Así se ve Sagitario A*, el agujero negro del centro de nuestra galaxia

Hace tres años que la ciencia nos regaló una de las imágenes más sorprendentes que habíamos visto hasta ese momento: la primera fotografía real de un agujero negro, uno de los fenómenos más impresionantes y desconocidos del universo, que no poco comunes. Muy al contrario, los científicos calculan que el cosmos está plagado de ellos.

El primero en advertir de su presencia fue Albert Einstein, aunque el insigne físico nunca se los tomó muy en serio: Einstein predijo la existencia de los agujeros negros en la Teoría de la relatividad general, pero no creía en ellos. Antes que él, otros científicos había elucubrado con objetos semejantes; pero no fue hasta después, mucho después de que Einstein plasmará sus ecuaciones, cuando se confirmó que estaban ahí fuera.

Actualmente se categoriza a los agujeros negros en diferentes tipos, por tamaño y creación, y se los considera un fenómeno muy común del universo. Tanto, como que cada galaxia espiral -pero también en elípsis y de otros tipos- que pueblan el espacio tiene al menos uno de estos agujeros negros masivos y supermasivos en su centro. Y nuestra galaxia, la Vía Láctea, no es una excepción, claro está.

Sagitario A*, el agujero negro de la Vía Láctea

Sagitario A*, abreviado como Sgr A*, es el agujero negro situado en el centro de nuestra galaxia, la Vía Lactea, así como centro gravitacional de la misma. De ahí que se trate de una galaxia en forma de espiral: no gira porque le apetezca, sino porque un monstruo como Sgr A*, con una masa estimada de en torno a los cuatro millones de soles, la hace girar.

Pues bien: del equipo responsable de tomar la primera fotografía real de un agujero negro llega esta primera imagen de Sagitario A*, realizada también con el Telescopio Horizonte de Sucesos (Event Horizon Telescope), no por casualidad, sino porque se trataba del nuevo objetivo del equipo: después de M87, era el turno de nuestro Sagitario A*. El resultado se puede ver en la imagen que encabeza este artículo.

«Nos sorprendió lo bien que coincidía el tamaño del anillo con las predicciones de la Teoría de la relatividad general de Einstein«, explica al respecto Geoffrey Bower, uno de los responsables de este hallazgo.

A modo de curiosidad cabe señalar que a diferencia de M87, un agujero negro supermasivo ubicado en la Galaxia Virgo A con una masa de 6.500 millones de soles, Sagitario A+ es mucho más pequeño, pero no por ello menos impresionante. Está más cerca de nosotros y es mucho más pequeño, sí, pero se parecen mucho el uno al otro, lo cual es un indicativo de cómo «funcionan» estos titanes del cosmos.

Pero ni siquiera M87 es uno de los agujeros negros supermasivos más grandes detectados hasta la fecha. El mayor es conocido como TON 618 y se estima que tiene, ojo al dato, una masa 66.000 millones de veces la del sol y un tamaño equivalente a cien de nuestros sistemas solares y creciendo.

A fin de cuentas, un agujero negro no deja de «comerse» todo lo que tiene a su alrededor, dentro de su alcance. Un agujero negro es en esencia una región del espacio en la que se concentra una densidad de masa tal que genera un campo gravitatorio del que no puede escapar nada. Ni siquiera la luz, se solía decir, aunque el también memorable Stephen Hawking teorizó con un tipo de radiación que sí podría hacerlo: la radiación de Hawking.

Volviendo con Sagitario A*, te dejamos con un vídeo con el que situarte, o mejor dicho, con el que situar al coloso espacial sin el que ninguno de nosotros estaría aquí. Recuerda que nuestro sistema slar está ubicado en la Vía Láctea, pero en un brazo de esta, como si de un suburbio de la gran ciudad se tratase. Sagitario A*, por el contrario, es el rey oscuro sobre el que todo gira.