Análisis
GeForce RTX 3060 Ti, análisis: una gama media con aires de gama alta
La GeForce RTX 3060 Ti es una tarjeta gráfica que podemos considerar como la sucesora espiritual de la GeForce RTX 2060 Super, un modelo que posicionó, en su momento, dentro de la gama media-alta, ya que ofrecía un rendimiento superior al de la RTX 2060, pero quedaba un poco por debajo de la RTX 2070.
Con la GeForce RTX 3060 Ti, NVIDIA ha repetido el mismo planteamiento, y ha dado forma a una solución gráfica que no encaja directamente en la gama alta, ya que posiciona un poco por detrás de la GeForce RTX 3070, pero al mismo tiempo tampoco podemos considerarla como de gama media, ya que es capaz de ofrecer un nivel de rendimiento tan bueno que juega en la misma liga que la RTX 2080 Super.
En efecto, la GeForce RTX 3060 Ti rinde prácticamente al mismo nivel que la segunda tarjeta gráfica más potente de la generación Turing de NVIDIA, todo un logro que no hace más que confirmar, una vez más, el enorme salto generacional que el gigante verde ha dado con la arquitectura Ampere, y que no se ha limitado al rendimiento bruto, sino que también se ha extendido al rendimiento en trazado de rayos e inteligencia artificial.
La GeForce RTX 2080 Super es una tarjeta gráfica muy potente, tanto que puede mover juegos en resolución 4K y 60 FPS si ajustamos un poco los niveles de calidad gráfica. Si bajamos la resolución a 1440p, tenemos una tarjeta gráfica que era perfecta para acompañar a monitores con altas tasas de refresco, ya que es capaz de mantener tasas elevadas de fotogramas por segundo, incluso con calidades máximas.
Ese resumen que hemos hecho del rendimiento de la RTX 2080 Super nos permite partir con una idea aproximada de lo que podemos esperar de la GeForce RTX 3060 Ti, aunque antes de entrar a ver los resultados de las pruebas de rendimiento vamos a echar un vistazo al diseño de la tarjeta, a su calidad de construcción, a sus especificaciones y a sus claves más importantes a nivel de arquitectura.
GeForce RTX 3060 Ti: diseño y calidad de construcción
Nada más sacar la GeForce RTX 3060 Ti de la caja no pude evitar tener un «déjà vu», y es que este modelo utiliza el mismo sistema de refrigeración que vimos en el análisis de la GeForce RTX 3070, y mantiene también el diseño y la calidad de construcción de aquella. Esto es, sin duda, muy positivo, ya que quiere decir que nos encontramos con un acabado premium y con un sistema de disipación que podrá mantener bajo control las temperaturas de trabajo de esta tarjeta gráfica sin ningún tipo de problema.
La GeForce RTX 3060 Ti ocupa dos ranuras de expansión, monta un enorme radiador sobre el que se asientan dos ventiladores y cuenta con una placa metálica en la parte trasera que aporta rigidez al PCB y ayuda a reducir las temperaturas de trabajo. En la mitad superior de la parte trasera tenemos un pequeño espacio para mejorar el flujo de aire, como ocurría con la GeForce RTX 3070.
Esta tarjeta no cuenta con iluminación LED, al igual que su hermana mayor, y mantiene también el conector de 12 pines situado en la parte central de uno de sus laterales. No tenemos que preocuparnos por el conector de 12 pines, ya que este modelo viene con un adaptador que nos permitirá conectar dos cables de 8 pines. Dicho adaptador solo tiene 6 pines funcionales del total de 12, como ocurría con el adaptador incluido con la RTX 3070.
Tanto por diseño como por calidad de construcción la GeForce RTX 3060 Ti raya a un nivel propio de la gama alta, y las sensaciones que transmite cuando la cogemos son muy buenas. Ya lo dije en su momento y me reitero, los diseños Founders Edition de las RTX 30 son los mejores que ha creado NVIDIA hasta el momento, y no solo por cuestiones de estética, sino también por la calidad que desprenden todos los materiales utilizados. En todas las generaciones anteriores, incluida la serie RTX 20, sentía una clara predilección por los diseños personalizados, pero con la serie RTX 30 mi opinión ha cambiado por completo.
Antes de seguir me gustaría hacer un poco de memoria sobre este tema. Antes de la llegada de las GeForce RTX serie 20, los diseños de referencia de NVIDIA tenían dos problemas importantes. El primero se encontraba en la calidad de los materiales utilizados, que no estaban a la altura de las soluciones personalizadas de la mayoría de las ensambladoras, y el segundo lo teníamos en el sistema de refrigeración, basado que un ventilador de turbina que, salvo contadas excepciones, era ruidoso y poco efectivo, lo que se traducía en temperaturas elevadas.
Con las GeForce RTX serie 20, NVIDIA dio un giro de 180 grados y nos sorprendió con una edición Founders Edition que, por primera vez, podía competir de verdad con los modelos personalizados «premium» de cualquier ensambladora, tanto por calidad de construcción como por disipación, una realidad que la compañía ha sabido llevar a otro nivel con las RTX serie 30. Como curiosidad, es interesante destacar que NVIDIA ha reservado el color dorado «achampanado» para sus gráficas más potentes, RTX 3070 y superiores, ya que la GeForce RTX 3060 Ti viene rematada en color plateado.
Ya lo comenté en su momento cuando analicé la GeForce RTX 3080, una tarjeta gráfica que tiene uno de los mejores diseños que he tenido la oportunidad de ver hasta el momento en el sector gráfico, y lo mismo aplica a las GeForce RTX 3070 y GeForce RTX 3060 Ti, que comparten diseño, calidad de acabados y sistema de refrigeración. Ya no hay motivos para evitar los diseños Founders Edition, de hecho ocurre todo lo contrario.
Un vistazo a la arquitectura: Ampere y el desafío del trazado de rayos
La presentación de la arquitectura Ampere fue toda una sorpresa. Tenía claro que NVIDIA iba a partir de la misma base que vimos en Turing, es decir, de una GPU dividida en varios bloques de núcleos especializados en determinadas cargas de trabajo, pero no me esperaba un rediseño tan profundo a nivel de unidad SM (streaming multiprocessors).
Turing parte de una división simple: 64 shaders, cuatro unidades de texturizado, un núcleo RT y ocho núcleos tensor por cada unidad SM. Así, una GeForce RTX 2080 Super, por ejemplo, tiene 48 unidades SM, lo que nos deja 3.072 shaders, 192 unidades de texturizado, 384 núcleos tensor y 48 núcleos RT.
La arquitectura Ampere adopta un diseño distinto a nivel de silicio, aunque mantiene la especialización a través de esos diferentes bloques de núcleos. Así se divide una unidad SM basada en Ampere: 128 shaders, cuatro unidades de texturizado, cuatro núcleos tensor y un núcleo RT. Debido a ese cambio, la GeForce RTX 3060 Ti, que cuenta con 38 unidades SM, suma 4.864 shaders, 152 unidades de texturizado, 152 núcleos tensor y 38 núcleos RT.
NVIDIA ha doblado los motores de sombreado al pasar de 64 shaders por unidad SM a 128 shaders. También ha reducido la cantidad de núcleos tensor, pero ha compensado ese movimiento con el salto a núcleos tensor de tercera generación, un movimiento que, como veremos más adelante, ha permitido aumentar de forma exponencial la potencia bruta. Se mantiene la relación de unidades de texturizado y de núcleos RT, pero estos son de segunda generación, lo que se traduce en un mayor rendimiento.
Como cabía esperar, también se han rediseñado los motores de geometría para compensar ese aumento de shaders por cada SM activa. Esto hace que la GeForce RTX 3060 Ti cuente con 80 unidades de rasterizado, mientras que la RTX 2080 Super solo trae 64 unidades de rasterizado. A efectos comparativos, una RTX 2080 Ti suma 4.352 shaders y 88 unidades de rasterizado, dos núcleos que nos permiten entender sin esfuerzo por qué decimos que Ampere ha sido una gran sorpresa.
La mejora a nivel de hardware ha sido enorme, pero gracias a las optimizaciones que ha introducido NVIDIA en la arquitectura Ampere, y al paso del proceso de 12 nm al de 8 nm, la GeForce RTX 3060 Ti solo ha elevado en 25 vatios el TGP frente a la RTX 2060 Super (175 vatios frente a 200 vatios). Es otro tema que también tuve la ocasión de tocar en el análisis de la GeForce RTX 3080, el importante avance que había logrado NVIDIA en rendimiento por vatio frente a Turing, una realidad que, como podemos ver, se ha repetido con la GeForce RTX 3060 Ti, tal y como cabía esperar.
El salto generacional que marca la GeForce RTX 3060 Ti frente a la RTX 2060 Super es muy marcado, tanto que la primera juega, como hemos dicho, en la liga de la RTX 2080 Super. Si echamos un vistazo a los valores de rendimiento en bruto podemos ver mucho mejor esta realidad:
- Potencia a nivel de shaders: 16,2 TFLOPs en la GeForce RTX 3060 Ti, 7,2 TFLOPs en la GeForce RTX 2060 Super.
- Potencia a nivel de trazado de rayos: 31,6 TFLOPs en la GeForce RTX 3060 Ti, 21,7 TFLOPs en la GeForce RTX 2060 Super.
- Potencia a nivel de núcleos tensor: 129,6 TFLOPs en la GeForce RTX 3060 Ti, 57,4 TFLOPs en la GeForce RTX 2060 Super.
A todo lo que hemos dicho debemos sumar, además, los cambios introducidos a nivel de caché (Ampere dobla el ancho de banda y aumenta la cantidad total), la capacidad de trabajar de forma concurrente con operaciones INT32 y FP32 en la mitad de sus shaders, y la introducción de un nuevo elemento en los núcleos RT.
El soporte de operaciones INT32 y FP32 de forma concurrente tiene un impacto muy positivo en el rendimiento de aplicaciones con cargas gráficas intensivas (como juegos), así como en herramientas y algoritmos que dependen en gran medida de operaciones de precisión simple, y el trazado de rayos no es una excepción. Como sabrán algunos de nuestros lectores esta tecnología es muy exigente a nivel de hardware porque representa una carga de trabajo enorme que, a grandes rasgos, se divide en cuatro grandes fases:
- Creación de una imagen fácil de interpretar con todos los elementos de la escena que estarán sujetos al trazado de rayos. A mayor geometría y objetos, más alta será la carga de trabajo.
- El segundo paso implica el lanzamiento de rayos sobre todos los elementos que conforman esa imagen, y que se encuentran integrados en lo que se conoce como una caja. Si el rayo impacta en la caja, se considera un acierto, si no, se marca como fallo. Es evidente que cuantos más rayos utilicemos mayor será la carga de trabajo, pero esta también se verá afectada por otros aspectos, como la cantidad de objetos sobre los que deba rebotar y la distancia a la que se produzcan.
- Pasamos al tercer paso, que supone aplicar color y sombreado a los aciertos registrados durante el proceso anterior. A más aciertos, mayor carga de trabajo, y lo mismo ocurre si la complejidad del sombreado es muy elevada.
- El último paso se utiliza para pulir el resultado del anterior y eliminar los defectos que puedan haberse producido, como el ruido, por ejemplo. Esto nos deja una imagen más limpia y detallada, pero aumenta la carga de trabajo de forma notable.
Cada paso consume muchos recursos y añade, además, latencia al tiempo de producción de cada fotograma por segundo, así que hay que tener mucho cuidado a la hora de afrontar el trazado de rayos para evitar no solo problemas de rendimiento, sino también latencias elevadas en la producción de fotogramas que podrían derivar en tirones, «tearing» (ruptura de la pantalla por una tasa irregular de fotogramas) y «stuttering» (falta de fluidez en la imagen aunque mantengamos más de 60 FPS por la pérdida de sincronización en la representación de fotogramas).
Para afrontar la problemática del trazado de rayos, NVIDIA apostó por la especialización a través de los núcleos RT, un componente que ha dado el salto a la segunda generación en la arquitectura Ampere, y que mejora hasta en un 70% el rendimiento frente a los núcleos de primera generación. Estos parten de la misma base, es decir, de las pruebas de intersecciones transversales BVH que determinan si un rayo acierta o falla, pero se dividen en tres subgrupos:
- Intersecciones rayo-triángulo.
- Intersecciones delimitadoras de cuadro.
- Interpolación de la posición del triángulo en el tiempo.
Cuando los núcleos RT completan su trabajo, la carga gráfica pasa a la tercera fase, es decir, a la aplicación del color y del sombreado, y cerraríamos con la reducción del ruido para mejorar la calidad de la imagen.
El trabajo que añade el trazado de rayos depende, obviamente, de la resolución (a más píxeles en la imagen, mayor impacto en el rendimiento), pero también de la cantidad de rayos generados, de la complejidad de la geometría de la escena, de la calidad del sombreador y de la resolución final (es posible mostrar reflejos y sombras generadas con trazado de rayos a menor resolución para mejorar el rendimiento).
Sé que nuestros lectores más avanzados ya tenían claro cómo funcionaba el trazado de rayos, pero para aquellos que no he querido compartir esa sencilla explicación que, casi con total seguridad, os ayudará a comprender definitivamente todas las claves que rodean a dicha tecnología.
DLSS 2.0: no es magia, es inteligencia artificial
Estoy convencido de que los más eruditos me dirán que ambas cosas son lo mismo. Bromas aparte, lo cierto es que podríamos embarcarnos en una discusión apasionante, pero no es el momento ni el lugar para ello.
Los núcleos tensor son otro de los frutos que ha dado esa apuesta de NVIDIA por la especialización a nivel de silicio, y sin duda es uno de los más importantes por todo el valor que ofrecen. No exagero, la tecnología DLSS tuvo un arranque para olvidar, eso lo tengo claro, pero con DLSS 2.0 los de verde dieron un golpe de efecto enorme y demostraron que no se habían equivocado de objetivo, solo habían errado el primer disparo.
De todos los juegos compatibles con DLSS 2.0 que existen a día de hoy los que mejor han implementado dicha tecnología son, sin duda, Wolfenstein Youngblood, Control, Death Stranding, Call Of Duty: Black Ops Cold War y Watch Dogs Legion. La calidad gráfica que ofrecen es tan buena que no solo igualan a la resolución nativa, sino que en algunos casos la superan, como vimos en este artículo dedicado a analizar el efecto del DLSS 2.0 en Death Stranding.
La GeForce RTX 3060 Ti dispone de núcleos tensor dedicados a cargas de trabajo asociadas a la inteligencia artificial, y gracias a ello es compatible con DLSS 2.0. Esta tecnología es una técnica de reescalado inteligente que se apoya en un sistema de inteligencia artificial, que ha sido entrenado para desarrollar una serie de algoritmos que permiten crear una imagen de alta calidad combinando varias imágenes con una resolución inferior a la que tenemos marcada como objetivo.
DLSS 2.0 no se limita a pegar imágenes para reconstruir una imagen tirando de efectos de filtrado temporal, lo que hace es partir de una resolución de terminada (entre un 50% y un 67% del total de píxeles objetivo) y combinar varias imágenes para conseguir la mejor imagen posible. El proceso de elección de dichas imágenes, y su combinación, representa el trabajo clave que realiza la inteligencia artificial. Así, por ejemplo, es capaz de crear una imagen 4K, nada menos que 8.294.000 de píxeles, con una calidad idéntica a la resolución nativa partiendo de una resolución 1080p, que equivale a 2.073.600 píxeles, en unos pocos milisegundos.
¿El resultado? Pues es impresionante. En muchos casos el rendimiento llega a doblarse, y la calidad de imagen se mantiene al mismo nivel que tendríamos con la resolución nativa objetivo, siempre que configuremos el DLSS 2.0 en modo equilibrado. Cuando lo configuramos en modo rendimiento, la calidad de imagen puede reducirse un poco frente a su equivalente en resolución nativa, pero a cambio el rendimiento mejora todavía más.
Gracias a la tecnología DLSS 2.0, una tarjeta gráfica de gama media como la RTX 2060, que tiene un precio medio de 300 euros, es capaz de ejecutar juegos de última hornada en 4K con calidades máximas o muy altas y de mantener 60 FPS estables. Impresionante, como dije en su momento, y sin duda uno de los avances recientes más importantes de NVIDIA.
Está confirmado que Cyberpunk 2077, uno de los lanzamientos triple A más importantes del año, será compatible con DLSS 2.0, y podemos esperar que buena parte de los lanzamientos más importantes de 2021 también sean compatibles con dicha tecnología.
GeForce RTX 3060 Ti: especificaciones
- Núcleo gráfico GA104 en 8 nm.
- 4.864 shaders a 1.410 MHz-1.665 MHz.
- 152 unidades de texturizado.
- 80 unidades de rasterizado.
- 152 núcleos tensor.
- 38 núcleos RT.
- 16,20 TFLOPs de potencia en FP32.
- 8 GB de GDDR6 a 14 GHz.
- Bus de 256 bits.
- TGP de 200 vatios.
- Requiere un conector de 12 pines y una fuente de 600 vatios.
- Precio de lanzamiento: 419,95 euros.
La GeForce RTX 3060 Ti es compatible, además, con todas las tecnologías que ha introducido NVIDIA con el anuncio de la serie RTX 30, incluyendo:
- NVIDIA Reflex: reduce la latencia en juegos competitivos y mejora los tiempos de respuesta con monitores de alta tasa de refresco.
- RTX IO: utiliza la GPU para acelerar la carga de trabajo que se produce por la descompresión de datos provenientes de un SSD PCIE, reduciendo al mínimo el consumo de CPU.
- NVIDIA Broadcast: pensado para los amantes del streaming. Utiliza la inteligencia artificial, y los núcleos tensor, para disfrutar de funciones interesantes, como la reducción de ruido y diversos efectos.
Por lo que respecta a conectividad y multimedia, la GeForce RTX 3060 Ti cuenta con tres conectores DisplayPort 1.4a y un conector HDMI 2.1, lo que significa que podemos alcanzar una resolución máxima 8K y 60 Hz con HDR activado, o reducir a 4K y mantener una tasa de 120 Hz, gracias al aumento del ancho de banda que brinda el conector HDMI 2.1 frente al HDMI 2.0b, que sube desde los 18 Gbps hasta los 48 Gbps.
Como ya os contamos en su momento al analizar las GeForce RTX 3080 y RTX 3070, la GeForce RTX 3060 Ti integra decodificación AV1 – AV1 (AOMedia Video 1), un estándar de compresión que reduce hasta en un 55% el tamaño de un archivo (comparado con el códec H.265) HEV sin que se produzca una pérdida de calidad evidente, y es compatible con los códecs H.264, HEVC y VP9.
Para que podáis comparar de forma directa os dejo, además, las especificaciones de las GeForce RTX 2060 Super y RTX 2080 Super de NVIDIA. Recordad que la GeForce RTX 3060 Ti es la sucesora directa de la primera, aunque por rendimiento compite directamente con la segunda, como os hemos comentado al principio del análisis.
GeForce RTX 2060 Super
- Núcleo gráfico TU106 en 12 nm.
- 2.176 shaders a a 1.470 MHz-1.650 MHz, modo normal y turbo.
- 136 unidades de texturizado.
- 64 unidades de rasterizado.
- Bus de 256 bits.
- 8 GB de GDDR6 a 14 GHz.
- 34 núcleos RT.
- 272 núcleos tensor.
- TDP de 175 vatios, requiere una fuente de alimentación de 550 vatios con un conector de 8 pines y 32A.
- Precio de lanzamiento: 439 euros.
GeForce RTX 2080 Super
- Núcleo gráfico TU104 en 12 nm.
- 3.072 shaders a 1.650 MHz-1.815 MHz.
- 192 unidades de texturizado.
- 64 unidades de rasterizado.
- 48 núcleos RT.
- 384 núcleos tensor.
- Bus de 256 bits.
- 8 GB de GDDR6 a 15,5 GHz efectivos.
- TDP de 250 vatios. Requiere un conector de 8 pines y otro de 6 pines y una fuente de 600 vatios con 35A.
- Precio de lanzamiento: 759 euros.
Configuración del equipo de pruebas
- Procesador Ryzen 9 3900X con 12 núcleos y 24 hilos a 3,8 GHz-4,4 GHz.
- 32 GB (4 x 8 GB) de RAM Corsair Dominator Platinum RGB DDR4 a 3.200 MHz (CL16).
- Placa base GIGABYTE AORUS GA-AX370-GAMING 5.
- Sistema de refrigeración Corsair iCUE H150i Elite Capellix.
- Tarjeta gráfica RTX 3060 Ti Founders Edition con 8 GB de GDDR6.
- SSD Samsung Evo 850 de 500 GB (sistema operativo).
- SSD PCIE NVMe Corsair MP400 de 4 TB.
- SHDD Seagate de 2 TB con 8 GB de SSD como caché.
- Windows 10 Pro de 64 bits.
- Fuente de alimentación Corsair AX1000 80 Plus Titanium con certificación 80 Plus Titanio.
GeForce RTX 3060 Ti: rendimiento en juegos (rasterización)
Como podemos ver en las gráficas adjuntas, la GeForce RTX 3060 Ti cumple sus dos grandes objetivos, ya que supera a la GeForce RTX 2060 Super de una manera contundente, y también se impone, aunque de una manera menos abultada, a la RTX 2080 Super.
Si os fijáis en el rendimiento que ofrece la GeForce RTX 3060 Ti en resolución 1440p os daréis cuenta de que es una tarjeta gráfica capaz de mover cualquier juego actual en dicha resolución, con calidad máxima y manteniendo una fluidez absoluta. Esto la convierte en una buena opción para aprovechar monitores QHD de más de 60 Hz, pero su rendimiento en 4K también es digno de mención.
La RTX 2080 Super nació como una alternativa económica a la RTX 2080 Ti para todos aquellos que querían jugar en 4K con fluidez sin tener que hacer una inversión enorme, y dado que la GeForce RTX 3060 Ti es un poco (alrededor de un 5% de media) más potente que esta, la conclusión es clara, con la GeForce RTX 3060 Ti podemos jugar también en 4K con calidad máxima manteniendo una fluidez buena en la mayoría de los casos.
En caso de que no nos importe reducir un poco la calidad gráfica, la GeForce RTX 3060 Ti nos permitirá disfrutar de una fluidez fantástica incluso en 4K. Creo que la conclusión está bastante clara, la GeForce RTX 3060 Ti representa un valor estupendo en relación precio-rendimiento, ya que rinde más que la RTX 2080 Super y cuesta mucho menos dinero (419,95 euros frente a 749 euros).
No quiero terminar este apartado sin hacer una mención a las frecuencias de trabajo y al overclock. La GeForce RTX 3060 Ti utiliza el modo turbo para ajustar automáticamente las frecuencias de trabajo en función de la temperatura y de la carga que deba afrontar. Durante mis pruebas he registrado valores máximos de 1.980 MHz en la GPU, una media estable de 1.885 MHz y mínimos de 1.875 MHz.
Por lo que respecta al overclock, en esta unidad ha sido posible subir la GPU en 75 MHz más, y las memorias a 16 GHz efectivos (pude llegar a 16,6 GHz, pero daba problemas de estabilidad intolerables para un uso normal). No es mucho, y como habréis podido imaginar la diferencia de rendimiento es bastante pequeña (alrededor de un 6% más, a costa de un 10%-12% más de consumo).
GeForce RTX 3060 Ti: rendimiento con trazado de rayos y DLSS
Pasamos ahora a ver el rendimiento en trazado de rayos con y sin DLSS activado. La GeForce RTX 3060 Ti vuelve a dejar claro que representa un salto enorme frente a la RTX 2060 Super, tanto que consigue resultados perfectamente jugables en casos en los que la RTX 2060 Super se hundía por debajo de los 30 fotogramas por segundos.
Mención especial merece Metro Exodus, donde la RTX 2060 Super logra una media de 19 FPS con trazado de rayos en 4K y DLSS desactivado, mientras que la GeForce RTX 3060 Ti consigue superar los 30 fotogramas por segundo.
Por lo que respecta al DLSS, creo que las gráficas hablan por sí mismas. Como ya he dicho en otras ocasiones, estamos ante una tecnología impresionante, capaz de marcar, por sí sola, una diferencia enorme, tanto que en algunos casos llega casi a doblar el rendimiento. Control es el mejor ejemplo, pero la ganancia que conseguimos en Watch Dogs Legion (DLSS 2.0 en modo calidad) también es fantástica, y sin sacrificar calidad de imagen.
En líneas generales, la GeForce RTX 3060 Ti es una tarjeta gráfica perfecta para jugar en 1080p y 1440p con trazado de rayos activado con un buen nivel de fluidez. Si activamos DLSS 2.0 la fluidez mejora tanto que es frecuente rondar medias de 60 FPS incluso con calidades máximas, salvo contadas excepciones.
GeForce RTX 3060 Ti: temperaturas y consumo
La GeForce RTX 3060 Ti ofrece una eficiencia realmente buena. Su rendimiento por vatio consumido supera a la RTX 2060 Super, ya que esta registra picos de consumo de hasta 185 vatios y rinde, como hemos visto, mucho menos que la nueva solución gráfica de NVIDIA basada en Ampere.
Si la comparamos con la RTX 2080 Super la conclusión que podemos sacar es exactamente la misma, puesto que esta tiene picos de 245 vatios y sin embargo es menos potente que la GeForce RTX 3060 Ti. Ampere es mucho más que potencia bruta, es valor precio-rendimiento, y eficiencia.
En cuanto a las temperaturas, no hay sorpresas. En general la GeForce RTX 3060 Ti se mueve en los mismos niveles que la GeForce RTX 3070, algo comprensible ya que, como anticipamos, utiliza el mismo sistema de refrigeración y posiciona solo un escalón por debajo de aquella. A plena carga, y tras una hora de uso, las temperaturas se estabilizan entre los 72 y los 73 grados.
GeForce RTX 3060 Ti: notas finales
La GeForce RTX 3060 ti representa un salto enorme frente a la RTX 2060 Super, tanto que, de hecho, logra superar sin problemas a la RTX 2080 Super, y se perfila como una de las mejores tarjetas gráficas en valor precio-prestaciones que ha lanzado NVIDIA a día de hoy. Recomendable, sobre todo para jugar en 1440p con calidad máxima y trazado de rayos, o en 4K sin trazado de rayos, haciendo una inversión moderada.
Si tienes pensado jugar en resolución 4K no te preocupes, la GeForce RTX 3060 Ti también se muestra muy capaz moviendo juegos a dicha resolución, y puede hacer frente al trazado de rayos a pesar del alto conteo de píxeles que representa dicha resolución si activamos la tecnología DLSS de NVIDIA, un reescalado inteligente que, cuando se configura en modo equilibrado o en modo calidad, mantiene una calidad de imagen soberbia, y mejora el rendimiento entre un 50% y un 100%, dependiendo de cada juego en concreto.
¿Debería comprar una RTX 3060 Ti o una RTX 3070? Sé que muchos de vosotros os habréis hecho esa pregunta. Por los resultados que he obtenido, puedo concluir que la GeForce RTX 3060 Ti es entre un 11% y un 15% más lenta que la RTX 3070 en 1440p y un 14% (de media) en 4K, mantiene la misma calidad de construcción, el mismo diseño y las mismas funciones avanzadas que aquella, y cuesta alrededor de 100 euros menos.
En relación rendimiento por euro invertido, la GeForce RTX 3060 Ti ofrece un valor superior y es, por tanto, una compra más interesante bajo esa perspectiva, pero si vas a jugar en 4K y quieres activar el trazado de rayos sin tener que depender siempre del DLSS tenlo claro, tu mejor opción a día de hoy, en relación precio-prestaciones, es la RTX 3080.
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