taza pequeña, a la izquierda del todo, es la que tendrás que emplear para obtener un expreso, corto y bastante intenso (ideal, en mi opinión, para degustar solo y sin endulzantes).
- El siguiente, la taza de mayor tamaño, nos permite tirar un café más largo, pero no americano, ojo, también es bastante intenso (esta es la mejor opción si quieres tomarlo con leche).
- En la parte central, la taza con el corazón te servirá para tirar tu café favorito, que podrás personalizar indicándole a la cafetera cuan largo quieres que sea.
- La gota de agua humeante, como bien habrás deducido, nos permite obtener agua muy caliente, a través del dispensador de la derecha, que podremos emplear para hacer infusiones.
- Y a la derecha del todo, nos encontramos con el botón que nos permitirá obtener, también mediante el dispensador de la derecha, vapor con el que podremos calentar leche (para tal fin recomiendo una jarrita de acero), del mismo modo en que estamos acostumbrados verlo en las cafeterías
Lo que viene a continuación no podría ser más sencillo. Tan solo tendrás que poner la taza que quieres emplear bajo la salida del café (su altura es regulable y, si deseas emplear una taza especialmente alta, también puedes retirar la bandeja de goteo de la parte inferior), pulsar seleccionar el tipo de café que quieres pulsando el botón y, de manera inmediata, comenzará su preparación.
En este proceso, la máquina empezará moliendo la cantidad de café necesaria. Una vez listo, lo preinfusionará durante unos segundos para darle más sabor y, concluido este proceso, se iniciará el proceso de filtrado, momento en el que el café comenzará a caer a la taza:
Durante toda la elaboración del café, verás que en la botonera táctil superior solo se muestra la selección que has hecho. Esto te indica que está en elaboración y que, en ese momento, tan solo debes dejar a la máquina trabajar. Una vez que haya finalizado, escucharás una señal acústica y la botonera volverá a activarse, señal de que ya puedes coger la taza de café y empezar a disfrutarlo. Ahora puedes dejarla encendida si se va a hacer más uso de ella durante los próximos minutos, o apagarla si prevés que no será utilizada a corto plazo. Para ello pulsa de nuevo el botón del lateral derecho y recuerda que, como te indicaba anteriormente, que en este momento la cafetera volverá a llevar a cabo un proceso de autolimpieza.
Ajustes y mantenimiento
Como has podido ver, su manejo básico es bastante sencillo, y la buena noticia es que sus tareas de mantenimiento también lo son. Las más habituales son reponer agua y café, limpiar el depósito de residuos (los posos de café) y, cada cierto tiempo, cuando la máquina lo indique, realizar una descalcificación para mantener bien limpio el circuito. Y en lo referido a ajustes, el principal, y que en principio tendrás que llevar a cabo solo en una ocasión, es ajustar el nivel de molienda del café. Empecemos por este último.
Como ya habrás visto, al rellenar el depósito de café, en su interior hay una rueda giratoria. Como ya te indiqué anteriormente, recuerda que solo puedes emplearla cuando la máquina esté moliendo café pues, de lo contrario, pueden producirse daños en el dentado que se encarga del molido.
¿Y qué diferencia hay? Sencillo: a menor grado de molienda, el sabor del café será más suave, y menor la posibilidad de que pueda llegar a aparecer algún poso en la taza. Y claro, cuanto más se pulverice, es decir, a mayor grado de molienda, se irá incrementando la intensidad. Cuando recibas la máquina este control se encontrará en la posición intermedia, y mi recomendación es que vayas probando, con los primeros cafés, hasta encontrar el grado que más te gusta. En mi caso, como tengo preferencia por el sabor intenso, opto directamente por el mayor nivel de molienda posible, pero esto, como digo, va en gustos.
En cuanto a la limpieza de residuos, es decir, de los posos desechados por la Automatic Coffeemaker tras cada preparación, estos van a parar a un depósito específico para tal fin. Cuando el depósito se llene, la máquina te mostrará una indicación de ello para que lo vacíes. Este proceso también es muy sencillo: tan solo debes retirar la bandeja de goteo y, a continuación, palpar la parte inferior frontal de la cafetera. Inmediatamente encontrarás una hendidura de gran tamaño que te permite tirar hacia el frente. De esta manera podrás extraer tanto el depósito como, si lo deseas, también la bandeja en la que se encuentra. Retira los posos, limpia el depósito y la bandeja, vuelve a introducirlos en la cafetera y listo.
Si no llevas demasiado control sobre los suministros, la propia cafetera te alertará sobre la falta de los mismos llegado el momento. A este respecto ten en cuenta que es posible que la máquina se quede sin agua a mitad de la elaboración de un café. No hay problema, simplemente rellena el depósito y el proceso proseguirá automáticamente, sin que tengas que hacer nada más.
Valoración de la experiencia con la Solac Automatic Coffeemaker
Pese a que la intención inicial era probar la Solac Automatic Coffeemaker durante unas semanas, finalmente la prueba se ha prolongado bastante más, durante algo más de seis meses y, personalmente, me alegro muchísimo de ello, pues periodos de prueba más largos permiten vivir una experiencia de uso muchísimo más completa. Por ejemplo, de haberla probado durante menos de un mes, no habría tenido que llevar a cabo una descalcificación y, por lo tanto, comprobar que el proceso, siguiendo los pasos indicados en el manual, es bastante sencillo.
Aunque hay mucho que decir, si me tengo que quedar con una única palabra para definir la experiencia, sin duda alguna esa palabra es comodidad, pues durante estos meses he podido disfrutar del café como a mí me gusta con solo pulsar un botón (bueno, dos, el de encendido y el del tipo de café que quería). Y en este punto me parece muy importante incidir en lo de «como a mí me gusta», pues es cierto que la propuesta de las máquinas de cápsulas es igualmente cómoda, pero tanto en la oferta de variedades de café como los ajustes de elaboración, la Automatic Coffeemaker pulveriza a cualquier máquina de cápsulas.
Otro aspecto de lo más significativo es el relacionado con los costes. Es indiscutible que una superautomática es más cara que muchos modelos de máquinas de cápsulas, pero realizar la comparación basándose solo en el coste de las máquinas es algo bastante engañoso, pues supone obviar el principal coste posterior asociado a la misma: el cafe.
A día de hoy, podemos encontrar un paquete de café en grano natural de un kilo por entre seis y siete euros, he calculado que cada café con la Automatic Coffeemaker me supone un coste de alrededor de siete céntimos en materia prima mientras que, por su parte, la media de precio de las cápsulas es de unos 35 céntimos. Dicho de otra manera, solo en café, cinco tazas con esta superautomática tienen el mismo coste que una única taza en una de cápsulas. Creo que la diferencia se explica sola.
Algo que me han preguntado algunas personas es el nivel de ruido de la máquina cuando está funcionado. A este respecto debemos tener en cuenta, para hacer una valoración justa, que hablamos de una cafetera que muele el café (una operación que suele ser ruidosa) y que posteriormente aplica una gran presión para su filtrado. Dicho de otra manera, no es una máquina silenciosa, por la sencilla razón de que no puede serlo.
No obstante, y comparadas con un sonómetro en mano, para mi sorpresa he comprobado que emite menos ruido que dos máquinas de cápsulas (la Nespresso y la Dolce Gusto que tengo en casa), pese a que estas últimas no muelen café. También he comparado el volumen de un molinillo de café clásico con el de la Automatic Coffeemaker y, de nuevo, la cafetera es más silenciosa que el molinillo. Sí que es más sonora, eso sí, que una cafetera italiana cuando el café ya está subiendo, pero claro, eso es otra historia.
Solo he echado de menos, y diría que es la única carencia que he acusado, la falta de una entrada para poder añadir directamente café molido, algo que sí que he visto en otras máquinas. Y no porque tenga preferencia por el café molido frente al café en grano, sino porque este bypass permite emplear la misma máquina para preparar café normal en grano y también descafeinado molido cuando sea necesario.
Y esta es la razón por la que indicaba, al principio, que sigo empleando la cafetera italiana en mi día a día. Consumo mucho, mucho café, por encima de la cantidad máxima recomendada por las autoridades sanitarias (alrededor de cuatro tazas al día para un adulto sano), razón por la que intercalo ambos tipos de café. Tal y como es, en mi opinión se merece un notable alto y, si algún modelo posterior incorporara esa función, sin duda, para mí, sería un absoluto sobresaliente.
Conclusiones
No estamos hablando de una cafetera cualquiera, es posible adquirir cafeteras (de cápsulas y por goteo) mucho más económicas, pero para aquellas personas que disfrutan del sabor del café, que quieren tener un buen control sobre la variedad y los ajustes de preparación y que, además, lo consumen en profusión, la calidad, el control y el reducido coste por taza, convierten a la Solac Automatic Coffeemaker en una opción de primera. Además, su precio normal es de 579,99 euros pero, gracias a una oferta exclusiva de Taurus MyCook para los lectores de MuyComputer, puedes hacerte con ella con un espectacular descuento de más del 48%, por lo que puede ser tuya por tan solo 299 euros.
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