A Fondo
7 cosas que no deberías tener en Windows
Durante la década pasada se produjeron muchas transiciones tecnológicas que han llevado a sustituciones y descontinuaciones (por ejemplo la transición de Flash a HTML5). En consecuencia, no es extraño encontrarse en Windows versiones de programas o aplicaciones que no se actualizan y que por lo tanto no deberían de estar instalados.
El tener programas y aplicaciones sin actualizar o sin mantenimiento es un riesgo para la seguridad, sobre todo en un sistema operativo Windows, donde los usuarios tienden a emplear por defecto una cuenta de administrador. Esta es una mala costumbre establecida por Microsoft y que la compañía no ha rectificado por diversas razones, pero que está visto y comprobado que es una auténtica autopista que facilita la explotación de las vulnerabilidades.
Pese a ello, el utilizar una cuenta de usuario común no debería de ser excusa para desatender esos programas o aplicaciones que no se actualizan desde hace tiempo, ya sea porque el usuario en realidad no los necesita o bien porque se han quedado sin soporte. En cualquiera de los casos los recomendable es realizar los procesos de desinstalación pertinentes, así que vamos a indicar los pasos para realizarlo en Windows.
Y ya que vamos a mencionar tecnologías descontinuadas que sería mejor desinstalar en la mayor brevedad posible, aprovechamos la ocasión para exponer otras cosas que sería recomendable no usar incluso en caso de que todavía dispongan de soporte.
Cómo desinstalar un programa o una aplicación en Windows
La desinstalación de un programa o una aplicación es una tarea sencilla de llevar a cabo. Para ello, el usuario solo tiene que abrir el menú de inicio de Windows 10 y buscar la Configuración.
El segundo paso consiste en dirigirse a la sección de Aplicaciones, que permite desinstalar programas y aplicaciones presentes en el sistema, establecer las aplicaciones predeterminadas, acceder a los mapas sin conexión, indicar qué sitios web pueden abrirse con su correspondiente aplicación y configurar la reproducción de vídeo a nivel del sistema.
En la sección aplicaciones y características, el usuario puede desplazarse hasta encontrar el programa o la aplicación. Luego tiene que hacer clic sobre lo que quiere desinstalar, pulsar el botón de Desinstalar que aparece en primer lugar y luego volver a hacer clic con el botón principal del ratón sobre el segundo botón de Desinstalar para confirmar. Con eso ya se elimina un programa de Windows 10.
En Windows 11 el proceso es similar, para no perder la costumbre. El diseño cambia un poco, pero en esencia los pasos son los mismos. De hecho, el usuario tiene que dirigirse a la Configuración del sistema, localizar la aplicación en la sección de Aplicaciones y luego proceder a desinstalarla.
Ahora procedemos a mencionar siete cosas que no deberías tener en Windows o un navegador web, ya que las aplicaciones de ese tipo también son tendentes a acumular cosas innecesarias que pueden estar sin mantenimiento.
Adobe Flash Player
Todo hay que decirlo, Flash fue en su momento un mal necesario, sobre todo para dotar a la web de funciones multimedia de las que carecía hasta la aparición de HTML5. Esto también abarcaba muchos sitios web de juegos, de los cuales posiblemente todavía queden algunos que no han migrado a tecnologías más modernas y con soporte.
El motivo de por qué Flash era considerado un mal necesario se basada en dos razones:
- Primera, porque era una tecnología privativa, algo que dificultaba tanto su supervisión por parte de terceros como su portabilidad a otras plataformas.
- Segunda, porque ha protagonizado innumerables escándalos en términos de seguridad, llegando a ser considerada como una tecnología insegura por parte de muchos.
Si a los dos puntos anteriores se suma el hecho de que en la actualidad está descontinuada (al menos para occidente), no hacen falta más motivos para desinstalar Flash en caso de tenerla instalada en el ordenador (y no solo Windows, sino también Linux y macOS).
QuickTime
QuickTime es un marco de reproducción multimedia desarrollado por Apple que cuenta con su propio reproductor. La historia aquí no es muy diferente de la de Flash, aunque sin tantos episodios turbios en torno la seguridad que ofrecía.
Sin embargo, Trend Micro descubrió en abril de 2016 dos graves fallos de seguridad que llevaron a la recomendación de desinstalar QuickTime para Windows, ya que Apple descontinuó su desarrollo tres meses antes. Aquello significó que las vulnerabilidades permanecerían para siempre, siendo además explotables tanto a través de ficheros almacenados localmente como los plugins que existieron para los navegadores web.
Viendo que Windows 10 es la versión más usada y que apareció en 2015, es difícil encontrar un ordenador que tenga QuickTime instalado, pero en caso de tenerlo, recomendamos su desinstalación inmediata.
Para reproducir ficheros de vídeo en el formato de QuickTime, los cuales solían usar la extensión ‘.mov’, lo recomendable es recurrir a VLC, un reproductor multimedia de calidad contrastada y con un potente soporte multiplataforma.
CCleaner
CCleaner es una aplicación de limpieza que no deberías usar, y por lo tanto, no deberías de tener instalada en Windows.
CCleaner ha sido acusado en muchas ocasiones de romper instalaciones de Windows, pero si las habladurías no te convencen, quizá sí lo haga que Microsoft decidiera en 2019 poner a la aplicación en su lista negra. Si la compañía responsable de Windows hace un movimiento semejante, es que no deberías tener CCleaner instalado en tu PC.
Las razones esgrimidas en su momento por el gigante de Redmond fueron los diversos problemas que tuvo CCleaner durante la segunda mitad de la década pasada. Para empezar tenemos el descubrimiento de puertas traseras en 2017 que comprometieron diversas versiones de la aplicación y abrieron una puerta trasera de administración remota que fue utilizada para instalar malware, keyloggers, ransomware y tomar el control de los equipos.
En segundo lugar está la adquisición de Piriform, desarrolladora de CCleaner, por parte de Avast. El cambio de manos no le sentó bien a la aplicación de limpieza, que introdujo publicidad persistente y molesta que volvía a aparecer aunque se eliminasen sus cookies. Esto se unió a los problemas de compatibilidad que al menos en su momento tuvo con Windows 10.
Una aplicación que ha caído en desgracia y encima puede romper el sistema. ¿Qué más razones se necesitan para desinstalarla?
Microsoft Silverlight
En su momento fue definido como “el Flash de Microsoft”, ya que fue creado con el propósito de construir y ejecutar aplicaciones de Internet enriquecidas. Dicho con otras palabras menos técnicas, fue concebido para su uso a través de un navegador web.
Si bien es cierto que Silverlight nunca alcanzó la difusión y la popularidad de Flash, sí llegó a ser empleado por servicios como Netflix, que lo requerían en caso de querer reproducir contenidos a través de un navegador web.
Al igual que Flash, Silverlight era y sigue siendo software privativo, así que no podía ser libremente auditado por terceros y su soporte a través de las múltiples plataformas era limitado, tanto, que nunca llegó a Linux.
Por suerte, la consolidación de HTML5 invitó a las plataformas de contenidos por streaming a ofrecer, al menos, un soporte multitecnología que no se limitara al Silverlight de Microsoft y a otras soluciones similares. Sin embargo, es cierto que la transición de dichos servicios a HTML5 a tenido un precio muy alto al haber forzado estos la consolidación del DRM, que se sirve a través de WideVine.
La situación derivada de la consolidación del DRM en HTML5 no es ni mucho menos la idónea en términos de libertad para los usuarios, pero al menos los de Linux ya no tienen que recurrir a Windows para disfrutar de los contenidos ofrecidos por diversas plataformas.
Aparte de haber caído en desuso por el empuje de HTML5, Silverlight fue oficialmente descontinuado por Microsoft en octubre de 2021, así que ya tienes ahí dos motivos muy poderosos para desinstalarlo cuanto antes.
μTorrent (o uTorrent)
El caso de μTorrent es, de largo, el más escandaloso que vamos a tratar en este artículo, más que nada porque sigue contando con muchísimos usuarios, tantos, que es muy probable que siga siendo el cliente de BitTorrent más utilizado en la actualidad.
μTorrent se volvió muy popular gracias a su interfaz minimalista y su bajo uso de recursos. Empezó siendo un proyecto de código abierto, pero tras ser adquirido por BitTorrent, Inc., ahora Rainberry, Inc., se convirtió en software privativo.
Que un cliente de BitTorrent que está debajo del paraguas de la empresa responsable del desarrollo del protocolo de compartición de ficheros P2P debería de ser una potente señal para depositar confianza, pero nada más lejos de realidad, ya que μTorrent ha estado envuelto en diversos escándalos durante el transcurso de la década pasada.
Más concretamente, han pillado a los responsables de μTorrent minando Bitcoins sin permiso de los usuarios, ha propagado malware a través de un anuncio y se le descubrió un bug que permitía controlar una computadora de forma remota y robar las descargas. Encima, uno tiene que pasar por caja si quiere librarse de la publicidad presente en la aplicación.
En resumidas cuentas, μTorrent es una aplicación privativa y gestionada de forma malintencionada por sus responsables, así que lo recomendable es desinstalarla y sustituirla por algún cliente que sea software libre como qBittorrent o Transmission.
Las extensiones y los plugins descontinuados, maliciosos y/o inútiles del navegador web
Muchas veces nos centramos tanto en el sistema operativo que se nos olvida que los navegadores web también son un frente en el que se puede terminar teniendo muchas cosas que sería mejor tener desinstaladas, más si hablamos de extensiones y plugins que no proceden de la web o tienda oficial.
Si uno no es cuidadoso, es probable que acabe con más de una cosa indeseada o insegura instalada no solo en el ordenador, sino también en los navegadores web. Por eso es recomendable echar un vistazo de vez en cuando a las secciones de extensiones y plugins para comprobar si hay alguno o algunos que no se recuerdan haber instalado voluntariamente o son manifiestamente innecesarios. En cualquiera de los dos casos, lo recomendable es llevar a cabo la desinstalación, porque incluso siendo legítimos, la eliminación de plugins y extensiones innecesarios reduce la superficie de ataque.
Por Internet uno se encuentra cosas de todo y de cualquier tipo, pero por si hay algún despistado, vamos a mencionar un par de ejemplos evidentes de extensiones o plugins que no deberían de estar presentes en el navegador web (aunque ya hemos mencionado una extensión, la de QuickTime).
Java fue una tecnología señalada durante muchos años por sus problemas de seguridad. La principal puerta de entrada era el plugin para los navegadores web, que facilitaba la explotación de las vulnerabilidades por parte de los actores maliciosos. Sin embargo, desde hace tiempo no se escucha demasiado sobre el tema, y es porque el soporte de Java a través de los navegadores web se ha ido descontinuando con el paso de los años. Si todavía tienes el plugin instalado en tu navegador, te recomendamos encarecidamente eliminarlo de forma inmediata.
Otro caso es el de las extensiones de los antivirus, las cuales se supone ofrecen protección, pero la realidad es bien diferente. De hecho, se descubrió que la extensión de AVG rompía la seguridad de Google Chrome y que la de Avast recopiló datos de los usuarios para luego venderlos a compañías como Microsoft y Google. Aberraciones como estas invitan a no confiar en las extensiones suministradas por los antivirus, más si hablamos de soluciones obtenidas de forma gratuita.
El bloatware de los fabricantes de hardware
Este es un cuento viejo, sobre todo cuando hablamos de portátiles con Windows, que por lo general suelen venir hasta arriba de basura procedente del propio fabricante. Esta basura, comúnmente llamada bloatware, suele aportar entre poco y nada a los usuarios, así que al final sirve principalmente para ocupar espacio en disco inútilmente y aumentar la superficie de ataque aprovechable por parte de los actores maliciosos.
La presencia del bloatware termina haciendo que más de uno, al comprar un ordenador, decida reinstalar el sistema y poner uno que esté limpio para no ir arrastrando cosas innecesarias.
Conclusión: Recuerda revisar bien qué tienes en tu ordenador de vez en cuando (incluso si no usa Windows)
El ritmo de vida que llevamos y la alta automatización que ofrecen los sistemas operativos modernos son factores que pueden hacer que olvidemos revisar de vez en cuando qué tenemos instalado en el sistema operativo y algunas aplicaciones como los navegadores web.
Como ya hemos dicho varias veces, no solo sería recomendable eliminar componentes descontinuados, sospechosos, de procedencia dudosa o desconocida, sino también toda aplicación o complemento que no se vaya a volver a utilizar para así minimizar la superficie de ataque (obviamente, uno no va a desinstalar una aplicación que usa poco, pero que la usa y la seguirá usando).
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