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Ryzen 7 5800X frente a Ryzen 7 1800X: pasado y presente de AMD
El Ryzen 7 5800X se ha convertido en el procesador de 8 núcleos y 16 hilos más potente que existe actualmente en el mercado de consumo general, y es uno de los mejores exponentes de los logros más importantes que ha conseguido AMD con sus procesadores Ryzen a lo largo de los últimos cuatro años. No hablo sin motivo, si en 2016 os hubiese dicho que AMD acabaría superando a Intel en rendimiento, eficiencia y temperaturas me habríais tildado de loco, y al final es lo que ha ocurrido.
A nivel de especificaciones, el Ryzen 7 5800X continúa la estela de los Ryzen 7 1800X, Ryzen 7 2700X y Ryzen 7 3800X, ya que mantiene, como anticipamos, la configuración de 8 núcleos y 16 hilos, lo que lo coloca en una posición que podemos considerar como de gama alta, pero marca una distancia importante gracias a la arquitectura Zen 3. Si Zen 2 fue la consagración del diseño MCM de AMD, está claro que la arquitectura Zen 3 representa la perfección de dicho diseño.
Para entender mejor esta diferenciación entre Zen 2 como consagración del diseño MCM y Zen 3 como la perfección del mismo, es necesario conocer las claves que distinguen a cada arquitectura, un tema que ya tuvimos la ocasión de tocar de forma simplificada, pero muy clara, en este artículo dedicado a analizar las diferencias que existen entre los Ryzen 3, Ryzen 5, Ryzen 7 y Ryzen 9.
Cuando AMD introdujo la arquitectura Zen, apostó por un diseño MCM, siglas que, como sabrán nuestros lectores habituales, significan «módulo multi-chip». Esto quiere decir que AMD ya no utilizaba una arquitectura de núcleo monolítico, en la que todos los núcleos de un procesador se encuentran en una única pastilla de silicio, sino que partía de un diseño basado en unidades CCX de cuatro núcleos y 8 MB de caché L3 que podían combinarse para crear procesadores de hasta 32 núcleos y 64 hilos (ocho pastillas de silicio en total, en este ejemplo).
No faltaron las voces críticas, pero este enfoque funcionó a la perfección. Zen+ mantuvo ese mismo planteamiento, e introdujo solo pequeños ajustes para mejorar el rendimiento y la estabilidad. Zen 2 fue la consagración porque introdujo un nuevo enfoque que permitió mejorar enormemente el rendimiento, elevó el máximo de núcleos y potenció la eficiencia gracias al salto al proceso de 7 nm.
Con Zen 2, se integraron dos unidades CCX (4 núcleos y 16 MB de caché L3) en una unidad CCD de ocho núcleos y 32 MB de caché L3 total, lo que conocimos popularmente como «el chiplet». Los elementos I/O, incluida la controladora de memoria, se externalizaron en otro chip, lo que simplificó el traslado de Zen 2 a la oblea, redujo costes y facilitó la creación de procesadores con hasta 64 núcleos y 128 hilos (ocho chiplets en total).
Bien, ¿y qué hizo Zen 3 para que podamos considerarlo como la perfección del diseño MCM? Pues muy sencillo, apostó por un proceso de 7 nm madurado, trajo mejoras a nivel de eficiencia y adoptó un diseño de núcleo monolítico a nivel de chiplet. A diferencia de lo que ocurría con Zen 2, en Zen 3 cada unidad CCD pasó a tener 8 núcleos y 32 MB de caché L3 disponible para todos los núcleos. Ya no está presente esa división de dos unidades CCX con 4 núcleos y 16 MB de caché L3, solo existe un bloque de 8 núcleos y 32 MB de caché L3.
La mejora que consiguió Zen 3 a nivel de rendimiento fue tan grande, que un procesador como el Ryzen 7 5800X es capaz de superar, sin problema a un procesador como el Core i7 10700K incluso funcionando a una frecuencia de trabajo inferior, y consumiendo menos energía. Si lo comparamos con los Ryzen 3000, la diferencia es abrumadora, ¿pero qué ocurre si nos remontamos al Ryzen 7 1800X? Creo que es una pregunta interesante, y en este artículo vamos a darle respuesta.
Especificaciones del Ryzen 7 5800X y equipo de pruebas
El Ryzen 7 5800X es un procesador de gama alta que tiene una configuración de 8 núcleos y 16 hilos, lo que lo convierte en un chip que es capaz de unificar trabajo y ocio, gracias a su elevado IPC y a su alta capacidad de procesamiento multihilo.
Está pensado para usuarios exigentes que quieran disfrutar del máximo rendimiento sin tener que entrar en la franja de los 500 euros, y que deseen asegurar una larga vida útil.
- Arquitectura Zen 3 en proceso de 7 nm.
- Ocho núcleos y dieciséis hilos a 3,8 GHz-4,7 GHz, modo normal y turbo.
- Admite overclock con chipset B450 y superiores.
- 32 MB de caché L3.
- TDP de 105 vatios.
- Compatible con socket AM4.
- Precio de lanzamiento: 479 euros.
- Precio actual: desde 448,42 euros.
Este es el equipo que hemos utilizado en las pruebas de rendimiento:
- Procesador Ryzen 7 5800X con ocho núcleos y dieciséis hilos a 3,8 GHz-4,7 GHz.
- Placa base GIGABYTE X570 Aorus Ultra con BIOS F32.
- 32 GB de memoria RAM Corsair Vengeance RGB Pro SL a 3.200 MHz CL16 (cuatro módulos).
- Sistema de refrigeración Corsair iCUE H150i Elite Capellix White.
- Tarjeta gráfica RTX 3080 Founders Edition con 10 GB de GDDR6X.
- SSD Samsung Evo 850 de 500 GB (sistema operativo).
- SSD PCIE NVMe Corsair MP400 de 4 TB.
- SSD PCIE NVMe Corsair MP600 de 2 TB.
- SHDD Seagate de 2 TB con 8 GB de SSD como caché.
- Windows 10 Pro de 64 bits.
- Fuente de alimentación Corsair AX1000 80 Plus Titanium con certificación 80 Plus Titanio.
Tenemos un equipo de gama alta, perfectamente equilibrado, capaz de hacer frente a cualquier juego, por exigente que resulte, y también a casi cualquier aplicación profesional que se nos ocurra.
Especificaciones del Ryzen 7 1800X y equipo de pruebas
El Ryzen 7 1800X fue un procesador tope de gama en su momento, y tiene también una configuración de 8 núcleos y 16 hilos. Su IPC es inferior al del Ryzen 7 5800X, y sus frecuencias de trabajo también, pero sigue siendo capaz de ofrecer un buen rendimiento en monohilo y en multihilo.
Aunque ya tiene casi cuatro años a sus espaldas, está envejeciendo muy bien, y todavía es capaz de hacer frente a cualquier juego, y casi cualquier aplicación profesional.
- Arquitectura Zen en proceso de 14 nm.
- Ocho núcleos y dieciséis hilos a 3,6 GHz-4 GHz, modo normal y turbo.
- Admite overclock con chipset B350 y superiores.
- 16 MB de caché L3.
- TDP de 95 vatios.
- Compatible con socket AM4.
- Precio de lanzamiento: 569 euros.
- Precio actual: solo disponible de segunda mano.
Este es el equipo de pruebas que hemos utilizado:
- Procesador Ryzen 7 1800X con ocho núcleos y dieciséis hilos a 3,6 GHz-4 GHz GHz
- Placa base GIGABYTE AORUS GA-AX370-GAMING 5 con BIOS F50e.
- 32 GB de memoria RAM Corsair Dominator Platinum RGB a 3.200 MHz CL16 (cuatro módulos).
- Sistema de refrigeración Corsair iCUE H150i Elite Capellix Black.
- Tarjeta gráfica RTX 3080 Founders Edition con 10 GB de GDDR6X.
- SSD Samsung Evo 850 de 500 GB (sistema operativo).
- SSD PCIE NVMe Corsair MP400 de 4 TB.
- SSD PCIE NVMe Corsair MP600 de 2 TB.
- SHDD Seagate de 2 TB con 8 GB de SSD como caché.
- Windows 10 Pro de 64 bits.
- Fuente de alimentación Corsair AX1000 80 Plus Titanium con certificación 80 Plus Titanio.
Como en el caso anterior, tenemos un equipo de gama alta equilibrado, con las memorias configuradas a la misma velocidad, y con las mismas latencias y división en cuatro módulos, para que ambos equipos estén igualados.
Ryzen 7 1800X frente a Ryzen 7 5800X: un análisis profundo del rendimiento
Cuando vemos comparativas de rendimiento entre dos o más procesadores, estas se limitan, en la mayoría de los casos, a hablarnos de tasas medias, mínimas o máximas de fotogramas por segundo. Esto está muy bien, ya que nos permite hacernos una idea de la potencia de cada chip, y facilita la creación, en un tiempo relativamente bajo, de pruebas de rendimiento que se pueden visualizar y asimilar fácilmente.
Sin embargo, al final esas cifras son números estáticos que solo nos cuentan una parte de la historia. Por ejemplo, un procesador determinado puede ser capaz de mantener medias de 60 FPS en un juego. Bajo el modelo anterior, al ver la gráfica de rendimiento creeremos que este ofrece una experiencia óptima, pero puede que desencadene problemas de stuttering e inconsistencias que generen picos mínimos muy bajos, lo que derivará en tirones que afectarán a nuestra experiencia de juego, un problema que no aparecerá reflejado en esas gráficas.
Por ello, en este análisis no me voy a limitar a mostraros números de de rendimiento en bruto, voy a centrarme más en contaros mi experiencia al saltar de un Ryzen 7 1800X a un Ryzen 7 5800X, y os voy a desgranar las mejoras más importantes que he notado tras dicha actualización, centrándome en juegos, y también en mi día a día.
Antes de entrar a contaros mi experiencia, vamos a ver los datos de rendimiento de cada juego en concreto. En todas las pruebas se han utilizado los mismos drivers y la misma configuración. He obviado las pruebas en resolución 4K por una razón muy sencilla, y es que, con un conteo tan alto de píxeles, es la GPU la que marca el ritmo, y la diferencia que marca el Ryzen 7 5800X frente al Ryzen 7 1800X es relativamente pequeña.
En CPU-Z, la diferencia entre ambos procesadores queda muy clara. Haciendo overclock al Ryzen 7 1800X podríamos llegar a los 480 puntos en monohilo, pero incluso en ese caso, la distancia entre ambos seguiría siendo muy grande. No hay duda de que el Ryzen 7 5800X marca un salto enorme, tanto en mono hilo como en multihilo.
Con el modo turbo activado, el Ryzen 7 5800X ha alcanzado los 4,84 GHz con un núcleo activo, es decir, ha superado los 4,7 GHz de máximo que indica AMD. Esto tiene una explicación, y se llama Precision Boost Overdrive, una tecnología que permite, si las condiciones de voltaje, temperatura y alimentación son idóneas, elevar las frecuencias de trabajo del procesador de forma automática.
Pasamos ahora a ver las pruebas de rendimiento en juegos. Cada gráfica representa el rendimiento medio, medido a través de los resultados obtenidos en diferentes zonas dentro de cada juego. Debajo de cada una encontraréis un resumen con mi experiencia personal en cada título, algo que, como os anticipamos, os permitirá tener más claras esas diferencias que no se ven una simple gráfica.
En The Division 2, los resultados son muy curiosos. El Ryzen 7 5800X marca una gran diferencia en 1080p, lo que demuestra que, con dicha resolución, tenemos un cuello de botella marcado al utilizar el Ryzen 7 1800X. Sin embargo, al subir la resolución a 1440p, las diferencias entre ambos son muy pequeñas, al menos en términos de rendimiento, ya que el uso de la CPU nos cuenta una historia distinta.
Con el Ryzen 7 5800X, el uso de la CPU en 1440p baja a un 33%, mientras que con el Ryzen 7 1800X se mantiene en un 51%. Al bajar la resolución a 1080p, el uso de CPU sube hasta el 41% en el caso del Ryzen 7 5800X, y se eleva ligeramente hasta un 54% en el caso del Ryzen 7 1800X. ¿Qué nos dice esto? Pues que el primero logra un rendimiento superior, y con un uso de CPU menor.
Pasamos ahora a ver los resultados en Cyberpunk 2077. Este juego no está optimizado para aprovechar, de verdad, procesadores de más de seis núcleos, así que su dependencia a nivel de CPU es inferior comparado con la dependencia que tiene a nivel de GPU. Sin embargo, el Ryzen 7 5800X logra una diferencia importante gracias a su mayor IPC, y a sus mayores frecuencias de trabajo.
La gráfica no nos cuenta una historia importante, y es que con el Ryzen 7 5800X logramos mínimos de fotogramas por segundo mucho más estables, ya que no suele bajar de los 60 FPS, mientras que el Ryzen 7 1800X llega a caer hasta los 38 FPS en algunas zonas. Son mínimos ocasionales, como también hay máximos de más de 100 FPS en ciertos lugares, pero afectan a la experiencia de juego manifestándose en forma de tirones. El Ryzen 7 5800X logra una experiencia fantástica junto con la RTX 3080.
Saltamos a Control, un juego que no tiene una alta dependencia de la CPU, pero que, a pesar de ello, se beneficia del mayor IPC y de las altas frecuencias de trabajo que tiene el Ryzen 7 5800X frente al Ryzen 7 1800X. Los datos que veis son medias obtenidas en cuatro zonas distintas, incluida la sala del correo, que por efectos de partículas y por la cantidad de enemigos es una de las más exigentes, y también la cantera de piedra negra, que es menos exigente.
La verdad es que el Ryzen 7 1800X aguanta el tipo bastante bien, pero de nuevo el Ryzen 7 5800X logra mínimos más estables y medias más elevadas. Con el Ryzen 7 1800X se vuelven a notar pequeños tirones puntuales que no ocurren con el Ryzen 7 5800X.
Red Dead Redemption 2 tiene una dependencia muy baja de la CPU, pero es una de las pruebas de rendimiento por antonomasia, así que no podía faltar. Como podemos ver, incluso en este juego, que tira mucho más de GPU, el Ryzen 7 5800X logra una mejora de rendimiento visible, aunque menor, frente al Ryzen 7 1800X.
Sin embargo, lo más interesante es esa sensación de mayor fluidez general que notamos con el Ryzen 7 5800X, que registra picos mínimos más estables, algo que resulta evidente en combates y en escenas con un alto número de NPCs y de elementos en pantalla, especialmente cuando realizamos acciones rápidas y variadas.
Shadow of the Tomb Raider es un juego que tiene una mayor dependencia de la CPU que el anterior, algo que salta a la vista cuando vemos la enorme diferencia que llega a marcar el Ryzen 7 5800X frente al Ryzen 7 1800X, incluso en 1440p, una resolución que normalmente suele reducir el impacto que tiene el procesador en el rendimiento general del sistema.
Como cabía esperar, la tasa mínima de FPS también es mucho más estable con el Ryzen 7 5800X, y esto marca una diferencia enorme. Por ejemplo, en 1440p, el Ryzen 7 5800X registra mínimos de 114 FPS, mientras que el Ryzen 7 1800X logra mínimos de 74 FPS.
Vamos con Gears 5. En esta comparativa hemos utilizado unos ajustes muy exigentes que no suelen ser habituales en otras pruebas de rendimiento. Hemos activado la calidad locura en las opciones disponibles, y la iluminación global con 32 rayos, el nivel máximo.
Como podemos ver, la diferencia a nivel de rendimiento a favor del Ryzen 7 5800X es notable, y también se deja notar en la tasa mínima de fotogramas por segundo, aunque en este caso no he notado tirones importantes con el Ryzen 7 1800X. El salto que marca el chip basado en Zen 3 es considerable, tanto que resulta suficiente para aprovechar de forma óptima un monitor de más de 100 Hz.
Terminamos con DOOM Eternal, un juego que aprovecha bastante bien los procesadores de alto rendimiento, aunque prioriza el IPC sobre el total de núcleos e hilos una vez que llegamos al mínimo óptimo (8 hilos). La diferencia es enorme, sobre todo en 1080p, y confirma que tenemos un cuello de botella notable con el Ryzen 7 1800X.
La tasa de fotogramas por segundo mínimos también son mayores con el Ryzen 7 5800X, aunque en este juego, donde nos movemos en unos valores tan elevados, no son un problema, salgo que estemos utilizando monitores con tasas de refresco altas (más de 144 Hz).
Temperaturas de trabajo: el Ryzen 7 5800X es más potente, y más fresco
Creo que la gráfica adjunta habla por sí sola. El Ryzen 7 5800X, acompañado del kit de refrigeración líquida AIO Corsair iCUE H150i Elite Capellix White, registra unas temperaturas excelentes. De hecho, en algunos títulos, la media llega a caer incluso por debajo de los 50 grados, y se mantiene en valores que rondan entre los 46 y los 48 grados Celsius.
Por su parte, el Ryzen 7 1800X, también logra un resultado bastante bueno, no cabría esperar otra cosa, ya que no hemos hecho overclock, y hemos utilizado un kit de refrigeración líquida de alto rendimiento, el Corsair iCUE H150i Elite Capellix Black.
Quiero aprovechar este apartado para hablar del overclock. Mi conclusión es muy simple, no merece la pena hacer overclock al Ryzen 7 5800X. El modo turbo que ha integrado AMD afina a la perfección el rendimiento, y lleva al chip a unos valores que superan, incluso, los números máximos listados por la compañía de Sunnyvale. Si hacemos overclock, perdemos el empuje del modo turbo al trabajar con un núcleo activo, y la mejora en multihilo es mínima. Como contrapartida, las temperaturas de trabajo se disparan, y el consumo también.
Si tenéis dudas sobre el tema del overclock y el modo turbo, os invito a repasar este artículo donde hablamos, en su momento, de por qué no merece la pena overclockear un Ryzen 3000.
Notas finales: el Ryzen 7 5800X ha devuelto a AMD a lo más alto
Y lo mejor es que no solo lo ha conseguido ofreciendo un alto rendimiento, tanto en monohilo como en multihilo, sino que también ha logrado una alta eficiencia energética (rendimiento por vatio consumido) y unos valores térmicos de primera (muy buenas temperaturas a pesar de su alto rendimiento).
Si tienes un Ryzen 7 1800X y estás pensando actualizar, con el Ryzen 7 5800X notarás un salto muy grande, tanto en juegos como en aplicaciones profesionales. Si tienes una placa base con chipset serie 300, deberás cambiarla, pero esto tiene una ventaja importante, y es que, a cambio, podrás disfrutar del nuevo estándar PCIE Gen4, y de las futuras actualizaciones que permitirán utilizar tecnologías tan interesantes como SAM (Smart Access Memory).
Junto con las mejoras en términos de potencia bruta, que ya he explicado en este artículo, también he notado que, en algunos juegos, los tiempos de carga se reducían con el Ryzen 7 5800X (utilizando un SSD PCIE Gen3 x4). El caso más evidente ha sido DOOM Eternal, donde el tiempo de carga para iniciar el mapa «Supernido Sangriento» bajó de entre 5 y 6 segundos a entre 2 y 3 segundos.
Como puedes ver, el Ryzen 7 5800X es mucho más que un simple aumento de IPC, representa un salto notable frente a la serie Ryzen 3000, y marca un salto enorme frente a la serie Ryzen 1000.
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