A Fondo
¿Es Xbox Game Pass insostenible? ¿O lo que es insostenible es el precio de las producciones y los juegos?
Llevamos el último año hablando cada vez más de la próxima generación de consolas, protagonizada por el duopolio compuesto por PlayStation 5 y Xbox Series. Meses en los que las informaciones se han ido sucediendo a medida que se filtraban datos, o en lo que las propias compañía iban dejando entrever un poco más de sus propuestas. A día de hoy ya lo sabemos casi todo de ambas y solo nos resta esperar a que salgan a la venta para… ¿volver a ver cómo PlayStation se come a Xbox?
Es lo que se ha dado por sentado desde el primer momento, entre otras cosas porque la historia no ha variado demasiado desde que la competencia existe: PlayStation siempre ha barrido a Xbox, con excepción de la llamada sexta generación, en la que Xbox 360 plantó cara como nunca a PS3. ¿Fue un espejismo? Porque si bien PS2 arrasó a la Xbox original, algo comprensible atendiendo a la coyuntura de entonces, ha vuelto a pasar con la actual generación y PS4 ha arrastrado por el barro a Xbox One.
No es de extrañar, por lo tanto, que una de las incógnitas de la nueva generación de consolas sea esa: si Sony le vuelve a comer la tostada a Microsoft, cuyo domino en el PC sigue siendo de carácter absolutista, pero con pocos réditos económicos que lo compensen, a tenor de que los grandes desembolsos son para el hardware y el software -los juegos- y prácticamente nada de eso le llega a Microsoft. ¿Qué le queda a Microsoft, pues, salvo una inmensa cuota de mercado?
Le queda Xbox Game Pass, por supuesto.
Microsoft apuesta por hacer de Xbox Game Pass el Netflix de los juegos
Xbox Game Pass es el servicio de suscripción de juegos Microsoft y aunque su nombre puede dar a entender que se acota a la consola de sobremesa, está disponible también para Windows e incluso para ambas plataformas al unísono si se paga un poco más. El precio de la suscripción corriente -el que da acceso a jugar desde una u otra plataforma- es de 9,99 euros al mes, mientras que por 12,99 euros al mes se puede contratar Xbox Game Pass Ultimate, que además de consola y Windows, incluye móviles Android.
De acuerdo a la descripción de Xbox Game Pass, la suscripción te da «acceso a más de 100 juegos de alta calidad», «nuevos juegos agregados constantemente», «títulos de Xbox Game Studios el mismo día de su lanzamiento» y «descuentos y ofertas para miembros», así como a otras ventajas que pueden resultar de lo más interesantes. Por ejemplo, el paquete incluye también la suscripción a Xbox Live Gold, la membresía para poder jugar en línea.
Y no mienten con lo de «juegos de alta calidad»: ahí están títulos como Forza Motorsport 7, Destiny 2, Night in the Woods, Metro 2033 Redux, ARK: Survival Evolved, Minecraft, No Man’s Sky, Mortal Kombat X, A Plague Tale: Innocence, Cities: Skylines, Dead Cells, Falout 76, Pillars of Eternity, Resident Evil 7, Terraria, The Talos Principle, The Witcher 3: Wild Hunt, Wasteland 3, Crusader Kings III… Hay un poco de todo, más y menos actual, pero la gran mayoría son juegos de sobrada calidad.
No todos los juegos están disponibles en las mismas plataformas, algo más evidente en el caso de Android, pero igualmente la selección sigue siendo de bien alto para arriba. Y sí, hay novedades, tanto de «títulos de Xbox Game Studios el mismo día de su lanzamiento» como otras; y más que van a haber. Xbox Game Pass, de hecho, fue uno de los argumentos esgrimidos por algunos analistas para explicar la compra de Zenimax (Bethesda, id Software, Obsidian) por parte de Microsoft.
El argumento es hacer más atractiva la suscripción al servicio, claro está, y no han tardado mucho en ponerlo en práctica: el último pelotazo de Bethesda, Doom Eternal ya está disponible en Xbox Game Pass, de momento solo en consolas, aunque a finales de año llegará también a la suscripción para Windows. Antes, a finales de este mismo mes de octubre, se lanzará la primera expansión The Ancient Gods – Part One, la cual se espera que se sume al catálogo.
A todo esto, no hay que olvidar que la suscripción a Xbox Game Pass Ultimate no solo permite jugar a todo el catálogo en las diferentes plataformas, pues engloba también el acceso al recién estrenado servicio de juegos por streaming de la compañía, xCloud. Y no nos engañemos: más tarde o más temprano, todo va a acabar ahí, en la nube y por streaming. Pero tomémoslo por ahora tan solo como un complemento más de la oferta.
En resumen, Xbox Game Pass es algo así como el Netflix de los juegos, o al menos aspira a serlo. Y no les va mal. Hace poco que el servicio superó los 15 millones de suscriptores y con todo lo que se espera, es de esperar, valga la redundancia, que vaya a más. A mucho más. El problema es que no es sostenible, económicamente hablando, o eso es lo que opinan en Sony, cuyas PlayStation no parece que vayan a ofrecer nada similar.
Lo que se espera, por cierto, es un aumento del precio de los juegos de nueva generación que se aleja del alcance de muchos bolsillos.
Sony no ve sostenible el modelo de suscripción
Jim Ryan, presidente de Sony Interactive Entertainment, fue preguntado al respecto hace apenas unas semanas y su respuesta fue tajante: no habrá nada parecido a Xbox Game Pass en PlayStation… por la sencilla -pero cuestionable- razón de que no es viable, declaró. «Para nosotros tener un catálogo de juegos no es algo que defina una plataforma«, señaló en referencia a Xbox Game Pass.
«Nuestro discurso, como has escuchado, es ‘juegos nuevos, juegos geniales’. Hemos tenido esta conversación antes: no vamos a seguir el camino de poner títulos de nuevos lanzamientos en un modelo de suscripción«, argumentó. «Estos juegos cuestan muchos millones de dólares, más de 100 millones, de desarrollar. Simplemente no vemos que sea sostenible«. ¿Por qué, entonces, Microsoft está apostando tanto por Xbox Game Pass? Porque como hemos visto, su catálogo no se reduce a relleno.
En este punto toca recordar que la subida de precio de los juegos de nueva generación va a ser bastante más elevada de lo que se preveía en un principio, según se ha adelantado con el listado de algunos de los títulos que acompañarán a PlayStation 5 y Xbox Series en su lanzamiento: de los 69,99 euros que se dijo en un primer momento, a los 79,99 euros que costarán juegos como Demon’s Souls o Destruction All Stars. Si el intento de atraco cuaja, no serán los únicos.
No solo eso: esos juegos que a Europa llegarán al ‘precio recomendado’ de 79,99 euros, en Estados Unidos saldrán a la venta por 69,99 euros. La conversión real y honesta, ni está ni se la espera. Marvel’s Spider-Man: Miles Morales, por ejemplo, uno de los juegos más destacados con los que se estrenará la nueva generación de consolas, tendrá un precio en su versión corriente de 59,99 euros en Europa, mientras que en Estados Unidos será de 49,99 dólares. Y así con todos los que se han dado a conocer hasta ahora.
Así las cosas, es evidente que cualquier estudio preferirá que el usuario pague 80 euros para adquirir un juego, que 10 o 12 euros al mes para jugar a todo lo que pueda. Si además tenemos en cuenta que incluso se ha planteado realizar juegos más cortos que compensen los costes de producción, que las microtransacciones y los contenidos descargables están a la orden del día, ¿dónde está el límite?
Pongamos como muestra The Last of Us Part II, uno de esos lanzamientos que bien podría ser de los que cuesten de aquí a unos meses los 80 euros del ala. Sin poner en duda su calidad, y ahí está el dato: en su primer fin de semana a la venta, se convirtió en el mejor estreno de la historia de PlayStation 4; hablamos de un juego que en algún momento se alargará artificialmente con el multijugador, pero que está enfocado principalmente en un jugador, con una duración estimada de entre 25 y 30 horas.
¿Y quién, con unos ratos que le dedique y un mínimo de empeño que le ponga, no se pasa The Last of Us Part II en un mes? Y quien dice The Last of Us Part II, dice Marvel’s Spider-Man: Miles Morales, si es similar al resto de juegos de Spider-Man, así como un largo etcétera de los triples A que salen al mercado y cuyo aliciente para seguir jugándolos una vez completado el modo historia, suele ser el multijugador.
Viéndolo así, es obvio que a los estudios no les sale a cuenta: si The Last of Us Part II hubiese sido desarrollado por Xbox Game Studios, los usuarios de Xbox Game Pass podrían haberlo jugado por 10 euros y aún les habría sobrado tiempo en ese mes para darle a otros juegos. No sale a cuenta, porque por el precio de un año de suscripción a Xbox Game Pass te compras -ahora- dos juegos de estreno; en unos meses, ni eso.
El tema de la sostenibilidad del modelo de negocio, sin embargo, es debatible, porque aunque los tiempos de producción de esta clase de títulos AAA no es comparable -los hay que cuestan de desarrollar un lustro e incluso más- al de las grandes producciones de cine o las series que ofrecen las plataformas de vídeo bajo demanda, el coste sí lo es: Netflix, HBO o Amazon Prime Video se gastan millonadas en sus producciones y su suscripción cuesta lo que cuesta. ¿Por qué no puede funcionar de igual modo en el sector de los videojuegos?
¿Y qué hay del fenómeno indie? No es nada raro que cada año más títulos de estudios independientes se cuelen entre lo mejor del año, por encime de muchas producciones costosísimas que solo asumen pérdidas. ¿Qué pensarán los tiburones del sector, viendo cómo Fall Guys (19,99 euros) o Among Us (3,99 euros en PC, gratis en móvil) atraen a las masas, desviándolas del ‘bombazo’ de turno?
Todo esto es importante, porque el dinero que cuestan las cosas es importante. Cada vez hay más competencia en el sector de los videojuegos, se avecina una crisis económica de aupa según los expertos y gastarse 500 euros en una consola y 80 euros por juego no va a estar al alce de todo el mundo. En efecto, en Xbox Game Pass no vas a encontrar todos los juegos que querrás jugar; pero tampoco en Netflix encuentras todo lo que quieres ver.
Lamento defraudarte, si es que al leer el titular de este artículo esperabas completar su lectura con respuestas, porque termina tal y como comenzaba, con la pregunta de si Xbox Game Pass insostenible, o lo que es insostenible es el precio de las producciones y los juegos actuales, o de algunos juegos actuales, por ser más precisos. La respuesta nos la dará el tiempo, pero si hay algo que huele a certeza, es que Xbox Game Pass puede ser todo un revulsivo para Microsoft frente a la postura de Sony.
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