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Vivo patenta un smartphone un sistema de cámara voladora en forma de mini dron

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El conocido fabricante de smartphones Vivo no se limita a seguir la tendencia del sector con sus smartphones con pantallas flexibles, también nos ha sorprendido con una patente que, francamente, me resulta tan interesante como complicada. Esta patente fue registrada el pasado mes de diciembre de 2020, pero se publicó el 1 de julio de este año, así que es una patente reciente.

La idea de Vivo es muy fácil de explicar. Se trata de un concepto en el que un smartphone contaría, en su interior, con un espacio dedicado a albergar un conjunto de cámaras integradas en un pequeño dron que, al ser activado por el usuario, saldría hacia arriba y nos permitiría hacer fotos y vídeos desde una perspectiva verdaderamente única.

Ese dron en miniatura podría volar durante un tiempo limitado, gracias a su batería integrada, y lo controlaríamos a través de la pantalla del smartphone. La patente indica claramente que este dron contaría con cuatro propulsores, dos cámaras (una en la parte superior y otra en el lateral, opción de montar cuatro cámaras) y tres sensores infrarrojos.

Una vez que terminemos de utilizar este dron en miniatura solo tendríamos que volver a introducirlo en el espacio que tiene reservado en el smartphone y listo, recargaría su batería consumiendo la del terminal. Este punto es importante ya que representa, a mi juicio, un desafío a nivel de diseño y de funcionalidad, puesto que podría drenar la batería del smartphone si se diese un uso intensivo.

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Smartphone con un mini dron integrado: ¿Tiene sentido la idea de Vivo?

Es un concepto interesante, eso no podemos negarlo, y la verdad es que también sería muy útil para ciertos perfiles de usuario, aunque personalmente le veo más interés a nivel profesional que a nivel de consumo general.

Con un smartphone equipado con ese sistema de cámaras en un dron en miniatura, sus capacidades fotográficas se elevarían a otro nivel, pero un usuario normal no lo aprovecharía de verdad. La idea de Vivo es buena, y es original, pero con ella el fabricante chino acabaría dando forma a un producto de nicho que, además, podría resultar bastante caro. No hace falta profundizar para entender lo que podrían suponer ambas claves en términos de ventas.

Por otro lado, y yendo más allá del tema de las ventas y de la dudosa rentabilidad que ofrecería un smartphone de estas características, está el tema de las prestaciones, de la autonomía y de la capacidad real de vuelo de ese mini dron. La patente nos deja muchas preguntas sin resolver, como por ejemplo cuánto tiempo podría volar, hasta qué altura y a qué distancia podría funcionar y si sería capaz de funcionar en tiempo real, grabando vídeo y haciendo fotos, mientras lo controlamos con el smartphone.

Todas esas dudas quedan en el cajón de «cosas pendientes», ya que la única forma de resolverlas sería con un lanzamiento de este terminal por parte de Vivo, y mucho me temo que eso será algo que, probablemente, no ocurra nunca.

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