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Cinco cosas que no necesitas para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X

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Lo tienes claro, quieres montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X, pero tienes dudas sobre los componentes que debes elegir. Empiezas a buscar información en Internet, y te encuentras con guías contradictoras y con recomendaciones excesivas que solo consiguen dejarte un poco más desorientado de lo que ya estabas. Si te encuentras en esta situación, tranquilo, somos conscientes de esta realidad, y por ello hemos querido compartir con vosotros este artículo, donde os ayudaremos a tomar el camino correcto a la hora de montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X.

Antes de entrar en materia, quiero recordaros algo muy importante que, por desgracia, parece que se nos ha olvidado, y es que un PC a la altura de PS5 no necesita los mismos componentes que otro que pretenda estar al nivel de Xbox Series X. Esto tiene una explicación muy sencilla, y es que la segunda es, en líneas generales, más potente que la primera. Si tienes dudas sobre este tema, te invito a que repases este artículo dedicado a analizar cuál es la consola más potente.

Con esto en mente, tenemos una primera idea clara que debe ser nuestro punto de partida, y es que para montar un PC a la altura de PS5 necesitamos una GPU menos potente que la de Xbox Series X. Sabemos que, como contrapartida, el SSD de PS5 es más rápido, y que solo podemos igualar su velocidad con una unidad PCIE Gen4 x4, pero no es algo imprescindible para disfrutar de una buena experiencia de uso, como veremos más adelante.

Otro pilar básico sobre el que debemos construir ese punto de partida al que hemos hecho referencia es que ambas consolas utilizan una APU, una solución que integra CPU y GPU en el mismo encapsulado, y que esto limita aspectos tan importantes como las frecuencias máximas de trabajo de la CPU, la memoria caché de esta y el pico máximo de frecuencia de la GPU. Todo ello impacta de forma notable en el rendimiento, y hace que no podamos comparar directamente ambos componentes con las versiones de PC de escritorio.

No debemos olvidar, además, que ambas consolas utilizan una arquitectura de memoria unificada, y que tienen recursos reservados al sistema operativo y a las aplicaciones. Esto quiere decir que los desarrolladores de juegos no pueden acceder por completo a los 16 GB de memoria y a los 8 núcleos del procesador, y que por tanto no es estrictamente necesario llegar a esos niveles. Sobre ello profundizaremos también más adelante.

Tras esta breve, pero necesaria introducción, estamos listos para descubrir esas cinco cosas que no necesitamos para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X, por mucho que algunos se empeñen en hacernos creer lo contrario. Como siempre, si tenéis cualquier duda, podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla.

PC a la altura de PS5 y Xbox Series X

Diagrama de una APU Ryzen 4000, donde podemos ver el bloque de CPU Zen 2, que utiliza el mismo esquema que la CPU de PS5 y Xbox Series X.

1.-No necesitas un Ryzen 7 3700X para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X

Es un error de bulto, y bastante grave, que sigue corriendo a lo largo y ancho de Internet. PS5 y Xbox Series X tienen un procesador Zen 2 con 8 núcleos que puede manejar 16 hilos, pero esto no lo coloca directamente al nivel de un Ryzen 7 3700X, y vamos a ver por qué.

Como hemos anticipado, ambas consolas montan un APU, una solución de bajo consumo en la que CPU y GPU comparten encapsulado y tienen que repartirse el TDP. El procesador de PS5 y Xbox Series X utiliza el mismo diseño que las APUs Ryzen 4000, lo que significa que sus ocho núcleos Zen 2 se dividen en dos bloques de cuatro núcleos, y que cada uno dispone de 4 MB de caché L3 (8 MB de caché L3 en total). Su frecuencia de trabajo es, además, inferior a la que podemos encontrar en los Ryzen serie 3000 de escritorio.

El procesador de Xbox Series X funciona a 3,6 GHz cuando maneja 16 hilos, mientras que la versión de PS5 alcanza picos máximos de 3,5 GHz. Por contra, el Ryzen 7 3700X tiene ocho núcleos divididos en dos bloques con 16 MB de caché L3 para cada uno de ellos (32 MB de caché L3 en total), y alcanza frecuencias de 4,2 GHz con todos los núcleos e hilos activos, gracias al modo turbo.

Hemos dicho cosas muy interesantes, ¿pero qué conclusiones debemos sacar de todo esto? En primer lugar, que la CPU de ambas consolas está muy por debajo de un Ryzen 7 3700X, y en segundo lugar que esta queda, en términos de potencia bruta, más bien al nivel de un Ryzen 7 serie 1000 (Zen de primera generación), debido a sus frecuencias y a su reducida cantidad de caché L3.

Por eso no necesitas un Ryzen 7 3700X para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X. Recuerda, además, que Xbox Series X reserva un núcleo a tareas del sistema operativo (es probable que PS5 también), y que en realidad los desarrolladores tienen libres 7 núcleos y 14 hilos para juegos.

PC a la altura de PS5 y Xbox Series X

En esta imagen vemos la APU de PS5. Xbox Series X también monta una APU diseñada por AMD que integra, en el mismo encapsulado, CPU y GPU.

2.-La tarjeta gráfica: no necesitas una RX 6800, ni una RTX 2080 Ti

Dejemos una cosa clara antes de empezar este apartado, y es que, a día  de hoy, no existe una tarjeta gráfica de nueva generación que podamos considerar como una equivalencia directa para montar un PC a la altura de PS5, y tampoco para hacer lo propio apuntando a Xbox Series X. Sin embargo, sí que existen soluciones gráficas de la generación anterior que se sitúan en una posición muy cercana.

Tampoco quiero olvidarme del mito de los TFLOPs. Vamos a olvidarnos de una vez por todas de este dato para valorar de forma fiable y adecuada el rendimiento real de una tarjeta gráfica en juegos, y partamos de valores de rendimiento medios y reales para obtener equivalencias fiables. No digo esto sin motivo, está más que confirmado que los TFLOPs no reflejan el rendimiento real de una tarjeta gráfica en juegos, una realidad que no hará más que ir a peor con la entrada en juego del trazado de rayos y la IA aplicados a juegos.

La GPU de PS5 es, a grandes rasgos, una Radeon RX 6700, ya lo he comentado en otros artículos anteriores. Por contra, la GPU de Xbox Series X no tiene equivalencia directa, así que posiciona a medio camino entre una hipotética Radeon RX 6700 XT y una Radeon RX 6800. Esto ya nos dice algo muy importante, y es que no necesitas una Radeon RX 6800 para montar un PC a la altura de PS5, y tampoco para llegar al nivel de Xbox Series X.

Esa conclusión es, sin embargo, la parte sencilla. La parte complicada viene cuando nos dejamos llevar por los TFLOPs. Podríamos pensar que para montar un PC al nivel de PS5 necesitamos una GPU que alcance los 10,29 TFLOPs en FP32, sin entrar a valorar nada más, pero estaríamos cometiendo, de nuevo, un error muy grave.

Nada mejor que un ejemplo para entender esta realidad. La GPU que utilizan PS5 y Xbox Series X tiene más TFLOPs que una RTX 2060 Super de NVIDIA, que ronda los 7,1 TFLOPs, pero esta última mueve Watch Dogs Legion mucho mejor que ambas consolas, ya que es capaz de mantener más de 30 FPS estables con unos ajustes gráficos similares (superiores en algunos aspectos, como la calidad del trazado de rayos), y sin tener que recurrir a resolución dinámica, es decir, trabajando en 4K nativo. Si queréis más información, no os perdáis el vídeo adjunto.

La conclusión es clara y simple, no necesitamos una tarjeta gráfica de gama alta para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X, y eso que no tenido en cuenta el potencial del DLSS 2.0 de NVIDIA.

3.-Tampoco necesitas ingentes cantidades de memoria RAM: 16 GB es suficiente

Algunos dan por hecho que vamos a necesitar 32 GB de memoria RAM, y francamente, no sé de dónde se sacan esa idea. Como hemos dicho, PS5 y Xbox Series X tienen un total de 16 GB de memoria GDDR6 unificada, lo que significa que dicha memoria se utiliza para dos grandes cosas:

  • Sistema operativo y aplicaciones: una parte de la memoria se reserva en exclusiva. En el caso de Xbox Series X, el total reservado asciende a 2,5 GB, lo que nos deja 13,5 GB libres. Todavía no está confirmado cuánta memoria reserva PS5 a ambos elementos, pero se habla de entre 2 GB y 2,5 GB.
  • Trabaja como RAM y VRAM: no tenemos esa división física que existe en PC entre memoria RAM y memoria gráfica cuando hablamos de PS5 y Xbox Series X, pero la memoria unificada de las consolas tiene que realizar, igualmente, esas tareas. Esto quiere decir que esos 13,5 GB de memoria que tiene disponibles Xbox Series X se utilizan para almacenar los elementos típicos que encontraríamos en la RAM y en la VRAM de un PC. Cada desarrollador puede distribuir, como estime, la memoria disponible.

PS4 y Xbox One tienen 8 GB de memoria unificada, de los cuales quedan libres, aproximadamente, unos 5 GB. Durante un tiempo fue posible jugar a casi todo sin problemas en un PC con 6 GB de RAM, aunque actualmente el mínimo óptimo son 8 GB de RAM. Esto tiene una explicación, y es que la llegada de PS4 Pro, y sobre todo la de Xbox One X, elevó ligeramente los requisitos de algunos títulos.

Para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X nos encontramos, básicamente, en la misma situación. A partir de 12 GB de RAM deberíamos poder jugar sin problemas a las primeras «hornadas» de títulos de nueva generación «de verdad», pero los 16 GB de RAM marcarán ese nuevo «nivel óptimo» que nos permitirá despreocuparnos de este componente por completo durante toda la vida útil de ambas consolas.

En esta imagen podemos ver los chips de memoria gráfica distribuidos alrededor de una GPU.

4.-Olvídate de los 16 GB de memoria gráfica

Ya lo hemos comentado en el apartado anterior, un PC no tiene una arquitectura de memoria unificada, lo que significa que la memoria RAM y la memoria gráfica son independientes, aunque es cierto que la primera puede utilizarse como VRAM en ciertos casos.

Con la llegada de PS4 Pro y Xbox Series X, el consumo de memoria gráfica de los juegos aumentó de forma considerable, tanto que las tarjetas gráficas con 2 GB de memoria quedaron en una posición complicada, y los modelos con 4 GB de memoria gráfica se convirtieron en el nuevo estándar para jugar en condiciones óptimas con resoluciones 1080p y 1440p, principalmente.

El lanzamiento de PS5 y Xbox Series X, y los errores de concepto que pululan sobre las configuraciones de memoria unificada, han dado forma a un mito que asegura que vamos a necesitar 16 GB de memoria gráfica para montar un PC a la altura de PS5 y de Xbox Series X. Obviamente es una locura para cualquier usuario mínimamente experimentado, pero aquellos con menos conocimientos se han dejado llevar por esta falacia.

No es cierto, ninguna de las dos consolas cuenta con 16 GB de memoria gráfica. Suman, como hemos visto, 16 GB de memoria unificada, de los cuales solo quedan libres unos 13,5 GB, que deben realizar el trabajo que desempeñan, en PC, la RAM y la VRAM.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que hablamos de un PC a la altura de PS5 y de Xbox Series X, y que sea capaz, por tanto, de mover los juegos con la misma configuración que ambas consolas. Las primeras pruebas confirman que PS5 y Xbox Series X siguen tirando de resolución dinámica en la mayoría de los casos, es decir, se mueven entre 1440p y 2160p, manteniendo un nivel de calidad que equivale, con muchos matices, a un nivel medio-alto frente al PC. Con esto en mente, la conclusión es clara: 8 GB de memoria gráfica son más que suficiente.

Con todo, tened en cuenta que no podemos descartar la posibilidad de que tanto Sony como Microsoft acaben lanzando una renovación intergeneracional, es decir, una PS5 Pro y una Xbox Series X más potente. Si esto ocurre, puede que el mínimo óptimo de memoria gráfica aumente, pero ya no estaríamos hablando de cuánta memoria gráfica necesitaríamos para montar un PC a la altura de PS5 y Xbox Series X, sino de un equipo al nivel de PS5 Pro y de esa nueva Xbox Series X.

Un SSD como el Corsair MP400 sería más que suficiente para superar el rendimiento que ofrece la unidad de Xbox Series X.

5.-Un SSD será fundamental, pero no tienes que estar a la última

Es un tema polémico, pero la verdad es que en el fondo se puede zanjar con bastante rapidez. Si queremos montar un PC a la altura de PS5, en el sentido más estricto posible, necesitamos un SSD PCIE Gen4 x4 que ronde los 5,5 GB/s, mientras que en el caso de que apuntemos a Xbox Series X nos basta con un SSD PCIE Gen3 x4 a 2,4 GB/s.

La realidad es esa, ¿pero a qué renunciamos si montamos un SSD más lento? Lo primero que quiero dejar claro es que incluso pasando de un HDD a un SSD SATA III que ronde los 500 MB/s vamos a notar un salto enorme, tanto como pasar de la noche al día. Ese salto se reduce de forma considerable conforme nos vamos moviendo a unidades más potentes, lo que significa que la mejora que obtenemos es cada vez menor, pero el gasto aumenta.

A día de hoy, la diferencia entre un SSD SATA III a 520 MB/s y un SSD PCIE Gen3 x4 a 3,5 GB/s es de unos pocos segundos. Por ejemplo, Cyberpunk 2077 registra medias de menos de 10 segundos en las pantallas de carga con un SSD PCIE Gen3 x4, ronda los 11 segundos en un SSD SATA III, y supera los 30 segundos en un HDD a 7.200 RPM. El salto importante está, como vemos, en pasar de un HDD a un SSD.

Con esto claro, quiero explicaros por qué hay una diferencia tan pequeña entre un SSD SATA III y uno PCIE. La clave está en la optimización y en el mínimo denominador común. Nos encontramos en un momento de transición donde los desarrolladores todavía tienen que crear juegos para PS4 y Xbox One, dos consolas que utilizan HDDs a 5.400 RPM, y donde todavía no se aprovechan de verdad las unidades SSD PCIE.

La llegada de la nueva generación de consolas supondrá la transición definitiva al SSD de alto rendimiento, pero Xbox Series X será el mínimo común denominador, es decir, los desarrolladores partirán de la unidad de almacenamiento más lenta, y en este caso funciona a 2,4 GB/s. Los títulos exclusivos de PS5 estarán desarrollados para aprovechar al máximo su SSD, que funciona a 5,5 GB/s, pero estos representarán una mínima parte del total de juegos de nueva generación que veremos en los próximos años.

Mi conclusión en este sentido es muy clara, no necesitaremos contar con un SSD PCIE de última generación a 5,5 GB/s o más para disfrutar de una buena experiencia con juegos de nueva generación.

Si todavía tienes dudas, te recomiendo que eches un vistazo a este artículo que publicamos el pasado mes de octubre, dedicado a analizar en profundidad todo lo que necesitará un PC para sobrevivir a PS5 y Xbox Series X.

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