A Fondo
Xbox Series X y Series S: así se presenta la nueva generación de consolas de Microsoft
Tras la larga espera, por fin ha llegado el primer día de lanzamiento de la nueva generación de consolas, con la llegada «adelantada» de las Xbox Series X y Xbox Series S. Aunque por desgracia no se trata de un estreno al uso, ya que las consolas no estarán físicamente disponibles en ninguna estantería, ni disponibles en las cestas de las tiendas webs.
Y es que las nuevas consolas de Microsoft lograron agotar sus existencias durante las primeras horas de su pre-compra, vaticinando un éxito rotundo para la nueva generación.
Aun así, la compañía de Redmond no ha querido desperdiciar la fecha, habiendo preparado un evento digital y retransmisión que comenzará a las 20:00 de la tarde (hora de la península española) y que se extenderá hasta ya entrada la madrugada, con diversas charlas de sus desarrolladores, algunas muestras de jugabilidad, y algunos invitados sorpresa.
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— Xbox España (@Xbox_Spain) November 9, 2020
Xbox Series X: una bestia técnica
Según las especificaciones que ha proporcionado Microsoft y las primeras reviews de los expertos, todo apunta a que ha llegado para revolucionar la concepción que teníamos sobre las consolas hasta la fecha, marcando el comienzo de una nueva era en el sector de los videojuegos, y un fuerte acercamiento hacia los ordenadores. Ya con solo echar un vistazo al diseño se puede adelantar cuáles son sus intenciones: parece una torre de PC y como tal pretende recrear la experiencia de juego superior que ofrece ese soporte.
En cuanto a su tecnología, la Xbox Series X utiliza una CPU muy mejorada que, unida al SSD -la unidad de estado sólido que se responsabiliza del almacenamiento secundario-, proporciona una velocidad sin precedentes, logrando que los juegos se carguen mucho más rápido que en la Xbox One, su predecesora. En algunos de los análisis que se han hecho hasta ahora la velocidad de carga de los juegos llega incluso a cuadruplicarse.
Xbox Series X se posiciona por delante de PS5
Tal y como ya adelantamos en anteriores publicaciones, las Xbox Series X/S serán las únicas consolas con soporte para todas las tecnologías RDNA 2. Y es que ambas versiones de la PS5 parecen haberse quedado fuera de esta nueva generación de arquitecturas, con lo que parece ser una solución personalizada de la misma RDNA, optimizada por Sony para la mejora específica en su consola.
Por lo tanto, aunque arquitectura de las gráficas de ambas consolas es la misma, existirá una diferencia de hardware entre ellas. No obstante, esto podría implicar que las nuevas consolas japonesas no contasen con algunas de las características principales a nivel de optimización que sí estarán presentes en la arquitectura RDNA 2 nativa, sustituida por su propio hardware dedicado. Algo que, a falta de unos datos oficiales, podría traducirse en algunas limitaciones de rendimiento frente a su competidor.
Y es que Microsoft ha optado por utilizar la arquitectura RDNA 2 al completo manteniendo una gráfica y un procesador prácticamente iguales a los de los ordenadores sobremesa, algo que además de conferirle unas mayores capacidades, se respalda con el propio hecho de la facilidad para desarrollar sus juegos first-party en multiplataforma.
Aun así, eso no implica que la PS5 no traiga un salto generacional, ya que ya se han podido confirmar la presencia del soporte de trazado de rayos, la mejora de las tasas de frecuencia de actualización y la mejora de los tiempos de carga con la inclusión de las memorias SSD.
Recordando los problemas de memoria
Después de haber agotado todas las unidades de pre-venta disponibles para el público general, parece que finalmente algunos medios estadounidenses han comenzado a publicar nuevos detalles y avances sobre el funcionamiento y capacidades clave de las Xbox Series X, desvelando algunos detalles negativos para la consola premium de próxima generación de Microsoft, destacando una menor cantidad de espacio disponible en el almacenamiento interno de la consola.
Y es que aunque es algo normal que cualquier sistema operativo guarde una parte notable de espacio para sus aplicaciones y archivos, en el caso de esta consola estamos hablando de hasta 200 GB retenidos, una quinta parte del total disponible.
Desde el portal IGN han profundizado en el espacio de memoria que tendremos en la consola mayor de Microsoft, observando que los usuarios solamente tendremos 802 GB a nuestra disposición para poder guardar nuestras partidas y los propios juegos. Algo que se verá todavía más acentuado en el caso de la Xbox Series S, que según afirman otros usuarios de Reddit, apenas nos ofrecerá 364 GB de sus teóricos 512 GB de capacidad.
Una cifra que si bien todavía puede sonar bastante amplia, dado el cada vez mayor tamaño de los juegos con ejemplos como los casi 200 GB de Call of Duty Modern Warfare, y el esperable salto de tamaño derivado de la adaptación al potencial de las propias consolas de nueva generación, podrían hacer de las tarjetas SSD externas una verdadera necesidad.
Aunque el almacenamiento externo de las Xbox Series X parece que tampoco llegará a cumplir totalmente con lo ofertado, ya que las tarjeta de expansión de almacenamiento de Seagate sólo contarán con 920 GB de 1 TB disponibles. Y es que aunque en este caso el recorte sea ligeramente menor, no hay que olvidar que estas unidades de almacenamiento ascenderán hasta los 250 euros.
Aun así, cabe recordar que tal y como adelantó ya la propia Microsoft, tanto los títulos de Xbox de la generación anterior como los nuevos se podrán seguir reproduciendo en las Xbox Series X a través de un disco duro externo con salida USB 3.2. Sin embargo, para recibir todos los beneficios de la arquitectura Xbox Velocity y un rendimiento óptimo, los juegos optimizados de Xbox Series X dependerán del uso de la propia SSD interna o una de estas tarjeta de expansión.
Retrocompatibilidad total: juegos y periféricos
Tal y como reveló Larry Hyrb de Microsoft, las Xbox Series X y Xbox Series S contarán con un pequeño botón en su parte frontal que servirá para activar un receptor de infrarrojos, compatible con los antiguos controladores remotos de Xbox One. Y es que según afirma Hyrb, «el equipo de diseño ocultó el receptor de infrarrojos dentro del botón de enlace» destinado al registro de los mandos de nueva generación.
Además, esta retrocompatibilidad no se limitará en exclusiva a los productos de la propia Microsoft, asegurándonos así la compatibilidad completa con cualquier periféricos existente diseñados para Xbox One en ambas consolas Xbox Series X y S. Algo que, sacrificando las mejoras de sus últimos controladores, podría ayudarnos a mantenernos en un presupuesto todavía más comedido si queremos añadir mandos adicionales.
Por otra parte, la consola de Microsoft ofrece un valor más sólido en términos de retrocompatibilidad en juego, trayéndonos de vuelta un enorme surtido de títulos de Xbox One, Xbox 360, e incluso algunos de la Xbox original, sumando en muchos casos la posibilidad de crear un escalado gráfico para acercarlos a los nuevos estándares y tecnologías disponibles.
Los exclusivos volverán a ser decisivos
Sin embargo, esto no implica ni mucho menos que Microsoft haya logrado ganar la batalla de consolas, ya que como bien es sabido, Sony cuenta con una fuerte comunidad de jugadores a sus espaldas que ha logrado asegurarles estar siempre entre los puestos más altos de ventas.
Aunque todo apunta a que una vez más, el gran punto decisivo de esta generación volverá a ser el catálogo de exclusivos, donde la PS5 aparentemente llevaría la ventaja gracias a grandes franquicias como God of War o Final Fantasy, sólo contrarrestado por la posibilidad de la salida de los títulos de Bethesda. Y es que desde que Microsoft compró Zenimax, una de las principales dudas ha sido si Microsoft emplearía esta compra a favor de Xbox y, por lo tanto, en contra de Sony.
Aun así, justo antes de su llegada, las consolas de Microsoft han visto gravemente afectado su catálogo de lanzamiento, con el retraso de The Medium, una oportunidad crucial para destacar las capacidades de resolución 4K a 30 FPS de sus nuevas consolas; que se suma al todavía más sonado aplazamiento indefinido de Halo Infinite.
¿Xbox Series X o Xbox Series S?
La verdad es que ambas tienen sentido, sobre todo teniendo en cuenta las diferencias que presentan Xbox Series S y Xbox Series X a nivel de hardware. La segunda no solo es mucho más potente, sino que además monta una unidad óptica de Blu-ray y utiliza un sistema de refrigeración mucho más complejo y caro. Con todo, debemos tener en cuenta que Microsoft quiere mantener un precio competitivo para impulsar las ventas de sus nuevas consolas, y que está dispuesta a compensar posibles pérdidas derivadas de la venta de hardware con los ingresos obtenidos a través de la venta de juegos y de servicios.
Microsoft es consciente de que el precio de las consolas de nueva generación puede representar una importante barrera para el consumidor medio. No todo el mundo puede invertir 499 euros de golpe en una consola, y obviamente también nos encontraremos con usuarios que, aun pudiendo, no quieran hacerlo porque prefieren esperar a ver cómo evoluciona esa consola.
Xbox Series S es la respuesta de los de Redmond a aquellos usuarios que quieren disfrutar de juegos de nueva generación pero que tienen un presupuesto muy ajustado. Si lo pensamos en frío, Xbox Series S cuesta lo mismo que PS4 con un juego (o con dos mandos), y la primera tiene una potencia mucho mayor que la segunda. También es más barata y mucho más potente que PS4 Pro, una consola que todavía ronda los 399 euros.
El valor precio-prestaciones que ofrece esa Xbox Series S es verdaderamente rompedor, y con ella Microsoft puede llegar a un público más amplio. Todo aquel que quiera jugar en 4K deberá optar por una Xbox Series X, pero aquellos que se conformen con resolución 1440p tendrán, como alternativa, a Xbox Series S.
Con dos consolas en el mercado, la compañía puede acelerar el despliegue y la implantación de su nueva generación, es decir, puede construir una base de usuarios más grande en menos tiempo.
De hecho, en sus últimas declaraciones concedidas a Kotaku, Phil Spencer compartía un segundo enfoque para sus consolas, asegurando que si bien las ventas a corto plazo van a estar dictadas y ligadas en exclusiva a esta disponibilidad inmediata de stock donde «la demanda simplemente va a superar el suministro de reservas«, el factor determinante para mantener estas ventas en el largo plazo será el precio. Un escenario en el que, por su puesto, destacará la Xbox Series S.
Disponibilidad y precios: dónde comprar las Xbox Series X y Xbox Series S
Agotadas desde el mismo día de su disponibilidad en pre-venta, todavía son muchos los usuarios que buscan hacerse con una de las nuevas consolas de Microsoft. Y es que con unos precios de 499 y 299 euros respectivamente, las Xbox Series X y Xbox Series S se postulan como una opción imbatible frente a los ordenadores, ya que que hoy en día, resulta prácticamente imposible montar una configuración similar por tan sólo 299 euros, ni siquiera recurriendo al mercado de segunda mano.
Sin embargo, tal y como han compartido en varias ocasiones, la compañía está volcando sus esfuerzos para lograr ampliar sus unidades disponibles de cara al periodo de compras navideñas, por lo que os recomendamos estéis atentos a todos los distribuidores, más allá de la propia web de Xbox, tales como Amazon, PcComponentes, Carrefour, El Corte Inglés, Fnac, MediaMarkt, Game, etc.
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