Skoda Enyaq, tormentas
¿Sabes lo que me molesta? Mis manos. Jake (Toro salvaje, 1980)
Hoy no me he bajado en mi parada del metro. He levantado la mirada y a través de la ventanilla enfrente de mi asiento he visto el cartel de mi parada. Pero no me he levantado. Han sido unos segundos de vértigo, casi pude notar mis músculos tensándose para levantarme en contra de mi voluntad, o de mi falta de voluntad. Con la mirada fija en el cartel el tren silbó. Luego con cierta pereza y un bufido las puertas se han cerrado. Durante un instante el cartel ha seguido ahí. Y luego el movimiento del tren lo ha borrado hasta que se ha sumergido en la oscuridad. Me he dado cuenta que es la primera vez que iba más allá de mi parada en esta línea. Viajaba hacia lo desconocido. Bueno, igual no tanto ya que el plano del metro me indicaba claramente la próxima estación. Y la siguiente. Y la siguiente… He llegado al final de la línea casi sin darme cuenta y seguía sin ganas de levantarme. Pero unos operarios han entrado. «Vamos a limpiar» me han dicho señalando sus aparatos como disculpándose por estorbar. Les he hecho un gesto que pretendía ser amable y me he bajado.
No conozco el barrio donde he emergido. El sol está empezando a ocultarse tras los edificios. Los olores no son los de mi calle. Hay más gente circulando, puestos en las aceras y una fuente muy vieja repleta de graffitis pero que sigue echando agua sobre dos cachorros de perro sin raza que juegan a perseguirse. Una señora con velo ha bajado a gritar a unos niños que estaban jugando con una pelota contra la pared de su edificio. Los niños se ríen, guardan la pelota y salen corriendo. La señora hace un gesto con la mano y sigue gritando hasta que desaparecen tras una esquina. He estado andando sin darme cuenta y llego a una plazoleta pequeña en la que unos ancianos ocupan un banco mientras que otros están sentados en sillas, cada una distinta, como si las hubieran bajado cada uno de casa. Uno de ellos lleva mascarilla y bombona de oxígeno. Se aparta la mascarilla para fumar y se ríe a carcajadas hasta que se ahoga con la tos. Le dan de beber de una petaca. Más risas. He tropezado con algo. Parece una lámpara. Me agacho a recogerla. Entonces una mano se junta con la mía. Una chica muy joven con ojos muy verdes y piel color canela se ha agachado a recogerla al mismo tiempo. Me mira y me dice «Al fin has cruzado».
El grupo Volkswagen ha sido uno de los fabricantes de coches que más decididamente ha emprendido la senda de la electrificación proponiendo una nueva gama de coches eléctricos además de las opciones híbridas e híbridas enchufables que va teniendo en el catálogo. Se trata de una estrategia arriesgada que pasa por el diseño de nuevas plataformas que prescinden de los modelos con motor de combustión que han sido en muchos casos verdaderos éxitos de ventas. Así nacieron el ID.3 y el ID.4, dos vehículos que son una verdadera declaración de intenciones de la marca alemana.
Modelo analizado | Skoda Enyaq |
Motor y acabado | iV 80 |
Potencia | 204 CV |
Velocidad máxima | 160 Kmh |
Aceleración o-100 | 8,5 s |
Largo/ancho/alto | 4649/1879/1616 mm |
Potencia máxima RPM | 204 CV |
Par máximo Nm/RPM | 310 Nm |
Caja de cambios | Automático |
Web | https://www.skoda.es/ |
Precio | 49.300 euros |
Pero ¿qué pasa con las otras marcas del grupo? Skoda en concreto no ha perdido tiempo tampoco y ha adoptado estas nuevas plataformas para vehículos eléctricos para diseñar sus propios vehículos. El primero de esta serie de modelos basados en la nueva plataforma de coches eléctricos del grupo es el Enyaq, un coche que a pasar de derivar del modelo de Volkswagen contiene todas las peculiaridades de filosofía y de diseño que siempre han caracterizado a la marca con soluciones prácticas que diferencian a los modelos de la marca.
Hermanos diferentes
La primera impresión del diseño del Enyaq es que sus líneas se alejan de las de su hermano el ID.3 e ID.4, con un aspecto más futurista, y busca hermanarse con un aspecto más parecido al de un SUV tradicional. Un poco al estilo de lo que ha buscado Ford con su Mustang Match-E. En cuanto a las proporciones Skoda ha maximizado el tamaño que se acerca más al de su SUV de mayor talla, el Kodiaq, que a los otros modelos de la familia. La atura es sensiblemente menor pero el aspecto es sin duda imponente, más impresionante que el de los hermanos alemanes.
En el exterior del Enyaq encontramos numerosos toques que le proporcionan un aire de familia muy acusado como la forma de la parrilla de gran tamaño o de los grupos ópticos muy alargados en los laterales. Un parachoques también de gran tamaño y la toma de aire inferior dan un aspecto deportivo al frontal en el que abundan las formas angulosas, más que en otros modelos de Skoda como el Kodiaq quizás para subrayar las diferencias los modelos con motores de combustión.
En los laterales destacan las grandes llantas de 21 pulgadas y un perfil algo más bajo que el del Kodiaq, lo que le da un aspecto algo más deportivo. Una gran moldura de plástico negro domina la parte inferior del coche aunque no se extiende por los pasos de rueda. La línea del Enyaq termina en la parte superior del portón del maletero con un imponente Spoiler para proporcionar un toque más en línea con el aspecto deportivo que parecen haber buscado los diseñadores checos.
La parte posterior tiene un diseño que tiene una caída más bien recta, con aspecto más de monovolumen que de SUV, en la que domina el mencionado spoiler en la parte superior. Los grupos ópticos de aspecto afilado se unen en el centro con el logo de la marca en grandes letras como es habitual en la nueva generación de los modelos de la marca. En la parte inferior un paragolpes no demasiado grande con molduras negras y grises en material plástico completan la zaga.
Buen tamaño
El buen tamaño del coche y su altura hacen que sea muy cómodo acceder al interior. Al acceder dentro encontramos una diferencia muy grande con respecto al ID.3, incluso más grande que la del aspecto exterior. Dentro Skoda ha optado por un diseño más clasico sin renunciar a lo moderno conservando las pantallas pero poco más ya que las ha arropado con una consola de aspecto tradicional con buenos materiales y acabados. Así el indicador tras el volante que en el modelo de Volkswagen queda «flotando» tras el volante está integrado en un salpicadero forrado con material imitación cuero con acabado de costuras para darle mayor elegancia.
Se trata de un indicador pequeño, el mismo que el del ID.3, pero que da suficiente información. Por otro lado la pantalla del sistema de información y entretenimiento de 13 pulgadas emerge del mencionado salpicadero en una posición ideal para no distraer de la vista de la carretera. El funcionamiento es similar al del modelo de Volkswagen con compatibilidad con Android Auto y Apple Car Play además de un completo apartado de información sobre carga y otros parámetros del sistema de propulsión y almacenamiento de energía eléctrica.
Como en otros modelos permite de forma relativamente sencilla programar la carga en diferido para aprovechar las tarifas nocturnas de electricidad. También es posible programar la carga y otras funciones como el encendido del sistema de climatización a través de una aplicación del móvil. Bajo la pantalla encontramos una zona táctil que permite apagar y encender el sistema además de controlar el volumen o el zoom de los mapas del sistema de navegación. Preferimos como siempre un sistema más tradicional pero no funciona mal.
Sistema multimedia perezoso
En algún momento nos hemos encontrado que el sistema arrancaba de forma lenta o que se atascaba y había que reiniciarlo pero suponemos que era un problema de la unidad que hemos probado. Entre los asientos delanteros encontramos una consola «flotante» con un hueco portaobjetos de bastante tamaño que acoge el selector de cambio y el pulsador del freno de mano además de más huecos y posavasos. El acabado también es forrado con pespuntes lo que lo hace cómodo como reposabrazos y agradable a la vista y el tacto.
En resumen y como viene siendo habitual con los modelos de Skoda la impresión es que el interior está lleno de soluciones prácticas, que todo se encuentra a mano y que los acabados están muy bien conseguidos. Muchos detalles de acolchados y materiales si no de lujo sí de buena calidad en zonas que no están a la vista dan una muy buena impresión de cómo ha sido concebido el coche más para lograr una sensación agradable de calidad que la de engañar a la vista como sucede en ocasiones.
Los asientos son cómodos y sujetan bien en las curvas, algo necesario ya que el Enyaq es un coche que, como veremos, puede resultar bastante dinámico. En la parte de atrás el coche resulta amplio, sobre todo en lo que respecta a la altura y al espacio para las piernas, que como suele ocurrir en los modelos eléctricos tiene la ventaja de no tener túnel de transisión y por tanto el pasajero de la plaza central dispone de todo el espacio para ello. En anchura sin embargo el espacio es menor que el que podemos encontrar en un SUV de tamaño similar.
Confortable atrás
La consola central abre para las plazas traseras dos salidas de ventilación y un control de temperatura para las plazas traseras. Debajo de las salidas de ventilación encontramos dos conexiones USB-C para la carga de dispositivos. En el respaldo de la plaza central se encuentra un reposabrazos que dispone de huecos para las bebidas cuando se despliega. Hay grandes huecos para colocar objetos en las puertas, bolsas en los respaldos de los asientos delanteros, cortinillas en las ventanillas y el techo solar que proporciona una sensación mayor de luminosidad y amplitud cuando se encuentra abierto.
El maletero del Enyaq es bastante grande aunque con sus 585 litros no supera a los modelos de SUV más capaces. Como es habitual en los modelos de Skoda dispone de numerosos accesorios para racionalizar el espacio y llevar sujetos los bultos dentro del mismo así como un sufrido tapizado con apariencia de ser muy práctico. El doble fondo del maletero es ideal para colocar el cable de carga pero deja también espacio para otros objetos.
No demasiado deportivo…
En lo que respecta a la prueba dinámica lo primero que hay que tener en cuenta es que, al igual que pasa con el ID.3, el Enyaq viene en distintas versiones según las características del motor y la batería. El que hemos tenido la ocasión de probar es el modelo 80 con batería de 77 kWh y motor de 204 caballos. Con esta configuración la autonomía homologada es de 525 kilómetros, algo menos que el modelo análogo de ID.3 que permite alcanzar en teoría los 554 km. Y es que el Enyaq pesa casi 100 kilos más que el modelo de Volkswagen…
La sensación al volante en recorridos urbanos es muy parecida a la que experimentamos con el ID.3, un coche que no se nota pesado a la hora de acelerar con reacciones fulmíneas a la presión del acelerador, algo más sensible si seleccionamos el modo Sport. En recorridos urbanos y aunque el coche tiene un tamaño considerable la agilidad que le proporciona el propulsor eléctrico es muy reseñable. Además está bien insonorizado por lo que recorrer kilómetros por ciudad se hace con total tranquilidad.
Caballos instantáneos
En carretera los 204 caballos disponibles al instante se hacen notar y es posible una conducción rápida en casi cualquier circunstancia. Eso sí, comparado con el modelo de Volkswagen la suspensión del Enyaq es algo más «burguesa» y amortiguada por lo que la respuesta en carreteras viradas es algo más tranquila, sin dejar de ser segura. Esto hace que el coche pierda algo de deportividad ya que por otro lado la respuesta de la dirección es algo menos directa. La buena insonorización y la mencionada suspensión hacen que el Enyaq sea extremadamente confortable en viajes.
Como pasa con los modelos eléctricos de Volkswagen podemos configurar varios niveles de retención para recuperación de energía, hasta cuatro distintos pero ninguno llega a conseguir frenar del todo el coche (el modo «conducción con un solo pedal» de algunos modelos de la competencia). Jugar con estos niveles de retención es sencillo utilizando las levas que se encuentran detrás del volante o simplemente cambiando a la modalidad B en el selector del cambio.
La autonomía del modelo de Skoda, como es habitual, es menor que la anunciada si hacemos un uso del coche mixto (carretera y ciudad) y mucho menor si todo el recorrido lo hacemos en carretera o autopista. Sin embargo hemos encontrado que en este último modo de uso el consumo no es tan alto como en otros modelos de similar tamaño y podemos superar sin problemas los 250 kilómetros de rango con un uso razonable del acelerador. En un uso cien por cien urbano sí podemos acercarnos a los 500 kilómetros si realizamos una conducción suave y aún más si conducimos en modo Eco.
El Enyaq es capaz de velocidades de recarga de hasta 135 kWh en puntos de recarga rápida con corriente contínua. Como es costumbre en este tipo de recarga cuando se alcanza el 80% de capacidad de la batería la velocidad disminuye pero hasta entonces alcanzar ese nivel de carga apenas tarda unos 30 minutos. En estas condiciones es muy posible viajar con este modelo de Skoda programando las paradas en zonas de recarga rápida para seguir nuestro camino.
Conclusiones
Nos ha gustado mucho el aprovechamiento de Skoda de la plataforma para vehículos eléctricos del grupo alemán manteniendo su muy particular filosofía de practicidad y diseño moderno. El Enyaq exteriormente tiene un aire de familia muy sólido con el aspecto de un SUV tradicional con líneas modernas pero sin ninguna pista de que pudiera tratarse de un coche eléctrico. Y en lo que respecta al interior el fabricante se ha esmerado mucho tanto en diseño como en acabados y unos materiales muy agradables a la vista y al tacto con numerosas soluciones prácticas a las que nos tienen acostumbrado.
Es un coche en el que se ha apostado mucho por el confort frente al comportamiento deportivo y con el que es muy agradable recorrer kilómetros, algo que es muy posible gracias a la buena capacidad de la batería y a la posibilidad de realizar carga rápida mediante corriente contínua. También en el apartado del consumo Skoda ha conseguido unas buenas prestaciones, siempre que no seamos demasiado entusiastas con el acelerador ya que su peso le penaliza cuando optamos por una conducción más deportiva.