Open source vs Rusia: un posible boicot muy serio
Aunque las reacciones más sonadas del mundo tecnológico al ataque de Rusia a Ucrania son las de las empresas, la comunidad open source también puede llegar a jugar un papel clave en esta situación. Tanto es así que, en realidad, un golpe asestado por la mismam o al menos una parte importante ella, contra Rusia podría tener unos efectos tan contundentes de lo que acciones como las adoptadas por Microsoft, Google y Apple o el sector del gaming, por poner solo algunos ejemplos de lo que está ocurriendo las últimas semanas.
Pero para entender qué es lo que puede hace la comunidad open source en este conflicto, primero es necesario un poco de contexto tecnológico y geopolítico. O, para ser más exactos, del papel crucial que juega la tecnología en el tablero geopolítico tanto de los últimos años, como de los que están por venir. Un futuro en el que cada vez más países no quieren depender de tecnología extranjera en determinados sectores y actividades, ante la sospecha de que ésta puede ser empleada con aviesas intenciones por parte de los países de los que dicha tecnología es originaria.
Esto no es algo nuevo, en realidad fue la razón, aunque no fuera justificada con pruebas, de las acusaciones por parte de la administración de Donald Trump contra Huawei y otras tecnológicas chinas se basaron en que los dispositivos de las mismas, especialmente las antenas para el despliegue de las redes 5G, podían ser empleadas con fines de espionaje por parte de China. Y llevara o no llevara razón el gobierno estadounidense en sus acusaciones, lo cierto es que la dependencia de tecnología extranjera es algo que preocupa cada vez más.
En este sentido, Rusia lleva años trabajando para crear sus propios procesadores, iniciativas que hemos visto agrupadas principalmente alrededor de dos nombres: Elbrus y Baikal. Un hardware que pretende ser empleado con… efectivamente, si has atado los cabos, ya lo imaginarás: con software open source. El Tavolga Terminal TB-T22BT, es solo uno de los múltiples ejemplos y, como puedes ver, se diseñó para ser empleado con Linux, el paradigma del open source.
Así, ante el bloqueo de las empresas tecnológicas a Rusia, y aunque el estado de desarrollo de sus integrados va con bastante retraso con respecto a la vanguardia tecnológica, estos desarrollos y el software libre podrían ser su tabla de salvación. Sin embargo, según podemos leer en Tom’s Hardware, parte de la comunidad open source podría estar valorando el retirar el soporte del software libre para los procesadores rusos, impidiendo de este modo que pueda ser utilizado en sistemas equipados con los mismos.
A corto plazo esta medida no resultaría demasiado efectiva, puesto que de momento solo se ha abierto la discusión en el repositorio de OpenBLAS, pero esto podría establecer un importante precedente, que, de ser secundado por más proyectos, y especialmente si se alcanza masa crítica, sí que podría ser bastante más efectivo si el conflicto y el bloqueo se alargaran en el tiempo. Además, incluso si esta situación se resuelve a corto plazo, es posible que la comunidad open source haya tomado nota de lo ocurrido y, en el futuro, se planteen si dar soporte o no al hardware desarrollado para estos fines.
Aclaro, eso sí, y tras una conversación con mi compañero Jose Pomeyrol, que esto es, de momento, solo una posibilidad, más o menos remota según la opinión de cada cual. Él, como gran conocedor de la comunidad open source, considera que de momento es algo tremendamente remoto, entre otras razones porque OpenBLAS es solo un proyecto, y no de los más relevantes de la comunidad, y además de momento se encuentra en fase de discusión. Así, en su opinión que respeto mucho, pues como ya he comentado antes es un experto en estos temas, en este momento no tiene sentido plantear la posibilidad de un boicot.
En la mía, sin embargo, creo que aunque, efectivamente, OpenBLAS no es un proyecto de gran tamaño, sí que se dan los mimbres para que sea la chispa que prenda la llama, y que en consecuencia la medida sea apoyada y adoptada por parte de la comunidad open source. Como indicaba al principio del artículo, la movilización por parte del sector tecnológico es, sencillamente, enorme, y comprende desde grandes grupos del sector hasta pequeños estudios independientes de videojuegos. ¿Se sumará la comunidad open source? En mi opinión sí que es posible que lo hagan, y por lo tanto es una opción a tener en cuenta.
Así, tendremos que esperar para salir del mundo de las teorías y las hipótesis para, con el tiempo, comprobar si finalmente se produce o no se produce esta reacción, y si esas hipotéticas medidas adoptadas por la comunidad son más o menos efectivas. ¿Qué opinas tú? ¿Crees que la comunidad open source se sumará al boicot contra Rusia, o por el contrario piensas que la discusión en OpenBLAS quedará en agua de borrajas?