DMCA: abusar de esta norma puede tener consecuencias
No cuento nada nuevo si digo que la DMCA (Digital Millenium Copyright Act) es una de las mayores vergüenzas que nos ha regalado la industria discográfica, de la mano de la videográfica, otras aledañas y, por supuesto, los responsables legales y políticos de su aprobación. Han pasado más de 20 años desde su aprobación y todavía seguimos descubriendo cómo puede ser empleada de manera torticera. Claro, su redacción quedó en manos de unas industrias aterradas por lo que suponía Internet, y que gozaron de barra libre para definir ese marco legal.
Los últimos ejemplos de un uso ilegítimo de la DMCA los estamos encontrando en su uso como herramienta para censurar contenidos incómodos. Recuerdo, hace unas semanas, haber leído que algunos cuerpos policiales estaban empezando a reproducir música comercial en sus radios durante algunas acciones policiales… digamos polémicas. ¿Con qué fin? Pues que si esas acciones son grabadas y subidas a Internet, podrán ser denunciadas y tendrán que ser eliminadas por vulnerar la DMCA. Si el agente que acabó con la vida de George Floyd hubiera reproducido música comercial en su radio mientras que sentía su rodilla sobre el cuello de Floyd, es posible que las imágenes que dieron la vuelta al mundo no hubieran podido difundirse.
Otros ejemplos de un mal uso de la DMCA los conocimos hace unos meses, cuando tuvimos conocimiento de que tanto Netflix como la empresa de software Proctorio habían recurrido a esta leypara acabar con opiniones críticas. La primera para que no se mostrarán las inserciones en vídeo de sus contenidos en tweets críticos y la segunda para que se eliminaran unos mensajes que mostraban fallos en el código fuente de su software de supervisión para estudiantes. Unos fallos que afectaban significativamente al funcionamiento de su extensión para Chrome, lo que provocó que tuviera muy malas valoraciones por parte de los estudiantes.
Erik Johnson, un investigador de seguridad y estudiante de la Universidad de Miami vio como tres tweets que había publicado y en los que se mostraba código fuente de Proctorio para demostrar sus problemas, eran eliminados por Twitter. ¿Por qué? Porque Proctorio pidió su borrado a Twitter amparándose en la DMCA. ¿Los tweets se ajustaban al llamado uso justo (fair use)? Pues todo apuntaba a que sí, pero dado el poder de presión que concede la DMCA, los mensajes fueron borrados en primera instancia.
¿Y qué poder es ese? según la DMCA es el tenedor de los derechos quien decide si un uso es justo o no. Y ya puedes imaginar que es lo que decidió Proctorio, ¿verdad?