Hyundai Tucson 2021, sitios
«No trates de entenderlo. Siéntelo»Bárbara (Tenet, 2020)
Olor a canela, los pájaros callan: el niño espíritu ha vuelto. Me levanto despacio como si el aire pudiera quebrarse, respirando con cuidado. Puedo ver cómo se eleva el vaho de mi aliento. Y espero. «Vuelvo a tener arena entre los dedos de los pies» susurra el niño espíritu «recuerdo el sabor del mar en la boca. ¿A ti te gusta el mar?» Sonrío al niño espíritu que está en ningún lado y asiento «Sí, claro, el mar me gusta». El silencio se llena de crujidos de las tablas del suelo del salón. No me muevo pero me inclino para observar a través de la puerta de mi habitación. Pero no hay nadie en el salón. Puedo ver arena. Arena que antes no estaba sobre las tablas que ahora da forma a unas pequeñas pisadas que van hacia a la cocina. Ruido de armarios que se abren y de alguien apartando cacharros en la cocina. Oigo cómo rueda un vaso por el suelo que no se ha roto.
«No tienes chocolate» vuelve a susurrar tristemente el niño espíritu con una sombra de desilusionado reproche. Le escucho cerca, como si tuviera sus labios pegados a mi oreja. «No, no tengo chocolate. Pero…» contesto algo perplejo «Ya se, no puedo saborearlo. Solamente quería verlo, tal vez olerlo. A veces soy capaz de oler las cosas, a las personas. Como esa mañana de mayo que te perfumaste para tu cita.» Doy un respingo de sorpresa «¿Cómo? ¿Estabas ahí?» el niño espíritu contesta sin responderme «ese tipo no te conviene, hazme caso…» con un susurro dulce, condescendiente. El tiempo se acaba para el niño espíritu. Como siempre se despide con una tenue carcajada cristalina que se diluye en el aire como el olor a canela. Los pájaros ha vuelto a cantar, un rayo de luz se filtra entre las cortinas. Cojo la escoba para barrer el suelo del salón.
La batalla de los SUV en el mercado de la automoción está siendo encarnizada. Se han convertido en los favoritos de los compradores y por lo tanto un termómetro de la salud de las ventas de los principales actores de la industria. Para seguir el ritmo los modelos han ido transformándose y ofreciendo nuevas soluciones y diseños innovadores que han hecho evolucionar el concepto original inspirado en los todoterreno.
Modelo analizado | Hyundai Tucson 2021 |
Motor y acabado | PHEV 1.6 TGDI 265 CV 6AT 4X4 Maxx |
Potencia | 256 CV |
Velocidad máxima | 190 Kmh |
Aceleración o-100 | 8,6 s |
Largo/ancho/alto | 4500/1865/1650 mm |
Potencia máxima RPM | 179 CV a 5.500 RPM (gasolina) 91 CV (eléctrico) |
Par máximo Nm/RPM | 304 Nm 5.500 RPM |
Caja de cambios | Automático 6 marchas |
Web | https://www.hyundai.es/ |
Precio | 43.000 euros (antes de ayudas) |
Uno de los fabricantes que más han apostado por esta transformación ha sido Hyundai y uno de los mayores exponentes de esta evolución es precisamente su modelo Tucson. Con esta nueva versión de de su SUV de 4,5 metros de longitud el fabricante coreano ha marcado una importante evolución en diseño, equipamiento y motores. De hecho en nuestro caso hemos podido probar la versión híbrida enchufable que es una novedad de esta nueva gama.
Grandes cambios
La primera señal de los cambios realizados por Hyundai es el diseño exterior y en concreto la parrilla frontal. La compañía coreana ha optado por una configuración en forma trapezoidal invertida de gran tamaño que integra los faros dando un aspecto francamente futurista a la parte delantera. En las esquinas laterales dentro de la propia parrilla se han integrado los distintos elementos de los grupos ópticos que quedan enmarcados por las piezas de la rejilla.
Como peculiaridad el capó luce unas líneas en forma de volúmenes que se alargan hasta la parte frontal para coincidir con las líneas del diseño de la parrilla y que dan una unidad al diseño de esta parte delantera. En la parte inferior del frontal sobresale el paragolpes mientras que en los laterales quedan hundidos los faros antinieblas. Debajo el spoiler luce otra segunda rejilla para la entrada de aire de refrigeración de color negro en los que se integran embellecedores en plástico plateado.
El diseño del lateral del nuevo Tucson tiene sin embargo un aire parecido al de su predecesor, aunque varios elementos como nuevos embellecedores, volúmenes en la carrocería y las defensas en color de plástico negro de la parte inferior se han añadido para darle un aire más dinámico. El embellecedor de la parte superior se extiende ahora hasta el spoiler resaltándolo un poco más respecto al del diseño de la versión anterior.
En la parte trasera los grupos ópticos también son protagonistas. Si en el modelo anterior tenían un diseño tradicional, en el nuevo Tucson se componen de dos elementos triangulares a cada lado que además quedan unidos por una línea de plástico transparente. En la parte inferior se ha cambiado totalmente el diseño sencillo y se ha introducido un elemento en forma de rejlla en plástico negro que enmarca los reflectores y queda rematado en la parte inferior por un protector también en plástico del mismo color.
Modernidad
En conjunto el nuevo Tucson tiene un aspecto que podríamos decir que no recuerda en casi nada al modelo que le precedía, con muchos elementos estéticos y funcionales que le dan un aspecto mucho más moderno y deportivo, incluso con respecto a muchos de los modelos de la competencia. La apuesta es atrevida pero interesante ya que subraya los muchos cambios que ha sufrido también en el apartado tecnológico y de los propulsores.
Ya en su versión anterior el Tucson era un coche amplio para su categoría. Aunque no ha crecido mucho en tamaño la impresión es que estamos ante un coche más grande y más cómodo que su antecesor, además de la imagen de haber dado un salto en modernidad gracias a los comentados detalles estéticos. En el interior también se pueden notar los cambios de diseño que marcan la actualización de gran cantidad de los elementos del coche.
Lo primero que notamos en el interior es que Hyundai quiere que la percepción del usuario sea de un aumento de calidad considerable. Esto se ha conseguido de forma bastante eficaz con un mayor cuidado en los acabados y en la elección de materiales, con plásticos más blandos en los lugares que están expuestos a la vista y al tacto. En cuanto a los acabados también se ha hecho un esfuerzo para realizar buenas terminaciones incluso en los lugares que no saltan a la vista.
Salpicadero nuevo
El salpicadero también ha cambiado de diseño y en vez de un bloque más o menos compacto de la forma tradicional se ha optado por una disposición en dos bloques, uno sobresale más en la parte inferior y otro recorre como una línea la parte superior definido por las salidas de aire y la pantalla de la instrumentación. En el centro «cae» desde esta línea superior otro bloque, este vertical, en el que se colocan la pantalla del sistema de información y entretenimiento, el climatizador y más abajo un hueco portaobjetos con carga inalámbrica para el móvil.
El bloque del climatizador dispone de botones táctiles sobre una superficie oscura y brillante que en poco tiempo muestra las huellas si no nos tomamos el trabajo de limpiarlo a menudo. Mediante estos botones podemos acceder a ciertas funciones y menús del sistema así como los de la climatización. Así dispondremos de ellos de forma separada del sistema de información, cosa muy de agradecer porque la tendencia en algunas marcas es integrar muchos de esos controles en la pantalla táctil y hay que llegar al menú correspondiente para acciones tan sencillas como bajar o subir la temperatura.
En la parte inferior y a partir del hueco para el móvil este elemento se une con el bloque central que separa los asientos donde encontramos una serie de botones para distintas funciones, incluidos los que controlan las distintas posiciones del cambio automático. También encontraremos un posavasos y el habitual hueco portaobjetos bajo el reposabrazos. No llega a convencernos del todo la presencia de botones para el cambio en vez de la tradicional palanca, pero hay que reconocer que la funcionalidad es la misma y el diseño queda más límpio al no haber obstáculos entre el asiento del conductor y el del copiloto.
Hablando de asientos nos han parecido de buena calidad con ese compromiso que siempre se busca entre comodidad y sujección que en el caso del Tucson hemos encontrado. La posición del conductor es elevada y con una buena visibilidad tanto del exterior como del panel de instrumentos tras el volante que es de tipo digital. Es posible confgigurar distintas modalidades para presentar la información en pantalla que, como es habitual, presenta datos del funcionamiento del sistema de propulsión híbrido enchufable.
Cámaras para ayudar a los retrovisores
Una pecuiliaridad muy interesante es el sistema Blind View Monitor que si accionamos el intermitente muestra en pantalla una imagen del lado correspondiente (el derecho si accionamos el intermitente derecho y viceversa) de la cámara posicionada en el retrovisor del lado al que vamos a desplazarnos. De esta forma podemos tener una vista muy completa de qué vehículos están circulando en el carril que nos disponemos a ocupar o que lo hagan por la vía a la que nos vamos a incorporar si estamos estacionados. Una vez acostumbrados al sistema lo hemos echado de menos, todo un acierto que funciona de forma perfecta y con buena visibilidad.
En la parte trasera enseguida notamos que las puertas dan un acceso muy cómodo pues tienen un espacio amplio de acceso y se abren con un ángulo considerable y esto se une a la altura del coche que facilita el entrar en el vehículo. El espacio en anchura es generoso para un coche de esta categoría y puede acoger a tres personas sin demasiados problemas con bastante comodidad. Aunque los asientos no se pueden desplazar sí permite que se puedan inclinar los respaldos en dos partes.
El túnel de transmisión no es demasiado prominente y por ello el ocupante de la plaza central no va demasiado incómodo. Las plazas traseras disponen de dos conexiones USB para la carga de dispositivos. En la versión que probamos no disponía de salidas de climatización, pero en otras versiones incluso disponen de la posibilidad de controlar la temperatura por parte de los ocupantes de forma independiente a la parte delantera del coche.
Maletero importante
El maletero de este nuveo Tucson sigue teniendo un buen tamaño, aunque en la versión híbrida enchufable que hemos probado se reduce por el espacio ocupado por las baterías. En la versión que hemos probado la capacidad de carga es de 558 cuando el máximo es de 620 litros para las versiones que no utilizan batería para el motor eléctrico. Por cierto que la combinación de motorizaciones y acabados para el Tucson es realmente completa y va desde motor de gasolina de 150 caballos versión Klass con un precio de 29.225 euros hasta la de sistema híbrido enchufable de 265 caballos y acabado Style que supera los 51.000 euros (antes de ayudas).
En nuestro caso hemos probado la versión híbrida enchufable también con motor de 265 caballos y acabado Maxx. Sobre el papel un sistema de propulsión que no debería quedarse ni mucho menos corto de potencia y que incluso podría darnos alguna que otra alegría para una conducción algo más dinámica. Para descubrirlo nos pusimos al volante para poner a prueba este nuevo Tucson en distintas condiciones de conducción en ciudad y carretera.
A pesar de tratarse de un coche relativamente grande este modelo de Hyundai se mostró bastante ágil en ciudad, gracias sobre todo a su motor eléctrico de 91 caballos y 304 Nm de par. Como es de esperar de una motorización eléctrica, el Tucson se desplaza de forma suave y silenciosa y con una agilidad sorprendente para la masa que tiene que mover, una comodidad que queda subrayada por una suspensión orientada al confort. La autonomía en modo eléctrico puro es de 62 kilómetros sobre el papel, aunque raras veces lograremos superar los 50 en condiciones normales aunque en muchos casos resultará suficiente para los trayectos urbanos.
Caballos de sobra
En carretera los 265 caballos se dejan notar, sobre todo cuando seleccionamos la modalidad Sport en la que los dos motores funcionan al máximo rendimiento cuando pisamos el acelerador. En esta modalidad el Tucson tiene respuestas casi deportivas y podemos realizar trayectos con ritmos elevados, aunque en curvas enlazadas la suspensión no responde con demasiada agilidad pues está configurada para primar el confort de marcha sobre las reacciones y el modo Sport no modifica demasiado esta personalidad.
El inconveniente de ese modo es sobre todo el consumo, que sube mucho cuando queremos conducir con más alegría. En cambio el modo Eco es mucho más sobrio y podemos realizar trayectos con consumos más contenidos que pueden rondar los siete litros siempre que no abusemos del acelerador. En estas condiciones y en autopista el Tucson se revela como un coche muy cómodo con un confort comparable a los SUV de la competencia incluso de mayor caché.
Conclusiones
El nuevo Tucson es todo un hallazgo sobre todo en cuanto a su revolución estética, que es notable, y a la subida de nivel de sus acabados pero también a la cantidad de tecnología que se ha añadido al ya considerable paquete de sistemas que suele incorporar Hyundai a sus coches. Muy notable la incorporación del sistema Blind View Monitor con las cámaras en los retrovisores que nos parece un acierto y una contribución muy notable a la seguridad.
En lo que respecta al sistema híbrido enchufable funciona muy bien, en línea con el que se utiliza en otros coches de la marca y de la marca hermana Kia. No sobresale en prestaciones pero es muy eficaz y ofrece una autonomía considerable en modo puramente eléctrico comparado con los modelos de la competencia. En definitiva es un coche con aspecto moderno dentro y fuera tecnológicamente a la vanguardia y con un sistema de propulsión híbrido enchufable muy eficaz. Si echamos en falta algo quizás es un poco más de personalidad deportiva, a lo mejor con una versión específica para no restar confort al que esté buscando eso en un SUV de esta categoría.