Análisis
Opel Astra 2022 PHEV, sesgos
Tomorrow will be too late Elvis Prestley (It’s now or never, 1960)
Mi abuelo comía almendras. Muchísimas. Las pelaba, claro. Y las abría con los dientes. Para él comerse un fruto seco ya pelado era una excentricidad, una muestra de esnobismo extremo y despreciaba herramientas «modernas» como los cascanueces. Recuerdo el montoncito de cáscaras sobre el salpicadero de su vieja furgoneta cuando parábamos a un lado de la carretera para descansar en esos largos viajes a la playa. Nos llevaba a mi y a mi hermana que se pasaba todo el viaje dormida. En esos ratos en los que los dos roíamos las almendras despertaba el momento de las confidencias. Un día, tras mascar una buena cantidad de almendras el abuelo Raúl empezó con un tono más solemne que el de costumbre «Antoñete, ¿Sabes qué es un agente secreto?» Yo por supuesto lo sabía. Desde Anacleto hasta James Bond. Ser agente secreto era uno de esos sueños de adolescencia que viajaban en la bolsa de las cosas que quería hacer junto con delantero o piloto de combate. Así que asentí con curiosidad mientras seguía generando mi propio montoncito de cáscaras. La voz de mi abuelo siempre me había encandilado. «Tiene voz de radio» decía siempre a mis amigos.
«Lo que más me costó fue el inglés» comentó pensativo mientras observaba por la ventanilla «pero enseguida me puse al día. Siempre se me han dado bien los idiomas. El árabe también me costó. Pero eso fue más adelante, claro.» Yo sentía que estaba pasando algo importante. Hasta ese día las charlas del abuelo habían tenido como argumento consejos para la vida del tipo «no dejes de estudiar que eso que tienes sobre los hombros es la mejor inversión» o «ser educado es la mejor forma de abrirte las puertas» y más generalidades de las que recuerdo muy pocas. Pero ese día el abuelo me contó de sus viajes, de cómo en su primera misión se le rompieron los pantalones en un alambre de espino, de cuando tuvo que trepar por la presa de Tsimliansk huyendo de la KGB, o del recuerdo del olor de las hojas del Körnerpark en otoño esperando en un banco la llegada del correo. Tras casi dos horas de charla en las que mi hermana no hizo ni amago de despertarse el abuelo suspiró. Contempló la montaña de cáscaras delante de si, me besó en la frente y me dijo «gracias Antonio». Plantó las llaves de la furgoneta en mi mano y se marchó. Tardé unos minutos en reparar en el maletín que nos cambiaría la vida a mi hermana y a mi.
El Opel Astra es uno de los nombres ilustres de turismos que más éxito han tenido en el mercado automovilístico europeo arropado por la fama de robusto y práctico que la marca alemana ha sabido transmitir desde sus inicios. En el caso del Astra Opel ha alcanzado la sexta generación, que corresponde a la letra L según la denominación que realiza el propio fabricante. En esta última generación se ha realizado un rediseño muy importante que busca modernizar de forma profunda el aspecto de este modelo para que pueda seguir compitiendo en un sector en el que la batalla es especialmente cruenta.
Modelo analizado | Opel Astra |
Motor y acabado | Ultimate PHEV |
Potencia | 179 CV |
Velocidad máxima | 225 Kmh |
Aceleración o-100 | 7,6 s |
Largo/ancho/alto | 4374/1860/1442 mm |
Potencia máxima RPM | 150 CV 6.000 rpm (motor gasolina) 110 CV (motor eléctrico) |
Par máximo Nm/RPM | 320 Nm |
Caja de cambios | automático |
Web | https://www.opel.es/ |
Precio | 41.299 euros |
En este modelo se empieza a notar la integración de la marca en el grupo Stellantis con un cambio de identidad estética además de compartir plataforma y otros elementos con otros modelos del conglomerado como el Peugeot 308 o el DS4. Sin embagro y como veremos este Astra consigue mantener una identidad propia y si en parte se alinea con las marcas estéticas de los últimos modelos de la marca alemana como el Corsa o el Mokka lo que es indudable es que se desmarca de forma importante de las líneas de la generación anterior. El objetivo es enganchar a un público que aprecia una estética algo más moderna y arriesgada.
Diseño original
El primer vistazo sin duda transmite que se trata de un coche con diseño original. La nervadura central del capó lleva al logotipo de la marca que luce en el centro de una parrilla que integra a los lados como si formaran un solo elemento los faros. Tanto la nervadura como el bloque de parrilla y faros siguen la misma estética que el nuevo Mokka para dar una identidad estética uniforme a los nuevos elementos de la gama. La nervadura marca más abajo un relieve en el centro del paragolpes que luce una toma de aire en color negro muy amplia y luces de posición colocadas verticalmente a los lados de la misma.
Las líneas geométricas en las que predominan los ángulos también marcan el perfil del Astra subrayando por ejemplo con un relieve de la carrocería los pasos de rueda y la parte inferior de las puertas. Las líneas aerodinámicas marcan la parte superior pero sin perjudicar las superficies acristaladas. En la unidad que probamos tanto el techo como los pilares A, B y C se presentan en color negro que contrasta con el amarillo vistoso de la carrocería. Los cristales tintados de las ventanillas traseras también contribuyen a este contraste que da un efecto muy particular a esta versión en concreto del Opel Astra.
Pasando a la parte trasera de la carrocería encontramos aún más similitudes con la propuesta estética del Mokka, con un sopoiler sobre la luna del portón del maletero que sin embargo en el caso del Astra muestra una luz de freno colocada en vertical que le da un toque muy original. Los grupos ópticos por otro lado tienen una forma distinta a los del pequeño SUV del fabricante alemán aunque siguen un estilo parecido separados en dos partes cuando se abre el maletero. En el caso del Astra en los laterales el elemento tiene una forma trapezoidal y la que queda en el portón es alargada.
Preparado para la ciudad
El parachoques es de buen tamaño y sobresale bastante de la parte posterior proporcionando una protección adicional frente a los posibles golpes y roces en las maniobras urbanas. Los reflectores colocados verticalmente quedan hundidos en los laterales del elemento del paragolpes y la matrícula también queda en un hueco en la parte central. En la parte inferior una moldura de plástico de color negro brillante con una línea plateada remata esta parte del coche. El diseño de la parte posterior queda así compuesta por distintos elementos en relieve que da una imagen original y con una identidad muy definida.
A primera vista el interior del Astra aparece como más sobrio que sus compañeros de grupo como el DS4 o el 308 aunque también tienen toques estéticos modernos como el que la instrumentación digital en una pantalla de 10 pulgadas y la del sistema de información y entretenimiento con el mismo tamaño estén colocadas en un marco de plástico negro brillante para dar la impresión de formar parte del mismo elemento. Nos ha gustado mucho la instrumentación que es muy clara y puede elegirse con dos modos de visualización incluido uno que incorpora la imagen del mapa del navegador.
Botones de verdad
Uno de los aciertos del diseño del interior es el de la presencia de botones «reales» para las funciones más utilizadas como las distintas opciones de climatización o el acceso al menú principal. Encontramos el mismo estilo de botones en el volante que permiten controlar el volumen y la fuente del sonido y el sistema de control de crucero entre otras cosas. El entorno de usuario del sistema de información y entretenimiento es muy claro y legible con elementos grandes y bien identificados. En cualquier caso todos los controles están a mano y son realmente intuitivos así que en este caso el diseño no ha entrado en conflicto con la usabilidad.
Los asientos, como es constumbre en Opel, son cómodos y tienen una tapicería cómoda y mullida. Los delanteros tienen gran cantidad de posibilidades de regulación mediante un sistema de motores eléctricos y un diseño envolvente que los hace excelentes para la sujección del cuerpo en curvas. Además la banqueta puede extenderse para acomodarse a las distintas fisionomias de conductor y pasajero. En definitiva un conjunto de asientos que puntúan muy por encima del notable tanto en practicidad como en confort.
Hay multitud de huecos portaobjetos y podemos abrir también el reposabrazos central para acceder a un espacio considerable también para el almacenaje. También en el túnel central al lado del selector de cambio y el selector de modos de conducción hay otro hueco que se puede tapar mediante una cortinilla de plástico. Bajo el salpicadero encontramos el inevitable espacio para colocar el teléfono móvil que en nuestro caso disponía de sistema de carga inalámbrica pero también de dos conectores USB para conexión y carga y una toma de corriente de 12 voltios.
Asientos cómodos
En la parte trasera los asientos también son cómodos y hay bastante espacio para las piernas y mucho espacio en altura. En cualquier caso y como es habitual en este tipo de modelos dos personas viajarán cómodas y una tercera algo más sacrificada. En la consola central se han dispuesto dos salidas de aire regulables (pueden quedar más abiertas o cerradas) y un conector USB para la carga de dispositivos. El modelo que probamos también incorporaba asientos laterales calefactables y los mandos de los mismos se encuentran también en la consola central.
En el modelo que probamos el coche equipaba un techo solar panorámico que favorece la sensación de espacio y una mayor luminosidad y calidez. La visibilidad en general es buena aunque en la parte trasera por causa del diseño aerodinámico y la presencia del spoiler y su moldura que rodea el cristal del portón no tendremos una visión trasera demasiado buena. Como en otros modelos esto queda compensado casi por completo por la presencia de un sistema de cámaras de aparcamiento muy completo y unos retrovisores laterales de buen tamaño.
Buen maletero
En lo que respecta al maletero esta versión híbrida enchufable del Astra tiene una capacidad de almacenaje de 352 litros, por debajo de los 422 de sus hermanos de gama con motorizaciones no híbridas. Aun así se trata de un maletero que se encuentra entre los primeros en capacidad entre los modelos híbridos enchufables de su categoría. Hay un panel en el suelo del maletero que podemos levantar para almacenar pequeños objetos y en el que se colocan los triángulos de emergencia y un set básico de herramientas. Un detalle interesante es que no hay rastro de botón de apertura, hay que levantar el logotipo para poder accionarlo.
Antes de comentar las impresiones de conducción del Opel Astra hay que comentar que se trata del modelo con motorización híbrida enchufable que dispone de 180 caballos compuesto por un motor de gasolina de 150 caballos y un motor eléctrico que rinde 110. Esto proporciona sobre el papel una aceleración que permite llegar de 0 a 100 kilómetros por hora en 7,6 segundos y una autonomía para su funcionamiento eléctrico de 67 kilómetros gracias a una batería de 12,4 kW.
Podemos seleccionar distintos modos de funcionamiento que son los clásicos en este tipo de modelos y así pasar de modo cien por cien eléctrico a modo híbrido, en el que los sistemas del coche deciden el uso de cada propulsor, y el modo sport que garantiza el máximo de la potencia del sistema requiriendo el funcionamiento constante del motor de explosión y del motor eléctrico en cada momento. Por lo tanto la potencia que sea capaz de entregar dependerá de si disponemos de carga en la batería o no. En el modo e-safe solamente funciona el motor de gasolina para cargar baterías.
Modo eléctrico
En modo eléctrico el Opel Astra es un coche de funcionamiento muy suave y confortable, podemos conducir en silencio con un confort de marcha muy alto y con una autonomía que puede superar los 50 kilómetros si conducimos con parsimonia. La aceleración es más que suficiente para movernos con agilidad por el asfalto urbano sin problemas en los semáforos. En carretera la carga eléctrica no nos permite superar los 40 kilómetros pero sigue siendo una buena cifra si lo comparamos con otros modelos con un sistema de propulsión similar.
En carretera el Astra se ha mostrado un coche ágil y con una buena reserva de potencia para conducir con alegría. Nos ha gustado mucho el comportamiento en curva con un aplomo ciertamente notable y con buenas capacidades para afrontarlas a velocidades alta sin apenas titubeos y manteniendo siempre la trayectoria convirtiéndose en un coche divertido rayando la deportividad. La respuesta del sistema de propulsión, sobre todo en modo Sport, es inmediata y el cambio lo suficientemente ágil para reaccionar de forma inmediata a las solicitudes del acelerador.
Buen equilibrio también en trayectos de autopista en los que el ruido aerodinámico llega a molestar un poco cuando alcanzamos velocidades legales de crucero, aunque no demasiado. La insonorización es buena en cualquier caso y permite disfrutar en trayectos largos del buen funcionamiento del más que competente equipo de música que equipaba la unidad que probamos. Las buenas características de los asientos que ya hemos tenido ocasión de mencionar contribuyen a que este Astra sea un buen candidato si buscamos un coche para viajar.
Conclusiones
El nuevo Opel Astra parece toda una revolución en diseño cuando lo vemos por primera vez, pero en realidad se trata de lleva a esta exitosa berlina alemana las directrices de identidad estética que ya empezaron a marcar otros modelos de la marca como el Mokka. Lo cierto que el resultado es muy bueno estéticamente y este Opel Astra deja una excelente impresión en la evolución de la marca. La estética del interior es más sobria que la de sus compañeros franceses del grupo pero siendo menos arriesgada resulta más práctica y agradable en algunos aspectos para aquellos que busquen una estética más tradicional sin renunciar a lo moderno.
Opel ha introducido además multitud de avances en los sistemas de conducción conjuntamente con una motorización, en el modelo que hemos podido probar, que subraya las bondades de este turismo como modelo capaz de cumplir en ciudad con una practicidad muy grande al mismo tiempo que es capaz de devorar kilómetros con la máxima comodidad e incluso regalar sensaciones deportivas gracias a la potencia de su sistema híbrido enchufable y al buen comportamiento del chasis y las suspensiones.
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