A Fondo
Cuál ha sido la consola más potente de cada generación: Una mirada a fondo
Elegir a la consola más potente de cada generación no siempre ha sido tan fácil como ahora. En la década de los noventa, época en la que se produjo el auténtico «boom» de las consolas, dependíamos de la prensa especializada para descubrir las claves de cada nuevo sistema que llegaba al mercado. Internet no funcionaba al nivel actual, y obviamente el papel presentaba desventajas muy importantes que nos impedían estar realmente al día.
Los análisis técnicos vivieron un gran auge en aquella época, pero no siempre ofrecían la precisión ni la claridad necesaria, y en algunas ocasiones estaban «vestidos» con un toque de marketing que hacía que el usuario acabase absorbiendo algunas ideas que no eran ciertas. Por ejemplo, no era raro ver, en aquella época, a gente que creía que Neo Geo era una consola de 24 bits, o que pensaba que Atari Jaguar era un sistema de 64 bits. Incluso si nos movemos a una época más reciente, todavía hay gente que piensa que PS2 fue la consola más potente de su generación, un error grave ya que fue, precisamente, todo lo contrario.
Sé que todavía hay muchas dudas alrededor de este tema, y que por desgracia subsisten muchos mitos que se siguen viendo alimentados por el fanatismo de algunos usuarios. Ya conocéis el dicho, una mentira que se repite muchas veces puede acabar disfrazada de verdad, y eso es lo que ha ocurrido desde hace décadas con las diferentes generaciones de consolas, de hecho la pugna entre las consolas y el PC no es algo nuevo. Los más jóvenes pensarán que fue algo que surgió con la llegada de PS4 y Xbox One, o quizá con PS3 y Xbox 360, pero nada más lejos de la realidad.
¿No te lo crees? Pues te lo dice alguien que lo comprobó de primera mano, ya que Resident Evil, sin ir más lejos, funcionaba de maravilla en un Pentium a 133 MHz con 16 MB de RAM y una S3 Virge 3D. No obstante, es cierto que la optimización, y los desarrollos personalizados, marcaban una diferencia a favor de las consolas.
Con todo, no voy a entrar a discutir en profundidad esa «guerra» entre las consolas y el PC a nivel histórico, ese no es el objetivo de este artículo. Vamos a centrarnos en descubrir, de una manera totalmente imparcial y realista, cuál fue la consola más potente de cada generación, siguiendo el orden temporal que todos conocemos, y partiendo de la era de los 8 bits. Esperamos que disfrutéis tanto leyendo este artículo como yo he disfrutado haciéndolo. Poneos cómodos, que empezamos.
¿Cuál fue la consola más potente en la generación de los 8 bits?
Aunque la ganadora indiscutible, por ventas y éxito a nivel mundial, fue la NES de Nintendo, conocida como Famicom en el mercado japonés, lo cierto es que dicha consola fue mucho menos potente que su principal rival, la Master System de SEGA. Tuve la suerte de disfrutar, en su momento, de ambos sistemas, y las diferencias entre ambas eran muy grandes.
Master System fue la consola más potente de su generación, aunque también fue un claro ejemplo de que la potencia no es lo único importante cuando hablamos de sistemas de videojuegos. NES contó con un catálogo de juegos enorme, variado y de calidad, donde brillaban con luz propia franquicias tan importantes como Double Dragon, Shadow Warriors (Ninja Gaiden), Super Mario Bros y Zelda, entre otras.
A nivel de hardware, NES contaba con un procesador Ricoh 2A07 de 8 bits a 1,66 MHz, 2 KB de RAM y 2 KB de vídeo, y tenía una paleta de 48 colores. Por su parte, Master System utilizaba un Zilog Z80 de 8 bits a 4 MHz, tenía 8 KB de RAM, 16 KB de vídeo y una paleta de 64 colores.
Generación de los 16 bits: la consola más potente fue la menos vendida, y la más cara
Aunque la generación de los 16 bits estuvo dominada por dos consolas, la Mega Drive de SEGA y la Super Nintendo de la gran N, lo cierto es que hubo un tercer jugador que tuvo también bastante tirón. Hablamos de SNK, una compañía dedicada, principalmente, a los salones recreativos que se marcó un importante objetivo con su consola Neo Geo AES: llevar la experiencia de los arcades al salón de nuestra casa, siempre tuviéramos el dinero necesario para pagar por esa experiencia.
Neo Geo AES fue una consola de ensueño que enamoró a toda una generación, en la que me incluyo. Su precio de lanzamiento rondaba las 80.000 pesetas, pero llegué a verla en su primera etapa con precios de hasta 99.000 pesetas. Al cambio actual, esto son casi 600 euros. Aunque dicha consola tenía una arquitectura de 16 bits, su potencia era muy superior a la que ofrecían Mega Drive y Super Nintendo, y sí, se convirtió sin ninguna duda en la consola más potente de aquella generación.
La Neo Geo AES contaba con una CPU Motorola 68000, como Mega Drive, pero funcionando a 12 MHz y no a 7,61 MHz. Como chip secundario integraba también un Zilog Z80 a 4 MHz. Su sistema gráfico y de sonido, y su paleta de colores, jugaban directamente en otra liga. Estaba preparada para trabajar con sprites enormes y con efectos de zoom, podía mostrar hasta tres planos de scroll al mismo tiempo, y podía mostrar hasta 4.096 colores en pantalla (Mega Drive y Super Nintendo solo llegaban a 128 y 256, respectivamente).
PS1 no fue la consola más potente de su generación, pero arrasó en ventas gracias a su catálogo de juegos
La franja temporal en la que se sitúan las consolas de quinta generación es bastante amplia, y estuvo marcada por la llegada de una gran cantidad de sistemas que, al final, pasaron, en su mayoría, con más pena que gloria (3DO, Atari Jaguar, Apple Pippin, Virtual Boy, AmigaCD32, étc).
Tres fueron los grandes jugadores de esta generación: Sega Saturn, PlayStation y Nintendo 64. La primera fue diseñada como una máquina eminentemente 2D, y a pesar de los ajustes que intentó introducir SEGA a última hora, tras conocer la apuesta de Sony por el 3D con PlayStation, no pudo hacerle frente. Saturn era una máquina potente, pero con una arquitectura de doble CPU muy complicada de aprovechar. PlayStation, con su CPU única y su núcleo gráfico con aceleración 3D, era mucho más versátil y asequible.
Podríamos pensar que PlayStation fue la más potente de esta generación, pero estaríamos totalmente equivocados. Nintendo 64 fue la consola más potente de la quinta generación. Es cierto que Nintendo erró el tiro al optar por el cartucho en lugar del CD, pero dicha consola estaba en otro nivel. Su procesador RISC R4300i de 64 bits a 93,75 MHz daba sopas con honda al RISC R3000A de 32 bits a 33,86 MHz de PlayStation, y lo mismo ocurría con su GPU, desarrollada por Silicon Graphics y capaz de mover hasta 500.000 polígonos con textura (PlayStation movía 180.000 polígonos con textura).
PS2, junto con Dreamcast, fue la consola menos potente de su generación, pero también fue la más vendida
Si hay una generación que estuvo cargada de desinformación, y por desgracia la culpa de esto estuvo, principalmente, en los medios de la época, fue la (mal llamada) generación de los 128 bits. Esta contó con la participación de cuatro jugadores: Dreamcast, de SEGA, PlayStation 2, de Sony; GameCube, de Nintendo; y Xbox, de Microsoft.
Dreamcast fue la primera en llegar, pero también fue la menos potente, ya que contaba con una CPU SH-4 RISC con una unidad FPU de 128 bits a 200 MHz, 16 MB de RAM, 8 MB de memoria gráfica y su GPU era una NEC PowerVR2 (similar a una Voodoo 2 de 3DFX) a 100 MHz, capaz de manejar hasta 6 millones de polígonos con iluminación y texturas. PS2 llegó después, y superó a Dreamcast en potencia bruta, gracias a su CPU Emotion Engine RISC MIPS-IV R5900 a 294,9 MHz, sus 32 MB de RAM y su chip gráfico a 147,45 MHz, capaz de manejar hasta 25 millones de polígonos con texturas y efectos.
GameCube dejó a ambas «en ridículo» en términos de potencia, ya que contaba con una CPU PowerPC a 485 MHz con instrucciones avanzadas y contaba con una GPU personalizada diseñada por ATI, que era capaz de trabajar a 162 MHz y podía manejar hasta 33 millones de polígonos con texturas y efectos. Su potencia era de 9,4 GFLOPs, mientras que PS2 quedaba en 6,2 GFLOPs.
Xbox fue, sin duda, la consola más potente de esta generación, ya que alcanzaba una potencia de (atención, que viene curva) 20 GFLOPs. Su CPU era un Intel Pentium basado en la arquitectura de los Pentium III, que funcionaba a 733 MHz. Contaba con 64 MB de RAM y montaba una GPU GeForce 3 personalizada por NVIDIA.
PS3 y Xbox 360: una generación muy reñida: ¿Cuál fue la consola más potente?
La séptima generación fue, sin duda, la más reñida en términos de potencia, aunque en lo que a ventas se refiere, Wii fue la ganadora absoluta, todo un logro ya que dicha consola fue, de lejos, la menos potente de los tres sistemas que compitieron en aquella generación.
Xbox 360 y PS3 ofrecieron un nivel de rendimiento bastante similar a pesar de las diferencias que presentaban a nivel de arquitectura, pero en sentido estricto, Xbox 360 fue la más potente de esa generación, no solo por potencia, sino también por los aciertos que se marcó Microsoft a la hora de elegir la configuración de componentes de dicho sistema.
En potencia bruta, Xbox 360 alcanzó los 240 GFLOPs, mientras que PS3 quedó en 230,4 GFLOPs. Más allá de los GFLOPs, la consola de Microsoft contaba con una GPU más avanzada diseñada por ATI, que adoptaba una configuración basada en shaders unificados (240 en total), mientras que PS3 mantenía la división entre pixels y vertex shaders, ya que integraba una GPU basada en el diseño de la GeForce 7800 de NVIDIA.
También debemos tener en cuenta que Xbox 360 utilizaba una configuración de 512 MB de memoria unificada, mientras que PS3 separaba 256 MB para el sistema y 256 MB para la GPU. Su ancho de banda era, además, ligeramente inferior. No hay duda, la consola de Microsoft fue la más potente de esta generación.
Microsoft no acertó con Xbox One y Sony logró una victoria importante con PS4
Por desgracia, Microsoft no supo mantener los aciertos que había cosechado en las dos generaciones anteriores, y con Xbox One cometió errores muy graves. Esta consola quedó muy por detrás de PS4, tanto en su configuración de memoria unificada como en su GPU, aunque logró superarla ligeramente en rendimiento CPU, gracias a la subida de frecuencias de última hora que llevó a cabo Microsoft.
Xbox One utiliza 8 GB de memoria DDR3 unificada sobre un bus de 256 bits, tiene un ancho de banda de 68,22 GB/s, aunque puede llegar a picos de 192 GB/s gracias a sus 32 MB de ESRAM, monta una CPU Jaguar de 8 núcleos a 1,75 GHz y tiene una GPU Radeon GCN con 768 shaders, 48 unidades de texturizado y 16 unidades de rasterizado.
Por contra, PS4, tiene 8 GB de GDDR5 unificada sobre un bus de 256 bits, lo que nos deja un ancho de banda de 176 GB/s. Su CPU es una Jaguar con 8 núcleos a 1,66 GHz y tiene una GPU Radeon GCN con 1.152 shaders, 72 unidades de texturizado y 32 unidades de rasterizado.
No hay duda de que PS4 fue la consola más potente de la pasada generación, aunque si metemos en la ecuación a PS4 Pro y Xbox One X está última se convertiría en el sistema más potente, ya que integra una GPU Radeon GCN más avanzada con 2.560 shaders, 160 unidades de textura, 32 unidades de rasterizado, CPU Jaguar de 8 núcleos a 2,3 GHz y tiene 12 GB de memoria GDDR5 unificada sobre un bus de 384 bits, lo que nos deja un ancho de banda de 326,4 GB/s.
¿Y cuál es la consola más potente de la generación actual?
La consola más potente que existe ahora mismo es Xbox Series X. Microsoft aprendió una valiosa lección tras el patinazo con Xbox One, e hizo las cosas muy bien con Xbox One X. Esto le dio una buena dosis de experiencia, y le ayudó a dar en el clavo con Xbox Series X, una consola que supera sin problemas a PS5 en potencia bruta, y que presenta una configuración de hardware muy buena, sobre todo si tenemos en cuenta su precio de venta recomendado.
PS5 cuenta con un mando de control que integra tecnologías más avanzadas, y tiene un SSD mucho más rápido, pero Xbox Series X tiene una CPU ligeramente más rápida, y cuenta con una GPU más potente que integra, además, soporte completo de todas las funciones avanzadas de la arquitectura RDNA 2 de AMD, cosa que no ocurre en PS5, como confirmó la propia Microsoft en su momento. Vamos a ver las especificaciones de ambas consolas para que podáis comparar por vosotros mismos.
Especificaciones de Xbox Series X, la consola más potente del mercado
- Procesador Zen 2 a 3,8 GHz con 8 núcleos activos y SMT desactivado. Con SMT activado mueve 16 hilos pero trabaja a 3,6 GHz. Es una versión recortada de Zen 2, que está más cerca de Zen en rendimiento bruto.
- GPU Radeon RDNA 2 semipersonalizada con 3.328 shaders, 208 unidades de texturizado y 80 unidades de rasterizado a 1.825 MHz con una potencia de 12,15 TFLOPs.
- 52 unidades para trazado de rayos acelerado por hardware.
- 16 GB de memoria GDDR6 unificada sobre un bus de 320 bits: 10 GB con un ancho de banda de 560 GB/s y 6 GB con un ancho de banda de 336 GB/s.
- SSD NVME de 1 TB a 2,4 GB/s.
- Lector de discos Blu-ray 4K.
- Chip de sonido 3D.
- Rendimiento objetivo: 4K y 60 FPS (120 FPS posible), según Microsoft.
Especificaciones de PS5, la segunda consola más potente que existe
- Procesador Zen 2 a 3,5 GHz (frecuencia dinámica máxima) con 8 núcleos activos y SMT desactivado. Con SMT activado mueve 16 hilos, pero a menores frecuencias. Es una versión recortada de Zen 2, que está más cerca de Zen en rendimiento bruto.
- GPU Radeon RDNA 2 semipersonalizada con 2.304 shaders, 144 unidades de texturizado y 64 unidades de rasterizado a 2.233 MHz con una potencia de hasta 10,29 TFLOPs.
- 36 unidades para trazado de rayos acelerado por hardware.
- 16 GB de memoria GDDR6 unificada sobre un bus de 256 bits con un ancho de banda de 448 GB/s.
- SSD NVME de 825 GB a 5,5 GB/s.
- Lector de discos Blu-ray 4K.
- Chip de sonido Tempest.
- Rendimiento objetivo: 4K y 60 FPS (120 FPS posible), según Sony.
Será interesante ver cuánto tiempo tardan Sony y Microsoft en lanzar versiones mejoradas de ambas consolas, sobre todo ahora que ya hemos podido confirmar que ambas se ahogan con el trazado de rayos, y que están muy lejos de todo ese «hype» que se generó alrededor de ambas, y que se atrevía a dar por hecho que iban a rendir como un PC tope de gama con RTX 2080 Ti y Ryzen 7 3700X. Estaba claro que no iba a ser así, pero qué podemos decir, crear humo ayuda a generar mitos, y esto ayuda a vender.
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