Análisis
Análisis Amazon Echo (2020): más potencia, más conectividad
Con un cambio casi radical. Así se presenta la cuarta generación de dispositivos Amazon Echo, que por primera vez abandonan su clásica forma cilíndrica, para apostar por la esfera. Seis años después de lanzar el Amazon Echo original y según indica la propia Amazon, tras haber conseguido vender millones de dispositivos en todas sus variedades, la compañía de Jeff Bezos pone en nuestras manos un Echo completamente diferente.
Disponible en tres colores diferentes (azul grisáceo, antracita y blanco), su nueva forma geométrica obliga a cambiar la forma en la que tradicionalmente ha situado los botones, que ahora se muestran más integrado en la tela que recubre el cuerpo. En la parte superior encontramos así los botones de subir y bajar volumen, el encendido y apagado de micrófonos y un nuevo botón de «Acción» que permite conversar con el asistente sin tener que pronunciar la «palabra mágica» Alexa. El anillo de luz se ha trasladado a la parte inferior del dispositivo y en la parte trasera, junto al alimentador, se conserva el jack de audio de 3,5 mm.
Dicho lo cual, llega la gran pregunta: si ya tenéis un Echo en casa, ¿merece la pena el cambio? Depende. Si lo que más valoráis es el poder mantener una «conversación» con Alexa, probablemente no. Recordemos que el asistente inteligente de Amazon no está «atado» a un dispositivo concreto. Es tan «buena» o tan «mala» contestando preguntas y realizando tareas desde la primera hasta la última generación de altavoces de la marca.
Pero si lo que os interesa es la calidad del altavoz, la respuesta se complica algo más. Con la presentación el año pasado del Echo Studio, Amazon conseguía el año pasado posicionar uno de los mejores altavoces, inteligentes o no inteligentes, del mercado. Así que los audiófilos que no querían las complicaciones de tener que adquirir un equipo dedicado lo tenían realmente sencillo: invertir poco más de 200 euros y conseguir un altavoz estupendo.
Al mismo tiempo, el más pequeño de la gama , el Amazon Echo Dot (que también ha sido presentado en un nuevo formato redondeado) ha ido ganando adeptos, convirtiéndose en la opción preferida tanto para aquellos que simplemente querían un primer contacto con Alexa, como por aquellos que lo adquirían para emparejarlo con algún equipo que tuviesen en casa. El Echo original había pasado si no a quedarse entonces en tierra de nadie, si en ser tal vez el dispositivo menos diferencial de toda la gama. Ahora en esta cuarta generación, Amazon quiere cambiar todo eso. Veamos cuáles son sus argumentos.
Amazon Echo nunca ha sonado tan bien
Amazon Echo nunca ha tenido entre sus objetivos sustituir un equipo de audio HiFi (y solo en ciertos aspectos podría hacerlo el Amazon Echo Studio) pero lo cierto es que se desempeñaba correctamente en espacios pequeños. Ahora sin embargo quiere más y los ingenieros de Amazon han renovado por completo las tripas de Echo para ponerlo a la altura de otros altavoces inalámbricos bastante más caros, como puede ser el caso del Sonos One.
En primer lugar, merece la pena destacar cómo ha crecido en potencia. Lo nuevo de Amazon no sólo supera con claridad a altavoces con los que compite directamente, caso del nuevo Google Nest Audio, sino que como indican algunas pruebas externas, su volumen máximo es equivalente al 85% del Google Nest Max, lo cual no está nada mal.
El salto de calidad sin embargo lo encontramos tanto en su nuevo woofer de neodimio, que crece hasta los 76,2 mm como en sus dos tweeters, que llegan hasta los 20 mm. Gracias a esto consiguen que tanto bajos, como tonos medio-bajos ganen en cuerpo y tengan menos distorsión en volúmenes altos. Con respecto a la generación anterior, el sonido de este Echo resulta en este sentido menos «enlatado» y por los cien euros que cuesta, difícilmente vamos a encontrar un altavoz que ofrezca una mejor experiencia sonora.
Por otro lado, Amazon asegura que su nuevo dispositivo incluye su tecnología «adaptative sound» que teóricamente adapta el sonido al tamaño y las características del espacio en el que se encuentre. Si lo dicen en Amazon alguna razón tendrán, pero lo cierto es que nosotros no hemos podido detectar grandes diferencias al probarlo en distintas estancias.
Otro punto a tener en cuenta es que en esta generación cambia la forma en la que se proyecta el sonido. Si en cilindro original, el sonido tenía un ángulo de proyección de 360º, pensado para que Echo se situase en el medio de una habitación, en este caso encontramos un sonido mucho más direccional, en modo de proyección directa de 45º en su parte frontal. Si contamos con dos unidades, podemos por primera vez emparejarlos formando un «equipo Stereo» y si además, contamos con un Amazon Fire TV podremos crear nuestro propio sistema de cine en casa.
Finalmente, Amazon afirma que a diferencia de las generaciones anteriores, tiene soporte para Dolby Audio, aunque no para Dolby Atmos, que queda reservado para su Echo Studio.
El centro domótico de la casa
Una de las grandes novedades y que seguramente más apreciadas por los fans de la domótica, es la inclusión del protocolo Zigbee, que hasta ahora solo estaba presente en los modelos superiores de la gama. Además estrena su Amazon Sidewalk Bridge. Ambas características tienen como misión dotar de más inteligencia a nuestro hogar.
En primer lugar, Zigbee permite que a Amazon echo puedan conectarse muchos más dispositivos inteligentes: desde bombillas y termostatos, a sensores de humedad, aparatos de aire acondicionado, persianas automáticas, etc. Amazon Sidewalk Bridge, que aunque se incluye solo se activará a finales de año, es un protocolo inalámbrico desarrollado para mejorar la comunicación con dispositivos de baja potencia, con el objetivo de permitirles comunicarse mejor en distancias largas. Su primera versión, que se denominaba solamente Amazon Sidewalk, estaba orientado para mejorar la comunicación de Echo con las cámaras de seguridad Ring.
¿Qué introduce Bridge? Como indica su nombre, actúa como un «puente» que comunica dispositivos equipados con Amazon Sidewalk (es decir cada dispositivo puede ser bien Sidewalk, bien Bridge) de modo que las comunicaciones «rebotan» en un punto intermedio entre origen y destino. Con cada vez más dispositivos preparados para funcionar con Alexa, ambas tecnologías suponen un plus para que solo necesitemos nuestra voz para controlar casi todo lo que nos rodea en el hogar.
Por lo tanto si volvemos a la pregunta inicial…¿merece la pena el cambio? no podemos sino concluir que en Amazon han hecho los deberes y probablemente esta cuarta iteración sea la mejor de las presentadas hasta ahora.
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