Guías
Cómo medir la temperatura y el consumo de una tarjeta gráfica de forma realista, y por qué deberías hacerlo
El pasado mes de marzo os contamos cómo medir la temperatura de un procesador de forma realista, y también vimos por qué era recomendable hacerlo. Dicha guía tuvo una acogida bastante buena, y por ello hemos decidido compartir con vosotros una versión de aquella que estará centrada en la tarjeta gráfica, un componente que también es muy sensible a las temperaturas de trabajo.
En esta nueva guía veremos cómo podemos medir la temperatura de una tarjeta gráfica, pero de un modo realista. También os explicaremos cómo puede variar la medición en función de la carga de trabajo, y os contaremos por qué es importante poner en contexto el valor de temperatura con el consumo de dicho componente.
Antes de entrar en materia, os recuerdo que cada tarjeta gráfica puede registrar unos valores de temperatura, y de consumo, muy distintos, y que esto no tiene por qué ser un problema, de hecho en realidad es lo más normal. Una tarjeta gráfica más potente tendrá, normalmente, unas temperaturas de trabajo y un consumo más elevados que otra que sea menos potente.
Al final, lo importante es que las mediciones registradas sean normales dentro de los valores medios del modelo que estamos utilizando. Por ejemplo, una GeForce RTX 3050 puede registrar unas temperaturas medias de 66 grados y consumo de 126 vatios, como vimos en su momento en nuestro análisis, mientras que una RTX 3080 Ti puede alcanzar los 80 grados y registrar un consumo de 349 vatios.
Hay una diferencia importante entre ambas tarjetas gráficas, pero son totalmente normales, ya que la primera es un modelo de gama media y la segunda es un modelo de gama alta que ofrece mucho más rendimiento. Lo que no sería normal es que la RTX 3050 tuviera unas temperaturas superiores a las de la RTX 3080 Ti.
¿Qué significa medir la temperatura y el consumo de una tarjeta gráfica de forma realista?
Pues es muy sencillo, significa que debemos hacerlo utilizando una carga de trabajo que lleve a dicho componente a un 100% de uso. Es lo mismo que ocurre con un procesador, si utilizamos una carga de trabajo que solo lleve este componente a un 50% de uso no obtendremos unos datos realistas de sus temperaturas ni de su consumo, ya que estará infrautilizado.
No sería la primera vez que veo que algún usuario dice que su tarjeta gráfica solo alcanza los 50 grados, y luego resulta que está dando el valor que obtiene cuando está en el escritorio de Windows con los ventiladores apagados. También es frecuente ver casos de usuarios que hacen mediciones con juegos relativamente antiguos cuyo uso de la GPU no excede del 50% o del 60%.
Para medir la temperatura y el consumo de una tarjeta gráfica de forma real debemos utilizar aplicaciones o juegos que, como hemos dicho, lleven a dicho componente al límite. Los valores que obtengamos representarán los máximos que puede registrar dicho componente cuando se utiliza a plena potencia. Por otro lado, también debemos hacer la medición durante un tiempo mínimo para que la tarjeta gráfica pueda alcanzar su pico máximo de temperatura.
Si nos limitamos a abrir un juego y ejecutarlo durante un minuto será muy complicado medir la temperatura de forma realista, ya que esta se encuentra en niveles muy bajos cuando nos encontramos en el escritorio de Windows, y empieza a subir de forma gradual cuando ejecutamos un juego o una aplicación de rendimiento. Con esto quiero decir que la tarjeta gráfica no pasa, normalmente, de 40 grados en reposo a 80 grados en cuestión de segundos cuando ejecutamos una carga de trabajo intensa.
Lo ideal es que dediquemos al menos 30 minutos a la prueba que estemos utilizando para poder medir de forma relista la temperatura. Si realizamos pruebas relativamente cortas, es recomendable repetirlas al menos tres veces para conseguir una medición real. En mi caso, cuando hago pruebas de rendimiento, intento evitar los benchmarks predefinidos que incluyen algunos juegos, y me centro en recorrer una misma escena dentro del juego realizando acciones distintas y matando enemigos. Esto genera una carga de trabajo real, y permite hacer una medición de temperatura y consumo acorde.
Aplicaciones para medir la temperatura y el consumo de una tarjeta gráfica
Tanto AMD como NVIDIA ofrecen una herramienta que podemos descargar junto con sus controladores que funciona realmente bien, y que se puede activar de una manera muy sencilla. Ambos fabricantes integran una capa superpuesta que podemos activar cuando estamos en el juego, y a través de la cual podremos elegir qué mediciones de rendimiento queremos que se muestren. Dicha herramienta viene con el software Radeon Adrenalin, y en el caso de NVIDIA con GeForce Experience.
En el caso de AMD, podemos activar la interfaz completa pulsando «Alt + R», y si solo queremos que se muestre el menú a modo de barra lateral tenemos que utilizar «Alt + Z». Para los que utilizan una tarjeta gráfica NVIDIA los comandos son «Alt + Z» para abrir la interfaz completa, donde podremos seleccionar también si queremos que se muestren más o menos mediciones y la ubicación de la capa superpuesta, y «Alt + R» si queremos activar directamente la superposición de medición.
Con ambas herramientas podremos medir la temperatura y el consumo de la tarjeta gráfica, pero también el uso de la misma e incluso otros aspectos importantes, como las frecuencias de trabajo y el uso de la GPU. Todo esto os dará el contexto que necesitáis para hacer una medición totalmente realista y contextualizada de manera acorde a la carga de trabajo que estéis utilizando.
También podéis utilizar otras herramientas, como MSI Afterburner, pero con lo completa y ligera que es la capa de superposición que ofrecen AMD y NVIDIA dicha aplicación no me parece necesaria, de hecho a título personal solo la sigo utilizando para hacer mediciones de rendimiento medio en situaciones concretas.
Consejos para medir la temperatura y el consumo de una tarjeta gráfica de forma realista
En este caso, yo evitaría directamente las pruebas sintéticas y me iría a por un par de juegos exigentes. Es buena idea probar con un par de juegos porque podremos hacer una comparación y detectar posibles discrepancias, y porque podremos ver cómo se comporta nuestra tarjeta gráfica en dos escenarios distintos. Si encima probamos títulos que utilicen tecnologías diferentes y que lleven al límite a nuestra tarjeta gráfica, como el trazado de rayos, mejor que mejor.
Os digo esto porque haciendo pruebas de rendimiento he detectado más de una vez diferencias relativamente grandes. Estas se producían entre títulos que utilizaban tecnologías y configuraciones distintas. Así, por ejemplo, activar el DLSS puede reducir la temperatura pero también el uso de la GPU, mientras que activar el trazado de rayos puede tener el efecto contrario, ya que supone una carga mayor para nuestra tarjeta gráfica.
Cuando te dispongas a medir la temperatura y el consumo de tu tarjeta gráfica ten en cuenta todo esto, y estable un patrón único y estable que tenga como objetivo llevar dicho componente al límite. Para conseguir, asegúrate de que está siempre entre un 99% y un 100% de uso. Si no alcanza dichos valores en los juegos que estás utilizando, comprueba que los has configurado en calidad máxima y con la mayor resolución posible, y muévete por zonas donde se produzca una acción intensa.
Para simplificar todo lo que hemos dicho, y para que tengáis una referencia general, os dejo a continuación las pautas claves que debéis seguir para medir la temperatura y el consumo de forma correcta:
- Utiliza juegos exigentes de nueva generación.
- Evita benchmarks programados y juega escenas reales con una carga importante.
- Configura los juegos al máximo, y con la mayor resolución posible.
- Juega durante 30 minutos, para que la temperatura pueda llegar a su pico máximo.
- Asegúrate de que tienes instalados los últimos controladores disponibles.
- La temperatura debería estabilizarse después de unos minutos de juego, y el consumo también.
- El perfil de los ventiladores debe estar ajustado en un nivel razonable, que no parezcan un avión a punto de despegar.
Cómo interpretar los resultados y por qué es bueno hacer este tipo de mediciones
A simple vista no tiene misterio, los valores de temperatura y temperatura que obtengamos reflejarán el máximo que es capaz de alcanzar nuestra tarjeta gráfica. Hasta aquí todo bien, ¿pero dichos valores son normales o pueden indicar algún tipo de problema? Ahí es donde está la gracia de hacer una medición de este tipo, en descubrir si todo va bien o si por el contrario deberíamos empezar a preocuparnos.
Para poder entender e interpretar esos valores debemos saber dónde está el rango normal de temperaturas y de consumos de nuestra tarjeta gráfica, aunque también debemos tener en cuenta que esos valores pueden diferir en función de ciertas claves:
- Diseño y calidad del sistema de refrigeración de nuestra tarjeta gráfica. Un modelo que tenga un sistema de mayor calidad puede trabajar a una temperatura notablemente inferior.
- Posible overclock de fábrica y consumo aumentado para sostenerlo. Algunos modelos vienen subidas de vueltas y tienen un consumo mayor de casa, lo que puede hacer que también alcancen temperaturas más elevadas.
Con lo anterior en mente, está claro que una misma tarjeta gráfica con un sistema de refrigeración humilde tendrá temperaturas más altas que otra con un sistema de refrigeración superior, y esto no será algo que deba preocuparnos, siempre que la diferencia sea razonable y que los valores se mantengan dentro de un nivel normal. Esto nos lleva a otra pregunta, ¿dónde está el nivel normal? Es una pregunta muy complicada, ya que no puedo daros valores concretos modelo a modelo, pero sí que puedo compartir con vosotros unos datos que os servirán como referencia:
- Tarjetas gráficas de gama baja y gama baja-media: la Radeon RX 6500 XT sería uno de los mejores ejemplos. Normalmente se mueven entre los 50 y los 60 grados, y su consumo suele ser muy bajo. Dicho modelo ronda los 100 vatios.
- Tarjetas gráficas de gama media: hay una enorme variedad en esta gama, pero lo más normal es que se mantengan entre los 60 y los 70 grados, aunque acercarse a los 80 grados no supondría un problema real. Los consumos oscilan normalmente entre los 120 y los 180 vatios.
- Tarjetas gráficas de gama alta: también hay mucha variedad, pero lo ideal es que se mantengan como máximo en la franja de los 75 a los 80 grados. Los consumos pueden variar mucho dependiendo de la potencia de cada tarjeta gráfica, pero suelen oscilar entre los 200 y los 500 vatios.
Partiendo de toda la información que hemos visto, es normal que una GeForce RTX 3080 Ti Founders Edition registre 80 grados tras una hora jugando a Cyberpunk 2077 con calidad máxima y trazado de rayos, y que su consumo medio ronde los 350 vatios. Sin embargo, no sería normal que una GeForce RTX 3070 Founders Edition registrara esos valores, esta debería moverse en unos 73 grados y un consumo de 220-240 vatios.
Nos lanzamos ahora a por la última pregunta, ¿por qué es bueno medir la temperatura y el consumo de una tarjeta gráfica de forma realista? Pues es muy simple, porque nos permitirá comprobar que todo está en orden, es decir, que nuestra tarjeta gráfica no tiene problemas de exceso de temperatura, que recibe la alimentación que necesita y que no tiene problemas de estabilidad.
Es importante llevar la tarjeta gráfica al límite, a ese 100% de uso, y mantenerlo durante al menos 30 minutos porque de esa manera estará soportando una carga de trabajo que realmente supondrá un desafío para el sistema, es decir, tanto para la tarjeta gráfica como para nuestra fuente de alimentación. Si hay cualquier problema, este saldrá a la luz, podremos identificarlo y tomar las medidas que sean necesarias para resolverlo.
Por ejemplo, un cuelgue con unas temperaturas normales apuntaría directamente a la fuente de alimentación, mientras que unas temperaturas muy altas señalarían directamente al sistema de refrigeración, o puede que al flujo de aire dentro del chasis de nuestro PC. En el primer caso, sería imprescindible cambiar la fuente para evitar que pueda acabar muriendo y que se lleve consigo otros componentes, mientras que en el segundo caso deberíamos comprobar que los ventiladores de la tarjeta gráfica funcionan bien, que está limpia, que la pasta térmica se encuentra en buen estado y que el flujo de aire de nuestro equipo es bueno.
Como os dije en su momento cuando hablamos de medir la temperatura de una CPU, no os alarméis si los valores de vuestra tarjeta gráfica son más altos que los de otros usuarios que habéis leído por Internet. Estos no siempre se han hecho con mediciones realistas, y no tenemos garantía alguna de que sean ciertos. Lo importante es que vuestra tarjeta gráfica se mantenga de forma estable dentro de esos valores que podemos considerar como normales.
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