Guías
Componentes baratos que darán una nueva vida a tu PC por poco dinero
Comprar un PC es, en muchos casos, una opción más interesante que recurrir a renovaciones parciales, sobre todo cuando el equipo es muy antiguo y tenemos limitaciones importantes que podrían producir cuellos de botella. Sin embargo, en otras ocasiones emprender una renovación parcial recurriendo a componentes baratos es una excelente manera de dar una segunda vida a nuestro PC, y lo mejor es que gracias a las bajadas de precio que se han producido en numerosos sectores hoy en día podemos hacerlo por muy poco dinero.
Al final, la decisión de si compensa más comprar un PC nuevo o si es mejor renovarlo tirando de componentes baratos dependerá de cada usuario, de sus necesidades y de su presupuesto. Personalmente creo que cualquier equipo comprado a partir de 2017, y equipado con componentes de propios de dicho año, se puede actualizar perfectamente por poco dinero, y pasará a ofrecer una experiencia de uso realmente buena.
En el caso de equipos más antiguos los resultados también pueden ser buenos, pero dependerán en gran medida de la configuración del sistema y podríamos encontrarnos con algunas limitaciones importantes, sobre todo en equipos de gama baja. Todo lo que sea anterior a los procesadores Ryzen de primera generación o Core Gen4 seguirá ofreciendo un buen rendimiento en tareas básicas e incluso en juegos no muy exigentes, pero ese tipo de configuraciones no merecen una actualización de componentes, sino más bien un cambio completo de equipo.
Sé que muchos todavía tenéis dudas sobre este tema, y por eso quiero compartir con vosotros esta guía que publicamos hace un par de años y que os ayudará a decidir si es mejor comprar un nuevo PC o actualizar el que tenéis. En este artículo vamos a partir de una presunción muy simple, nos compensa actualizar nuestro PC y queremos hacerlo con una inversión económica que, sin embargo, nos permitirá disfrutar de una importante mejora de prestaciones, y de rendimiento.
El procesador es uno de los componentes baratos que puede marcar un gran salto
Y ahora que hay tanta competencia entre AMD e Intel esta realidad es todavía más evidente, aunque es cierto que puede ser un poco complicado por el tema de la compatibilidad con el socket, y también por la calidad del VRM de la placa base, que en modelos muy baratos y de baja calidad puede acabar dando problemas si montamos un procesador muy potente.
Si tienes una placa base AM4 y tienes un procesador Ryzen 3 1200 o un Ryzen 5 1400, por ejemplo, actualizar a un Ryzen 5 5500 dará una nueva vida a tu equipo, y te permitirá seguir utilizándolo durante muchos años disfrutando de una experiencia óptima incluso en juegos. Este procesador tiene 6 núcleos y 12 hilos, utiliza la arquitectura Zen 3 y suma 16 MB de caché L3. Rinde menos que el Ryzen 5 5600, pero lo compensa con un precio de venta mucho menor, ya que cuesta 139,90 euros.
En caso de que utilices una plataforma Intel basada en el socket LGA1200 con chipset serie 400 y tengas un procesador de gama baja, como por ejemplo un Intel Pentium o un Core i3 Gen10, ampliar a un Core i5-10400F solo te costará 120,45 euros, y podrás darle una nueva vida a tu equipo gracias a su configuración de 6 núcleos y 12 hilos. Si tienes una placa base con chipset serie 500 puedes montar también ese procesador, o irte a por un Core i5-11400F, que cuesta 141,46 euros.
Si tu equipo está basado en plataformas anteriores, no es recomendable actualizar porque el coste de los procesadores tan antiguos suele ser muy elevado, sobre todo en el caso de Intel, y porque al final la inversión que acabarás haciendo no te compensará. Vamos a verlo con un ejemplo, para actualizar un equipo basado en una placa base LGA 1151 y chipset serie 300 tendríamos que buscar un Intel Core i5-9400F, que solo tiene 6 núcleos y 6 hilos y tiene un precio bastante alto, entre 140 y 150 euros. Rinde menos que el Intel Core i5-10400F, y sin embargo es más caro.
Ampliar la memoria RAM mejorará el rendimiento, y las posibilidades de tu PC
Este es otro de los componentes más económicos y que mayor valor ofrece, sobre todo en ciertos tramos. La memoria RAM es uno de los pilares centrales de cualquier PC, ya que de ella dependerá no solo el rendimiento del equipo en general, sino que también puede limitar el rendimiento de otros componentes y determinar si podremos ejecutar o no ciertos programas, juegos y aplicaciones.
Contar con una cantidad suficiente de memoria RAM es necesario para que esos programas, juegos y aplicaciones puedan funcionar correctamente. Si no llegamos al nivel recomendado, es probable que la experiencia no sea buena, y que tengamos numerosos problemas de rendimiento. Algo tan sencillo como ampliar la cantidad de memoria RAM que tenemos instalada puede marcar una diferencia tan enorme como pasar de la noche al día, sobre todo cuando partimos de cantidades pequeñas para los estándares actuales.
Para que tengáis un baremo que os sirva de referencia os dejo a continuación los niveles, y los perfiles de uso, en los que notaremos una mayor mejora al realizar una ampliación de la memoria RAM.
- Uso básico: pasar de 2 GB a 4 GB.
- Uso estándar y juegos: pasar de 4 GB a 8 GB.
- Uso avanzado y juegos de nueva generación: pasar de 8 GB a 16 GB.
- Edición y aplicaciones profesionales: pasar de 8 GB a 32 GB.
A día de hoy podemos encontrar kits de dos módulos de 8 GB de RAM (16 GB en total) de DDR4 a 3.200 MHz por poco más de 60 euros, así que esta es una de las ampliaciones más económicas y más recomendables que podemos hacer para dar una nueva vida a cualquier PC.
Montar un SSD puede revitalizar incluso a un PC que parecía muerto
La mayoría de los equipos que se montaron hace unos años cuentan con unidades HDD, o en su defecto recurren a configuraciones híbridas, en las que tenemos una unidad SSD de tamaño muy pequeño y un HDD de mayor capacidad para compensar esa carencia del primero. Este tipo de configuraciones tenían sentido cuando el precio de los SSD resultaba bastante elevado, pero ahora que el precio de este tipo de unidades ha bajado notablemente se ha convertido en una opción cada vez menos interesante.
Instalar un SSD, incluso aunque se trate de una unidad SATA III económica, mejorará enormemente el rendimiento de cualquier PC, y lo hará en sentido amplio porque:
- Un SSD no tiene partes mecánicas, lo que hace que sus tiempos de acceso estén a otro nivel comparado con un HDD:
- Alcanzan velocidades de lectura y escritura mucho mayores.
- No sufren el problema de la fragmentación.
- Reducen los tiempos de encendido y de apagado del equipo, y también los de carga de juegos, los de ejecución de aplicaciones y los de apertura de archivos y documentos.
- Pueden mejorar el rendimiento en juegos y en aplicaciones exigentes, gracias a su mayor velocidad de lectura, algo que es fundamental para la transferencia de datos («assets») y para la ejecución de procesos tan importantes como la carga de texturas y la representación de la geometría.
He querido profundizar en todas esas ventajas para que tengáis claro por qué montar un SSD es una de las mejores opciones para dar una segunda vida a un PC, y por muy poco dinero, ya que podemos encontrar modelos con capacidades de 240 GB desde solo 28,99 euros.
Comprar una nueva tarjeta gráfica para seguir jugando con garantías
Esta es otra actualización importante, aunque debemos tener mucho cuidado de no crear un cuello de botella, lo que hace que este tipo de renovaciones sean más complicadas. El año pasado publicamos una guía para ayudaros con este tema, así que antes de profundizar quiero dejaros el enlace que os llevará directamente a ella. Encontraréis una relación completa de procesadores mínimos para cada tarjeta gráfica que os será de gran ayuda.
Dicho esto, la verdad es que podemos encontrar tarjetas gráficas interesantes en el mercado de segunda mano para renovar un PC por muy poco dinero, aunque algunos todavía se empeñan en mantener inflada una burbuja que ha explotado hace tiempo, y siguen pidiendo precios que no tienen ningún sentido. Por ejemplo, la GTX 970 sigue siendo una opción interesante para jugar con bastantes garantías en 1080p, y se puede comprar por entre 80 y 100 euros si tenemos paciencia.
También he empezado a ver algunas unidades de la Radeon RX 580 por precios de entre 100 y 120 euros, nada mal teniendo en cuenta que rinde casi igual que la Radeon RX 6500 XT, que cuesta más del doble. Con todo, tened mucho cuidado y paciencia si necesitáis actualizar este componente porque, como ya os he dicho anteriormente, se siguen forzando precios muy altos que ya no tienen sentido alguno, y porque puede que algunas de las tarjetas gráficas que veáis a la venta se hayan utilizado para minar criptodivisas.
Sobre este tema también hablamos en este artículo, donde os contamos por qué debemos evitarlas. Con todo, si encontráis modelos muy económicos que representan una inversión pequeña, y por tanto un riesgo mínimo (menos de 80 euros), podrían ser una opción a tener en cuenta para casos muy concretos. No os olvidéis de comprobar, antes de comprar, estos puntos:
- Que tenéis espacio en la caja para esa tarjeta gráfica.
- Que vuestra placa base no le hará cuello de botella por el estándar PCIe.
- Que vuestra fuente de alimentación tiene potencia para moverla, y que dispone de los conectores necesarios.
¿Cómo debería repartir mi presupuesto?
Pues la verdad es que depende del uso que le vayas a dar a tu PC, y de la cantidad de dinero que estés dispuesto a invertir. Por ejemplo, si solo vas a poder gastar 100 euros lo ideal sería limitarte a uno o a dos componentes baratos, como máximo, aunque en ciertos casos también podría ser viable llegar a un tercer componente.
Hay muchas posibilidades, y eso complica enormemente mis posibilidades de daros una respuesta concreta. Por ello, he preferido elaborar tres ejemplos tipo que creo que os servirán como referencia, y que os serán de gran ayuda para tomar futuras decisiones.
Escenario uno: este corresponde con un usuario que tiene un PC bastante viejo, dispone de presupuesto de 100 euros y que va a utilizar su PC sobre todo para ofimática, navegación y multimedia. Lo ideal sería priorizar estos puntos distribuyendo esos 100 euros de la siguiente manera:
- Montar un SSD de al menos 240 GB, si el equipo no cuenta ya con uno.
- Ampliar la memoria a un mínimo de 4 GB, si utilizamos Windows 10, u 8 GB si utilizamos Windows 11.
- Si cumplimos los dos puntos anteriores, valdría la pena considerar la compra de un nuevo procesador si nuestro equipo tiene algo inferior a un Pentium Gold de 2 núcleos y 4 hilos, o a un Athlon basado en Zen de primera generación configurado también con 2 núcleos y 4 hilos.
Escenario dos: en este caso tenemos a un usuario que tiene un PC relativamente nuevo (2017), un presupuesto de 300 euros y que quiere utilizarlo sobre todo para jugar. Ese presupuesto debería distribuirse de esta forma:
- Si tenemos menos de 8 GB de RAM deberemos ampliarla, como mínimo, a esa cifra, aunque lo ideal sería llegar a 16 GB ya que la diferencia de precio sería de apenas 20 o 30 euros.
- Si nuestro procesador tiene al menos 4 núcleos y 8 hilos debemos dar prioridad a la tarjeta gráfica e invertir todo o casi todo el presupuesto.
- En caso de que el procesador no de la talla y necesitemos cambiarlo, deberíamos seguir dando prioridad a la gráfica. En este escenario, por ejemplo, sería ideal montar un Core i5-10400F y gastar el resto en una gráfica, u optar por un Ryzen 5 5500 y hacer lo mismo con el dinero que nos sobra.
- Si no tenemos un SSD es recomendable guardar una pequeña parte del presupuesto para montar al menos una unidad de 240 GB, donde instalaremos nuestros juegos favoritos.
Escenario tres: nos encontramos con un usuario que tiene un PC relativamente nuevo (2017), pero que a diferencia del anterior solo lo va a utilizar para juegos poco exigentes, es decir, es un «gamer» ocasional que no necesita tanta potencia, y que no requiere de una gráfica dedicada, pero que quiere disfrutar de un buen rendimiento en general por poco dinero. Su presupuesto es de 200 euros.
- Como en el caso anterior, lo primero sería destinar una parte del presupuesto a ampliar la RAM a 8 GB si es necesario, aunque de nuevo recomiendo gastar un poco más e ir a por 16 GB, ya que un kit de 8 GB cuesta unos 40 euros, y uno de 16 GB ronda los 60-65 euros.
- Si este usuario tiene una placa base AM4, montar un Ryzen 5 5600G sería una idea excelente, ya que monta una CPU de 6 núcleos y 12 hilos y cuenta con una GPU integrada que se maneja bastante bien en juegos poco exigentes, e incluso en títulos actuales reduciendo resolución y/o calidad gráfica.
- En caso de no contar con un SSD, esta es una compra imprescindible. De nuevo es recomendable adquirir una unidad de al menos 240 GB de capacidad.
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