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Microsoft da marcha atrás: DirectStorage llegará a Windows 10, no será exclusiva de Windows 11
Windows 11 ha generado un cierto caos por el tema de sus requisitos, y también por algunas de sus funciones exclusivas. Hace poco os dimos una mala noticia, pero al final se ha confirmado que DirectStorage llegará a Windows 10. Microsoft ha decidido dar marcha atrás, y con ello ha dado una gran alegría a todos aquellos jugadores de PC que no iban a poder actualizar a dicho sistema operativo, pero que sí contaban con el hardware necesario para poder disfrutar de esa característica.
DirectStorage llegará a Windows 10 porque Microsoft está «comprometida con los desarrolladores de videojuegos», y porque quiere que estos puedan llegar, con sus nuevos proyectos, al mayor número posible de jugadores. Seamos realistas, no tiene sentido limitar una función tan importante e interesante como DirectStorage a un sistema operativo de nueva hornada que, por sus requisitos, podría acabar teniendo una tasa de adopción bastante lenta. Esto supondría una limitación absurda que, además, desmotivaría a los desarrolladores a la hora de adoptar esa nueva característica, debido al bajo número de jugadores que podrían aprovecharla.
Por si alguien se ha perdido, y no tiene claro qué es DirectStorage, os recuerdo que se trata de una API que permitirá derivar la carga de trabajo que implica utilizar un SSD PCIE NVMe de la CPU a la GPU. Al utilizar una GPU, se consigue un ancho de banda mucho mayor y se aceleran las tareas de descompresión necesarias para trabajar con un SSD PCIE de alto rendimiento. Con ello se reduce también, al mínimo, el impacto de dichas tareas en la CPU.
DirectStorage llegará a Windows 10: ¿Qué diferencia va a marcar?
Uno de los problemas más importantes que representan las APIs actuales es que no están optimizadas para trabajar con una gran cantidad de operaciones I/O (entrada y salida), lo que hace que las aplicaciones con mayor dependencia de la unidad de almacenamiento, como los juegos, no sean capaces de aprovechar de verdad la gran diferencia que existe entre una unidad SSD SATA III y una unidad PCIE NVMe.
Ya os lo he explicado en muchas ocasiones, podemos tener el hardware más potente del mercado, pero si no contamos con un software capaz de aprovecharlo, al final las diferencias entre una configuración tope de gama y una más modesta podrían acabar siendo mínimas, o incluso inexistentes. Cuando hablamos de SSDs, esa realidad es muy clara, ya que, en muchos casos, la diferencia entre utilizar un SSD SATA III y uno PCIE Gen4 x4, puede ser de unos pocos segundos de mejora en los tiempos de carga. Esto se debe a ese cuello de botella que tenemos a nivel de APIs.
DirectStorage llegará a Windows 10, y resolverá ese cuello de botella. Podemos esperar que, cuando se produzca su debut, las diferencias entre las unidades de almacenamiento SSD SATA III y las versiones PCIE Gen3 y Gen4, sean cada vez mayores, y que al final los tiempos de carga en juegos se acaben reduciendo enormemente, hasta llegar a un punto en el que nos encontremos con ligeros parones de uno o dos segundos, y no con tiempos de carga al uso.
Microsoft ha confirmado que DirectStorage llegará a Windows 10, y que el DirectStorage SDK (kit de desarrollo) será compatible con la versión 1909 y superiores, lo que debería significar, en teoría, que podremos disfrutar de esta función si contamos con un sistema operativo actualizado a la Windows 10 November 2019 Update. Dicha API, permitirá gestionar miles de peticiones I/O por segundo, soportará descompresión por GPU y traerá numerosas optimizaciones que, sin embargo, se dejarán notar más en Windows 11, gracias a un apilamiento de almacenamiento mejorado frente a Windows 10.
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